sábado, octubre 03, 2009

Madrid no tenía posibilidades

Ha sido realmente un acierto por parte del COI decantarse por cualquier otra ciudad que no esté tan llena de tramposos, drogadictos y fumadores. La delegación madrileña era para verla con sus dos portavoces con voz de fumadores compulsivos, con el Rey y el Señor Rodríguez. Cuándo al Señor Rodríguez se le preguntó sobre si la legislación antidopaje española (y la disposición para hacerla cumplir, entre líneas) iba a estar a la altura, nuestro presidente sólo pudo responder con histrionismo. En sus palabras había un exceso de contundencia y falsedad que no inspiró confianza a nadie. Es entonces cuando les quedó claro a los miembros del COI que podían reirse de España, de su sociedad tan tabaquizada y drogófila, tan proclive a argumentar la defensa del derecho a hacer trampas con alegaciones pro-libertaristas. Ya le ayudé hace dos años a Pat Macquaid a difundir esta adevertencia aquí y aquí a propósito del dopping en el ciclismo español.

Luego también nos metieron otro dedo en la llaga: el del urbanismo y la contrucción de las viviendas en la villa olímpica. Le preguntaron a Gallardón si, teniendo en cuenta los antecedentes especulatorios en España, no íbamos a llevar a cabo nuestra típica gestión ultraliberal de esas viviendas tras el 2016. Otra vez, Gallardón no sonó convincente, con tanto repetir la palabra "social-es" para referirse al uso posterior de esas viviendas; es algo que no le pega en boca de los populares.

Estaba claro que el Rey, el Señor rodríguez y Jaime Lissavetzky, venían a promocionar una forma de ver las cosas que no ni va con estos tiempos ni es la acertada. Es mejor que se dediquen a cosas para las que tendrían más éxito. Para otra ocasión, que sean embajadores del tabaco y las drogas porque para cosas serias ya habrá gente más capacitada.

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