jueves, noviembre 24, 2011

Dificultades del Gobierno para cambiar la Ley o suavizar su aplicación

La desactivación del régimen sancionador desde las CCAA, que en su práctica totalidad serán gobernadas por el Partido Popular, es una de las amenazas que percibe el Movimiento Antitabaco cuando analiza el futuro de los nuevos mapas de poder político. Sabemos que el respeto a las Leyes del Tabaco aún no está consolidado del todo, y que la aplicación del respeto a la prohibición de fumar en la Hostelería en particular, tendrá que soportar una terrible "prueba de estrés" desde diferentes frentes. Aún hay demasiada gente que dedica sus esfuerzos día y noche a buscar a toda costa una vía que permita la vuelta del humo a la Hostelería. Sin embargo, pese a lo que algunos puedan temer, el nuevo gobierno, a lo sumo, sólo podrá modificar el régimen fiscal aplicado a la producción, comercio y venta de labores del tabaco por una serie de razones:

Porque si bien en el año 2005 existía una conciencia antitabaco muy débil superada por una defensa democrática y social del derecho a fumar en todas partes, hoy en día el panorama ha cambiado por completo y la opinión pública en general ha invertido su tendencia. Por tanto, para empezar, una posible flexibilización en lo que a la prohibición de fumar se refiere, desde la obetividad mayoritaria sería considerada como una medida "impopular".

Porque aún cuando la adicción del futuro presidente y su egoísta comodidad personal lo tentasen a introducir un forzado cambio en el texto legal, ni sus compañeros de partido, ni sus asesores técnicos, ni los informes de Sanidad y Economía y Hacienda, darían su visto bueno favorable. Mariano Rajoy siempre a presumido de ser prudente.

Porque ello supondría conceder argumentos innecesarios a la oposición que en su día aprobó la Ley para que llevasen a cabo una crítica feroz acusando al Gobierno de revanchismo político.

Porque se encontraría con el descontento generalizado de los síndicatos mayoritarios, quienes alineados con la oposición por la naturaleza de sus ideales, considerarían este cambio como un ataque a las condiciones laborales de los camareros que habían adquirido el derecho a trabajar en un entorno libre de humos. Harían ver que tal retroceso obedece al favor concedido a la patronal más caciquil.

Porque existen recomendaciones de la OMS y directivas a nivel europeo que marcan plazos, ya casi agotados, para generalizar los espacios cerrados libres de humo. La tendencia en el resto de países europeos es la misma.

Por estas mismas razones, igualmente, las CCAA en todo caso reforzarán la vigilancia si el gasto sanitario no para de subir y el impopular copago acecha. No les interesa volver atrás porque la puesta en práctica de una Ley en ese sentido, necesitaría un mayor despliegue de medios y personal para comprobar que unas hipotéticas salas de fumadores cumplen los requisitos técnicos exigidos, incrementándose así el gasto administrativo. No creo que las administraciones quieran volver a lidiar con hosteleros que piden indemnizaciones por las reformas realizadas, y aún no amortizadas, si la Ley volviese a cambiar cuando entrasen de nuevo los socialistas.

Entre los propios hosteleros la gran mayoría tampoco quiere volver a oir hablar de unos espacios para fumadores que podría obligarles llevar a cabo costosas reformas en sus locales si quieren protegerse de la competencia desleal.

Por estas razones y por alguna más que me habré dejado en el tintero, no creo que Mariano Rajoy se vaya a empeñar en volver al año 2005. Hacerlo no sería de persona juiciosa y delataría su vehemente adicción.

martes, noviembre 15, 2011

Rajoy el fumador

Hoy me he topado con uno de los ejercicios de seguidismo más patéticos de toda la Democracia. Tras leer esta noticia, en la que, quizá con algo de sensacionalismo, se revela que Ana Pastor apoya el desafortunado punto de vista de su Señor, punto de vista al que hice referencia en la entrada anterior. Esto no tendría tanta trascendencia si no fuese porque Ana Pastor probablemente vaya a ser nuestra futura Ministra de Sanidad, algo bastante alarmante por otra parte.

Comprobada la afición de nuestros populistas políticos al electoralismo irresponsable, no me extraña que ante una crisis de este calibre, últimamente se haya apostado en otros países por Gobiernos Técnicos -de tecnócratas-. Vistas ciertas actitudes, no veo al PP capacitado para arreglar el paro y la crisis; además nadie me asegura que la adicción permita a Rajoy recordarle que debería hacer caso a sus asesores y a los números que hablan del gasto sanitario. Pero su adicción exacerba su egoísmo y sólo puede hablar sobre el tema en primera persona con un "a mi la Ley actual no me gusta", como si su recalcitrante afición a la nicotina fuese común a la de todos los españoles.

Esto es algo que yo ya sabía, que mientras uno es esclavo de la nicotina difícilmente puede analizar de manera imparcial los pros y los contras de una política sanitaria determinada. Pero bueno, a eso por desgracia estamos demasiado acostumbrados, (creo que en toda la Democracia no hemos tenido a un solo presidente de gobierno que no fume), y la experiencia nos demuestra que cuando se trata de tabaco alguien que fuma trata de legislar en base a su comodidad personal, para poder fumar él por doquier y a bajo precio. Francamente, siendo esto así, en las papeletas donde figuran los candidatos el día de la votación, me gustaría que se detallase al lado de sus nombres y apellidos, si el candidato en cuestión es fumador o no; eso es algo que me interesa saber y ayudaría bastante a decidirme. Por otra parte, creo que también podría ser del interés de muchos otros votantes saber si un candidato es un adicto al cigarro (en EEUU lo es); creo que no tiene sentido que el 100% de los candidatos principales sean adictos a la nicotina mientras sólo el 30% de la población española lo es. Por lo tanto, si tan orgullosos están de fumar y de exhibir una supuesta identidad como fumadores que luchan por su libertad, constituyendo su adicción el eje central sus vidas, estos candidatos no son representativos de la sociedad. No pueden representar a la mayoría en España.

Pero de todas formas, por más vueltas que le damos, no entendemos cómo demonios se atreve el PP a hacer y sostener semejantes declaraciones, pues sólo veo que esa actitud puede hacerle perder un número importante de votos. Aunque es posible que estén tan seguros de su arrolladora victoria que hayan decidido despilfarrar unos cuantos cientos de miles de votos nada más que para celebrarlo, asegurándose así para el futuro el fácil aprovisionamiento y consumo de su dosis. O a lo mejor aspiran a parecerse a Grecia en todos los aspectos mientras se preparan para lo peor, pues allí la tasa de fumadores ronda el 45%, como en tantos otros países del tercer mundo.

Muchos pensarán ingenuamente que lo hace por algún motivo económico, al haber caído como víctima del séptimo mito de la Industria Tabaquera -el tabaco es bueno para la economía-, aunque creo que eso está superado en la teoría y en la práctica, según se demuestra en la experiencia del día a día y de los datos aportados por la propia hostelería, pero de la hostelería de verdad. Otros pensarán que se debe a la patronal y a la CEOE por principios pero qué va; dice esas cosas porque es un fumador de puros, sencillamente eso. Por último, también habrá quienes piensen que quiere desactivar la Ley por puro rebanchismo; porque le da rabia que sea una ley socialista y su aplicación, contra pronóstico, haya sido un éxito, porque la Ley del Tabaco sea uno de los logros sociales obtenidos en estos últimos años que quiere desarreglar ya que fue mérito de su adversario político. Pero no os engañéis, es sólo porque fuma puros porque si no, se habría estado calladito.

domingo, noviembre 13, 2011

La adicción de Rajoy

Un periodista tiene la inoportuna idea de preguntarle a Rajoy si cambiará la Ley, y claro, la lía parda. Eso es un asunto muy delicado ya que la nueva conciencia aún está en fase de consolidación. El candidato por el Partido Popular, como buen fumador de puros que es, barre para su casa y piensa, ¿qué es lo que a mi me gustaría? y se responde así mismo: "si a mi me gusta el humo de los puros, el humo de los puros le gusta al resto de la humanidad".

Y así fue como contestó. Pensó que era verdad lo que decían la FEHR y el Club más Tolerante de toda España, que la reforma 42/2010 no la había demandado la sociedad. Poco después todos pudimos comprobar que las cosas habían cambiado y la reforma terminó siendo un éxito ante su incredulidad (a decir verdad quizá una de las poquísimas cosas que no ha hecho mal el PSOE). Pero Rajoy, como buen conservadurista, no ha cambiado; sigue siendo un adicto a los vicios de los que antes adolecía.

Y no es sólo que sea un adicto a la nicotina, con lo cual, desde mi punto de vista ya queda totalmente inutilizado para ejercer cualquier tipo de cargo público; sino que además es un ignorante con respecto a este tema y no sé si sus asesores conseguirán sacarlo de su error intelectual. La experiencia me demuestra que la insensatez de un adicto a la nicotina no conoce límites.

Aunque es poco probable, cabe alguna posibilidad de que una cabezonería por parte de este señor de pocas miras pueda dar al traste con los avances en lucha antitabaco habidos en las últimas tres décadas en España, porque este señor quiere seguir fumando en los bares incordiando con el asqueroso humo de su puro y sentirse acompañado durante sus gamberradas. Como la experiencia me demuestra que los intereses personales son muy puñeteros para estas cosas, pues yo no me fio, y como no me fio, no quiero que recaiga sobre mi conciencia el error de haber votado a un carca ignorante que parece salido de la decadencia decimonónica, como si de un castellano viejo si tratase.

En fin, que como la economía va ir igual de mal con este señor que con el anterior, al menos en cuanto a las intenciones en temas de moralidad, principios y progreso social van a seguir siendo más de mi gusto las del PSOE o las de cualquier partido de izquierdas. Pero todo eso me da un poco igual porque yo, si no hubiese dicho nada Rajoy respecto al tema, sencillamente no me habría molestado en ir a votar y punto. Pero siendo así, voy a votar a lo que más le pueda molestar (ya veré) y, además estoy tratando de convencer a mis compañeros de causa, familiares y otros de mi círculo de amistades para no lo voten. Mi aportación será escasa; es posible que no evite la mayoría absoluta de Rajoy pero al menos le quitaré unas pocas decenas de votos y, aunque sean una veintena, con esos, que ya no cuente.

martes, noviembre 08, 2011

La cantante Bebe

Es un problemazo para esto de la lucha antitabaco tener que aguantar intelectualoides y artistas que no consiguen salir de su error. Hablo de estos que quieren promocionar entre sus fanes o seguidores un estilo de vida aún sabiendo que insultan a la humanidad.

Ello sería entendible si la razón se fundamentase en intereses dinerarios personales o de terceros cercanos. Pero hacerles un favor a vendedores que no comparten ningún lazo de afininidad o consanguinidad es realmente de estúpidos.

Cada vez me cabe menos duda de que el consumo de cualquier droga de estas ocasiona lesiones irreversibles en la capacidad de razocinio de la gente. Si no, es inexplicable.

La cantante Bebe, afectada por una enfermedad semejante a la de Fito Cabrales se ha convertido en la enésima apóloga del tabaquismo. Si hace algún tiempo prometía con orgullo no dejar de fumar durante su embarazo, ahora, esta enamorada del pitillo no se conforma con seguir en sus trece sin más. Ha creído conveniente componer e interpretar su “Himno al Fumador”. Y todo porque a ella le molesta no poder molestar en todas partes y cuando le dé la gana.