sábado, noviembre 10, 2012

Responsables de la tragedia del Madrid Arena

Resulta difícil de asimilar cómo una metrópolis de 5 millones de habitantes tiene como principal gestor de sus bienes y servicios un Ayuntamiento tan indigno; unos alcaldes y concejales con mala presencia, poca virtud y peores compañías; empresarios sin escrúpulos, mafiosos, delincuentes y sinvergüenzas varios.

Como ya amenazaron en un segundo momento cuando se vieron acorralados, estos candidatos a imputados, se han apresurado a presentarse ante los juzgados como acusación particular en el Caso Madrid Arena; acusan a la empresa Diviertt de haber mentido y de ser responsables del incumplimiento de las normas de seguridad que propició la tragedia. Y es aquí donde está el error de percepción que tratan de inducir con su intoxicación mediática.

Desde un primer momento, en su primera declaración ante los medios el Ayuntamiento se delataba al asegurar que la empresa había respetado el exceso de aforo. Estaba claro que le había preguntado al empresario nocturno “oye, ¿has respetado el aforo? Por supuesto. Es decir, que en ningún momento controla o inspecciona el desarrollo de este tipo de eventos; ya sea por determinismo de la derecha liberal más fanática con su concepción del libre albedrío, o ya sea por el pasotismo de los funcionarios y burócratas, que sólo atienden al público de 9 de la mañana a 2 de la tarde. En cualquier caso, ahora que ha sucedido lo que por estadística algún día tenía que suceder, sólo saben exhibir sus vanos intentos de eludir lo ineludible: su responsabilidad.

El principal y último responsable de lo acaecido es el Ayuntamiento, y no tanto una empresa mafiosa que, al igual que innumerables otras empresas de ocio nocturno, respetaba las reglas de juego según el status quo que el Ayuntamiento había sentado a base de condescendencia.

De modo que, en este momento, intentar desviar por completo la responsabilidad a la empresa por el simple hecho de que ha habido mala suerte, es como cambiar las reglas de juego a mitad de partido. Si el Ayuntamiento practicaba la vista gorda, lo hacía con todas sus consecuencias y de éstas ha de responsabilizarse.

Esperemos que la justicia sea imparcial y dirigente como dicta la Ley y aplique su actuación con el mismo rigor en ambas partes. Así por ejemplo, si el Juez ve oportuno paralizar la extracción de los órganos de una de las víctimas donantes en quirófano para preservar pruebas, de la misma manera podría dictar prisión provisional para Ana Botella y sus secuaces; no tanto por el riesgo de fuga sino igualmente para evitar la destrucción de pruebas documentales. Es más, me parecería más justificada esa medida porque, lo de mantener los órganos en el cuerpo de la víctima me parece que está fundamentado de manera débil; no veo qué interés puede tener que un estudio toxicológico futuro determine si la víctima murió asfixiada, aplastada o ahogada.

domingo, noviembre 04, 2012

Lo del Arena: Tragedia, irresponsabilidad y cinismo

Ya va siendo hora de que la sociedad vea la luz, abra los ojos y quiera comprender de una vez cuál es la realidad del mundo de la noche. Todos sabemos lo que ha pasado de sobra y, sin embargo, a estas alturas sigue habiendo cobardes cínicos e irresponsables que se niegan a asumir su responsabilidad.

Repasemos con esta noticia a modo de crónica los movimientos mediáticos de los actores clave mientras la empresa organizadora sigue negando que incumpliese el límite de aforo o que, al menos, lo hiciese intencionadamente:

El Sindicato Unificado de Policía responsabiliza al Ayuntamiento de la tragedia, dice que "no tenía licencias de apertura" y que ya se denunció en 2006.

El Ayuntamiento se defiende diciendo que el Madrid Arena no necesitaba licencia, según la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid.

Aunque es una práctica bastante común de los ayuntamientos de pueblo por todo el país llama la atención que no exija licencia para ese tipo de celebraciones el de una gran capital. Pero en una segunda reflexión caemos en la cuenta de que en el caso de Madrid bien conocida es su particular lectura del Laissez Faire en consonancia con las políticas ultra-neo-liberales de Ana Botella, así como la de los mandatarios de la Comunidad de Madrid. Ya sabéis a lo que me refiero: cuando se trata de favorecer intereses corporativos basados en abusos potenciales, en Madrid se responde con manga ancha, vista gorda, exenciones legales varias o boicoteos a leyes si hace falta (recuérdese la actitud frente a la Ley del Tabaco y Eurovegas en estos últimos años). Si se trata de facilitarle las cosas a empresarios mafiosos todo vale y, los consumidores y usuarios, los padres de adolescentes y la sociedad en general se joden porque, en los locales de ocio de esa comunidad donde hemos descubierto una curiosa vocación independentista,  se blande el letrero de "El cliente nunca tiene la razón".

Lo ocurrido es una consecuencia directa de la mala praxis de estos políticos incompetentes, que se rebelan de facto ante nuestro estado de derecho y sus garantías al negarse a tramitar los expedientes por el incumplimiento de ciertas regulaciones; al ser éstas incómodas para los intereses privados con los que simpatizan. Por tanto, si ya sabemos que la violación de las los límites de aforo y decibelios en el mundo de la noche es deporte nacional bajo la displicencia de las administraciones, ¿qué narices esperamos del Ayuntamiento de Madrid, que ya sabíamos cómo se las gastaba con la tramitación de los expedientes por el incumplimiento de las leyes del tabaco? auspicio. No me extraña que el titular del otro día en el Periódico de Cataluña se permitiese el lujo de exhibir en tamaño de letra enorme una sola palabra para narrar lo sucedido: "Descontrol"

Encima, viéndose atrapado, el Ayuntamiento de Madrid aseguraba que todo estaba en orden, que no se superó el límite de aforo y que la licencia estaba en regla porque al ser un edificio de titularidad municipal no la necesita. Claro, es obvio que un ayuntamiento puede permitirse el privilegio de tener instalaciones cuya arquitectura no cumple con las medidas de seguridad obligadas o designar cualquier instalación para el uso que le venga en gana, pues sería absurdo multarse a sí mismo, de manera que no hay problema en concederle los derechos de explotación a cualquier desaprehensivo ávido de lucro. Así nos va.

Pero más gracioso es cuando su portavocía, en un ejercicio de soberbia hace saber que, a esperas de lo que determine la investigación, en el caso de que se halle responsabilidad en la empresa organizadora el Ayuntamiento se personará como parte acusadora ¿están de broma? ¿pero quién ha dicho que el Ayuntamiento no va a ser imputado en este proceso? ¿cómo se permiten el lujazo esos sinvergüenzas de autoproclamarse parte acusadora de antemano cuando lo que debían hacer es empezar a entonar el mea culpa?

Para mi juicio, los principales responsables de lo ocurrido son quienes han estado al frente del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid porque han desatendido, dejado, obviado... se han negado a ejercer, o han entorpecido el ejercicio, de parte esencial de las funciones de vigilancia y policía que le son propias en base a unos intereses o gustos de carácter personal.