viernes, diciembre 31, 2010

Sólo si José Luis Rodríguez Zapatero quiere

Acaba de ser publicada la reforma de la Ley Antitabaco que entra en vigor el día 2 de Enero. Muchos de vosotros estáis pletóricos mientras esperáis una fecha que debería marcar una antes y un después en vuestras vidas. Yo, hablo de ella a menudo, como el Día de la Libertad. Debería ser el día a partir de el cual no volvimos a nuestras casas con olor a humo en el pelo y la ropa después de disfrutar del ocio en bares, restaurantes y discotecas. Uno de los cambios más sustanciales en la experiencia vital de cualquier persona en su sano juicio. Algunos la han definido como "una de las experiencias colectivas más importantes de todos los tiempos en España". Es sin duda un triunfo de la democracia.

Pero hay que poner los pies en el suelo. No quiero que nadie se lleve a engaño: durante los próximos meses, volveremos de la discoteca y del pub con olor a humo en la ropa salvo que una sola persona tenga el convencimiento de que hay que hacer cumplir esta ley.

A continuación paso a explicarlo haciendo uso de un sencillísimo problema de lógica matemática, para que nadie se líe, se confunda o llegué a conclusiones erróneas yéndose por los cerros de Úbeda:

1 Si se multa no se fuma
2 Si no se multa, se fuma
3 Por tanto, sí y sólo sí, se multa, no se fuma
4 No se multa
5 se fuma

La conclusión final es que estamos igual que al principio más o menos. Porque los silogismos disyuntivos no nos dicen que los fumadores vayan a dejar de fumar por una cuestión de fe, de moral, por respeto a la ley o por convicción. Todo eso sobra cuando hablamos del acto de fumar en sociedad. Vuelvo a rememorar lo explicado en otras entradas: las leyes de la adicción son propias y únicas.

A nosotros, que la gente fume más o menos, mucho o poco, nos debe importar un rábano. Que la ley no la cumplan los que fuman es intrascendente o anecdótico si con la ley se tenía claro qué hacer desde el principio. Las leyes reguladoras se dictan porque algo acontece de una manera que no es de nuestro gusto. Y es lógico que, la regulación, a menudo, sólo consiga contrarrestar esa tendencia; no erradicarla de buenas a primeras. Pero eso no es de nuestra incumbencia. Lo importante no es que la gente que fuma cumpla o incumpla con lo prescrito por la Ley; lo importante es que los demás hagamos cumplir esa Ley, y es ahí donde radica el incumplimiento grave en la actualidad. Tenemos que guardar, pero sobre todo, hacer guardar esa ley. Por tanto, aquí lo importante es recurrir a la coerción decidida usando los instrumentos necesarios que el estado de derecho nos permite usar que, por cierto, son muchos.

Pero yo no veo voluntad política por parte de los primeros encargados en impulsar una iniciativa así y, si no se consigue, será porque exclusivamente una sola persona no quiere: El presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Lo demás son tonterías. Hay que meterse en las discotecas, multar a discreción y empezar a cerrarlas hasta que la gente aprenda. Y que hagan lo que tengan que hacer para que eso se haga legalmente, tal y como hicieron con los controladores aéreos.

jueves, diciembre 09, 2010

Ya era hora de que la prensa vaya notando algo

Acabo de leer esta noticia. Se acusa a la ex-atleta Marta Domínguez de suministrar sustancias dopantes a sus compañeros de gremio. Pero para mí la noticia no es esa porque yo ya llevo muchísimo tiempo siguiendo estos temas. Ya hablé aquí y aquí, entre otras entradas. La noticia es que la prensa por fin se ha dado cuenta de que el número de éxitos en el deporte español rivaliza con el de fracasos en forma de clamoroso dopaje. Ha sido así desde que tengo memoria, desde el decepcionante dopping de Juanito Muller, recién nacionalizado español a principios de esta década y más atrás. Incluso fuera de la competición profesional el tráfico de sustancias prohibidas en los gimnasios españoles es el pan nuestro de cada día y, a duras penas, está mal visto. ¿Cuándo vamos a reconocer que en este país de tramposos existe una auténtica cultura del dopaje?. Como decía Pat Macquaid refiriéndose a España y sus ciclistas, con buenas palabras y declaraciones de intenciones no es suficiente; hay que hacer algo más.

martes, diciembre 07, 2010

Cuando se quiere se puede

Celebro que el Gobierno haya devuelto el tráfico aéreo a la normalidad tras el pifostio que montaron los controladores aéreos el viernes. Entiendo perfectamente que se haya tenido que actuar con contundencia limitando incluso derechos fundamentales con el estado de alarma. Ha sido mano de santo.

Pero de la misma manera, espero que el Gobierno actúe con una tercera parte de esa contundencia a partir del dos de enero, cuando gran parte del mundo hostelero se va a declarar en rebeldía para permitir que la gente fume donde no se debe, con el pretexto de que no son policías. Si es así, eventualmente, muchos de ellos merecerían sufrir los rigores del estado de alarma. Al quedar bajo la autoridad militar, estos tendrían que acatar las ordenes de Defensa que bien podría obligarles por las malas a ejercer labores "policiales" que por las buenas sencillamente no quieren.

martes, noviembre 30, 2010

Viva Wikileaks

El otro día empezó a publicarse la "desclasificación" de unos documentos catalogados por el Gobierno americano como secretos, muy a pesar de quienes querían mantenerlos con ese estatus. Esto me recuerda a cuando en la década pasada fueron desclasificados ciertos documentos "secretos" de la Industria del Tabaco, la corporación más poderosa jamás conocida. Tuvo que ser por orden judicial.

Me alegro mucho de que unos pocos valientes hayan decidido hacer lo que hay que hacer. Muchos cobardes van a tener que acostumbrarse a vivir en un mundo sin secretos ni de estado ni corporativos. Los ciudadanos y los consumidores tienen derecho a saber quiénes y cómo rigen nuestro mundo. Esta valiente acción llevada a cabo es, como dirían los judíos a los que salvó Schindler, el bien.

Sí a la información veraz y sí al conocimiento. Así nuestras democracias serán más dignas.

lunes, noviembre 22, 2010

Fumar en Tiempos Revueltos

De manos de la actriz y periodista Cayetana Guillén Cuervo estos días se estrena la versión teatral de una serie de televisión con trasfondo argumental de época, Amar en Tiempos Revueltos.

No voy a juzgar el valor artístico de la serie y por supuesto de la obra de teatro porque no tiene sentido hacerlo. Está claro que el objeto con el que se preparó la serie fue uno y no fue otro y, si fue ese otro fue a condición de que se fumara y mucho. En la obra de teatro igual: fumará hasta al apuntador, ubicua, compulsiva, arbitraria e innecesariamente. Parece que en España no es posible que las artes escénicas obtengan financiación de otra manera.

Es curioso ver que siempre patrocinan en la cara visible estos eventos teatrales marcas de ron u otros licores. Pocas dudas me quedan de que vendedores de cigarros del tipo "Altadís Nuevos Directores" está también detrás de todo esto.

Pero si casualmente no lo está, poco importa o quizá sea peor porque estará el teatro promocionando el acto de fumar a cambio de nada, haciéndole un flaco favor al resto de la sociedad. Algo así sucedía en una versión de la obra Cabaret y en Agnes de Dios, obra que comenté hace algún tiempo.

En fin, que es lo de siempre y, por ética os conmino a que no os gastéis un duro viendo este bodrio para ver a gente fumando, para eso os acercáis a la obra de un edificio en construcción que os pille cerca de casa, que allí podréis contemplar a nuestra honrosa clase trabajadora practicando su vicio de manera más segura; y no en un lugar cerrado como el teatro donde, además, según la Ley estaría prohibido.

lunes, noviembre 08, 2010

El agente mutágeno

La sociedad lleva demasiado tiempo evadiéndose de la realidad respecto a muchas cosas. Una de ellas es la repercusión del tabaquismo en la salud biológica de la población. Por alguna regla de tres, en España, el vulgo piensa que el tabaco no es tan malo como los médicos y la esquela de la cajetilla dicen. Y está totalmente en lo cierto, los estudios científicos que aparecen en publicaciones del tipo Nature o Medical Journal no gozan de la debida difusión cuando llegan a España. Ni siquiera hace falta que nos lleguen filtrados o censurados porque el desinterés está asegurado. Por su parte, el Estado no va a echar una sola mano informándonos pormenorizadamente de las consecuencias del tabaquismo. Decía que están en lo cierto en que el tabaco no es tan malo como dicen, porque es mucho peor de lo que dicen (en vista de la evaluación conservadora de los estudios y ensayos clínicos sobre el tema); eso sin contar con que gran parte de esos estudios son llevados a cabo por impostores, con el objeto de rebatir las conclusiones que son perjudiciales para la salud del bolsillo de los accionistas de las tabaqueras.

Hoy leo la esta noticia que informa sobre el aumento anual de un 2% de las alergias. Lo primero que se lee al principio de la noticia es que las causas de la alergia "no están del todo claras (exposición a contaminantes y productos químicos, sustancias nuevas, exceso de limpieza, vida urbana)". A esto yo digo que la exposición a contaminantes es principalmente una: al humo de tabaco. Y que el resto de la contaminación, en términos generales, afecta a la población en dosis poco significativas. Pero es obvio que no queremos reconocer que el principal causante de este aumento en las alergias, intolerancias y otras enfermedades autoinmunes es el tabaquismo ¿qué otra cosa podría ser si no?.

Es de lógica, no insistáis en culpar a otras cosas. Que ya lo dice la ONU, que el tabaco es una agente mutágeno, es decir, que altera el sistema inmunológico y el ADN celular.

Aquí dejo el enlace a un curioso artículo sobre estudios destinados a averiguar si el tabaquismo está detrás de la mayoría de los caos de EOT, (enfermedad ocular tiroidea).

viernes, octubre 22, 2010

La Poli tiene que multar, aunque suene duro

Leemos en el art. 23.3 de la Ley Orgánica de los Funcionarios de la Administración General del Estado que a las delegaciones del Gobierno en las Comunidades Autónomas les corresponde:

Proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana, a través de los Subdelegados del Gobierno y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuya jefatura corresponderá al Delegado del Gobierno, quien ejercerá las competencias del Estado en esta materia bajo la dependencia funcional del Ministerio del Interior.

Comprendo que comprobar si en una cámara frigorífica el pescado está debidamente separado de la carne sea competencia de Sanidad de las CCAA, exclusivamente si hace falta. Una vez más, vuelvo a poner en duda que el hacer cumplir las leyes sobre el consumo de tabaco en determinados espacios -no hablo de venta y etiquetado, aunque da igual- deba ser una tarea encomendada a las CCAA.

Vuelvo a insistir como lo hice en otras entradas, sancionar a alguien trate de hacer negocio con un consumible alimenticio en mal estado sí tiene pinta de que sea de manera natural competencia de Sanidad; multar o doblegar a un rebelde que insiste en fumar o permitir fumar donde está prohibido me parece que no. Las infracciones por el consumo de tabaco, jurídicamente podrían considerarse análogas a las de tráfico. Pienso que no es muy difícil entender eso.

Una acción tan concretada en el espacio y en el tiempo como fumar en un local público o en un parque infantil, debería poder ser multado ipso facto también por Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por las Policías de las CCAA o por las Policías Locales. Pero lo que no puede ser, señores, es que se bloquee de manera forzada por ley la posibilidad de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado puedan llevar a cabo una labor que por lógica debería corresponderles.

Fumar o permitir fumar donde la Ley lo prohíbe es un atentado al libre ejercicio de los derechos y libertades y a la seguridad ciudadana.

Si se obstaculiza la imposición de multas con larguísimos procedimientos sancionadores llenos de burocracia inútil donde se conjetura si se fumó o no en un sitio, eso sólo garantizará que la Ley no se respete.

martes, octubre 19, 2010

Cosas que no me gustan de la reforma

En espera de ver lo que termina de decir el Senado, parece que la Ley ya se ha acabado de perfilar. Pero hay cosas que no se comprenden desde el sentido práctico y la eficacia. No se han terminado de tapar unos agujeros que pueden volver a destruir la Ley. El primero es el básico y principal: ¿qué pinta la Inspección de Sanidad en todo esto?. Hay que implicar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; hay que multar porque si no, esto pasa de ser una ley a ser una recomendación.

Luego están los club de fumadores. Está muy bien que los definan pero, ¿y si fuesen muy demandados? No habría forma legal de evitar un escenario que, aunque teórico, es posible. Por eso yo ya dí una solución para evitar su proliferación.. Hablo de establecer numerus clausus, en base a baremos poblacionales.

Luego está el desarrollo normativo por las CCAA. Si no se concretan medios y plazos volvemos a lo que dije arriba: a una recomendación. Cada comunidad autónoma marcará su propio ritmo y se tomara su tiempo; más vacatio legis de facto y a incumplir mientras tanto.

Sobre la ampliación de los puntos de venta mejor no hablar. Sólo recordaré que seguimos llevando a cabo políticas contradictorias en este ámbito. No se puede comprar más tabaco y fumar menos simultáneamente. O le hacemos un feo al Ministerio de Sanidad o al de Hacienda. Hay que elegir.

También está el tema de la concienciación. Ya podía el Gobierno emitir campañas antes del 2 de Enero para que la gente se vaya haciendo a la idea. Hay que atacar también el prestigio social del tabaco. La población está ya preparada para eso y más (si el Ministerio de Hacienda lo permite). Ya están tardando y no vendría mal para contrarrestar el fallido tratamiento informativo de la noticia. Estoy harto de escuchar en la televisión un tono poco serio, en clave de humor, a la hora de decir "dónde no va usted a poder fumar".

sábado, octubre 09, 2010

El favor de la hostelería y la restauración

Ya se ha dio por concluido el trámite de audiencia concedido a los sectores presuntamente afectados. Ya estábamos cansados de escuchar los disparates de los portavoces del gremio, siguiendo las instrucciones de la FEHR, de los Presidentes de Gremio de Hostelería y otras asociaciones.

El descrédito se ha cebado entre quienes quieren que se siga fumando en la hostelería. Los propios parlamentarios han terminado hartos de escuchar las mismas tonterías una y otra vez. No terminaba de entenderse por qué la hostelería quería gastarse el dinero en complicadísimos mecanismos y separaciones para que en sus locales se siga fumando, y por qué ahora sí iban a cumplir con una ley que llevan 5 años sin respetar ni lo más mínimo.

En el lado opuesto estaba la mayoría y la razón. Además esta vez, nuestras señorías estaban advertidas, preparadas e informadas –mucho más de lo que yo esperaba-.

Los portavoces de la hostelería decían que el sector va a perder una cantidad astronómica de dinero que obligará a mandar al paro a cientos de miles de trabajadores, pero no supieron decir en concreto por qué. A falta de argumentos racionales, sólo les quedó exigir ante la cámara un ejercicio de fe para que nuestros políticos comprendiesen que una cosa mala iba a suceder porque sí, por una venganza de la naturaleza o por la ira de un dios contrariado. Están completamente acabados.

Ante el curso que van tomando las cosas los presidentes de gremio de hostelería están aterrorizados porque han fallado a sus señores. Es posible que por su fracaso muchos tengan que renunciar a una parte de los beneficios y favores de la Industria del Tabaco si ésta ya no los considera tan útiles a estos torpes, que ya han cumplido su cometido. Quizá ya no sean una buena inversión y nos hayan hecho un favor dejando en evidencia ante la opinión pública la gran mentira de la hostelería. No me extrañaría que alguno llegue a suicidarse. Pero veremos a ver qué pasa, ahora que acaba de concluir el plazo de enmiendas, toca la tramitación. No creo que en el Senado se permita así como así que la pretendida reforma salga indemne. Mi confianza y mi optimismo son nulos. En cuanto a la aplicación práctica de la Ley, ya me han dejado claro que no se va a hacer efectiva, que esto va a ser una modificación sobre el papel solamente y todo va a seguir igual.

martes, septiembre 28, 2010

Ya es necesaria un política de choque

Si un tan sonado porcentaje del dinero recaudado en impuestos por la venta de labores del tabaco va destinado a la prevención, qué menos que una pequeña partida de ese dinero vaya destinada a sufragar campañas de concienciación.

Se supone que el dinero destinado al efecto podría venir además desde otra vía: lo recaudado por las multas impuestas en aplicación de la Ley 28/05. Pero curiosamente, y a pesar de las terribles necesidades recaudatorias, parece evidente que por este medio no se ha conseguido reunir un duro. Si se hubiesen llevado a efecto los cobros derivados de todas y cada una de las infracciones de las leyes del tabaco avistadas en este país, a lo mejor el Estado disfrutaría de un asombroso superávit.

Pero de todas maneras, no me creo yo que la ausencia de campañas antitabaco en televisión se deba el rollo de que “no hay dinero”. Eso es mentira porque la confección de esas piezas audiovisuales y el pago de derechos de difusión para ese fin no costarían tanto; lo que ocurre es que, deliberadamente, deben de haberse dado órdenes de retirar unas campañas antitabaco que ya estaban diseñadas, materializadas y cuyos periodos de emisión en TV ya estaban acordados. Si pensamos que la difusión de esas campañas por TV fue interrumpida de manera abrupta, no mucho después de que entrase en vigor la ley, no existe otra causa que explique el agravio comparativo al comprobar la amplia difusión que se les concede a las intensas campañas de concienciación de la DGA.

¿Y de las multas? mejor no hablar. Para el caso de las infracciones de tráfico sí que se esmera sin pudor Estado “persiguiendo” a conductores que van borrachos o sin carné. Muestra de ello, por poner un ejemplo, son los alrededor de 3200 expedientes de penas de trabajo en beneficio de la comunidad que, a fecha de hoy y sólo en la provincia de Almería, permanecen abiertos. Ni que decir tiene que estas penas llevan aparejadas multas de cuantías desorbitadas.

Como resultado del fervor con el que la DGA ha llevado a cabo esta política de reducción de las “tasas de siniestralidad en accidentes de tráfico”, el Ministerio se autofelicita cada dos por tres declarando que la cosa funciona, demostrando con cifras que hay menos accidentes y menos muertos en las carreteras que el año anterior.

Sobre el control del tabaquismo es ridículo recordar que no se puede decir lo mismo. Primero porque no se han reducido las tasas de incidencia en ningún frente -no precisamente-, y segundo porque a Zapatero no le da la real gana activar los mecanismos para que ello suceda. De lo único que puede presumir Gobierno al respecto es de los datos ofrecidos por el Comisionado para el Mercado de Tabacos, que certifican la “buena salud” del negocio tabaquero. Ante el incesante incremento de las ventas de unidades de cigarrillos año tras año, lo único que le queda al Gobierno es convencernos de que la mitad de ese tabaco lo compran turistas que vienen de paso específicamente a eso y que, la otra mitad restante, sí la compran españoles pero que no se lo fuman, que lo fuman muy poco porque lo usan para decorar las vitrinas de su salón.

Y todo esto pone de manifiesto que nuestros políticos se han puesto una venda en los ojos ante la tragedia. Estos no quieren reconocer un hecho incuestionable fácilmente perceptible a ojos de cualquier observador externo: la epidemia de tabaquismo en España está fuera de control. Dolorosamente, entre mujeres jóvenes y de mediana edad, así como en adolescentes en general, tenemos unos porcentajes de incidencia que podrían superar el 50%. Es una sección al completo de la sociedad que en un futuro sufrirá secuelas por ello.

En este escenario, no cabe la parsimonia y la tranquilidad a la hora de volver a confeccionar una “ley tolerante”. La política que hay que aplicar es de choque. Entendemos que ello ha de implicar campañas de concienciación agresivas y la imposición efectiva de multas; la misma filosofía de actuación que la empleada para el caso de los accidentes de tráfico. Por cierto, el único tipo de accidentes de tráfico que no puede haber disminuido mucho es aquel que se produce por efecto de la distracción cuando se fuma al volante...

lunes, septiembre 27, 2010

Ni aquello del ahorro en pensiones por morir joven

Una de las ventajas atribuibles a la muerte prematura de un ciudadano, más o menos a la edad de jubilacion, resulta ahora que no existe. La Industria Tabaquera a través de sus ideólogos y panfletistas se ha afanado durante mucho tiempo en recomendar a la población que se suicide fumando, como en un gesto patriota al estilo del El ministro Alexei Kudrin. De esa manera el Estado se ahorraría el dinero en pensiones y en el gasto sanitario propio de los achaques.

Pues bien, al final sucede que esa afirmación es una ingenuidad desde el punto de vista económico porque intervienen una serie de variables que alteran los resultados de manera inesperada. Según este estudio, no existe una correlación entre sociedad envejecida y gasto público.

En conclusión, inducir a la gente para que se suicide gaseada con humo de cigarro cuando se jubile a los 65 y empiece a demandar costosos tratamientos para aliviar sus dolencias, no es una solución a la reparación de un déficit. Otro mito menos.

martes, septiembre 21, 2010

Sin multas no hay respeto

Es imprescindible modificar el régimen sancionador de la Ley 28/05. Si la próxima reforma de la ley no contempla cambios en esa parcela será algo más que una mala señal.

La confusa asignación de competencias sancionadoras en el texto anterior se llevó a cabo de manera deliberada con un metafín incuestionable: bloquear la efectividad de la Ley.

Las prescripciones del Gobierno han sido erróneas de base y han partido siempre de presupuestos ingenuos que han dado lugar a la confusión de las cosas. Nos han hecho creer que si la gente fuma donde no debe y como consecuencia enferma, eso es un problema que han de arreglar los médicos.

Esto es como si alguien es fatalmente empujado al vacío por otra persona y perdemos el tiempo culpando a la dureza del asfalto y del adoquinado de la acera para recomendarle a la empresa adjudicataria del Ayuntamiento que busque fórmulas en próximas obras para amortiguar el impacto de las futuras caídas y, por tanto, trasladásemos las actuaciones al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Con todo esto del tabaco y sus beneficiarios pasa igual.

Las leyes han de servir al fin que anuncian en su exposición de motivos y no a lo que se cuchichee en los pasillos que rodean el hemiciclo. Entonces, si ya se ha visto según la experiencia de otros países, que los modelos efectivos son aquellos basados en la coerción y no estos que consisten en no hacer nada, ¿qué sentido tiene persistir en ese error?

Cómo ha de concebirse la prevención


La prevención siempre ha sido un concepto estudiado desde el ámbito sanitario pero que, a efectos prácticos, ha seguido siendo tratado para el caso del tabaco desde la epidemiología biológica tradicional. Craso error. Esto no es como la gripe A, cuyo comportamiento puede ser impredecible y su contagio inevitable. Esto es otra cosa porque es predecible y es evitable.

Para el caso concreto del tabaco, la prevención no puede aplicarse desde un punto de vista sanitario porque la enfermedad comienza, como mínimo, desde el primer contacto del paciente con el tabaco y la adicción adquirida. De la manera en que tradicionalmente se afronta la prevención, ésta llega siempre tarde por sistema. Por tanto la intervención de la Sanidad se aplica en una fase tardía. Es decir, confundimos tratamiento con prevención.

La prevención, sólo puede llevarse a cabo a través de la vía policial evitando el contacto del paciente con el tabaco, ya sea aplicando la coerción o a través de las campañas de concienciación.

El Ministerio de Sanidad no es efectivo para llevar a cabo ninguna de esas tareas. Incluso el contenido tratado en las campañas de concienciación ha sido siempre errático, de manera que no puede alcanzar el pretendido objetivo. Se ha tratado un problema que no es sanitario con instrumentos inadecuados. En realidad, las políticas de Salud Pública no tienen que por qué ser encaradas desde los ministerios y consejerías de sanidad. Las campañas de concienciación en las que se alerta de que el tabaco es malo para la salud son inútiles. La razón por la que la gente comienza a fumar y fuma es de origen sociológico, de manera que la concienciación ha de ser reorientada hacia el ataque del prestigio social del acto de fumar. El fumar ha de estar mal visto por una cuestión de imagen social. Eso es algo muy fácil de conseguir mediante contenidos audiovisuales apropiados que ridiculicen el acto de fumar asociándolo profusa y continuadamente a la marginalidad y al fracaso social.

Muchos bien podrían pensar que además de dañar la reputación de la Industria Tabaquera así, suponiendo que ese tipo de estrategias no encontrasen obstáculos legales, se tacharían cuando menos de “políticamente incorrectas”. A esto hemos de decir que la confrontación con los intereses de esa minoría es inherente al encaramiento real y decidido del problema. Por tanto, además de recordar que la actividad de la Industria en sí se desarrolla de forma ajena a todo principio ético, deberemos decidir en qué bando estamos; si en el de los que se benefician de la venta de tabaco, o en el de los demás.

Volviendo más a pie de calle respecto el nivel de regulación que podemos tener en un futuro próximo, no se sabe muy bien por qué se empecina el Estado en obviar otros aspectos del acto de fumar que vayan más allá de las consideraciones sobre si el humo de tabaco ocasiona un gasto médico. También hay que atender a otras razones jurídicas a la hora de acometer las regulaciones de su venta y consumo. A estas alturas, es inaceptable que se olviden de que el humo de tabaco ambiental interfiere en los espacios vitales de terceros. No hay derecho a que eso siga así como si tal cosa. El que el humo de tabaco se nos adhiera al pelo y la ropa no es un anécdota gracioso, como si una minoría tuviese derecho a molestar a cambio de nada; como si los demás tuviesen el deber moral de consentir todo tipo de abusos y “bromas pesadas” que estén relacionadas con el acto de fumar. Esa situación injusta genera un coste en términos de calidad de vida y bienestar social que no ha sido cuantificado. Es también una cuestión de orden social y de seguridad ciudadana y por eso la implicación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de las CCAA y de las policías locales ha de ser dispuesta por ley. Mientras tanto, para la mayoría de los casos, tanto en lo que concierne a las infracciones de consumo como de venta de tabaco, el Ministerio de Sanidad y las consejerías de sanidad han de ser apartadas de aquellas competencias sobre inspección y sanción que tradicionalmente tenían arrogadas.

jueves, septiembre 02, 2010

El conflicto

En el BOE de 7 de Agosto aparece la cuenta anual del Comisionado para el Mercado de Tabacos. Compuesto por una sesentena de funcionarios, el Comisionado es un organismo autónomo enmarcado en el Ministerio de Hacienda. Se dice que estos entes administrativos gozan de personalidad jurídica propia y de autonomía de gestión. El caso es que este en concreto no es un organismo cualquiera; mueve bastante dinero y no hace falta recordar su implicación en inmensos intereses privados.

Entre sus funciones oficiales se encuentra la regulación de la competencia en los mercados de tabaco. Ni que decir tiene que despacha con orgullo las estadísticas anuales de resultados que demuestran la prosperidad del negocio tabaquero. Su prioridad es la salvaguarda de un nivel mínimo de recaudación determinado; la protección bajo un escudo implacable de un nivel de ventas determinado. Este organismo es un perro cancerbero que defiende la integridad y reputación de los productores y estanqueros, de los intereses de la Industria Tabaquera a toda costa porque son y serán, por una cuestión histórica, también los suyos.

Al no tenerse en cuenta otras consideraciones que vayan más allá de un cálculo recaudatorio en términos contables, no es posible coordinar políticas efectivas de control consecuentes con la economía social mientras no cambie la concepción de las cosas; mientras no se rediseñe su estructura y se reconsideren sus funciones; mientras no se contabilicen beneficios netos que vayan más allá del espacio de tiempo que dura una legislatura y de lo estrictamente dinerario de manera autista.

Los objetivos de la futura modificación de la ley reguladora del consumo del tabaco que actualmente de halla en el trámite de enmiendas chocan de frente con los del Comisionado: el Ministerio de Sanidad quiere que se venda/fume menos pero el Comisionado quiere que se venda/fume más. Hasta ahora el ejecutivo siempre ha preferido inclinar la balanza a favor de los intereses del Comisionado. Este año, el Ministerio de Hacienda parece, una vez más, dispuesto a bloquear la aplicación de la nueva ley.

Ya ha dejado el Comisionado entrever sus intenciones reclamando a Sanidad informes sobre un impacto económico que no existe. Los ingenieros de la Salud Pública no se dedican a elaborar informes de impacto económico –máxime cuando dicho impacto, repito, no existe-; eso es cosa de Economía y Hacienda. Lo que el Comisionado busca en realidad es una renuncia formal y por escrito por parte de Sanidad a llevar a cabo la aplicación de la ley de manera disimulada. Quiere informes a la carta, informes que reconozcan de antemano que la comprometida regulación del consumo va a tener efectos desastrosos en la economía; que digan que es fundado el temor de FEHR; que alerten sobre la pérdida de centenares de miles de puestos de trabajo en la hostelería y la debacle en la economía extremeña porque ello va a llevar al paro a sus productores de tabaco. Si esto sigue así, el Ministerio de Hacienda bloqueará con su veto la salida a buen puerto de la Ley.

Creo que ahora es el momento oportuno para que el Gobierno aclare y reconozca cómo se va a proceder. Y si tanto problema le supone al Gobierno dejar descontentos a algunos interesados en el sector privado tras cada reforma legal -cada demanda social- que empiecen ya por diseñar un plan de reconversión a largo plazo y dejen de solicitar unas ayudas al tabaco que por fortuna Europa ya nos está empezando a negar.

domingo, agosto 22, 2010

Mercenarios

Acabo de ver en el cine esta película dirigida por Silvester Stallone. Una mierda de película. No tanto porque no sea entretenida y espectacular sino porque es infantil y con unos mensajes asquerosos.

Sin adentrarme en un estudio semiótico que revelaría una mentalidad machista, carca, prejuiciosa y, en definitiva, una forma ruda de concebir la realidad... vamos a lo nuestro, que es lo peor. Ya sabéis, lo del tabaco y el flaco favor que nos hacen a los que no queremos el pestazo en el pelo y en la ropa, ni en el pelo y la ropa de nuestros hijos.

Siempre son los mismos, los cuatro capullos de siempre que insisten en usar Hollywood y la industria del cine para meternos a traición la promoción del acto de fumar. De Arnold Schwarzenegger ya es sabido y notorio que le parece bien que se fume con libertad en más sitios de los que a nosotros nos gusta que se fume y la Ley Californiana le deja. De Stallone ya sabemos que es uno de los actores que más dinero ha recibido de la Industria Tabaquera de manera declarada en la historia del cine. En cuanto a Bruce Willis, Mickey Rourke y otros, ya sabemos que saben fumar; de sobra.

Se hace apología en la película de un estilo de vida determinado, ya visto en otras ocasiones. Pero aquí hay más énfasis que otras veces. Se recrean de manera larga y tendida con el placer de tatuarse. Pero el concepto de tipo duro tatuado en moto de macarra no podía dejar de estar aderezado con el vicio que tanto fastidia al prójimo de la manera en la que ellos lo practican. Así, tenemos trio de ases liberando volutas de humo hasta en cabinas de avión en pleno vuelo durante casi toda la película : pipas, puros y cigarrillos.

Pero lo que más indigna es el tipo de público hacia el que claramente va dirigido: los adolescentes. Gracias a películas como esta, tenemos que soportar en los años venideros que nuestros jóvenes fumen como descosidos mientras pillan una epatitis C o un cáncer de cartílago al hacerse un tatuaje o ponerse un peircing; mientras estos mercenarios de las transnacionales del vicio se frotan las manos y se parten de risa a nuestras espaldas.

Es un golpe bajo a nuestra causa.

jueves, agosto 19, 2010

Nick Clegg and I

Es sus primeras palabras como primer ministro británico David Cameron dijo: "Nick Clegg and I are political leaders who want to put aside party differences and work hard for the common good and national interest."

Sí, tras unas reñidas elecciones David Cameron y Nick Clegg tuvieron que formar un insólito gobierno de coalición pero, algo que en España sería impensable, allí daba igual. En el Reino Unido se asumió con total naturalidad. Pero no sólo eso, sino que además iban en serio. Aquí, unos pocos que no nos autocomplacemos con facilidad, solamente pudimos sentir envidia. Y así se sucede la vida política en el Reino Unido, con la batuta de la eficiencia ideal en la gestión del interés de los votantes, en un sistema donde los partidos políticos tienen su razón de ser en base al auténtico fin de las democracias; en un sistema donde los partidos son sólo un medio, y no un fin. En esa isla la forma de gobierno no es una partitocracia frustrada como aquí; no es una partitocracia.

En un escenario así, es fácil que un gobierno se decida a coger el toro por los cuernos cuando hace falta. Como parte de su receta del nuevo plan de austeridad y recaudación adaptado a la crisis, David Cameron y Nick Clegg proponen una estrategia valiente -temeraria en España-.

Quieren premiar con un 5% de las multas impuestas a quienes denuncien a sus vecinos por engañar al fisco. Así tendría que ser aquí en España, para que la gente no mirase tanto para otro lado y dejase de llamar chivato y de criticar al que supuestamente se mete donde no le llaman, es decir, con quien causa perjuicio a los intereses de la comunidad con sus infracciones. Complacencias y frivolidades nos sobran. Por tanto, una estrategia así sería la más oportuna para combatir las infracciones de las leyes del tabaco, por ejemplo, en España. Es sólo cuestión de querer hacerlo. Por cierto, si por cada una de las multas impuestas a raíz de mis denuncias me entregasen un 5% de su cuantía me habría hecho rico. Pero esto es una hipótesis sobre hipótesis porque, si esas mismas administraciones hubiesen cobrado todas las multas impuestas también estarían adineradas a estas alturas. Si además hubiesen multado -y cobrado las multas- la mitad de estas conductas infractoras que se producen todos los años en el país, sencillamente tendrían un inmenso superavit sin necesidad de incentivar a nadie con un 5% de las cuantías recaudadas. Pero es que no hacen ni una cosa, ni la otra, ni la otra. Sólo practican la inacción.

martes, agosto 17, 2010

La obliteración

Acabo de saber que uno de mis actores más admirados, Michael Douglas, tiene cáncer de garganta. Me he enterado a través de una noticia en El País.

Sin embargo había algo en el tratamiento informativo de la noticia que no encajaba. Lo normal es que cuando a alguien se le detecta esto que típicamente suele acabar en traqueotomía la gente se pregunte, ¿y cómo es eso? ¿por qué le ha pasado eso?. Normalmente, cuando alguien estrella su coche en una recta contra el quitamiedos lateral tratamos de averiguar por qué ha sucedido. Nos parece lógico que se indague en las causas porque es algo que reviste interés o, por qué no decirlo, sentimos curiosidad morbosa muchas veces.

En la noticia del País no se hace referencia alguna a la causa, como si fuese un detalle de su más estricta intimidad, o como si fuese de mal gusto, o quizá contraproducente o vete a saber... pero uno se queda con la gana. Entonces recurre a otras fuentes, a la misma noticia dada por otro periódico pero olvidando que la prensa española no va a desvelar el misterio. Hay que recurrir a fuentes del otro lado del Atlántico o británicas -si se conoce el inglés-, para completar la información. En España puedes consultar las 20 tiradas más importantes que no encontrarás ni una pista sobre el asunto.

En todas las fuentes extranjeras que he consultado se alude a su adicción al pitillo como causa del tumor. Sin embargo, para el caso del accidente que acaba de sufrir Mel Gibson en su coche, sí me ha quedado claro qué le ha podido pasar. Me ha bastado con leer la primera noticia que he encontrado en la prensa española.

No es normal.

jueves, julio 29, 2010

Los cabezahuecas

Se acaban de prohibir las corridas de toros con muerte del animal para a partir del 2012. Mi enhorabuena al Parlamento catalán.

Los efusivos argumentos presentados por los parlamentarios que estaban a favor de la prohibición fueron brillantes, difícilmente rebatibles.

Y sin embargo, el Señor Mariano Rajoy no los escuchó, ¿para qué, si son demasiado tediosos y aburridos y te hacen pensar? él pasa de eso.

Según sus declaraciones, no había que prohibir esas celebraciones porque no. Sólo se apoyaba en el lema, llevado a dogma, de estos nuevos fanáticos: prohibido prohibir. Él no presta atención a las evidencias científicas que ponen sobre la mesa el sufrimiento indecible del animal, ni tampoco la sensibilidad de los ciudadanos empáticos que sufren por ello. Eso no va con él porque lo suyo es el voto de los cazurros, de los ignorantes y de los insensibles.

Para estos da igual que una tradición bloquee el progreso cívico y social. Es una tradición y punto; las tradiciones han de seguir y punto. Tras esto, viene el punto y pelota con la palabra mágica para dar carpetazo al asunto: libertad. Una palabra tan grandiosa, un concepto encumbrado sobremanera en nuestra vida, viene a ser instrumentalizado para un propósito tan vulgar como lo es el de defender la "libertad" para asistir a un espectáculo concreto, de una manera concreta, en una ubicación concreta. Todo ello para exacerbar un sentimiento contrapuesto de dudosa nobleza, salvo quizá sí de algún interés sectorial y sectario.

Eso es, se le llena la boca de libertad por la libertad. Como si la gente anhelase ya algo que realmente está pasado de moda. ¿Y para qué queremos tantísima libertad? confunde la libertad con la cantidad de oferta sobre espectáculos en nuestro tiempo libre. No hay que obsesionarse tanto con la libertad que, per se, no vale para mucho. De hecho, yo prefiero un poquito menos de libertad, pero más dinero, más servicios públicos útiles, más empleo, más conciencia cívica, más educación...; más progreso y bienestar en definitiva. Que libertad como la entiende Rajoy ya tengo de sobra, hasta para vender al por mayor.

Ya está bien con el rollo de prohibido prohibir, que parece que lo han aprendido en jueves y me parece un tanto radical. Si lo bueno es que haya un poco de todo, lo normal es que abogasen por algo menos extremista. Entonces, es normal que se prohíban algunas cosillas, aunque sea pocas y con poca contundencia, que los que queremos prohibir también reclamamos nuestros derechos y libertades ¿o no?. Dejarnos prohibir un poquito y no seáis tan radicales y egoístas, que aquí hay espacio para todos: prohibido prohibir prohibir.

jueves, julio 22, 2010

El PNF y el borrador III

El PNF advierte de que las presidencias de las organizaciones hosteleras que se oponen a la prohibición de fumar en todos los espacios públicos mienten.

FEHR y unas pocas asociaciones de hosteleros más, mienten. No representan la voz de la mayoría de los hosteleros, trabajadores y propietarios de salas de ocio nocturno, sino a los intereses de la Industria del Tabaco, sus inversores y los estanqueros. Pues no existen ni indicios ni precedentes que nos hagan pensar que sectores ajenos al negocio tabaquero van a salir perjudicados por la aplicación de la nueva medida. Insistimos, el consumo de productos hosteleros y de ocio nocturno no está vinculado al consumo de tabaco en términos contables.

Si no es el favor a las tabaqueras lo que explica esa oposición a la ley, quizá sea el capricho de ciertos presidentes de organizaciones hosteleras, (en base a su comodidad personal), el que determine tan ridículas peticiones a estas alturas. Estos señores piden clemencia y perdón por haber estado boicoteando el incumplimiento de la ley anterior durante casi 5 años; ley a la que curiosamente ahora califican como “buena”. Esa actitud sólo la explica el juicio de la situación desde la subjetividad propia de quien fuma habitualmente.

Por eso, no vemos qué sentido tiene imponer a la sociedad la prolongación de una moratoria a los espacios libres de humo que lleva ya camino de cumplir cinco años: los mismos que llevamos de ley incumplida. ¿Acaso no ha sido tiempo suficiente para adaptarse?. Parece que no, y para la FEHR nunca será el momento adecuado, haya crisis o no.

Siendo conscientes de que la gran mayoría de altos mandatarios del Gobierno y la Oposición fuman habitualmente y en sociedad, les pedimos que hagan un esfuerzo y afronten el problema con objetividad y que no antepongan las necesidades de su síndrome de abstinencia al interés general, tal y como parece haber estado ocurriendo estos últimos años a tenor de los resultados.

Por eso, y como gesto de buena disposición, no estaría de más que el Gobierno cambiase el rumbo de sus estrategias a la hora de luchar contra la lacra. No ha sido buena idea ampliar los puntos de venta de labores del tabaco ya que eso obstaculiza la reducción del tabaquismo activo sin solución. Dada la responsabilidad de los intereses de la Industria Tabaquera en la agudeza de la crisis económica, moral y de conciencia en nuestro país, quizá sea hora de culpar y procurar de manera explícita y directa la destrucción de la buena imagen social que aún ostenta el acto de fumar a través de un cambio en el contenido de las campañas de concienciación, hoy en día únicamente centradas en el aspecto médico.

La Industria Tabaquera debe dinero a los españoles y a las arcas públicas por los daños causados durante generaciones. No vemos qué sentido tiene que el Gobierno siga siendo coparticipe de un delito contra la salud pública sin conseguir con ello un balance económico positivo para el Estado. Aclaramos, los daños a la sociedad y a particulares a todos los niveles son incalculables y ni siquiera la expropiación del valor presente y futuro de todos los activos de la Industria del Tabaco en España compensaría esos daños. Por ende, no estaría de más promover cambios legislativos que posibiliten las demandas a las tabaqueras con resoluciones favorables para las víctimas de su actividad, tal y como sucede en E.E.U.U. Somos muchos los que merecemos ser indemnizados.

sábado, julio 10, 2010

El PNF y el borrador II

Desde el PNF advertimos de que el tabaco está lastrando la recuperación económica

Nuestro partido no ve ningún avance prometedor en el borrador de la ley. Este se limita a ampliar la prohibición general de fumar en los bares, restaurantes pero ya está. Además, no se retracta de las concesiones ofrecidas a la Industria Tabaquera en lo relativo a la venta, que de todas maneras lleva 2 años consecutivos batiendo records de beneficios, seguramente en proporción al incremento del número de parados.

Consideramos que no se han abordado aspectos que son decisivos para considerar si la reforma vale la pena o no. Nos referimos a las competencias sancionadoras; quién y cómo va a imponer las multas, además de la dotación de medios asignada para tal fin. Esto es un punto vital cuya omisión no nos parece casual y exigimos su abordaje de manera inmediata puesto que, recordemos, el fracaso de la ley anterior ha venido determinado por la falta claridad en este punto del texto. Como resultado, a fecha de hoy, el Gobierno y todas las administraciones se niegan cobardemente a multar bajo el paraguas de una pretendida confusión legal.

Por eso, proponemos la encomienda de la acción coercitiva a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado así como a las policías locales y autonómicas. Es absurdo llevar a cabo complejísimos trámites para conjeturar sobre si se fuma o no en una estancia. Las multas han de imponerse ipso facto, igual que las de tráfico. También está fuera de lugar que no se haga uso de la tecnología, (medidores de nicotina en el ambiente, detectores de humo etc.) para la comprobación fáctica de la infracción tanto in situ como a posteriori. Insistimos, fumar donde está prohibido no es un asunto sanitario sino policial; así lo es en todos los países salvo aquí. Corrijamos ese despiste y no sobrecarguemos con burocracia inútil al Departamento de Sanidad.

Es un hecho que los países de la Unión Europea con más alta tasa de tabaquismo son, y por este orden: Grecia, España y Portugal. No sabemos si es casualidad o causalidad pero no es un dato agradable. Reconozcamos de una vez que sólo el gasto sanitario anual que ocasiona el tabaco asciende a casi 6000 millones de euros, mientras el gasto social es incalculable, ¿o es que nadie piensa en las consecuencias que puede tener el tabaquismo en la productividad de nuestros trabajadores?. Debido a sus consecuencias perdemos entorno a un 3% anual del PIB.

Creemos que la reducción de las tasas de tabaquismo debería constituir el eje central de cualquier plan de austeridad. De haberlo hecho antes quizá nos habríamos ahorrado la embarazosa tarea de reducirles el 5% de sus sueldos a los funcionarios y eliminar partidas presupuestarias destinadas al gasto social. Nos gustaría saber si el Señor Rodríguez Zapatero estima más conveniente que sea Europa la que nos obligue a tomar estas medidas por las malas, como parece que va a ser costumbre a partir de ahora.

jueves, junio 24, 2010

El PNF y el borrador I

Desde el PNF advertimos sobre las peligrosas excepciones que contempla el borrador de la Ley del Tabaco.

El PNF, en su labor como gestoría de denuncias ha presentado 5500 hasta la fecha, desde que entrase en vigor la Ley 28/05 Reguladora de Tabaco. Nuestro compromiso en la lucha contra la lacra, ni mucho menos ha contado con la colaboración del Gobierno, que sólo ha actuado para obstaculizar las demandas sociales de una sociedad que está harta de sufrir enfermedades y pasar asco por culpa del tabaco.

Y sin embargo, se ha impuesto un número irrisorio de sanciones (o simulacro de estas). El incumplimiento de la Ley es la norma general y las administraciones, para eludir responsabilidades, siguen escudándose con cinismo en frivolidades tales como la imposibilidad material de comprobar la infracción, la falta de interés por parte de la sociedad en cumplir la ley, o la poca importancia de este tema en general. La escasez de campañas de concienciación durante estos años en los medios de comunicación públicos reflejan esta realidad política, que no social, como si el Gobierno estuviese dispuesto a hacer censura o boicot al respecto con tal de auspiciar la imagen social del acto de fumar. En este escenario no es de extrañar que casi el 30% de de la población esté acostumbrada a infringir espontáneamente las leyes reguladoras del consumo de tabaco ante la resignación general de los ciudadanos y consumidores, que nos encontramos en una situación total de desamparo.

Pero el atropello final se ha visto con la redacción del borrador de la nueva ley, que no es si no una concesión encubierta a los intereses de las tabaqueras, ampliando innecesariamente los puntos de venta de tabaco con la burda excusa de la crisis. De especial sorna ya resultaba que se vuelva a permitir por ley vender en los quioscos y locales de prensa tabaco en base a cuestiones contables de dudosísima credibilidad, cuando lo lógico habría sido prohibir a los estancos vender prensa y cualquier otro artículo que no esté directamente relacionado con el tabaco. Exigimos al Misterio de Trinidad Jiménez un giro en ese sentido porque debemos reducir los puntos de venta de tabaco; no ampliar exponencialmente su número.

El exceptuar de la regulación al 30% de las habitaciones de hotel es muy peligroso porque la experiencia nos demuestra que en este país la excepción se aplica a la generalidad. No es sólo que muchos hoteles al final corran el peligro de vulnerar el derecho de los consumidores a una habitación o estancia libre de humos, sino que además, una tendencia negativa en la política de los hoteles podría trascender su ámbito y trasladarse a otro tipo de locales de ocio, que aleguen agravio comparativo, que su negocio se parece a un hotel o que hay un hotel a la vuelta de la esquina como excusa para permitir fumar. Por otra parte, no vemos qué razón económica pueden esgrimir los propietarios de cadenas de hoteles para solicitar que se pueda fumar en las habitaciones, pues no creemos que una prohibición de fumar en el hotel vaya a suponer perdida de clientes porque estos prefieran pasar la noche con sacos de dormir en la calle en base a un capricho tan absurdo. A estas alturas nos parece una solución radical permitir que el humo se instale cómodamente en estancias en las que muchas veces nos vemos obligados a pernoctar por necesidades que van más allá del ocio; hay que proteger las habitaciones y los derechos de quienes trabajan en ellas frente al contaminante. También esperamos que el Señor Zapatero no califique la ley como “tolerante” permitiendo que demasiados bares sean declarados clubes privados para fumadores. Esperamos que no proliferen a partir de ahora esos clubes mientras el Gobierno se obstina en mirar para otro lado.

Solicitamos encarecidamente que se subsanen estos errores en el borrador cuanto antes.

sábado, junio 19, 2010

La regulación de los clubes de fumadores

En esta entrada, de hace ya años, intenté acotar el estatuto ontológico de ciertos clubes privados.

Estos días se habla de cómo regular los clubes de fumadores en la reforma de la Ley 28/05. En principio, un club de fumadores no tendría que por qué tener una regulación diferente a la de un club de tenis, un club de petanca o un club de paracaidismo. Pero, dada la tamaña importancia de los intereses cruzados y la interferencia potencial de los clubes en las políticas de salud pública, se les ha de aplicar una regulación específica, y salvaguardada por completo del libre albedrío y la ley de la libre oferta y demanda, al igual que habría que establecer una regulación de la venta de tabaco al público más restrictiva de lo que está ahora. Pues recordemos que las reglas de la adicción no son compatibles con las del libre mercado.

En la legislación moderna sobre el tabaco se suele asociar la venta de tabaco con su consumo. De esta manera, se tiende a pensar que donde se puede vender tabaco se puede fumar. Otra cosa es que las cosas tuviesen que ser de otra forma: que en el único sitio donde se pudiese vender tabaco, el mismo punto de venta ofreciese el servicio con las instalaciones adecuadas para poder fumarlo. Es vital entender en base a qué criterios deben ser concedidas las licencias de expendeduría. Para alcanzar de manera más efectiva los objetivos de la política en salud pública y social, la permisión de fumar, debería estar íntimamente ligada la venta controlada. Con ello se trata de aislar el acto de fumar de la sociedad y, relegándolo por tanto, a estos espacios acotados y a la intimidad del hogar.

Muchos propietarios de quioscos y de locales de prensa y revista se quejaban de que es injusto que a ellos no se les permita vender tabaco. Eso es porque existe un error de concepción sobre lo que debe ser un estanco, que hoy en día compite como punto de venta de prensa y otros artículos que deberían ser exclusiva del libre mercado en unas condiciones injustamente ventajosas, privilegiadas. Aclaro, en un estanco, sólo se debe vender tabaco y los utensilios o accesorios propios de su consumo, loterías oficiales, impresos administrativos, sellos etc. pero no de revistas, periódicos, chicles y golosinas, artículos de regalo etc.

Los requisitos que se establezcan para la concesión de licencias de clubes de fumadores, han de ser análogos a los exigidos para las expendedurías. Así se determinará su número y ubicación de acuerdo a baremos poblacionales, y no según la demanda. Como ejemplo quizá sería razonable ofertar 100 m2 de local en núcleos urbanos por cada 300.000 habitantes. Así, es como se le ofrece al derecho a fumar una regulación neutra y no como en la actualidad, donde el acto de fumar es auspiciado, y los que fuman lo hacen en una situación privilegiada en detrimento de la libertades privadas, públicas y colectivas.

sábado, junio 05, 2010

Multas ya

En CNN+ acaban de dar a conocer ciertas realidades de corte estadístico. Hablaban de la tasa de fumadores según los oficios. Según dicen, el porcentaje de adictos más alto lo lleva el tajo, el trabajo en la construcción. En segundo lugar sigue, cómo no, los trabajadores de la hostelería. Un gremio destacado en este estudio lo constituyen los médicos (un sorprendente 40% de adictos).

Esto viene a corroborar algunas cosas. Lo primero, en relación a los albañiles, es que se confirma que la epidemia de tabaquismo en España se halla actualmente fuera de control. Lo segundo, a propósito de los camareros y trabajadores del ocio nocturno, viene a decirnos que el tabaquismo pasivo parece que acaba llamando al tabaquismo activo, es decir, el humo de tabaco ambiental, quizá por algún milagro en su formulación química, provoca adicción y los fumadores pasivos corremos el riesgo de caer presas del cigarrillo sin que nadie se responsabilice de las consecuencias. En cuanto a los 4 de cada 10 médicos que fuman esto viene a demostrar con números irrefutables que la solución a la enfermedad no es un asunto sanitario, sino policial; que la única manera de conseguir que la gente lo deje no es ni enseñando ni sensibilizando sino multando.

Esto, no lo digo yo. Esto es una lectura hecha a partir de los últimos estudios sobre neuro-marketing, que nos ponen sobre la mesa datos tan llamativos como que las imágenes de cánceres de pulmón en las cajetillas no valen para nada. Sino que es un estímulo más que le recordará al fumador el placer de las caladas que le daba al cigarro mientras leía las leyendas fúnebres y se recreaba en las imágenes de pulmones y bocas destrozadas. Otra cosa sería, según las teorías básicas sobre el condicionamiento, que cada vez que alguien fuma donde no debe, eso le supusiese un problema, un displacer. Si cada vez que fuese a echar mano del cigarrillo, ese acto le recordase las nauseas que sufrió la última vez que fue multado, ya empezaríamos a ir por buen camino. Con esa estrategia cuya efectividad nos la aseguraría el mismísimo Paulov, empezaríamos a entendernos porque estaremos aplicando la lógica y dejándonos de estupideces.

viernes, mayo 28, 2010

El fin de la Seguridad Social y el colapso del sistema productivo

Con la que está cayendo, como si no tuviésemos bastante con la severa merma del consumo que se avecina gracias a los continuados recortes en nuestras flaquísimas nóminas, desde hacía unos días se nos preparaba el cuerpo para estrenar la nueva forma de financiación del Sistema Sanitario Público y Universal, si bien puede que ya se haya echado atrás Salgado al frente de Hacienda.

Una auténtica ventaja social que teníamos los españoles era este sistema que, con sus defectos, era la envidia de gran parte de occidente, pero parece que somos incapaces de auspiciarlo porque no lo merecemos.

Ahora se nos anuncia que nuestra sanidad no podrá ser gratuita para los usuarios porque comporta un gasto tremendo. Resulta que somos demasiado hipocondríacos y hacemos un uso abusivo del sistema. Como vamos al médico un 20% más que la media Europea, nos van a hacer pagar un 20% de la factura de los gastos que infrinjamos a la sanidad pública.

Y todo esto se plantea sin ahondar en las causas de la lamentable salud biológica de nuestros pacientes, ¿para qué?. A nuestros ministros no les pasa por la cabeza que la clave para ahorrar dinero en médicos y medicinas es no enfermar a la gente previamente. No les pasa por la cabeza que a lo mejor si ponemos un poco de cuidado en no auspiciar tanto el tabaco y las drogas nos ahorramos costosísimos tratamientos paliativos de enfermos de cáncer de pulmón. Pero nuestro Gobierno piensa: ¿para qué esa osadía?. Por otra parte y como parte de este plan recaudatorio destinado a compensar una ineficiencia cada vez más absurda resulta que no nos podremos jubilar hasta los 67 años, o quizá hasta los 69 o, si siguen haciendo las mismas cuentas durante los próximos años, ¿por qué no a los 80?. Bien, entonces, una vez más, lo que realmente hay que proteger es la prolongación de la vida activa de la población porque ¿qué sentido tiene mantener de baja por enfermedad a un funcionario desde los 60 años hasta los 80 cuando se jubile?

Un ejemplo de la inviabilidad del sistema fumar-y-curar se basa en las exageradísimas tasas de tabaquismo femenino constatadas durante estas últimas décadas en España. Éstas determinan que a partir de 2020 vamos a tener un grueso importante de la población femenina rondando los 45-50 años de edad, de baja laboral, recibiendo tratamientos contra el cáncer cuyos precios, a ciencia cierta, serán prohibitivos. No se puede recaudar dinero si la gente no está en condiciones de trabajar para ganarlo.

Una de las razones que los estadistas actuales esgrimen para implantar el sistema de copago es el abuso en la solicitud de servicios de algunos que, de esta manera, acabaría. Me parece muy bien, pero una vez más, insisten en pasar por alto las causas. Porque veamos, si las enfermedades ocasionadas por tabaquismo suponen un 30% del gasto sanitario, ¿no es de justicia que las paguen quienes las padecen y que no nos involucren al resto?. Entonces se me ocurre que lo lógico –y justo- sería que al menos ese 20% lo pagasen exclusivamente los fumadores y sus proveedores. El bulo de que ya lo pagan con los impuestos sobre las labores del tabaco no me vale porque está claro que no compensará en la vida ni de lejos el gasto sanitario.

Un poco de cordura señorías, que yo que no fumo y no tengo que por qué cargar con las pérdidas que otros ocasionan.

viernes, mayo 07, 2010

Documento 9626005688-32B

II SIMPOSIUM CHESTER ‘N MANNING’S ASSOCIATES

MARZO DE 2004

MARCO GENERAL DE ACTUACIÓN. FUTURO DEL NEGOCIO A LARGO PLAZO E IMPLANTACIÓN DE MEDIDAS PREVENTIVAS. ASIGNACIÓN INMEDIATA DE TAREAS.

W. Solomon Pritchard

Parece asumido que la satisfacción de la Factura impuesta a nuestras compañías ha de estar supeditada al respeto hacia las políticas sanitarias de prevención prescritas en suelo americano; al menos de todos y cada uno de los estados litigantes. Es por ello que la mayoría de los gobiernos nos ha mostrado su compromiso tácito ofreciéndonos ayuda logística en la apertura de nuevas vías de promoción de nuestros productos en terceros países.

Sin duda el mayor obstáculo que encuentra la viabilidad futura de nuestro negocio radica en la opinión pública, que no nos va a conceder un tiempo ilimitado; además, el sistema judicial americano también va a continuar siendo una losa sobre la que no pararán de posarse casos Engle. Por eso es por lo que estamos aquí, para asegurar un plazo mínimo de pervivencia del negocio dentro de unos parámetros legales semejantes a los actuales. Siendo nuestros acreedores comprensivos con la naturaleza de estas operaciones de compensación, en la reunión de finales de Enero hemos estipulado que la satisfacción de la Factura, cuya cuantía (como es lógico) aún no ha sido cerrada, necesitará de al menos 25 años durante los que a toda costa habrá que mantener una intensa actividad diplomática en todos los frentes que nos permita preservar los mercados exteriores con niveles globales de ventas similares a los del ejercicio pasado.

(...)

Como punto de partida, sirva de aliento el buen trabajo llevado a cabo por L. Burston y su equipo quienes gracias a su intensa actividad informativa han dado a conocer lo contraproducente que resultaría la puesta en práctica de un incremento absoluto en cantidad y dureza de medidas restrictivas del consumo de tabaco en suelo americano. La “teoría del contagio y efecto dominó” ha removido conciencias en entes administrativas de toda la nación, incluso entre congresistas y senadores; hasta el punto de que, siendo conscientes de que las políticas antitabaco americanas son un referente en el viejo continente, a fecha de hoy parecen predispuestos a advertir sobre este extremo cada vez que sea planteado un cambio legislativo incompatible con nuestros intereses, no ya sólo en mercados extranjeros, sino también medidas que puedan afectar indirectamente y a largo plazo a dichos intereses según la teoría mencionada. Para ello, y con el objeto de dotar de oficialidad a la nueva forma de considerar cambios normativos “de riesgo”, el equipo de Burston trabaja en la constitución de un órgano consultor que canalice cualquier propuesta legal potencialmente conflictiva en ese sentido, y sea estudiada en tiempo y forma antes de contar con la aprobación de nuestros socios y lobbistas.

H. K. Davenport

Llevámos desde 1988 destinando fondos en colaboración con las autoridades para la realización de ensayos clínicos en animales y otros estudios sobre patologías relacionadas con un doble objetivo: La evaluación del posible daño a largo plazo en la salud orgánica de la población y el estudio de una nueva formulación de aditivos como eje del ya abandonado “Proyecto para la Protección de la Salud y Defensa del Consumo Seguro”, concebido al principio como muestra del compromiso de velar por la seguridad de nuestros clientes ante las autoridades y en congruencia con nuestra responsabilidad corporativa. Desde 1992 casualmente fuimos comprendiendo la necesidad de ser los primeros interesados en conocer al detalle y de primera mano los efectos que sobre la salud pueden tener a largo plazo, tanto las nuevas formulaciones como el consumo de nuestros productos actualmente a la venta.

La inversión en este campo de investigación que en principio parecería que es más del interés de los sectores civiles críticos con nuestra actividad o de la sanidad pública, alberga un objetivo clave en la defensa mediática de nuestros intereses. El pre-estudio facilitado en exclusiva a nuestra institución “Future facts of Tobacco Concerns” de N. Caruana viene a confirmar la imparable evolución de la conciencia social sobre el problema en occidente, por supuesto siempre en detrimento de nuestros intereses. La conclusión principal habla de la imposibilidad de conseguir un giro de 180º en la opinión pública ante las cada vez más palpables evidencias de daño sanitario que el consumo de nuestros productos puede producir; siendo este el único obstáculo imposible de doblegar. Sin embargo, sí podemos paliar la merma de nuestros ingresos a lo largo del tiempo y así al menos conseguir el objetivo propuesto a 25 años, tal y como ha explicado mi compañero de conferencia. La clave de la que hablo se llama anticipación, y para llevar a cabo con éxito un ejercicio de anticipación se necesita información. Nuestra Institución ha entendido por información la tenencia de datos antes que nadie y que por tanto nadie más tiene. Nosotros siempre hemos de ser los primeros en saber lo que va a pasar. En eso se basa nuestra ventaja, en que nosotros hemos tenido siempre a nuestra disposición información privilegiada con la que encarar nuestro futuro sabiendo que vamos a tomar las decisiones adecuadas en todo momento.

(...)

A. Hugh Davis

A continuación paso a relatar de manera resumida los resultados de los ensayos clínicos llevados a cabo en nuestras granjas-laboratorio. Este programa ya ha sido oficialmente cerrado de forma definitiva tras un periodo de 15 años de ensayos e investigaciones que han concluido el 1 de Enero de este mismo año. Aunque no hemos accedido todavía a un resumen de conclusiones debidamente formalizado por los responsables jefes del proyecto, sí se han extractado las observaciones médicas más reseñables derivadas de la ingente cantidad de datos recopilados, así como la metodología empleada en la realización de los experimentos.

A grande rasgos, los médicos-veterinarios encargados de los estudios han realizado sus ensayos en cuatro grupos de animales: aves, mamíferos de ciclo vital lento, mamíferos de ciclo vital rápido y primates. Llevará tiempo elaborar un catálogo de conclusiones médicas, dado que no todos los resultados clínicos que se detallan en los informes son, en principio, extrapolables a la medicina en humanos, tal y como se me ha explicado, dadas las diferencias entre la patología animal y la humana.

Para el caso de las aves, los experimentos han sido llevados a cabo principalmente en gallinas ponedoras desde las 8 semanas de edad. Para la puesta en práctica de la simulación se usó la intubación endotraquial como medio de inoculación de humo de tabaco. Se manejaron principalmente dos variables típicas de la administración del agente tóxico: tiempo total de exposición y concentración de la dosis. Siempre repartidas las sesiones durante las horas diurnas en intervalos de tiempo no superiores a 20 minutos. El humo de las cámaras de inhalación procedía de la combustión de cigarros de la marca Marlboro y Marlboro Light. Ambas marcas objeto de ensayos por separado.

(...)

Se hizo especial hincapié en el análisis del contenido de los huevos al objeto de determinar en qué medida éstos acababan siendo contaminados. El análisis toxicológico fue realizado mediante espectrografía de gases. De esta manera pudo corroborarse la proporción del aumento de la concentración de tóxicos al tiempo de exposición. Los ejemplares sujetos al experimento aparentemente no llegaron a desarrollar cáncer. Sí se observaron síntomas esperados como bajo peso y desarrollo esquelético deficiente. En varios casos se produjo la muerte súbita de los ejemplares sin que se les hubiese diagnosticado patologías previas y sin que se pudiese determinar una causa concreta de la muerte. Sí pudo ser certificada la reducción de la esperanza de vida en los ejemplares sujetos a los experimentos como resultado de la inhalación continuada de humo de tabaco. En muchos casos los ensayos tuvieron que ser interrumpidos prematuramente debido a la aparición de cuadros patológicos que impedían la continuidad de experimento, algunos de ellos atribuibles a la inhalación continuada del humo. Es el caso de los cuadros bronquíticos manifestados a primera vista por fiebre y secreción de moco, precedidos de una progresiva inflamación de las vías aéreas. Este estado determinaba el final del experimento con el sacrificio del animal y posterior disección.

De interés primordial, y el cual es el motivo principal de la extensión en el tiempo de la mayoría de los ensayos clínicos, son los estudios y experimentos destinados a evaluar el posible daño genético-transgeneracional en la población del consumo de tabaco, considerado por gran parte del mundo científico un agente mutágeno. Cabe destacar el estudio pormenorizado basado en los ensayos llevados a cabo en ratas, expuestas al humo de tabaco mediante intubación de manera similar a la explicada en el caso de las gallinas. Durante 3 años se ha estudiado una colonia inicial de ratas sobre la que se han podido estudiar los efectos del humo de tabaco a lo largo de 12 generaciones.

Paralelamente, en una parte de la colonia de ratas la administración de los agentes tóxicos se realizó mediante la colocación de tiritas en el lomo, sobre el que previamente se rasuró la zona de contacto. Dichas tiritas fueron sustituídas o reimpregnadas de forma periódica en intervalos de 72 horas. En ellas se extendía una fina capa de nicotina y alquitrán, hasta formar una fina película sobre la cara de contacto.

Los ejemplares sometidos al agente por inhalación desarrollaron en mayor o menor grado afecciones respiratorias tales como irritaciones crónicas de las vías respiratorias, asma, bronquitis, cáncer de pulmón y obstrucciones coronarias, entre otras patologías, según se pudo documentar de las obducciones. En casi todos los casos, las afecciones se hicieron patentes a partir de la mitad del ciclo vital, siendo el cáncer la afección de aparición más tardía (mitad-final del ciclo).

En la colonia expuesta al agente tóxico vía transdérmica mediante tiritas y parches como hemos detallado, no se observaron casos de afecciones respiratorias o al menos la incidencia no era relevante a la hora de atribuir causas. Sí se pudo verificar mediante examen médico la actuación del tóxico en el organismo en base a la sintomatología esperada: inhibición del apetito, presión sanguínea alta y ritmo cardiaco acelerado. En cuanto a la incidencia del cáncer, sí se pudo constatar la aparición de tumores en la zona de contacto o proximidades. También en algunos casos se ha documentado la formación de tumores en órganos internos del paquete intestinal, en glándulas tiroides y vejiga urinaria.(...)

La biometría en los miembros de las sucesivas camadas evidenciaba la disminución del tamaño general de la descendencia. La concentración del agente en el fluido placentario a dosis detectables parece explicar la disminución progresiva, al menos durante 5 generaciones, del tamaño de los especimenes en el momento del parto, efecto que persiste en la etapa adulta (reducción en torno a un 15%). (...) Centrándonos en el análisis de malformaciones congénitas han podido documentarse las siguientes anomalías con posible causa en la presencia del agente en el organismo:

-Extremidades visiblemente acortadas tomando como referencia las proporciones medias para la especie (entre un 2 y un 5%).
-Microcefalia (perímetro craneal reducido en un 5%)
-Alteraciones articulares (falanges torcidas)
-Distrofia muscular (2 casos entre un muestreo de 380)
-Ligero encorvamiento lumbar durante el desarrollo propio de la escoliosis.
-Debilidad capilar prematura en las etapas finales del ciclo.
-Dientes y colmillos apiñados, desalineados, torcidos o separados. (...)

Los datos parecen indicar que el agente interfiere en alguna medida, de manera particular, en la síntesis del calcio durante la osteogénesis intrauterina (...)

En cuanto a tamaño y peso, cuando se ha interrumpido la administración de la dosis, ha quedado certificado el paulatino regreso a la media a lo largo de las sucesivas generaciones. (...)

Se han estudiado con especial interés, por la posible relevancia a medio plazo, los ensayos clínicos llevados a cabo en perros, ratas y cobayas para el estudio de las repercusiones del humo de tabaco en el sistema inmunológico; en concreto la relación entre el agente tóxico y la aparición de alergias de las vías respiratorias.

(...)

Básicamente se trataba de averiguar si las alergias adquiridas como resultado de la exposición al tóxico o sus consecuencias llegaban a ser hereditarias. Para ello se establecieron los diagnósticos pertinentes mediante la escarificación. Es decir, se buscaron ejemplares en etapa preadulta no alérgicos a un espectro de alergenos específico. Posteriormente se procedía a la administración del humo de tabaco por via endobraquial mientras se practicaba la inoculación de los alergenos con la esperanza de que el animal acabase desarrollando alergia en algún momento de la exposición previo al cese de su capacidad reproductiva. Las camadas descendientes no fueron expuestas al humo de tabaco en ningún momento de su ciclo vital y los estudios clínicos sobre estos ejemplares se limitaron al diagnóstico alergológico. Los alergenos usados en los experimentos han sido pólenes (de gramíneas fundamentalmente) y ácaros del polvo.

(...)

La escarificación practicada en todos los miembros en etapa adulta de las sucesivas camadas (sólo expuestos a los alergenos más comunes en dosis discretas), revela una incidencia de las alergias claramente por encima de la media; lo que nos lleva a concluir que la tendencia a que se produzcan reacciones alérgicas fue heredada de el primer ejemplar que desarrolló la alergia en cuestión mientras era expuesto simultáneamente a la acción del agente tóxico, el humo de tabaco. Los síntomas de la alergia manifestados en todas las fases del ciclo vital abarcan desde la rinitis leve hasta el asma bronquial agudo. (...)

Las herederas de las Guerras del Opio

Las tabacaleras, herederas de los traficantes del opio, tras pleitear con 26 estados de la Unión Americana llegaron a un acuerdo extrajudicial con éstos para pagar una sanción multimillonaria. Al ser interrogadas sobre cómo iban a pagar tan astronómica suma, respondieron que para ello estaban los consumidores latinos y europeos.

El fundamento de la demanda en los Estados Unidos fue que el tabaquismo era responsable del 40% del valor de la factura sanitaria en los sistemas de salud, sin contar los perjuicios para las familias por cáncer, muerte, ausencias laborales y otros costes asociados...

martes, abril 20, 2010

Los chantajistas

Muchas organizaciones hosteleras se están quejando por el aumento del IVA en la hostelería a partir del próximo mes de Junio, como es el caso de la FEHR.

La subida es insiginificante si la comparamos con los redondeos a los que nos tienen acostumbrados. De hecho, en realidad va a sacar un provecho gracias a la subida del impuesto, compensándola con sus particulares redondeos en los precios de venta al público de sus servicios. Así, el café que valía 1€ con 20 céntimos, para compensar la subida del IVA, pasará a valer 1€ y 80 céntimos. Las copas que valían 6,50 € valdrán 8€. Por tanto es un beneficio absoluto bastante pingüe. Y si es así, ¿por qué protestan? para sacar más provecho aún si cabe. Quieren una excusa por la que ser compensados ante tal sacrilegio; van a aceptar la subida del IVA, por supuesto, pero no sin negociar. A cambio querrán una moratoria en la aplicación de la prohibición de fumar en la hostelería para olvidar el supuesto daño atribuible a la subida del IVA. Como si no conociésemos a FEHR...

viernes, abril 02, 2010

Un día que empieza mal pero que termina bien

El otro día me tomé el día libre para hacer un papeleo con tranquilidad. Durante la gestión me requirieron una fotocopia de un documento que, por supuesto, no me podían hacer ellos a pesar de tener fotocopiadora (cosas de la administración y algunos de sus empleados ineptos, entre los que yo no me incluyo). Para economizar tiempo, decidí buscar la fotocopistería del barrio. Pregunté por ella y me remitieron al cibercafé, cuyo tendero me atendió desde detrás de un mostrador, sobre el que había un cenicero con varias colillas apagadas, para decirme que la única fotocopiadora cercana se hallaba en el estanco.

Me despido con un suspiro de resignación y allí me dirijo. Pese a ser una hora temprana, me sorprendió la cantidad de gente que ese lugar acaparaba: unos comprando la revista, otros ya sabemos qué, otros mirando artículos de regalo en las vitrinas y yo buscando el momento para pedir que pusiesen la fotocopiadora en marcha. Inexplicablemente allí todo eran sonrisas, complicidad entre clientes y estanquero y buenas caras; todo bullicio y felicidad. Supongo que yo era el único que estaba incómodo en ese sitio, quizá por mi odio compulsivo e irracional al negocio tabaquero, quizá porque crea que la fotocopiadora debería estar en la papelería y no allí o quizá porque hubiese comprobado que los estanqueros hacen trampa a la hora de sacar su negocio adelante, pues no es difícil tener una cartera estable de clientes gracias a la adicción y al cobijo estatal.

Como me sobró mañana, decidí hacerle una visita a un amigo empresario –que comercia con cosas realmente útiles y legítimas- en su misma fábrica, a ver qué tal le iban las cosas. Lo primero que eché en falta fue el grupo de empleados fumadores que a cualquier hora estaban en la entrada principal de la sección de oficinas y las inmediaciones de los muelles de descarga. Ya me estuvo dando cuenta del estado de su negocio pero sobre todo fue la crisis la que copó casi toda nuestra charla.

Me dijo que había tenido que adaptarse a la reducción en el mercado del volumen de la demanda y, por tanto, reducir la plantilla. Él, al frente del Consejo de Dirección, tuvo que llevar a cabo un complicado proceso de “selección”, a la hora de decidir quiénes iban a ser despedidos (pues los miembros restantes no se decidían), más que nada porque no había manera de saber quién se merecía continuar en su puesto y quién no si se atendía a los criterios objetivos evaluados por la empresa, en una plantilla de operarios bastante homogénea en cuanto a rendimiento, cualificación, edad, antigüedad en la empresa, cargas familiares conocidas etc. Finalmente me hizo saber que recordó mis palabras cuando, hace tres años, procedió a contratar gente: “en igualdad de condiciones es más rentable y menos conflictivo seleccionar al que no fume”. De esta manera resolvió despedir, en igualdad de condiciones, a los que más había visto en la calle fumando. No le ha dicho a nadie sobre el criterio último empleado aún por precaución. Ambos creemos que nadie se ha dado cuenta del detalle, ni los propios socios restantes ni los propios empleados despedidos. Así de desapercibida pasa la lacra del tabaquismo.

Entre risas y bromas, mientras le daba el apretón de manos para “despedirme yo mismo” le prometí dar el chivatazo y dar cuenta del caso a los abogados del Club más Tolerante de toda España. Obviamente, le dije esto en broma. La verdad es que fue una mañana gratificante.

lunes, marzo 01, 2010

La guerra

Esto es una guerra. Mediática, pero una guerra en la que sólo existen dos bandos: los que quieren mantener este nivel de venta y consumo de tabaco y los demás. Es difícil adoptar una posición neutral porque ello beneficia a los que quieren que se mantenga el estado de hechos actual. O se está contra el tabaco, o se está a favor de él.

Ante la inminencia de una nueva ley del tabaco más restrictiva que la anterior, debemos contener los ataques de la primeras líneas enemigas. Éstas están formadas por asociaciones hosteleras, gastronómicas, gremios de restauración y otras asociaciones de locales de ocio nocturnos. Todas ellas tocan al mismo son que dictó en su momento la manipulación mediática de la Industria del Tabaco, materializada en la agorera afirmación de que prohibir de fumar en estos locales ocasionará pérdidas de hasta un 30% de facturación. Algunos se lo creen. Muchos otros mienten o están equivocados pero, el resultado, es el mismo: la presión que ejercen sobre los legisladores se va haciendo insoportable. No todos fueron pagados o convencidos por los prebostes de la matriz tabaquera sino que, sencillamente, el auspicio del tabaco estaba incrustado en la conciencia colectiva de nuestra sociedad de manera fatal.

En unos meses, aparecerán los primeros borradores del texto legislativo. Momento en el que se unirá al combate la segunda línea enemiga (la que siempre estuvo detrás de la primera). Sus efectivos los componen personal técnico especializado proveniente del corazón de los intereses de la Industria Tabaquera. Su incesante actividad lleva preparándose para este momento desde hace años y el objetivo es, una vez más, asegurar el bloqueo de cualquier cambio legislativo desfavorable. Ellos cobraron conciencia de que esto es una guerra décadas atrás y su especialización unida a sus imponentes medios les permiten disponer de una preparación óptima para la consecución de su objetivo. Estos altos emisarios de la Industria Tabaquera, bajo el más estricto secretismo, entablarán contactos con responsables públicos o sociales, que pueden influir en el desarrollo del proceso legislativo. Esto, supone un apoyo logístico al mediador oficial reconocible al que llamamos lobby. El lobby es el portavoz ante el parlamento de la defensa de los derechos de los productores de tabaco y asociados que, por esas fechas, alcanzará una fuerza y tamaño desproporcionados.

El éxito en esta difícil ocasión para la Industria se basará en la concentración de esfuerzos en las fechas clave. Ante una opinión pública cada vez más consciente de sus actividades y crítica, disponen de un ajustado espacio de tiempo para actuar con eficacia con una estrategia en la que la precisión temporal es decisiva. Esta vez trabajarán con la máxima intensidad entre la publicación de los primeros borradores del texto y la votación final sobre la totalidad.

Por esas fechas habrán puesto en marcha su formidable maquinaria de manipulación mediática. Seremos testigos de cómo, inexplicablemente, cada vez se alzarán más voces críticas con la prohibición general de fumar en locales públicos en todos los medios de comunicación posibles. Radio, prensa y televisión parecerán estar inundadas por tertulianos, periodistas, opinadores y políticos que, al discurso catastrofista al que nos tenían acostumbrados los representantes de la hostelería y la restauración, añadirán sus visiones sobre la democracia y las libertades individuales para oponerse a la efectividad de la nueva ley. La prensa económica, en este contexto de crisis, tendrá un papel estelar hablando de la necesidad de proteger este negocio como condicio sine qua non para salir de la crisis y no empeorar las cosas. El miedo estará servido y veremos si nuestros débiles gobernantes resisten los ataques del lobby y del, claro está, terrorismo mediático.

martes, febrero 16, 2010

De mal en peor

Ante el temor de que la sociedad española no estuviese preparada para asumir una ley más restrictiva, condenando al fracaso la aplicación de la ley, el Gobierno pensó que debía retrasar el vigor de la medida hasta que la sociedad mostrase mejor predisposición. Por otra parte, la propia oposición política podía dar al traste con ella. Por eso, se ha decidido acabar con los dos miedos; se ha retrasado definidamente la elaboración del texto y se ha decidido no engendrar la ley que el 70% de la población espera sin el consenso de minorías pretendidamente preocupadas por sus números.

Acuerdo, consenso, negociación, acercamiento de posturas, pacto... todo esto resulta ser un eufemismo para ocultar la única palabra que define el atentado a la lógica: cesión. Este gobierno caduco ha cedido a presiones, pero esas presiones no tienen cara descubierta. Por eso Gaspar Llamazares se extraña y dice que "no ve motivos para el retraso". Claro, no se pueden ver cosas que no existen; pero el gobierno sí ve fantasmas por todas partes.

Muchos hosteleros se han quejado porque dicen que van a perder dinero y los clubes de fumadores se han quejado porque dicen que van a perder derechos. Pero la única que realmente va a perder algo es la Industria Tabaquera. Entonces, si es así, ¿cómo es que no se han quejado los productores de tabaco? porque lo hacen a través de los dos actores antes mencionados, con impostores y pantomimas.

Sanidad no sabe muy bien qué decir. Resulta extraño su discurso sobre el consenso y asegura que tiene la intención de promover el borrador durante esta segunda mitad del año, confundiendo intención con obligación de estado.

No hay más que excusas y excusas para hacernos creer que Trinidad Jiménez a quien teme es a los hosteleros, como si fuésemos ineptos. Como si fuese creible que una ley de interés general deba consensuarse con intereses espurios de gremios privados ¡por favor!.

Así las cosas, y para seguir ocultando la verdadera identidad de nuestro opresor común -los intereses de la Industria Tabaquera-, de aquí a unos meses nos enzarzaremos en un ridícula sucesión de "negociaciones" para alcanzar "consensos" con todo el mejunje de fuerzas políticas del país. De manera que entre esto y el previo pase del texto por el Consejo Interterritorial, la lupa de cada uno de los ministros etc. la prohibición inicial de fumar en todos los locales de acceso público va a salir bastante trasquilada y, la diferencia final de la nueva ley con respecto a la actual, radicará en matices irrelevantes destinados a perpetuar la confusión y el enredo.

Aclaro, cuando se habla de consenso en esto del tabaco, el consenso se hace con los intereses de la Industria Tabaquera y, ni los hosteleros ni las fuerzas políticas, ni otras organizaciones civiles tienen mucho que decir. Está visto y comprobado.

miércoles, febrero 10, 2010

Al obstinado Javier Marías

Tic, tac, tic, tac el tiempo apremia y, a medida que se acerca el momento en que la nueva ley entre en vigor, usted , Señor Marías va enfureciéndose. En este artículo hace gala de su integrismo tabaquero arremetiendo contra la futura ley. Se queja porque quiere fumar en público, en el mayor número posible de sitios donde pueda molestar, en lugar de conformarse con hacerlo al aire libre o en su casa y en la de sus amigos.

Veo que aún aspira a seguir gozando de parte del privilegio que le ha estado siendo concedido hasta ahora, quiere seguir arrogándose un particular derecho de uso en una proporción respetable de bares y restaurantes a costa de de la salud y el bienestar de terceros.

Señor Marías, por favor, no insista porque no puede ser. Ha de prohibirse fumar en los locales de acceso público porque podría molestar a esos desconocidos que tienen derecho a entrar sin sentir asco. ¿Cómo va usted a decir que se decida por sorteo en qué locales se puede fumar y en cuáles no? No se puede hacer eso con locales de acceso público; para eso tiene usted su Club.

A estas alturas, no logro entender por qué insiste en compartir las horribles consecuencias de su vicio con desconocidos. Comprenda usted, que eso de que le metan carbonilla a uno por la traquea es una parafilia muy heavy, que no todo el mundo está dispuesto a realizar. Es lógico que un acto íntimo, particular, tan caprichoso y extravagante, deba llevarse a cabo en espacios donde no se perciba su carácter invasivo. Tranquilícese hombre, que no va a ser para tanto, que nadie se ha muerto por no fumar en un bar o en un restaurante, ya verá como se acostumbra y, quien sabe, a lo mejor un día hasta termina agradenciéndonoslo. No sea partidario de complicar las cosas, que con un mínimo de esfuerzo y sacrificio (simplemente con relajarse y disfrutar del cambio, no hay que hacer nada más) nos solucionará muchos problemas a todo el mundo; a usuarios que no fuman, a empleados de la hostelería y a usted mismo, que le irá mucho mejor sin tanto reaspirar sus propias exhalaciones.

En cuanto a las imágenes macabras de las cajetillas, aunque a mí mismo me parecen poco útiles para lo antiestéticas que resultan tanto esas imágenes como la política en sí, comprenda usted que no está mal disuadir a la gente para que no adquiera un producto que, aún siguiendo las instrucciones de uso, enferma al cliente. Y no nos venga con lo de que es Estado es un hipócrita por no regular otras cosas porque eso ya está muy visto y discutido, que todos los integristas tabaqueros dicen lo mismo; que lo de la "hipocresía" parece que lo hayan aprendido en jueves.

domingo, febrero 07, 2010

Ecologismo populista

El viernes salió esta noticia: Greenpeace protesta frente a Industria por el almacén nuclear. Me parece estéril esta protesta, pues el almacén, siempre irá a algún lugar. Pero sobre todo me parece carca, anticuada, oportunista, populista. Se aprovechan del terror nuclear, de ese terror ingénuo que modeló muchas conciencias tras el desastre de Chernobil. El rechazo popular a la energía nuclear tiene su raíz ni más ni menos que en la falta de información, en la ignorancia.

Cualquiera que investigue el tema, descubrirá que la energía nuclear es de las "menos malas", sobre todo si tenemos en cuenta la ratio rendimiento/liberación-de-CO2-a-la-atmósfera. Es bastante eficiente y puede que sea gracias a ella por la que la demanda energética de nuestra sociedad es satisfecha a un coste razonable. En cuanto al peligro potencial de una planta nuclear (fusión del núcleo de un reactor), tras lo aprendido con el desastre de Chernóbil, hoy en día el celoso protocolo aplicado en la instauración de medidas de seguridad hace prácticamente imposible una fatalidad parecida. Por otra parte, un almacen de residuos nucleares limita su radioactividad prácticamente al interior de los contenedores donde se hallan el material. Acercarse a los muros de hormigón que encierran esos contenedores no es suficiente para contraer un cáncer. En los bares hay más radioactividad con tanto plomo y polonio 210 que liberan los cigarros.

La energía nuclear hoy por hoy es útil y comparativamente limpia mientras no se desarrollen las alternativas renovables. Así que, por favor, a ver si los de Greenpeace os vais con vuestras pancartas y bocadillos a otro campo de batalla. Si queréis menos contaminación, tenéis que quejaros de ciertas actividades civiles. Preocupaos de que la gente no encienda tantas hogueras y chimeneas que es lo que realmente contamina de manera innecesaria y, si os queréis quejar ante una poderosa y aviesa industria cuya actividad es contaminante y no vale para nada hacedlo ante la Tabacalera.

viernes, febrero 05, 2010

Todo menos señalar con el dedo al causante

Economía pide a las comunidades que gasten menos en educación y sanidad. Esto es lo que he leído de esta noticia y no voy a terminar la lectura. Con el título me basta.

Hay una cosa que es difícil comprender y es lo siguiente: si se está fumando más tabaco que nunca y hemos quedado en que el nivel de ventas no se puede alterar porque si no las arcas públicas se nos quedan vacías, ¿cómo gestionamos esto con cordura?. Ni que decir tiene que una gran fracción de ese gasto en sanidad (y quizá en educación, buena educación) es a causa de lo que es tabú decir.

miércoles, febrero 03, 2010

Un gobierno con una sicología enclencle

EL gobierno del Señor Rodríguez cada día da una nueva muestra de estar acabado. Así las cosas, salvo debacle mayor, no tiene ni la más mínima posibilidad de revalidar su triunfo en las elecciones generales; ni en ninguna otra próxima.

Los globos sonda y los titubeos empiezan a cansar hasta en los más fieles de sus súbditos. En tiempos tan difíciles, un votante sólo desea unidad, firmeza y valentía. Este equipo de gobierno parece incapaz de ofrecer esas cosas. Digo esto a raíz de lo escuchado hoy en las noticias:

"La propuesta del Gobierno incluida en la actualización del Programa de Estabilidad 2009-2013 de ampliar a 25 años el tiempo de cálculo de las pensiones, aunque finalmente ha sido retirado del documento, ha sido recibida con críticas desde la oposición y los sindicatos."

La propuesta y retirada ocurrió en el espacio de tres horas. Entonces me he acordado de lo sospechosa que resulta la demora en la publicación del borrador de la nueva ley del tabaco y de su futuro incierto. Huelo el pavor. Entre tanto tira y afloja, no sé en qué va a acabar la ley. Me temo lo peor...

martes, febrero 02, 2010

Tabaco y crisis

Entre tantos sectores económicos perjudicados en esta crisis, resulta curioso ver cómo en España ha aumentado el volumen de ventas de tabaco. En estos últimos trimestres hemos visto una inquietante coincidencia: la subida del paro ha ido siendo directamente proporcional al incremento de las tasas de tabaquismo.

Pese a no tener un duro, la gente sigue comprando tabaco porque el gobierno no ha hecho nada efectivo que interfiera en el normal libre albedrío del negocio de las tabaqueras. Por otra parte, parece que algunos creen que el auspicio del inusitado volumen de ventas es imprescindible para sanear la economía y, de paso, los fondos de nuestras arcas públicas.

Es incómodo reconocer que tenemos un sector beneficiario de la crisis (ajena obviamente). Esto se explica porque las reglas del libre mercado no son compatibles con las leyes de la adicción.

¿No va siendo hora de que cambiemos de estrategia? Si lo de comprar más tabaco y fumar más no ha funcionado para reducir las tasas de paro ni para sanear el erario público, probemos a comprar menos tabaco y fumar menos a ver qué pasa...

domingo, enero 17, 2010

Avatar

Acabo de ver la película y, la verdad, aparte de que me gusta la ciencia ficción, quería comprobar si realmente la cinta se merece un pulmón negro como le adjudica Scenesmoking.org por sus unacceptable depictions of tobacco. Pues sí que se lo merece creo yo también. James Cameron podría haberse esforzado en prescindir del tabaco en la caracterización de uno de los protagonistas (y además de los buenos) pero no lo ha hecho.

Mucha gente se ha quedado con la imagen de las caladas que Sigourney Weaver da en un sitio indebido (un laboratorio) nada más despertar de una hibernación. Pero para el buen observador lo más aclarador es una pista que nos da el guionista. En una escena, cuando Sigourney Weaver le pregunta al protagonista Jack Sully sobre la razón por la que decidió embarcarse en la misión (que implicaba el viaje a un exoplaneta siendo paralítico) él le responde en consonancia con su carácter rebelde: "Porque estaba harto de las prohibiciones de los médicos", en una situación en la que no deja lugar a la réplica posterior... ¿A qué me suena esta respuesta tan particular?. Supongo que en una de las películas más caras y esperadas de todos los tiempos el tabaco no podía faltar a la cita.

miércoles, enero 06, 2010

Vivir en España produce cáncer

Apenas ya se rumorea que se está negociando la redacción de una nueva ley de ampliación de las libertades públicas y de protección de la salud (revisión de la Ley Antitabaco para más señas), ya existen algunos sectores que, por un nocivo interés, se oponen furibundamente a su “endurecimiento”. Que lo hagan particulares o asociaciones hosteleras bajo el patrocinio de los lobbies tabaqueros no me preocupa. Sin embargo, me parece escandaloso que encontremos una oposición desmedida a una ley tan vulnerable de manos de un creciente número de militantes políticos.

Así está sucediendo dentro de la Comunidad de Madrid, cuyo Consejero de Sanidad, Juan José Güemes, sin parar a valorar la conveniencia de la ley para el interés de la sociedad, y sin que crea que valga la pena negociar los detalles de su posible redacción ya le coloca el sambenito de ley represora. Desatendiendo a sus competencias en sanidad, en un ejercicio de intrusismo asegura que la ley será “una restricción de la libertad individual”. Además, con el propósito de hacernos partícipes de su miedo e inseguridad ante un hipotético estado de hechos que a él no le agrada en base a un capricho personal añade que “hay que ser muy cuidadosos cuando se restringe la libertad individual”.

Si volvemos a dejar que el fanatismo neoliberal de algunos señores y señorías se imponga al sentido común en esta cuestión, la cual deberíamos proteger frente a interferencias pseudoideológicas, prevalecerá la tiranía de las tabaqueras y su humo frente a la libertad de los que queremos hacer vida social sin tener que volver a casa apestando a hollín cancerígeno. De seguir esto así, tendremos una ley en papel mojado que sólo nos ofrecerá una solución para poder disfrutar con garantías de espacios de ocio sin humos: la emigración.

lunes, enero 04, 2010

Temo que ZP anule la efectividad de la ley

Leo en una página del Club más Tolerante de toda España:

ZAPATERO VULNERA LA LEY Y CONTINÚA FUMANDO EN EL AVIÓN PRESIDENCIAL
Zapatero vulnera la ley y continúa fumando en el avión presidencial

El Falcon del presidente del Gobierno huele a LM Light, la marca de los pitillos que Rodríguez Zapatero enciende en su interior, ajeno a la prohibición de fumar en espacios públicos cerrados, derivada de la ley que promulgó su propio equipo de Gobierno en diciembre de 2005. Ya lo dijo el Ejecutivo en 2006, cuando entraba en vigor esta normativa: “Es una ley tolerante”.


Sí los máximos portavoces del Integrismo Pro-Tabaquista exhiben con orgullo patriota este actual -e insoportable- estado de hechos y de esta manera, ¿En qué parte de nuestra conciencia podemos albergar optimismo de cara a la revisión de la Ley del Tabaco? Va a ser una cuestión de fe pretender que esto mejore si estos políticos, que no nos representan, no se desenganchan.