sábado, octubre 06, 2007

Unión Ciclista Internacional: "El problema viene de España"

El pasado 27 de Septiembre pasa más o menos desapercibida esta noticia, incluso por la prensa deportiva más especializada. Debe de ser la neocensura fantasma que se está poniendo de moda en este país y cuyo objetivo parece ser el auspicio del camellaje de alto standing, o quizás cosas del patriotismo deportivo. La noticia no tiene desperdicio y revela sin tapujos un problema perfectamente extrapolable al caso del tabaquismo. Los impedimentos que encuentran los actores antitabaco a la hora de abordar cualquier iniciativa son los mismos que refiere Pat MacQuaid, Presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), en la lucha antidopaje.

Llama la atención la escalofriante similitud de lo dicho al respecto por el ciclista Oscar Freire y los argumentos esgrimidos por actores pro-tabaco, propios de los fumadores y estanqueros más recalcitrantes. A saber: el típico proceso atribucional externo, la puesta en tela de juicio de las labores de los organismos de control, el tratar de restarle importancia al problema del dopaje y el desvío de la atención, en general, hacia otros temas. Así dice Oscar Freire:

"El negocio de la UCI es el tema de los controles y demás, seguramente reciben muchísimas ayudas para ello y tienen montado ese negocio. Al final, no se preocupan de lo que se tendrían que preocupar, que es que el ciclismo siguiera adelante por el buen camino...es una buena noticia que pueda correr después de todos los líos y todas las tonterías que están saliendo cada día, porque lo bueno para el ciclismo es que se hable de lo deportivo".

Rifirrafe entre Pat Macquaid y el Secretario de Estado para el Deporte español, Jaime Lissavetzky. Subrayo lo más elocuente en relación con el problema del tabaquismo:

McQuaid ha manifestado sentirse decepcionado porque el secretario de Estado para el Deporte español, Jaime Lissavetzky, se haya puesto del lado de la Federación Española y manifestó que su actitud es "indicativa" de la posición de España respecto al dopaje a pesar de haber aprobado recientemente la nueva ley antidopaje. "Está bien sacar nuevas leyes, pero necesitas actuar después de eso", ha dicho McQuaid. El presidente de la Federación Española, Fulgencio Sánchez ha declarado que McQuaid tiene derecho a expresar sus opiniones. "Si tiene la solución para resolver los problemas, me gustaría que me explicara cuál es y yo la aplicaría. Puede que algunos ciclistas sean culpables, pero hay que demostrarlo".

Es lo que ya todos sabemos pero también es lo que un deportista español educado en la cultura del dopaje no quiere oír. Debe de pensar que eso de que el dopaje es peligroso para su salud es mentira; o que es algo que todo el mundo mundial hace pero que lo calla porque es un hipócrita; o que cree que las reglas que valen en España, valen en la UCI. También es consecuente esa actitud con el instinto picaresco del español: el hacer trampa sirviéndose de ayuditas químicas. En vistas al futuro, para curarse en salud, esa Federación Española expide el siguiente estudio-disparate, con fecha de publicación idéntica, que trata de justificar la proclividad del ciclista –español supongo- a la adicción a las drogas tras su retirada como profesional, debido a lo traumático del cambio de estilo de vida. No se entiende mucho pero ahí está por si a alguien le viene a la cabeza alguna reflexión.

Dice McQuaid:

"Las autoridades no están persiguiendo estas practicas”
McQuaid también ha declarado que "la evidencia de los valores sanguíneos que tomamos de los corredores nos indica que en España se manipula la sangre. Y se hace más que en ningún otro país", ha añadido el presidente de la UCI. "Eso me demuestra que las autoridades no están persiguiendo estas maniobras con la dureza suficiente. El cambio cultural que está teniendo lugar en el resto de Europa no lo está teniendo en España"


Efectivamente, Señor McQuaid, ya veo que usted se ha dado cuenta. El problema viene de aquí; y aquí se obstina en seguir. Todo porque tenemos unos gobernantes que parece que se han quedado anclados en la época de la Movida de los 80. Acostumbrados a hacer lo que Europa prescribe en este tipo de cosas pero sólo de manera formal, porque creen que no les conviene. Porque sus retrógradas mentes piensan que es malo para sus intereses, para los de la nación y para los de la economía. Porque piensan que el dopaje y las drogas no son malas, que son cosas normales e inevitables que dependen de la responsabilidad de cada uno. No es que se quiera contravenir las normativas del resto de la Europa -formalmente no se hace-, por eso tenemos tantas leyes y decretos que pintan muy bien sobre la mesa. ¡Qué vergüenza Señor McQuaid!, creo que nos ha pillado…

*Nota del autor:

Mis comentarios no pretenden cuestionar la profesionalidad del colectivo ciclista español. Sólo pretendo hacer ver que las autoridades españolas no hacen lo que pueden para perseguir a infractores concretos. Ellas y sólo ellas son las responsables de que el ciclismo español pueda verse empañado por asuntos de este tipo, al no garantizar la puesta en práctica de las debidas inspecciones ni en número ni en fiabilidad. La mala praxis de unos pocos médicos y sus ciclistas repercuten negativamente en la reputación del conjunto del ciclismo español. Esas personas deben ser señaladas con el dedo. A la Real Federación Española de Ciclismo, hay que exigirle la responsabilidad que le corresponde en su justa medida, que es toda.

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