jueves, septiembre 22, 2011

Fumar ya no tiene gracia

Últimamente he escudriñado algunos episodios de una serie de Televisión Española ambientada en la Guerra Civil llamada "Plaza de España"; más que nada con propósitos censores. Pensaba que, como solía pasar siempre, la serie era una excusa más, otro reclamo para que viésemos a gente fumando sin venir a cuento pero no ha sido así. Episodio tras episodio, sin dar crédito a mis ojos, veo cómo se va practicando la abstinencia tabaquil en la recreación de un mundo donde el humo no tiene cabida. A diferencia de una película sobre la que hablé hace tiempo, aquí el mérito radica en dos puntos añadidos: lo primero es que hablamos de una producción española y, lo segundo, es que está ambientada en una época en la que se fumaba. Aunque con lo primero habría sido en otro tiempo suficiente excusa para que se fumase ubicua y arbitrariamente en el plató, aún tratándose de una serie futurista o de ciencia ficción.

La temática es abordada en clave de humor y, en algún momento esperaba encontrar a algún personaje haciéndose el gracioso a base de provocar humaredas con la quema de cilindros de papel pero, como he dicho, aún eso no ha sucedido. Parece que, a diferencia de otras veces, a los productores o los directores de la serie, fumar ya no les hace gracia.

¿Esta serie puede ser pionera en un cambio de tendencia? Eso espero. Es posible que se haya querido diferenciar de otra serie que, ambientada en la misma época, es un dramón histórico, "Fumar en Tiempos Revueltos". En esta serie, que bien podría considerarse como perteneciente al género de terror, la omnipresencia del humazo de tabaco en la pantalla resta luz a los focos hasta tal punto que, cuando lo vemos por la grisacea pantalla, pesa, agobia y desagrada. Llegan a dar innecesaria dentera esas inspiraciones tan profundas para sorber hasta la última partícula de humo de cigarro.

En mi opinión, la representación visual del acto de fumar sobra en el 99% de las casos; no es necesaria para contar una historia ni útil para una ambientación de época. Si se sabe que se fumaba pues bueno, se fumaba, pero, ¿qué necesidad hay de plasmar una y otra vez el acto concreto de fumar? No veo que eso revista interés filmográfico alguno. Además lo considero de especial mal gusto. Es demasiado parafílico y escatológico para mi sensibilidad. Creo que por esa misma época mucha gente se metía el dedo en la nariz y, sin embargo, esto no se ve plasmado en la serie, pues esto lo mismo.

A ver si cala entre el público la necesidad de evitar las escenas de tabaco en pantalla y, por supuesto, si el Estado ayuda imponiendo tasas disuasorias a las productoras que decidan incluir escenas de tabaco en sus series y películas será algo positivo para la mejora de la salud pública. Esa política no perjudiacará en absoluto la calidad de la obra, ni vulnerará el derecho a la libertad de expresión y artística, ni rollos macabeos de esos. En el peor de los casos sólo supondrá que a la Industria Tabaquera le cueste más caro patrocinar arte; simplemente eso.

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