miércoles, agosto 15, 2007

Qué peligroso que es el calor del verano


Llevo todo el verano tragándome el mismo mensaje por la tele una y otra vez. Forma parte de una graciosa campaña del Ministerio de Sanidad y Consumo que viene a decir algo así como “cerrado por vacaciones”. Analizando las intenciones de estas estúpidas advertencias uno descubre cosas irrisorias, surrealistas. Hablo de la campaña Cuida tu salud, protégete del calor.

Se dice que el año pasado una ola de calor acabó en Francia con la vida de unas 12.000 personas. El gobierno socialista francés que había por aquel entonces, fue señalado como responsable por su falta de previsión. Ya veo que el nuestro no quiere arriesgarse a sufrir una situación así de “bochornosa”. Por eso, al ciudadano, que es tonto, le recuerda que tiene que satisfacer sus necesidades básicas y dejarse llevar por su instinto de supervivencia para que ese enemigo tan malo –el calor- no haga de las suyas.

Creo que es posible que debamos agradecer al Ministerio su bonachona campaña. Me parece que la ancianidad ya se ha dado por enterada y seguro que el calor no va a mover a demasiada gente de las residencias a los cementerios. Menos mal, y todo gracias a una audaz campaña, gentileza del gobierno.

Resulta fácil llevar a cabo estas campañas porque de las muertes por lipotimia no se beneficia nadie, porque son incuestionablemente muertes por causa natural. En realidad, de una catástrofe natural, rara vez se puede culpar a alguien. Es absurdo pero, precisamente por eso, es seguro para un gobierno concienciar sobre el peligro.

Hay que estar ciego para no ver que el Ministerio de Sanidad y Consumo no se mete en camisas de once varas. Si hay que cuestionarse la posibilidad de que alguien pueda ingerir pasta de dientes de garrafón en cantidades industriales hasta la intoxicación, pues se hace. Se levanta un montículo de un grano de arena y se le da bombo a la rapidez y audacia del ministerio. Si existe la más remota posibilidad de que un niño menor de tres años se asfixie por la pieza móvil de un juguete de importación, pues ahí se interviene confiscando una buena remesa de juguetes ilegales de fabricación china; total, ni los niños van a cambiar el sentido de su voto, ni los chinos están en disposición de incomodar con sus protestas.

Ahora, otra cosa bien distinta es Don Pitillo. Las campañas para decir que no se fume mucho en verano, que el humo caliente en los pulmones en pleno verano y sin aire acondicionado es molesto, van de tapadillo y se exhiben con una timidez desmedida. No sé si los componentes del cigarro son sólo una decena de veces más tóxicos que los de la pasta de dientes adulterada, ni tampoco sé cuántas colillas puede masticar con seguridad un bebe en la playa antes de que le dé acidez de estómago. Tampoco sé si el número de muertos por tabaco cuadruplica o quintuplica al de los deshidratados. Todo eso no me hace falta saberlo.

Tampoco me interesa saber si el Ministerios de Sanidad y Consumo, compinchado con el de Hacienda, tenía como objetivo que el “consumo” de tabaco se recuperase y repuntase a estas alturas -cumplido el objetivo de las buenas intenciones con la más que deslucida ley 28/05-. Porque todo eso es de suponer. Son consecuencias lógicas de errores de base.

Porque si yo digo “En verano hace calor”, tengo una oración impersonal –construcción verbal de la naturaleza-, sin sujeto ni complemento agente. Pero si yo digo que “El tabaco molesta y mata”, la cosa es bien diferente pues ahí tengo a un culpable, a una víctima y a un beneficiario que lo explica todo.