viernes, enero 28, 2011

Uno que fuma por principios y por vocación

Señor Don Javier Marías, me gustaría agradecerle el momento de diversión que me ha ofrecido con uno de sus últimos artículos. El enésimo ya sobre este tema del tabaco. Sin duda, corrige usted el fallo que cometió su compañero de causa, Fracisco Rico, cuando intentó hacerse pasar por un no fumador.

La verdad es que es una buena noticia para nuestra causa el que ambos reconozcan inconscientemente que les disgusta ser designados por un mote -fumadores-. Ha intentado usted, con más ingenuidad de la esperada, recuperar la credibilidad de sus argumentos comenzando con un "Olvídense de que soy fumador".

Pero hombre, ¿cómo va a hacer tamaño esfuerzo alguien con tan poca imaginación como yo, pero con tan buena memoria? No puede ser, ni aunque pasasen mil años olvidaría yo eso. Pero, además, ¿acaso tiene algo que ver con todo esto el que usted fume?. Anda, no sea patético y siéntase orgulloso de su identidad. Usted es un adicto a la nicotina y el motivo y sentido de su determinación no cambiará así como así.

En fin, vuelve a repetir lo mismo de siempre sin aportar nuevos argumentos que dignifiquen la postura de quienes quieren fumar ubicuamente. Lo único que hace es marcar un nuevo gol en su propia portería. Pero siga así y no se prive, siga delatándose a sí mismo.

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