viernes, diciembre 02, 2011

Una cultura de la ventilación y la calidad del aire

En otro tiempo, se llegó a creer que las ratas aparecían en los hogares como resultado de la llamada “Generación Espontánea”. Eso fue hace demasiados años. Hasta no hace mucho, pese a los avances y descubrimientos científicos en microbiología, se seguía pensando que para coger un catarro podría faltar como requisito la exposición o preexistencia en el ambiente del virus en cuestión. Hoy sabemos que la generación espontánea no existe.

Pero es más, la mayoría de los casos de contagio de gripes y catarros no se dan entre los humanos cuando interactúan al aire libre mientras pasan frío. En realidad, pagamos un alto precio por guarecernos en entornos de arquitectura cerrada: la renovación del aire suele ser muy lenta, con lo que los virus y bacterias proliferan mientras nuestro tiempo de exposición a los mismos es irremediablemente mayor.

Dejando el riesgo biológico a un lado, tenemos el problema de los contaminantes que se producen como resultado de la actividad humana en los edificios: desde el producto de la transpiración hasta los humos del cocinado y, por supuesto, el de tabaco. A primeros de los noventa, la Industria Tabaquera, en un ejercicio de anticipación, comenzó a hablar del Síndrome del Edificio Enfermo, para culpar a la falta de ventilación en los edificios de ciertos cuadros patológicos que empezaban a presentar algunos empleados de oficinas, a la vez que excluía al humo de tabaco como factor determinante de la enfermedad.

La verdad es que si bien la ventilación en los edificios construidos hoy en día es deficiente a todas luces; el humo de tabaco siempre sobra y desluce una buena ventilación, a menos que se considere que el fin de la misma es poder fumar.

En la búsqueda de un confort fisiológico y psicológico óptimo, la arquitectura moderna ha venido apostando por estancias amplias, luminosas y bien ventiladas. Consecuentemente, el nuevo Código Técnico de Edificación que aún se está diseñando, establecerá unas especificaciones de obligado cumplimiento para las viviendas y edificios de nueva construcción, en las que se dará prioridad a la salubridad, a veces en detrimento del ahorro energético.

Pero la realidad a pié de calle es otra y la gente no se queja lo que debería porque la suciedad en el aire no se ve y no es tangible. De eso han estado aprovechándose la Industria Tabaquera y la Hostelería en sus ansias de ahorrar costes, y ello ha sido posible porque la aplicación práctica de las normas de ventilación, ya de por sí poco exigentes, no se ha llevado a efecto en muchos casos. También se han valido este tipo de empresarios de la nocturnidad para incumplir otras normas fundamentales en muchos locales de ocio -digamos pubes y discotecas-. Así, una concepción del éxito empresarial basado en el trato degradante a la masa consumidora ha dado lugar a que se lleve a cabo una política de hacinamiento en la gestión del negocio, excediendo límites de aforo con la displicencia de la Administración concedente. A esto se ha venido uniendo la superación del límite de decibelios con igual actitud al respecto por parte de las Autoridades Municipales.

Como se puede suponer, la situación en su conjunto ha tenido como colofón el exabrupto de fumar en el local, convirtiendo estos entornos en lugares infernales en términos de confort y salubridad.

Pero centrándonos en la calidad del aire, ¿se pueden hacer cosas para solucionarlo? Sí, a nivel personal en muchos casos basta con no hacer muchas cosas, es decir, no produciendo innecesariamente contaminación. Podemos instalar una campana extractora y usarla convenientemente cuando cocinamos; podemos diseñar un sistema de ventilación forzada que garantice la rápida renovación de aire en todas y cada una de las estancias en un edificio o nuestra vivienda etc., pero la solución depende del celo dedicado al respecto por parte de las administraciones.

Bebemos varias veces al día agua, y nos preocupamos de ingerirla limpia pero respiramos decenas de veces por minuto y no nos preocupa que el aire que va a nuestros pulmones esté sucio. Sin duda, existe un error de percepción de la realidad que nos impide ver la importancia de evitar la exposición a aire que está contaminado. Y no sólo encontramos este problema en el aire de espacios interiores. Este mal afecta por desgracia al propio aire exterior con el que se supone que debemos ventilar nuestros edificios; en muchos casos por la imposición caprichosa de la sociedad: Chimeneas de hogar, incendios forestales, quema de residuos agrícolas, quema en basureros municipales, sitemas de escape de gases defectuosos en motores de explosión, humo de tabaco etc. Igualmente, el ímpetu científico ha logrado que se dicten soluciones teóricas al respecto, como la Ley de Calidad del Aire. Sin embargo, la aplicación en España de este tipo de leyes, una vez más, sigue siendo sui generis.

Erróneamente, se ha venido pensando que la sociedad civil no puede hacer nada relevante respecto a este tema. Se ha pensado siempre que el principal y único contaminante es el derivado de la actividad industrial y sus productos. Pero el dar por sentado algo así nos ha llevado a obviar la cuantía residual de contaminación que más nos afecta a pié de calle; dentro de nuestras propias casas. Se ha venido desacreditando a las voces disidentes que mantenían un punto de vista complementario con la excusa de que la contaminación de la “atmósfera” es cosa de entes lejanos que se hallan fuera de nuestro alcance y que cuyo tratamiento es competencia de instancias superiores, quizá de aquellos que negocian el Protocolo de Kyoto; que solo hay que fiscalizar la actividad de las grandes refinerías, las plantas petroquímicas, el consumo de combustible para aviones y automóviles etc.

Pero señores, aunque la acumulación de CO2 en la atmósfera y sus consecuencias a medio-largo plazo son algo muy serio, el origen de la contaminación que más molesta y enferma en el tiempo vital la mayoría de los ciudadanos está y se produce en su propio entorno. ¿Alguien se ha dado cuenta de lo tóxico y molesto que es el humo de las chimeneas de los vecinos en invierno? ¿y el pestazo que a menudo proviene del basurero municipal? Hay que aplicar una regulación efectiva al respecto.

jueves, noviembre 24, 2011

Dificultades del Gobierno para cambiar la Ley o suavizar su aplicación

La desactivación del régimen sancionador desde las CCAA, que en su práctica totalidad serán gobernadas por el Partido Popular, es una de las amenazas que percibe el Movimiento Antitabaco cuando analiza el futuro de los nuevos mapas de poder político. Sabemos que el respeto a las Leyes del Tabaco aún no está consolidado del todo, y que la aplicación del respeto a la prohibición de fumar en la Hostelería en particular, tendrá que soportar una terrible "prueba de estrés" desde diferentes frentes. Aún hay demasiada gente que dedica sus esfuerzos día y noche a buscar a toda costa una vía que permita la vuelta del humo a la Hostelería. Sin embargo, pese a lo que algunos puedan temer, el nuevo gobierno, a lo sumo, sólo podrá modificar el régimen fiscal aplicado a la producción, comercio y venta de labores del tabaco por una serie de razones:

Porque si bien en el año 2005 existía una conciencia antitabaco muy débil superada por una defensa democrática y social del derecho a fumar en todas partes, hoy en día el panorama ha cambiado por completo y la opinión pública en general ha invertido su tendencia. Por tanto, para empezar, una posible flexibilización en lo que a la prohibición de fumar se refiere, desde la obetividad mayoritaria sería considerada como una medida "impopular".

Porque aún cuando la adicción del futuro presidente y su egoísta comodidad personal lo tentasen a introducir un forzado cambio en el texto legal, ni sus compañeros de partido, ni sus asesores técnicos, ni los informes de Sanidad y Economía y Hacienda, darían su visto bueno favorable. Mariano Rajoy siempre a presumido de ser prudente.

Porque ello supondría conceder argumentos innecesarios a la oposición que en su día aprobó la Ley para que llevasen a cabo una crítica feroz acusando al Gobierno de revanchismo político.

Porque se encontraría con el descontento generalizado de los síndicatos mayoritarios, quienes alineados con la oposición por la naturaleza de sus ideales, considerarían este cambio como un ataque a las condiciones laborales de los camareros que habían adquirido el derecho a trabajar en un entorno libre de humos. Harían ver que tal retroceso obedece al favor concedido a la patronal más caciquil.

Porque existen recomendaciones de la OMS y directivas a nivel europeo que marcan plazos, ya casi agotados, para generalizar los espacios cerrados libres de humo. La tendencia en el resto de países europeos es la misma.

Por estas mismas razones, igualmente, las CCAA en todo caso reforzarán la vigilancia si el gasto sanitario no para de subir y el impopular copago acecha. No les interesa volver atrás porque la puesta en práctica de una Ley en ese sentido, necesitaría un mayor despliegue de medios y personal para comprobar que unas hipotéticas salas de fumadores cumplen los requisitos técnicos exigidos, incrementándose así el gasto administrativo. No creo que las administraciones quieran volver a lidiar con hosteleros que piden indemnizaciones por las reformas realizadas, y aún no amortizadas, si la Ley volviese a cambiar cuando entrasen de nuevo los socialistas.

Entre los propios hosteleros la gran mayoría tampoco quiere volver a oir hablar de unos espacios para fumadores que podría obligarles llevar a cabo costosas reformas en sus locales si quieren protegerse de la competencia desleal.

Por estas razones y por alguna más que me habré dejado en el tintero, no creo que Mariano Rajoy se vaya a empeñar en volver al año 2005. Hacerlo no sería de persona juiciosa y delataría su vehemente adicción.

martes, noviembre 15, 2011

Rajoy el fumador

Hoy me he topado con uno de los ejercicios de seguidismo más patéticos de toda la Democracia. Tras leer esta noticia, en la que, quizá con algo de sensacionalismo, se revela que Ana Pastor apoya el desafortunado punto de vista de su Señor, punto de vista al que hice referencia en la entrada anterior. Esto no tendría tanta trascendencia si no fuese porque Ana Pastor probablemente vaya a ser nuestra futura Ministra de Sanidad, algo bastante alarmante por otra parte.

Comprobada la afición de nuestros populistas políticos al electoralismo irresponsable, no me extraña que ante una crisis de este calibre, últimamente se haya apostado en otros países por Gobiernos Técnicos -de tecnócratas-. Vistas ciertas actitudes, no veo al PP capacitado para arreglar el paro y la crisis; además nadie me asegura que la adicción permita a Rajoy recordarle que debería hacer caso a sus asesores y a los números que hablan del gasto sanitario. Pero su adicción exacerba su egoísmo y sólo puede hablar sobre el tema en primera persona con un "a mi la Ley actual no me gusta", como si su recalcitrante afición a la nicotina fuese común a la de todos los españoles.

Esto es algo que yo ya sabía, que mientras uno es esclavo de la nicotina difícilmente puede analizar de manera imparcial los pros y los contras de una política sanitaria determinada. Pero bueno, a eso por desgracia estamos demasiado acostumbrados, (creo que en toda la Democracia no hemos tenido a un solo presidente de gobierno que no fume), y la experiencia nos demuestra que cuando se trata de tabaco alguien que fuma trata de legislar en base a su comodidad personal, para poder fumar él por doquier y a bajo precio. Francamente, siendo esto así, en las papeletas donde figuran los candidatos el día de la votación, me gustaría que se detallase al lado de sus nombres y apellidos, si el candidato en cuestión es fumador o no; eso es algo que me interesa saber y ayudaría bastante a decidirme. Por otra parte, creo que también podría ser del interés de muchos otros votantes saber si un candidato es un adicto al cigarro (en EEUU lo es); creo que no tiene sentido que el 100% de los candidatos principales sean adictos a la nicotina mientras sólo el 30% de la población española lo es. Por lo tanto, si tan orgullosos están de fumar y de exhibir una supuesta identidad como fumadores que luchan por su libertad, constituyendo su adicción el eje central sus vidas, estos candidatos no son representativos de la sociedad. No pueden representar a la mayoría en España.

Pero de todas formas, por más vueltas que le damos, no entendemos cómo demonios se atreve el PP a hacer y sostener semejantes declaraciones, pues sólo veo que esa actitud puede hacerle perder un número importante de votos. Aunque es posible que estén tan seguros de su arrolladora victoria que hayan decidido despilfarrar unos cuantos cientos de miles de votos nada más que para celebrarlo, asegurándose así para el futuro el fácil aprovisionamiento y consumo de su dosis. O a lo mejor aspiran a parecerse a Grecia en todos los aspectos mientras se preparan para lo peor, pues allí la tasa de fumadores ronda el 45%, como en tantos otros países del tercer mundo.

Muchos pensarán ingenuamente que lo hace por algún motivo económico, al haber caído como víctima del séptimo mito de la Industria Tabaquera -el tabaco es bueno para la economía-, aunque creo que eso está superado en la teoría y en la práctica, según se demuestra en la experiencia del día a día y de los datos aportados por la propia hostelería, pero de la hostelería de verdad. Otros pensarán que se debe a la patronal y a la CEOE por principios pero qué va; dice esas cosas porque es un fumador de puros, sencillamente eso. Por último, también habrá quienes piensen que quiere desactivar la Ley por puro rebanchismo; porque le da rabia que sea una ley socialista y su aplicación, contra pronóstico, haya sido un éxito, porque la Ley del Tabaco sea uno de los logros sociales obtenidos en estos últimos años que quiere desarreglar ya que fue mérito de su adversario político. Pero no os engañéis, es sólo porque fuma puros porque si no, se habría estado calladito.

domingo, noviembre 13, 2011

La adicción de Rajoy

Un periodista tiene la inoportuna idea de preguntarle a Rajoy si cambiará la Ley, y claro, la lía parda. Eso es un asunto muy delicado ya que la nueva conciencia aún está en fase de consolidación. El candidato por el Partido Popular, como buen fumador de puros que es, barre para su casa y piensa, ¿qué es lo que a mi me gustaría? y se responde así mismo: "si a mi me gusta el humo de los puros, el humo de los puros le gusta al resto de la humanidad".

Y así fue como contestó. Pensó que era verdad lo que decían la FEHR y el Club más Tolerante de toda España, que la reforma 42/2010 no la había demandado la sociedad. Poco después todos pudimos comprobar que las cosas habían cambiado y la reforma terminó siendo un éxito ante su incredulidad (a decir verdad quizá una de las poquísimas cosas que no ha hecho mal el PSOE). Pero Rajoy, como buen conservadurista, no ha cambiado; sigue siendo un adicto a los vicios de los que antes adolecía.

Y no es sólo que sea un adicto a la nicotina, con lo cual, desde mi punto de vista ya queda totalmente inutilizado para ejercer cualquier tipo de cargo público; sino que además es un ignorante con respecto a este tema y no sé si sus asesores conseguirán sacarlo de su error intelectual. La experiencia me demuestra que la insensatez de un adicto a la nicotina no conoce límites.

Aunque es poco probable, cabe alguna posibilidad de que una cabezonería por parte de este señor de pocas miras pueda dar al traste con los avances en lucha antitabaco habidos en las últimas tres décadas en España, porque este señor quiere seguir fumando en los bares incordiando con el asqueroso humo de su puro y sentirse acompañado durante sus gamberradas. Como la experiencia me demuestra que los intereses personales son muy puñeteros para estas cosas, pues yo no me fio, y como no me fio, no quiero que recaiga sobre mi conciencia el error de haber votado a un carca ignorante que parece salido de la decadencia decimonónica, como si de un castellano viejo si tratase.

En fin, que como la economía va ir igual de mal con este señor que con el anterior, al menos en cuanto a las intenciones en temas de moralidad, principios y progreso social van a seguir siendo más de mi gusto las del PSOE o las de cualquier partido de izquierdas. Pero todo eso me da un poco igual porque yo, si no hubiese dicho nada Rajoy respecto al tema, sencillamente no me habría molestado en ir a votar y punto. Pero siendo así, voy a votar a lo que más le pueda molestar (ya veré) y, además estoy tratando de convencer a mis compañeros de causa, familiares y otros de mi círculo de amistades para no lo voten. Mi aportación será escasa; es posible que no evite la mayoría absoluta de Rajoy pero al menos le quitaré unas pocas decenas de votos y, aunque sean una veintena, con esos, que ya no cuente.

martes, noviembre 08, 2011

La cantante Bebe

Es un problemazo para esto de la lucha antitabaco tener que aguantar intelectualoides y artistas que no consiguen salir de su error. Hablo de estos que quieren promocionar entre sus fanes o seguidores un estilo de vida aún sabiendo que insultan a la humanidad.

Ello sería entendible si la razón se fundamentase en intereses dinerarios personales o de terceros cercanos. Pero hacerles un favor a vendedores que no comparten ningún lazo de afininidad o consanguinidad es realmente de estúpidos.

Cada vez me cabe menos duda de que el consumo de cualquier droga de estas ocasiona lesiones irreversibles en la capacidad de razocinio de la gente. Si no, es inexplicable.

La cantante Bebe, afectada por una enfermedad semejante a la de Fito Cabrales se ha convertido en la enésima apóloga del tabaquismo. Si hace algún tiempo prometía con orgullo no dejar de fumar durante su embarazo, ahora, esta enamorada del pitillo no se conforma con seguir en sus trece sin más. Ha creído conveniente componer e interpretar su “Himno al Fumador”. Y todo porque a ella le molesta no poder molestar en todas partes y cuando le dé la gana.

domingo, octubre 09, 2011

Muerte del fumador social y las ansias de reanimación

Hace unos años, en esos tiempos de oprobio que perduraron hasta el 2 de enero de este año, campaba a sus anchas el tipo de ciudadano más odioso y detestable que recuerdo. Era el tipo de sujeto cobarde y mezquino que más se extendía por nuestra geografía social. Para los de nuestro movimiento, era la típica mosca cojonera que, sin pedirle vela en este entierro estaba ahí para proteger de nuestros ataques la persistencia de los ambientes hipóxicos. Ese que, con una forzada seguridad discursiva, conseguía convencer a los contertulios de la hora del desayuno en tu trabajo o en la barra del bar para que siguiesen defendiendo el status quo anterior. Como ya imagináis, blandía su punto de vista, alejándolo de cualquier sospecha de los incautos con el "y esto lo digo yo, alguien al que debería darle igual porque no fumo". Así conseguía dotar a su discurso de un aire de imparcialidad. Básicamente, insistía en que se había establecido una persecución a un colectivo determinado en base a intereses políticos y que los fumadores debían también tener su espacio; por supuesto también hacía uso del resto del argumentario clásico.

A diferencia de otros disculpables, éste se declaraba no-adicto a la nicotina, definiéndose como usuario casual y responsable del tabaco, es decir, como fumador social. Y ciertamente era así porque de hecho, estaba claro que no fumaba en su casa o paseando por la calle. Es más, no fumaba entre semana. Podía estar así hasta que asistiese el sábado a la boda o saliese de marcha. Visto desde nuestro punto de vista, era el fumador que solo fumaba donde podía molestar, en eventos sociales donde tenía la posibilidad de incordiar a desconocidos. Por el contrario, en la intimidad o en la calle, donde no podía molestar, no le interesaba fumar.

El que he descrito en el párrafo anterior era un subtipo de fumador social. El otro subtipo no fumaba en absoluto pero, inexplicablemente, le molestaba que no se fumase en todas partes aduciendo razones de paz social y moralidad. Sí, habéis leído bien: también le molestaba que no se fumase. La actitud de estos sujetos, hoy denostados, era especialmente deleznable porque actuaban de la manera más cobarde. Desde la evasión, ellos trataban de autoconvencerse de que, como a ellos no les molestaba el humo, el humo no le molestaba al resto de la humanidad y, si a alguno en particular le molestaba, este era la excepción impertinente que confirmaba la regla, pasando a a ser el enemigo a batir tuviese éste razón o no, por el simple hecho de que pensaba que era minoría y que su pulso social era más débil. No era un romántico precisamente; no era hincha del humilde equipo de su ciudad natal, sino del Madrid o del Barça porque son los que siempre ganan, aunque no le gustase el futbol. Él siempre se apuntaba a caballo ganador sin atender a otro tipo de cuestiones.

Pero su proliferación recibió un duro golpe tras el dos de enero. Al dejar claro la Ley que no se puede fumar en estancias cerradas frecuentadas por el público las tornas cambiaron y este tipo de fumadores sólo pudo guardar silencio o cambiarse de bando. Ya se mostraba menos gallito en las discusiones de bares o, directamente, había cambiando de bando, haciéndose pasar por un antiguo damnificado durante el status anterior. En otros casos, su conversión fue sincera. Pero de cualquier forma, el discurso general muestra que la razón ya ha pasado a ser patrimonio de la mayoría.

Por otra parte, pese a la evolución general de la sociedad que se va concienciando para sorpresa de los políticos, éstos parecen ir a remolque. Parece como si, para su sorpresa, los ciudadanos hubiesen gestionado la nueva situación con más rigor y entusiasmo que ellos mismos. Como si dijesen "ya era hora, ¿cómo habéis tardado tanto en sacar esta ley?

Y sin embargo, nuestro Gobierno continua decepcionando, sin dar el golpe de gracia al fumador social, a ese que ve bien que se fume. Sigue en sus trece facilitando el acceso al tabaco a través de la liberalización de la venta; Sigue sin subir los impuestos hasta acercar su precio final al de Europa y sin homogeneizar el régimen fiscal canario con el peninsular; sigue sin desbloquear la emisión de campañas antitabaco por TVE etc. Sigue sin hacer cosas que se tenían que haber hecho.

Me parece insultante la actitud del Gobierno que solo encuentra una explicación: las ansias de reflotar el negocio tabaquero en detrimento de la Salud Pública, tal y como lo ha demostrado eliminando la regulación de la venta de tabaco en gran parte de establecimientos comerciales mediante orden ministerial.

Esto es como si un retén de extinción de incendios ha conseguido apagar un fuego y de pronto intenta reavivar las ascuas conectando un soplador. Lo mismo. Por fortuna, la sociedad no lo va a permitir.

jueves, septiembre 22, 2011

Fumar ya no tiene gracia

Últimamente he escudriñado algunos episodios de una serie de Televisión Española ambientada en la Guerra Civil llamada "Plaza de España"; más que nada con propósitos censores. Pensaba que, como solía pasar siempre, la serie era una excusa más, otro reclamo para que viésemos a gente fumando sin venir a cuento pero no ha sido así. Episodio tras episodio, sin dar crédito a mis ojos, veo cómo se va practicando la abstinencia tabaquil en la recreación de un mundo donde el humo no tiene cabida. A diferencia de una película sobre la que hablé hace tiempo, aquí el mérito radica en dos puntos añadidos: lo primero es que hablamos de una producción española y, lo segundo, es que está ambientada en una época en la que se fumaba. Aunque con lo primero habría sido en otro tiempo suficiente excusa para que se fumase ubicua y arbitrariamente en el plató, aún tratándose de una serie futurista o de ciencia ficción.

La temática es abordada en clave de humor y, en algún momento esperaba encontrar a algún personaje haciéndose el gracioso a base de provocar humaredas con la quema de cilindros de papel pero, como he dicho, aún eso no ha sucedido. Parece que, a diferencia de otras veces, a los productores o los directores de la serie, fumar ya no les hace gracia.

¿Esta serie puede ser pionera en un cambio de tendencia? Eso espero. Es posible que se haya querido diferenciar de otra serie que, ambientada en la misma época, es un dramón histórico, "Fumar en Tiempos Revueltos". En esta serie, que bien podría considerarse como perteneciente al género de terror, la omnipresencia del humazo de tabaco en la pantalla resta luz a los focos hasta tal punto que, cuando lo vemos por la grisacea pantalla, pesa, agobia y desagrada. Llegan a dar innecesaria dentera esas inspiraciones tan profundas para sorber hasta la última partícula de humo de cigarro.

En mi opinión, la representación visual del acto de fumar sobra en el 99% de las casos; no es necesaria para contar una historia ni útil para una ambientación de época. Si se sabe que se fumaba pues bueno, se fumaba, pero, ¿qué necesidad hay de plasmar una y otra vez el acto concreto de fumar? No veo que eso revista interés filmográfico alguno. Además lo considero de especial mal gusto. Es demasiado parafílico y escatológico para mi sensibilidad. Creo que por esa misma época mucha gente se metía el dedo en la nariz y, sin embargo, esto no se ve plasmado en la serie, pues esto lo mismo.

A ver si cala entre el público la necesidad de evitar las escenas de tabaco en pantalla y, por supuesto, si el Estado ayuda imponiendo tasas disuasorias a las productoras que decidan incluir escenas de tabaco en sus series y películas será algo positivo para la mejora de la salud pública. Esa política no perjudiacará en absoluto la calidad de la obra, ni vulnerará el derecho a la libertad de expresión y artística, ni rollos macabeos de esos. En el peor de los casos sólo supondrá que a la Industria Tabaquera le cueste más caro patrocinar arte; simplemente eso.

lunes, septiembre 19, 2011

¿Por qué?

De casualidad me he enterado de esta noticia. Ahora, este Gobierno que parecía haber cambiado su actitud tras la reforma 42/10, tras la sorprendente diligencia de Trinidad Jiménez y la política de continuidad de Leyre Pajín que obró el milagro; pero era todo una ilusión pues Zapatero y otros altos cargos del Gobierno no han dejado de fumar y eso lastra, tal y como ahora se manifiesta.

Como bien dice el artículo, llama la atención la forma jurídica mediante la que se ha perpetrado el ultraje a los intereses de la sociedad y su salud. De la noche a la mañana, nos encontramos con que el Gobierno, con alevoso sigilo, ha dictado un Decreto-Ley, que en la practica dejará vía libre a la venta abusiva y descontrolada de tabaco por doquier. Hasta la aprobación de la Ley que nos permitió algo tan de cajón como poder disfrutar de los espacios sin humo en los bares, el trámite legislativo tuvo que pasar por un larguísimo y tortuoso proceso que se dilató durante años. Era como si no se terminase de pedir disculpas a no se sabe qué o quién; como si se tratase de justificar un terrible recorte de un supuesto derecho inalienable a fumar ubicuamente.

Y sin embargo, ahora llega el Ministro de Industria y, valiéndose de un Decreto-Ley (leyes que se dictan por el Gobierno en base a razones de urgencia debidamente justificadas), dicho y hecho. Algo tan serio como eliminar la regulación de la venta de tabaco, aplicando parámetros liberales, es planteada y aprobada a la primera de cambio ni más ni menos que por este gobierno socialista.

La cuestión es por qué ha hecho eso, si la ciudadanía no demandaba comprar tabaco en más sitios porque ahora está más ocupada intentando quitarse. ¿Para recaudar? no creo que sean tan tontos como para recaudar una cantidad que lleva aparejada otra tres veces superior en gasto sanitario.

El Ministro José Blanco dice que es para acabar con la discriminación en lo que a derechos de venta en las tiendas se refiere pero, ¿tanto se habían quejado los tenderos?. Además podían haber eliminado la alegada discriminación de la otra manera, es decir, permitiendo la venta única y exclusivamente en los estancos si es verdad que la venta de tabaco en sí apenas deja beneficios a los tenderos. De hecho, en cuanto al consumo, siguiendo la lógica, también podían haber evitado la "discriminación" que sufren el resto de los locales de ocio, hostelería y restauración con respecto a lo clubes de fumadores, permitiendo fumar en todos sitios por igual, ¿o no? ¿o ya lo tienen pensado y va a ser lo próximo que se va a aprobar mañana mediante orden ministerial?

El titular habla de que se "puentea" a la Ministra de Sanidad y está en lo cierto. No se ha solicitado informe de impacto sanitario porque éste no iba a ser favorable precisamente. Es evidente que a mayor facilidad de acceso al tabaco, más enganchados a la nicotina. En definitiva "puentea" a Sanidad y "putea" al ciudadano que, o no fuma, o quiere dejarlo.

Me llama la atención en el artículo la conclusión del periodista "La decisión del ejecutivo echa por tierra, además, las millonarias campañas contra el tabaquismo emprendidas por Sanidad en los últimos tiempos". Me extraña mucho eso que dice pues yo no veo los resultados del gasto al que alude, porque ni yo ni nadie hemos visto esas campañas por televisión y las referencias en prensa no me consta que, si las hay, acarreen tantos costes de publicación. Quizá convendría estudiar de manera exhaustiva el capítulo de gastos correspondiente de los Presupuestos Generales del Estado para estos últimos años, desde 2008; pues si tanto dinero se destina a esas campañas, o se ha malversado o finalmente ese dinero se ha destinado a otra cosa.

Mi frívola opinión es la de siempre; no soy tan incoherente como el Gobierno actual. Me gusta la simetría y la proporcionalidad y, si cada vez se puede fumar en menos sitios y queremos que esa tendencia prosiga, lo lógico es que cada vez se venda tabaco en menos sitios. No se debe reconocer al tabaco como "bien de consumo" (por llamarlo de alguna manera) con relevancia económica, ni como reclamo para la venta. A estas alturas me parece ya infantil esa concepción. En cuanto a la discriminación, eso sí que es un argumento disparatado. No he visto nunca a un ferretero que se sienta discriminado porque no puede vender medicamentos para el dolor de cabeza en su tienda; ni he visto a panaderías quejarse de que no les permiten vender quinielas e impresos de certificados médicos. Si ya teníamos casi asumido que el tabaco es mejor comprarlo en el estanco y punto, ¿a qué viene esto?

Para terminar, a mí me parece que esta iniciativa ha venido determinada por el síndrome de abstinencia del Señor Rodríguez Zapatero o algún otro alto cargo adicto al cigarro, quien habrá impulsado esta norma pensando en su comodidad personal a la hora de adquirir tabaco. No hay otra explicación.

domingo, julio 24, 2011

No basta con no hacer nada

Siempre pasa igual y parece que no tiene arreglo este país con lo del tabaquismo. Empezó bien el año cumpliéndose la Ley del Tabaco y, además, muchos enfermos aprovecharon la ocasión para quitarse.

Medio año después parece que las cosas habían ido mucho mejor de lo que algunos interesados pensaban. Se ve que pensaron que hemos pasado de fumar un pelín de más a fumar un pelín de menos, de modo que para compensar han decidido que, si no es políticamente correcto relanzar el consumo publicitando el tabaco e invitando al incumplimiento de las leyes que regulan su consumo, al menos sí podían hacer algo que también funciona cuando se quiere auspiciar el mal: no hacer nada.

Como resultado de esta acción por omisión, volvemos a las viejas andadas y gran parte de los que habían dejado el hábito a primeros de año lo retomaron meses después, alentados por las facilidades concedidas a la hora de adaptar el consumo a la nueva situación y, sobre todo, porque nadie les ayudó para que lo dejasen; ni siquiera queda en el recuerdo una maldita campaña de concienciación.

En cuanto a las ventas, pronto se notó en las cuentas del Comisionado para el Mercado de Tabacos (se venden igual o más cigarros que el año pasado)

Estamos perdiendo una bonita oportunidad para liberar a muchas personas de su adicción, para salvar vidas. ¿Para cuándo recuperaremos la normalidad como en otros países de nuestro entorno emitiendo campañas de concienciación? ¿y alguna política de incentivos? ¿y las adaptaciones pertinentes en los recursos sanitarios públicos? No se está haciendo nada de nada.

Eso por un lado y, por otro, falla mucho el control del cumplimiento. Hacen falta cambios sustanciales en lo que al régimen inspector y sancionador se refiere. Ya está bien con el cachondeo.

martes, julio 05, 2011

Es peor la enfermedad que el remedio

Esta mañana escucho una versión de esta noticia por la televisión: Vinculan fármaco para dejar de fumar con riesgo de infarto

Mira si no habrá medicamentos agresivos que pretenden curar multitud de dolencias; auténticos venenos como las estatinas, o simples excipientes y colorantes que, aunque usados para encapsular la materia activa de los medicamentos, administrados por sí solos ya serían verdaderos brebajes de bruja. Y sin embargo, a ciertas asociaciones en defensa de los pacientes y misteriosos institutos de gran renombre surgidos como de la nada, de esos que no tienen ni página web oficial, que si los buscas en el google te aparecen mencionados en menos de una decena de enlaces... de esos entes fantasmas creados al uso, no tienen otra cosa que hacer que sembrar dudas acerca de la seguridad de un posible antídoto contra el peor veneno de todos: el tabaco.

Una vez más, aplicamos la Navaja de Occam, y destapamos al beneficiario de una hipotética divulgación de un mensaje así. Si la Industria Tabaquera sospecha que parte de sus pérdidas se deben a que cierto número de clientes está dejando el hábito gracias a la vareniclina, el Champix se convierte en enemigo de los que viven de vender tabaco. Por eso surge la polémica y, como es normal, Pfizer asegura que los estudios dedicados a poner en entredicho la seguridad de su medicamento para dejar de fumar tienen "sus limitaciones". Las limitaciones vienen impuestas por la Industria Tabaquera, que será la que directa o indirectamente patrocine o financie esos estudios psudocientíficos, trazando de antemano cuáles han de ser las conclusiones a las que han de llegar los estudios solicitados.

viernes, mayo 13, 2011

Novedades sobre el tabaquismo en prisiones

No hay novedades en realidad. Sólo huelga mencionar la publicación hace un mes de la Instrucción 4/2011 de la Dirección General de Coordinación Territorial de la Secretaría General de IIPP. Vuelve a aclarar dónde y cómo se puede fumar. En resumidas cuentas, además de los espacios al aire libre, en las celdas destinadas específicamente para fumadores y en salas determinadas usadas al efecto, las cuales deberán disponer de un sistema de ventilación independiente eficaz. Eso si se aplicase a rajatabla estaría muy bien, pero la realidad es otra bien distinta. Todo sucede porque a fecha de hoy no se ha instruido jamás un expediente disciplinario ni a interno ni a funcionario por el incumplimiento de esta Ley. Por tanto, todo sigue igual y en muy pocas cárceles se respeta la Ley una vez que se entra a los módulos.

sábado, abril 16, 2011

La otra cara del fanatismo

Auque no tiene nada que ver con los temas que suelo tratar aquí, y ni siquiera con el dopaje de estado que se practica en el ciclismo español, no he podido evitar que me llame la atención las últimas críticas del "visionario", e "iluminado" José María Aznar reflejadas en el titular: "Aznar considera a Gadafi un "amigo extravagante" de Occidente"

A mi al menos me han dejado boquiabierto, sin necesidad de leer el resto del artículo. Parece que, o no se ha dado cuenta de que Gadafi es poco menos que un psicópata, o quiere dejar claro que, la lucha contra el terrorismo como fin en sí mismo, es lo último y primordial que hay que defender, sea como sea, ya que ese fin justifica todos los medios. Pero lo más gracioso es que todo el mundo sabe que los rebeldes Libios que se han levantado en armas contra el régimen establecido, no son exactamente terroristas. Al menos, la comunidad internacional no los reconoce como tales pese a la insistencia del lider Gadafi en usar ese pretexto como coartada.

Pero a nuestro ex-presidente le da igual. Para él parece que lo importante es la invocación en sí a la lucha contra el terrorismo. Gadafi es digno de auspicio por el simple hecho de que ha impuesto un beto moral en el juicio hacia su persona, porque se ha declarado de forma ostentosa exterminador de terroristas, que son el mal absoluto. La invocación es suficiente, su voluntad religiosa, la pretendida apariencia y la fachada. ¿Por qué no podemos seguirle la corriente a Gadafi todos y mirar para otro lado?. ¿Es que acaso no nos conviene? Sigamos con nuestra fanática lucha contra el terrorismo.

jueves, marzo 24, 2011

Novedades en el caso Alberto Contador

Como ya predije en la entrada anterior, el futuro está escrito, y a las instancias extranacionales sólo les queda recordarnos a los españoles lo drogófila que es nuestra sociedad. Todo continua según lo previsto. Lo siento por el orgullo de nuestro deporte en general y por Contador en particular pero, aunque los sacrificios cuestan, es mejor así a largo plazo para el bien de la comunidad. Todo sigue su curso natural. La UCI, como ya vaticiné, ha reclamado. Bien por Pat Macquaid...

viernes, febrero 18, 2011

El dopin de Alberto Contador

En esta bitácora me he quejado otras veces del problema que tiene el homo hispanicus con el dopin. Además, estoy harto de ser un profeta y por eso es lo último que voy a decir sobre este tipo de temas que se salen un poco de la temática principal de la bitácora: un ejercicio de patriotismo no va a cambiar la realidad de los hechos.

Espero que Pat Macquaid y la UCI, u otros organismos internacionales, nos devuelvan a la realidad después de que la Federación Española de Ciclismo nos haya agraciado con esta muestra de corporativismo poco previsor e inútil. Evadirse diciendo que no ha habido dopaje no es la solución. Esto es como el drogadicto que no reconoce que tiene un problema. Os pongo en antecedentes con el caso de Marta Domínguez, con Maribel Moreno y con la denuncia a la Real Federación Española de Ciclismo por parte de la Unión Ciclista Internacional. Esto, claro está, determina que Alberto Contador no se va a salir con la suya, sea inocente o no; y me alegro por el bien de España.

viernes, febrero 11, 2011

Moriré matando

Podría poner estas palabras en boca de un fumador compulsivo al que le gusta insistir en fumar dentro de locales cerrados. Pero estas palabras las ha pronunciado el insumiso empresario del ínclito asador de Marbella para la prensa, en un burdo discurso que se asemeja bastante al de un matoncillo de barrio. Ahí dejo el enlace para que admiréis la audacia de este gañán.

Dice este paleto que morirá matando, y muchos nos alegramos de que así sea si no quiere ofrecer otra alternativa. Nuestro sentimiento no se deriva del rencor y la venganza; es por una cuestión práctica porque veréis, este señor ha vivido matando hasta ahora y lo que ha dicho no revela un cambio de actitud. Ya es hora de que muera matando; matando pero que termine ya.

miércoles, febrero 02, 2011

Definición: paramento

Dice la reforma 42/10 de la Ley Antitabaco: «A efectos de esta Ley, en el ámbito de la hostelería, se entiende por espacio al aire libre todo espacio no cubierto o todo espacio que estando cubierto esté rodeado lateralmente por un máximo de dos paredes, muros o paramentos.»

Por otro lado buscamos que significa eso de "paramentos" que no "parámetros", como algunos hemos leído con las prisas:

1 Tela o cosa que cubre y a la vez adorna una superficie. atavío, ornamento.
2 Cara de una pared, muro o sillar labrado: el paramento de la fachada está muy dañado.
3 Aspecto o disposición de los elementos de un muro.
4 Revestimiento de una cubierta, muro, pared o tejado.


Como se puede ver, tenemos muchas definiciones y acepciones del término paramento en Internet, a cada cual más imprecisa. Pero da igual porque atendiendo al aspecto teleológico de la norma está claro qué perseguía el legislador.

Perseguía evitar que sucediese lo que nos temíamos: que en las estancias cubiertas, hechas de telas, tenderetes, vidrieras, plásticos, lonas etc., disimuladamente se permita fumar.

No os dejéis engañar, los apantallamientos, biombos, lonas corredizas, cubran a media altura, de arriba a bajo, o estén agujereadas por varios sitios, son paramentos y, por tanto, ahí no cabe habilitación de zona de fumadores.

Esto no es un tema baladí en nuestra lucha aunque ahora nos lo parezca. Debéis pensar que cuando llegue el verano nos va a apetecer sobremanera disfrutar de estas terrazas y la cosa se nos va a deslucir por el humo de tabaco. No debemos permitirlo porque la Ley es clara. Corre por ahí la leyenda urbana de que en las instalaciones de ocio nocturno tipo jaima se va a poder fumar en verano. Espero que ni lo sueñen.

domingo, enero 30, 2011

Últimos reductos

El afianzamiento del nuevo orden, para gloria de nuestra patria, sigue su curso inexorable. Sin embargo, aunque el camino hacia la vitoria final está exento de amenazas serias, sí están surgiendo iniciativas espontáneas a nivel individual por parte de algunos insumisos que, no obedeciendo a planes preconcebidos ni coordinados, pueden entorpecer y ralentizar innecesariamente el proceso de normalización si permitimos que prosperen. Para evitar estos contratiempos el mal hay que cortarlo de raíz.

Por eso, conmino a todos los usuarios y consumidores que hagan un último esfuerzo neutralizando actos ilícitos que algunos salvajes e ignorantes, tanto entre propietarios hosteleros como en clientes, puedan aún llevar a cabo a fecha de hoy.

Me han llegado noticias de que en algunos locales cerrados de restauración se fuma y se permite fumar ante la mirada displicente de una clientela acobardada. La sensación de impunidad en estos bares de fumadores clandestinos debe terminar de inmediato; no lo podemos tolerar. En todo el territorio nacional no debe ser posible encontrar este tipo de guaridas.

Por eso, sugiero que sacrifiquéis algo de vuestro tiempo de ocio buscando estos sitios y actuando en consecuencia. En algunas estamos organizando "safaris" y "batidas" con este propósito. Nos adentramos en territorio enemigo en parejas o en grupos de tres o cuatro y, una vez allí, tras cerciorarnos de que allí se fuma de manera reiterada y sostenida en el tiempo, solicitamos insistentemente la presencia policial arguyendo que ya hemos agotado la vía diplomática con propietarios y clientela. A continuación, esperamos a que todo discurra por su cauce normal. De no ser satisfactoria la espera de los refuerzos, pedimos hojas de reclamaciones al momento y tramitamos las denuncias posteriormente ex-situ.

Dependiendo de la sangre fría y valentía de cada uno se puede proceder de una manera o de otra, pero como quiera que sea, jamás deben dejarse pasar estas infracciones. Debemos guardar y hacer guardar esta ley con firmeza y diligencia, porque es nuestro designio, oponernos a la Industria Tabaquera y sus intereses.

viernes, enero 28, 2011

Uno que fuma por principios y por vocación

Señor Don Javier Marías, me gustaría agradecerle el momento de diversión que me ha ofrecido con uno de sus últimos artículos. El enésimo ya sobre este tema del tabaco. Sin duda, corrige usted el fallo que cometió su compañero de causa, Fracisco Rico, cuando intentó hacerse pasar por un no fumador.

La verdad es que es una buena noticia para nuestra causa el que ambos reconozcan inconscientemente que les disgusta ser designados por un mote -fumadores-. Ha intentado usted, con más ingenuidad de la esperada, recuperar la credibilidad de sus argumentos comenzando con un "Olvídense de que soy fumador".

Pero hombre, ¿cómo va a hacer tamaño esfuerzo alguien con tan poca imaginación como yo, pero con tan buena memoria? No puede ser, ni aunque pasasen mil años olvidaría yo eso. Pero, además, ¿acaso tiene algo que ver con todo esto el que usted fume?. Anda, no sea patético y siéntase orgulloso de su identidad. Usted es un adicto a la nicotina y el motivo y sentido de su determinación no cambiará así como así.

En fin, vuelve a repetir lo mismo de siempre sin aportar nuevos argumentos que dignifiquen la postura de quienes quieren fumar ubicuamente. Lo único que hace es marcar un nuevo gol en su propia portería. Pero siga así y no se prive, siga delatándose a sí mismo.

martes, enero 25, 2011

Pataletas de fumador

Para los adictos a la nicotina sin remedio, corren malos tiempos. Se han sucedido cambios en el entorno que escapan a su control y, mientras una mirada introspectiva no les haga ver la luz, lo seguirán pasando mal una temporada.

Como adolescentes que estuviesen saliendo de un mal de amores, deambulan cabizbajos y tristes, sin rumbo y con la mirada perdida. A veces, uno trata de darles ánimos como buenamente puede, pero todo es en vano. Puedes mostrarte comprensivo y servirles de oreja para escuchar su historia una y otra vez. Te narrarán la historia desde el principio hasta el final, desde el final hasta el principio o empezando por la mitad y rebobinando hasta el principio, o pasando la cinta hasta el final... y vuelta a empezar. Un desahogo que, entre suspiro y suspiro, y a veces con sollozos, puede resumirse en "¡ains!, ¡ya no me dejan fumar en el bar!"

Este mal, este tipo de duelo, no respeta clases sociales ni cargos -tan siquiera cargos políticos-. Puede afectar de la misma manera a un humilde obrero que a una Defensora del Pueblo.

Por fortuna para esta gente, el tiempo cura las heridas, y en un año a lo sumo, cualquier mal de amores se queda en nada, y se olvida.

Doy mis más sinceros ánimos para quienes hayan intentado poner fin a su relación con la nicotina.

viernes, enero 14, 2011

Estudio sobre la situación en los centros penitenciarios

20 de noviembre de 2009

PLAN DE ACTUACIÓN PARA LA LUCHA CONTRA EL HUMO DE TABACO AMBIENTAL EN EL CENTRO PENITENCIARIO XXX

Espacios regulables


Analizando el cumplimiento de la norma, a fecha de hoy podemos distinguir dos zonas diferenciadas en el Centro Penitenciario, coincidiendo con la separación arquitectónica y el destino funcional: Área de Interior y Edificio de Oficinas.

En el Área de Interior rige la Instrucción 19/2005 de la DGIP al amparo de la Disposición adicional sexta de la LEY 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, por la que se establece un régimen especial de aplicación en los establecimientos penitenciarios.

El área de oficinas queda regulada por la normativa general aplicada a cualquier centro de trabajo sin que se consideren excepciones o se haga extensible lo prescrito en la Disposición adicional sexta.

La evolución del problema


Durante los primeros días de vigor de la Ley 28/05, se respetaron las restricciones al consumo de tabaco en un grado aceptable, tanto en las áreas de oficinas como en aquellos despachos comunes y espacios de trabajo de los funcionarios y empleados públicos ubicados en el Área de Interior; gracias en parte a la pronta difusión de la Instrucción 19/2005 de la DGIP.

Sin embargo, con el paso del tiempo se ha ido consolidando una tendencia negativa en consonancia con la progresiva relajación en el respeto a la norma bajo el anterior Consejo de Dirección. Su laxitud a la hora de interpretar la norma y la falta de un seguimiento ulterior de la aplicación han acabado dando lugar a la sensación de impunidad por parte de los infractores.

Huelga destacar el fallido acuerdo de aquel Consejo de Dirección que, pese a la oposición de algunos de sus miembros, terminó declarando la permisión de fumar en la cafetería del centro, aprovechando un vacío legal en la I 19/2005 pero contraviniendo en espíritu y letra la Ley 28/05. No obstante, pese a su nulidad de pleno derecho, ese acuerdo recibió el visto bueno del D.G.I.P., sin que hasta ahora haya sido recurrido ante otras instancias. Tan sólo destacamos la protesta formal de algunos funcionarios de la plantilla del centro.

Situación de facto actual


A día de hoy, el grado de cumplimiento es muy deficiente en el Centro Penitenciario. Grosso modo:

Área de Interior


•Se fuma a discreción en las oficinas de los módulos y no existe una señalización clara sobre la prohibición de fumar. Si la ha habido o algún funcionario la coloca, ésta es retirada en breve por funcionarios de otros turnos o guardias.

•Se fuma a menudo en las cabinas de control de los patios donde la mayoría de las veces la regulación se establece mediante débiles acuerdos puntuales entre los funcionarios que comparten servicio en ese espacio.

•En los baños, pasillos y otras zonas comunes se fuma arbitrariamente.

•En los comedores sí parece existir una mayor conciencia sobre la prohibición de fumar pero sólo durante las horas de las comidas.

•En los talleres el grado de cumplimiento es tímido, deficiente en comparación con entornos laborales semejantes del exterior.

•En las zonas de gimnasio y gradas de pistas deportivas cubiertas también se fuma con frecuencia.

•En los locutorios y salas de comunicaciones incumplen la prohibición tanto funcionarios como administrados, pese a la existencia en los locutorios de señalización claramente visible (en las salas de comunicaciones la Instrucción permite el consumo de tabaco dependiendo del tipo y las circunstancias).

•En el mostrador de la recepción fuman funcionarios de servicio pese a la señalización clara y visible para público y visitantes.

•En las cabinas de control de los rastrillos se fuma en las mismas condiciones que las indicadas para el caso de las cabinas de los patios.

•En otras dependencias, áreas de trabajo y despachos ubicados en Interior, tanto la señalización como el respeto de los espacios sin humos son, en términos generales, deficientes.

•Aún no se han retirado los ceniceros de las diferentes dependencias en las que se prohíbe fumar, tal y como obligaba la Instrucción.


•No se ha podido determinar si en los departamentos de madres los niños quedan convenientemente protegidos del humo de tabaco ambiental.

Sí supone un salto cualitativo la reciente sensibilización por parte de la Administración Penitenciaria al diferenciar entre celdas para fumadores y celdas para no-fumadores, de acuerdo con lo establecido en la Instrucción 19/2005. En este centro penitenciario es algo que parece estar afianzado en el propio método organizativo a la hora de administrar celdas. Celo que ha sido renovado tras la denuncia formal al respecto de un interno, quien expuso en su queja ante el Juez de Vigilancia Penitenciaria y el Defensor del Pueblo el fracaso de la Administración Penitenciaria a la hora de ofrecerle protección frente al humo de tabaco, dado que en diversas ocasiones se había visto obligado a compartir celda con internos que fumaban.

Zona de Oficinas


Se detecta un respeto a la norma menor de lo esperado, que resulta especialmente llamativo si se compara con otros entornos laborales de la provincia. Como resultado, la alta concentración de HTA es claramente apreciable con el simple olfato:

•La señalización es deficiente y está anticuada, (se reduce a dos señales referidas al Real Decreto 192/88 ubicadas en zonas de tránsito y pasan desapercibidas)

•Algunos funcionarios suben hasta las inmediaciones de las oficinas con el cigarro encendido antes de apagarlo.

•Algunos funcionarios encienden el cigarro en el pasillo de las oficinas mientras se dirigen a la salida.

•En algunas oficinas, ocasionalmente, el funcionario que trabaja habitualmente en ella, fuma.

•Se fuma con asiduidad en la sala principal de archivo y su acceso.

•Durante el horario de tarde, fuman funcionarios provenientes del Área de Interior que visitan las oficinas.

•Aún quedan algunos ceniceros por retirar distribuidos por las oficinas donde ocasionalmente se fuma.

Dificultades de fondo:

Grado de concienciación y actitud


Tradicionalmente se había considerado que fumar era una característica inherente al medio penitenciario, y que era impensable establecer cualquier tipo de regulación sobre el consumo de tabaco en el interior de las cárceles. Si atendemos a los hechos, esa percepción no parece haber cambiado mucho.

Además, los pocos funcionarios interesados en el respeto a los espacios sin humo se encuentran en la práctica con la imposibilidad de velar por el respeto a la Ley en cuestión. He aquí algunas de las razones:

•Encuentran imposible hacer valer la norma porque sus propios compañeros de servicio y superiores la incumplen a la vista de todos los administrados.

•La iniciativa por hacer cumplir la norma entre los internos no recibe el apoyo de compañeros y superiores. En algunos casos el funcionario es presionado para que no intervenga a propósito de ese tipo de infracciones.

•No se dispone de señalización en un soporte físico adecuado, dado que éstas no han sido encargadas hasta la fecha.

•No existe un clima de actitud favorable que ayude a tan siquiera concebir el incumplimiento de la Ley como una falta disciplinaria.

•La convicción de que cualquier iniciativa que lleven a cabo en ese sentido encontrará la firme oposición tanto de superiores inmediatos y compañeros como de la propia dirección del centro.

•La asunción de que la “vista gorda” con el consumo de tabaco en zonas no habilitadas para ello ha sido el producto de una concesión tácita como resultado de negociaciones entre sindicatos, plantilla y la anterior dirección.

•En general, la creencia hasta el desánimo por parte de compañeros y superiores de que es imposible regular el consumo de tabaco por razones culturales.

En cuanto al análisis del incumplimiento en las oficinas, sí hay una opinión generalizada positiva. La mayoría de la plantilla cree que no se debe fumar en las oficinas, si bien una parte piensa que la ley debería permitir la creación de una sala específica y debidamente acondicionada para ello.


Errores de concepción y falsas creencias sobre la cuestión entre los empleados del centro

En la opinión general manifestada por gran parte de la plantilla se trasluce la persistencia de los mitos y falsas creencias que en su momento difundieron los intereses de la Industria Tabaquera, a la que se suman los errores de concepción tradicionales. A saber:


•Fumar sólo es malo para el que fuma. Todo lo demás forma parte de un juicio moral.

•Debemos permitir que la gente fume donde quiera por lástima o empatía. Bastante desgracia sufren los que fuman con su adicción.

•Fumar unos pocos cigarros al día no es malo para la salud. El veneno sólo está en el exceso de la dosis.

•El HTA es sólo perjudicial para la salud si la concentración es muy alta y el ambiente está cargado.

•No es cierto que las partículas de HTA se adhieran con tanta facilidad a cabello y prendas.

•Para que los niveles de HTA se consideren nocivos, éste al menos ha de ser perceptible al olfato.

•El HTA sólo es malo si entra en los pulmones. No existe la intoxicación transdérmica en este caso.

•Da igual cuanto HTA respiremos, de todas formas nos vamos a morir antes por muchas otras razones.

•Fumar sólo es verdaderamente malo si “te tragas” el humo.

•Fumar tabaco no produciría cáncer si las tabaqueras no empleasen tantos aditivos para “enganchar más”.

•Aunque se fume en una oficina, si posteriormente se ventila bien, la nicotina en el ambiente desaparece.

•Fumar forma parte de nuestra tradición cultural y encaja con el carácter alegre de los latinos.

•La libertad de fumar es una ventaja social que hay que defender.

•No Conviene quejarse por el humo de tabaco. Así sólo daremos pié a que se originen conflictos donde no los hay.

•Es contraproducente recordarles la prohibición a los que fuman en las oficinas. Ello provocará un efecto indeseado: por mera rebeldía fumarán más.

•Si un funcionario que no trabaja de cara al público fuma en su despacho a puerta cerrada no existe ningún problema porque “a ti no te afecta”.

•Fumar es bueno para la economía. Ahora hay que estimular el consumo de tabaco más que nunca porque estamos en crisis.

•Causa más cáncer la contaminación industrial y la telefonía móvil que el HTA.

•No hay que exagerar a la hora de exigir el cumplimiento de la norma. Es imposible que se respete al 100% en las oficinas de los centros penitenciarios.

•Siempre se ha fumado y mis antepasados llegaron a muy viejos. El tabaco no tiene que ver con que la gente se muera antes.

•Al Estado le interesa que la gente se muera antes por el tabaco porque así el erario público se ahorra en pensiones.

•Regular el tabaco es una manía y una ridícula obsesión que nos llega de los americanos.

•Prohibir fumar en determinadas estancias es propio de fascistas, intolerantes o talibanes.

•No hay que preocuparse por el cumplimiento de esta ley, pues se incumplen muchas otras leyes que son más importantes.

•A muy poca gente le molesta realmente el HTA.

•Como estamos en una democracia, se debería permitir fumar si la mayoría de los miembros de una plantilla están de acuerdo.


Medidas tomadas hasta la fecha para velar por el respeto a la norma en el Centro


Corresponde a los directores de los centros penitenciarios velar por el cumplimiento de la Ley 28/05.

La Disposición Octava de la Instrucción 19/05 establece que el Director designará a uno o más funcionarios para que controlen la observancia de la prohibición de fumar en las zonas no habilitadas. Hasta la fecha no han sido asignadas esas tareas a funcionarios concretos o al menos sus identidades no se han hecho públicas.

Al igual que en el resto de centros penitenciarios, tampoco se tiene conocimiento de la apertura de expedientes disciplinarios por incumplimientos de la norma.

La actuación hasta el momento en el aspecto coercitivo se reduce a la colocación de carteles de prohibido fumar.

En cuanto a la actuación en el campo preventivo-sanitario, hay constancia de ciertas iniciativas administrativas externas. Recientemente, bajo la organización de los Servicios Médicos, se han impartido cursos de deshabituación tabáquica, como parte del PITA (Plan Integral de Tabaquismo en Andalucía). La acogida ha tenido escaso éxito de participación (entorno a 15 inscripciones) si lo evaluamos teniendo en cuenta el grado de incidencia del tabaquismo en una plantilla tan extensa.


Acciones recomendadas


Información

Se pondrán a disposición de la plantilla copias de la siguiente normativa para todo aquel que necesite consultarla:

•Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco

•Instrucción 19/2005 de la DGIIPP



Concienciación

Se distribuirán copias por el centro de los siguientes documentos que revelan la verdadera naturaleza y magnitud del problema y que ofrecen una perspectiva global y objetiva. Se evitará la difusión de cualquier tipo de interpretación o escrito con fines divulgativos:

•Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

•Traducción del documento desclasificado por orden judicial nº2501026750, Plan de Trabajo a Nivel Corporativo para España y Portugal.

•Traducción del documento desclasificado por orden judicial nº2500120653 Burson Masteller, Programa de aceptabilidad Social y Recomendaciones Iniciales para España.

Medidas


•Habrá que restaurar la señalización. Es recomendable encargar señales adecuadas en un soporte duradero. Existen placas de PVC impresas o marcos de metacrilato. Las señales deberán ir atornilladas en los lugares apropiados.

•Se eliminarán los ceniceros allí donde por ley esté prohibido fumar. Se conservará un solo cenicero en cada una de las estancias donde exista la señalización expresa de zona habilitada para fumar.

•En el patio de la entrada de visita al Centro Penitenciario y demás zonas del interior que se encuentren al aire libre, se colocarán ceniceros de exterior en lugares fácilmente visibles.

•Se evitará que los técnicos de mantenimiento programen la sensibilidad de los sistemas de detección automática de incendios teniendo en cuenta niveles típicos de HTA si en las inmediaciones está prohibido fumar.

•En almacenes de material y salas de archivos, acompañando a la señal de prohibido fumar, se exhibirá otra de materiales inflamables.

•Se procederá a la designación formal de los funcionarios encargados de observar el cumplimiento de la ley en materia de tabaco.

•Se comenzará a hacer uso de los mecanismos de apertura de expedientes disciplinarios cada vez que se dé el caso, sin primeros avisos o negociaciones.


Cumplimiento de la Ley entre la población reclusa


Las infracciones de la Ley 28/05 y de la Instrucción 19/2005 cometidas por los internos también son sancionables en virtud del art. 110f del Reglamento Penitenciario 1201/1981, de 8 de mayo. Sería conveniente difundir circulares entre los funcionarios de Interior y la población reclusa para recordarlo.


La publicación “Mundoestanco”


Por otra parte, merece especial atención el caso de la suscripción gratuita de las prisiones a esta revista, cuyo contenido se ha revelado como un efectivo instrumento destinado a difundir la propaganda de la Industria Tabaquera en las prisiones. A modo de caballo de Troya, incluso su lectura ocasional por algunos funcionarios, está siendo suficiente para fomentar un clima de auspicio a los intereses de la Industria Tabacalera, contribuyendo a contrarrestar así, en alguna medida, la política reguladora de la venta y consumo de tabaco por parte de la Administración dentro y fuera de las prisiones.

Entre los contenidos examinados destacan la insistencia en el beneficio que la venta de tabaco supone para las arcas del Estado; el tratamiento gráfico del acto de fumar en lugares donde la ley lo prohíbe como algo normalizado (mediante historietas en viñetas); la ridiculización de las regulaciones administrativas, tanto de los aspectos referidos a la fiscalidad de las labores del tabaco como a las regulaciones del consumo y la apología del tabaquismo fundamentada en el derecho a fumar como valor absoluto, incluyendo invitaciones subliminales a incumplir las leyes reguladoras de su consumo.

Siendo consecuentes con la política general para el control del tabaquismo en la actualidad, es esencial rechazar dicha publicación en todas las prisiones, dada la inexistencia del interés privado en la gestión de sus expendedurías.

martes, enero 11, 2011

Cuidado con los clubes de fumadores

La reforma de la ley antitabaco amplia la prohibición de fumar en espacios públicos cerrados y colectivos, ya sea la titularidad pública o privada. En principio en todos esos lugares estaría prohibido con unas pocas salvedades que se detallan al final del articulado. Entre ellas están los clubes de fumadores y las sociedades gastronómicas.

Esa excepción, y más con unas exigencias regulatorias tan vagas, a mi me parece un peligroso error. La verdad es que no veo la imperatividad de fumar en un club de fumadores constituido como tal, y menos con una sede oficial fija. Hacer esa excepción ha sido totalmente innecesario e incoherente. No es que me parezca mal que existan esos clubes; incluso en un momento dados yo mismo podría estar interesado en frecuentar uno, ¿por qué no?. Pero el hecho es que siempre habría un problema que podría incomodar a alguno de los socios: el humo. Es lo que puede pasar porque es una entidad de uso colectivo. Y si es de uso colectivo, sea cual sea el tema que se trate, si es en un local cerrado, debería estar prohibido producir o expeler humos. En todo caso, en lo que a la regulación del consumo de tabaco concierne, deberían serles aplicables las mismas limitaciones que a cualquier local de uso público o colectivo.

Veo normal que en un club de fumadores se impartan clases teóricas para aprender a fumar, que haya una sala de exposición de puros y cigarros en sus vitrinas, que se den conferencias sobre la historia del tabaco, que se se facilite material bibliográfico para que nos convirtamos en eruditos sobre el placer de fumar, que los socios puedan cantar en un karaoke el "Fumando Espero" de Sara Montiel, que la baraja española con la que se juegue a la brisca exhiba la propaganda de Marlboro en el reverso, que en la zona de cibercafé los ratones de ordenador tengan la forma de cajetillas de tabaco etc. Pero, las clases prácticas, fumar, ¿para qué?. Eso no puede ser porque es un peligroso y antihigiénico en una estancia cerrada mezclar el humo de Ducados, con los vegueros, con los farias etc. Es una guarrada. Al acto concreto de fumar, se le debe aplicar las normas de uso de los artículos pirotécnicos: "outdoor use only". Y el que quiera, que invite a los miembros del club que mejor le caigan a una cata de puros en su casa, que eso sí es algo privado e íntimo y ahí jamás nos meteremos.

No obstante, si tanto se insiste en que permanezcan reductos de uso colectivo con esa forma jurídica en los que se pueda fumar, de acuerdo, pero eso debe ser concebido como una generosa concesión, como una "gracia" a los que ya estaban constituidos hasta la fecha de la reforma, por ejemplo. Repito que, si se insiste, qué menos que los creados a partir de ahora, a fin de evitar la proliferación de estos sitios, se atengan a lo que he sugerido aquí y aquí, y que evitaría muchos problemas.

viernes, enero 07, 2011

Un nuevo amanecer

Parece que el oprobio ha llegado a su fin. El enemigo, que se bate en retirada, estuvo perdiendo efectivos durante estos últimos días de la manera más amarga; sin apenas haber podido plantar cara ante nuestras victorias, pues la tónica generalizada de lo acontecido entre sus filas fue la deserción de demasiados fieles en unas pocas semanas, en masa.

¡Aleluya hermanos!, estos días he podido presenciar ese tipo de cosas que me hacen recobrar la fe en el ser humano. Todo ha sido como debió ser hace mucho tiempo y de la única manera que podía suceder: de la noche a la mañana. El día 2 de Enero fue un glorioso día entre un millón, digno de figurar en una Sagrada Escritura. Ha sido una auténtica liberación para millones de ciudadanos. Un auténtico renacer de la sociedad tras siglos de opresión.

Casi todo el mundo de la política, la prensa y la opinión pública sucumbieron a la verdad y al sentido común y, al fin, se hizo patente el reconocimiento y aceptación de la norma por parte de aquellos cuya reacción era una incógnita hasta el último momento: las personas que a veces fuman.

Quedan atrás, como el recuerdo de una pesadilla, aquellos años oscuros en los que sólo unos pocos visionarios luchábamos en un escenario que a menudo era comparado con el de David contra Goliat. Estos últimos años el campo de batalla se había trasladado a la red de redes, donde finalmente el movimiento antitabaco en España terminó de forjarse ante la desesperada incredulidad del enemigo, que poco pudo hacer frente a nuestro imparable avance. Sin duda ha sido el instrumento gracias al cual se ha acelerado la conquista de la dignidad en nuestra democracia.

La cortina de humo fue retirada y se hizo la luz y, al auspicio de la claridad, muchos descubrieron algo que no sabían o que antes no se atrevieron a decir en voz alta; pero en ese día sólo fue necesario mostrar un leve gesto de felicidad: "¡Durante toda mi vida he estado esperando este momento!".

A partir de ahora todos seremos más felices porque los entornos sociales y comunicativos quedan despojados de esa lacra, de esa interferencia que iba mucho más allá de una simple perturbación medioambiental. Fumar en presencia de otros en lugares cerrados representaba mucho más que una simple indecencia, una broma pesada y de mal gusto o una gamberrada. Pero por fortuna, es una faena para inmorales, egoístas y otros fulanos con vocación de dictadores que Internet exista, como he dicho. Toda la sociedad por fin se ha percatado de la mentira; de cómo fue engañada hace cinco años por quienes ellos creían que eran los intereses de la hostelería y por la salvaguarda de una tolerancia hacia un colectivo que jamás se había autoreconocido como tal. Nos habían vendido una ley que defendía la convivencia entre dos colectivos que no existían, cuando el único resultado práctico sólo podía ser, y así fue, la imposición de unos intereses distantes sobre cualquier otra consideración. La convivencia era imposición por la naturaleza de la actividad que se quería defender y cuyo beneficiario se le ocultó a la opinión pública.

Ahora, niños y mayores, pequeños y grandes, mujeres y hombres, personas a las que no les gusta fumar y personas que a veces fuman; todas celebran con alegría tras cruzar por primera vez en estos días el umbral de la entrada a los locales de ocio, antaño invadidos por las tinieblas de la opresión. Siempre radiactivas, tóxicas, letales, asquerosas e impertinentes.

El día después

Los ciudadanos experimentan sus ventajas. Ya se acabó eso de volver a casa con el pelo y la ropa apestando a hollín adherido con el promiscuo vaho proveniente de las exhalaciones ajenas. Ya se acabó el rasgarse los ojos para estimular el riego sanguíneo en el globo ocular con la esperanza de obtener un alivio con el que sobreponerse a la irritación y al enrojecimiento. Ya se acabó el contraer una afonía sin venir a cuento. Ya se acabó el consentir que te quemen tu prenda preferida o, peor aún, el dorso de la mano con el ascua incandescente del cigarro y que sólo puedas aspirar a conseguir un mero "perdón, lo siento".

Si se trata de camareros, además dicen que están encantados porque terminan su jornada laboral y se sienten mucho menos cansados que cuando lidiaban con el asqueroso humo. Si se trata de propietarios de locales, también están de enhorabuena a tenor de la disminución del gasto en términos de limpieza y mantenimiento. Eso sin contar con los ingresos extra, merced al incremento en la afluencia de un público al que antes el humo le había prohibido la frecuentación de bares y restaurantes. Además, los mismos clientes que a veces fuman y ahora lo hacen menos, tienen más dinero para consumir productos hosteleros propiamente dichos.

En cuanto a los vendedores de tabaco que se jodan. Y si algún día se tienen que ir de este país, mejor. Bastante tienen con que les permitamos vivir después de todo el daño que nos han hecho. Pronto será el momento de empezar a pasarles la factura.