sábado, febrero 28, 2009

Nada interesante

Hago un brevísimo repaso de la actualidad informativa copada por el trinomio crisis, gobierno y oposición.

Culpables de la crisis:

La Banca, el uno, el otro y el de la moto.

Recetas que proponen para combatir la crisis:

Campañas de austeridad, créditos del ICO y fe. Las otras medidas no lo son porque llegan tarde: persecución de los delitos de corrupción urbanística, (claro, ahora que no les van a dar dinero las viviendas de lujo).

Tarde o temprano habrá que reconocer que la economía española no es sólo víctima de la crisis económica global. Aquí han coincidido en el tiempo la interna local, (que se habría dado de todas maneras) con la mundial. Además podríamos hablar de otras crisis autóctonas y endémicas (nuestras, solamente nuestras y a mucha honra) estalladas repentinamente, tales como la burbuja inmobiliaria asociada a la cultura del pelotazo y a la codicia inconmensurable fomentada tras años y años de trapicheo con el dinero negro.

Por fortuna, el carácter español ha sabido cómo deshacerse del dinero negro. Ha sido muy fácil. Se ha cogido, se ha transformado en edificios de pisitos en un número superior al de habitantes (sin demanda, por tanto) y allí se ha quedado. Ese dinero se ha perdido en gran parte pero a la vez el subproducto queda blanqueado, merced al pago de contribuciones urbanas, gastos corrientes en suministros y gastos de reparaciones de mantenimiento y defectos de unas obras ya en proceso de devaluación. Un buen negocio para no sé quien exactamente. En otras palabras, el capital acumulado -negro o no- no se ha despilfarrado sino que se ha tirado por el retrete. Se ha preferido eso antes que gestionarlo de manera trasparente, honesta y más beneficiosa para la comunidad.

Se me olvidaba decirlo, gran parte del parking inmobiliario construido no vale para nada. No se lleva ya eso de vivir en colmenas. Dado que gran parte de tanto edificio de pisitos estará pendiente de demolición en un futuro, quizás eso vuelva a estimular el mercado de la construcción. Lamento que se haya movilizado a tanto músculo inútilmente. Es lo que tienen algunas lecturas equivocadas del Laissez Faire unidas a la cobardía extrema y la consecuente falta de autoridad.

A esto podríamos añadir una crisis intelectual tras años de fracasado sistema educativo y, por supuesto, una crisis sanitaria. Lo de la crisis sanitaria tiene que ver con los niveles esperados cercanos al 20% de paro. A más paro, más se fuma y, por tanto, el Señor Rodríguez y su opositor perciben el hecho como el único alivio posible a la crisis recaudatoria del Estado. Pensándolo bien, la crisis intelectual podría tener un origen patológico, como resultado de un irreversible proceso de disgenesia tras tantos años de intoxicación tabáquica heredada de padres a hijos. Tanto tabaco está afectando a la raza española de la que hablaba el Generalísimo. Menos mal que no creo en esas cosas.

Partidismo:

¿Se deja llevar por sus inclinaciones políticas el Juez-Magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón? Pues seguramente, por algo le habrá dado el ataque de ansiedad. Pero eso no importa, ni su compadreo con el Ministro de Justicia. Lo que llama la atención es la estancia de estos personajes con responsabilidad pública en Jauja. Cazar es una costumbre bastante caciquil y medieval. En cuanto a lo de hacerlo sin licencia, también tiene gracia el anécdota, como tantas otras cosas que estos débiles hacen sin licencia; sólo con el permiso de Dione y, a partir de ahí, el resto de los despropósitos pasados y futuros de esta gente se deducen como resultado de una ecuación matemática

Así, con tanto caos económico y social que se avecina, los nervios afloran y acaban delatando la realidad de una clase política putrefacta en su conjunto. De los aforados del PP investigados por corrupción, se están investigando sus cuentas, sus inversiones, sus relaciones con otras empresas, amigos, etc. Yo daría casi lo que fuese por saber sobre la relación de algunos de esos investigados con la Industria Tabaquera, tan callada y sigilosa estos días. Ya se levantará el “secreto de sumario”, concepto que nunca he tenido claro. De todas maneras no creo que nos enterásemos de nada al respecto.

Ya les llegará el turno a los aforados del PSOE, se cumplirá el turno de partidos y asistiremos a la purga política de siempre. Entre tanto, los intereses de la Industria Tabaquera no se inmutarán.

viernes, febrero 20, 2009

Medidas no económicas en el negocio

Las compañías tabaqueras están llevando a cabo acciones insólitas si las estudiamos en el contexto general de la crisis.

Por ejemplo, Imperial Tobacco, habla de beneficios, incluso referidos al mercado español. Pero apreciamos un tratamiento extraño de los resultados. No es que se reconozca sin paliativos que Imperial Tobacco ha experimentado un recorte de beneficios –nunca pérdidas- respecto al año pasado. Lo que quiero decir es que las compañías tabaqueras no suelen faldar de beneficios últimamente, más bien prefieren ocultarlos de cara a la opinión pública o, al menos, reconocer con humildad y vergüenza la cuantía de sus pingues beneficios en estos momentos tan embarazosos, dado el estado de ánimo en el resto del panorama económico. Parece que la Industria Tabaquera prefiere que sea el correveidile lo que funcione entre sus inversores potenciales; cosas de las autorregulaciones corporativas. Destaco este titular: “Imperial Tobacco mantiene previsiones, aunque afirma que no será inmune a la crisis”. Y dentro del mismo artículo, esta frase que nos recuerda que debemos obligarla a la reconversión final porque, entre otras cosas, está preparada para ello y no supondrá un drama excesivo implantar la más audaz de las medidas: “destacó que se mantendrá fuerte, pese al impacto en sus negocios de puros y de operaciones logísticas no vinculadas al tabaco.

También llama la atención cómo, ante la amenaza deflacionista, Altadís acuerda en estos momentos y motu proprio –siguiendo la política de PM- aumentar en 15 céntimos el precio de sus cajetillas. Algo que, como bien apunta el CNPT, es una subida estratégica; un ejercicio de anticipación a subidas posteriores que Hacienda pueda imponer ante la inusitada subida del consumo de tabaco entre los parados y para, aprovechando la coyuntura, conseguir un golpe de efecto en lo que a la reducción estadística del consumo se refiere; aunque habría que ver con más detalle el funcionamiento de esos mecanismos co-regulatorios.

También podría estar sucediendo lo siguiente: que asistiésemos a un escenario surrealista en el que sería la Industria la primera interesada en que se apliquen mecanismos reguladores algo más eficaces, en previsión de un excesivo incremento de las tasas de tabaquismo entre la población y ante la inminente alarma social fomentada por una regulación estatal ineficaz y excesivamente complaciente con el estímulo del consumo de tabaco. Ya que no hacerlo podría desencadenar un efecto rebote con la consecuencia más temida: la prohibición general del consumo en los lugares de acceso público cerrados.

En conclusión, para el caso español, hablaríamos de la auténtica auto-regulación que la Industria proponía en un principio porque el estado no parece capaz de “regular” los flujos de conveniencia para el desarrollo del negocio. Algo que demuestra el fracaso a todos los niveles del gobierno y su patética posición, como de costumbre.

lunes, febrero 16, 2009

Hablando de cupos

Leo en la prensa:

"Polémica por cupo mínimo de arrestos a inmigrantes

Una nota interna de una comisaría de Policía de Madrid, en la que se fija como objetivo un cupo mínimo de arrestos de inmigrantes sin papeles, ha causado polémica en España y un nuevo enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición. Se trata de un documento interno de una comisaría madrileña, en el que se fija como objetivo un cupo mínimo de arrestos de inmigrantes sin papeles, en especial marroquíes(...)
"

He aquí la fuente

Comparando el interés que existe en Madrid por deshacerse de los inmigrantes con el de deshacerse del humo, me vienen ideas a la cabeza. Dado que otras fuentes además hablan de incentivos y recompensas para estimular la consecución de estos objetivos en inmigración, no sería mala idea aplicar esta estrategia con los encargados de las labores de inspección por infracciones de las leyes del tabaco en la misma CAM. Se podrían fijar cupos de sanciones de manera bien fácil en áreas o zonas determinadas, sin necesidad de ir a buscar a “otros distritos”, puesto que los locales cerrados no se mueven de sitio. Algo fácil que todos agradecerían y sin tanta polémica. Seguro que los inspectores se animarían a sancionar donde dicta la ley si obtuviesen algún día ciertas recompensas. Se acabaría la laxitud en la aplicación de la norma en Madrid, sobre todo cuando el decreto lo permita.

domingo, febrero 08, 2009

Predicando

Últimamente he tenido la oportunidad dialogar sobre el tabaco,(más bien predicar) con un tipo de sujeto interesante para el caso.

Un médico de la Seguridad Social

Le hablé de lo horrible que era subir a las plantas superiores del Hospital Torrecárdenas por las escaleras, pues en horas punta te encuentras grupúsculos de gente fumando en el rellano de cada tramo de escalera. Una corriente de aire que ventila todo el edificio pasa por esas escaleras, situadas en el extremo del ala oeste. Por ahí el aire que entra desde la puerta principal del bajo, (ya contaminado por los fumadores que se agolpan en las inmediaciones), asciende por las escaleras con una especie de efecto de tiro de chimenea y se va repartiendo por todas las habitaciones de convalecientes a través de los pasillos de cada planta, que hacen de perfectos ramales de distribución. Se huele, aunque la gente diga que no.

A demanda, si te quejas lo suficiente, puede que suba el guarda de Securitas si no está solo para poner un poco de orden, pero lo normal es que esté más interesado por asegurarse de que la gente entra con el pase de visitante o acompañante de enfermo en regla.

Buscándole las cosquillas de dije que, usando carteles persuasivos y algo de tecnología se acababa con los perezosos fumadores que no quieren bajar hasta la entrada para satisfacer su vicio. Porque la señal de prohibido fumar, a diferencia de la que existe en la entrada es muy pequeña, como tímida, y hace falta una lupa para poder verla. Si en la señal de la entrada se lee “Prohibido fumar en todo este centro sanitario”. En los rellanos de las escaleras habría que colocar otra bien visible que dijese “¿QUÉ PALABRA NO ENTIENDE USTED DE ‘PROHIBIDO FUMAR EN TODO ESTE CENTRO SANITARIO’?”. Eso, acompañado de un detector de humo con una vistosa luz piloto roja que llamase por radiofrecuencia a un chivato en el puesto del guarda de seguridad, si ha alguien, a pesar de eso decide echarse un cigarro, facilitaría el velar por un “Hospital libre de humos” antes que todos esos infantiles carteles con sonrisas de comecocos repartidos por el edificio.

Eso, que en Canadá es algo que se lleva a efecto, a él le parece excesivo. Comienza a ver dificultades técnicas donde no las hay, prosigue con que de todas maneras el que se empeñe en fumar va a fumar y termina con que lo “operativo” es deshabituar a los enfermos de tabaquismo. Por supuesto, lo del tabaquismo pasivo es algo anecdótico para él. Claro, aunque cierto es que no fuma, ni le da asco el humo, ni cree que sea tan perjudicial y, fuera del punto de vista médico, no sabe por qué la gente fuma.

Pero ni siquiera desde el punto de vista médico,(su área), intuye la naturaleza de los mecanismos que obligan a una persona a fumar, para satisfacer su síndrome de abstinencia. Sólo sabe de adicciones y de maneras de “controlarlas”. Ya vemos la ambición médica que, dando por sentado que es una enfermedad crónica del individuo, se conforma con el “control” y quizá con la “prevención”. Le quería hacer ver que la cura del tabaquismo no es cosa de los médicos.

Entonces le expliqué cómo el tabaquismo no es una enfermedad natural, ni es correcto definir a la muerte por una enfermedad relacionada con el tabaco como natural, ¿qué virus, bacteria o característica idiopática determina que se sufra, de una manera biológica y estrictamente accidental, un trastorno respiratorio que obliga al paciente a inhalar humo? Esa es la enfermedad en sí. Las consecuencias tales como el cáncer de pulmón o EPOC son eso, consecuencias, otras enfermedades. De tal manera que es como si a un diagnosticado con el virus de SIDA, le curásemos su gripe recurrente, sus dermatosis, y le hiciésemos un relleno facial pero no le tratásemos el origen y causa de esos males, es decir, el virus en sí. En el caso del tabaquismo, el tratamiento ha de extenderse al Estado y la Industria Tabaquera.

También le hice que reflexionase sobre la predisposición a desarrollar adicción a un tabaco fumado. El perfecto estado de salud de una persona puede ser causa de proclividad a esa adicción. Es decir, es posible o probable, que aquellos a los que el tabaco nos sienta mal porque somos asmáticos, sufrimos con facilidad escozor de garganta y/o, la enzima que diluye las moléculas de nicotina (lo cual da lugar a la sensación final de placer) nuestro organismo la produzca de manera defectuosa; lo cual puede suponer la única inmunidad a la adicción al tabaco. Entonces, si un sujeto sano tiene más posibilidades de contraer la enfermedad del tabaquismo, será porque las explicaciones sobre la predisposición a ello escapan a la medicina. Las medidas de prevención –Ley- no son médicas. La cura tampoco.

martes, febrero 03, 2009

Un presidente pedigüeño

Ayer pude ver en el noticiario una escena interesante. Se trata de la reunión del Presidente con los representantes de la Banca para pedir que los bancos cambien los criterios seguidos a la hora de conceder préstamos porque sí. Es decir, que sacrifiquen sus expectativas de beneficios a cambio de nada, como un favor patriótico.

El cuadro era llamativo. En el centro estaban Pedro Solbes y el Señor Rodríguez con sus expresiones de zafios y, a izquierda y derecha, teníamos las mesas de los representantes con cara de resignación y cansancio por adelantado.

Todo eso era una mentira porque, ¿quién se va a creer que la Banca va a hacer algo porque se lo pidas? Nadie. Ni el Señor Rodríguez, ni la Banca. Todo era para que el votante pudiera decir: “qué valiente que es nuestro Presidente que se enfrenta ni más ni menos que a la Banca, que es la culpable de todo esto”. Me parece que es una formalidad más en esta campaña de marketing populista.

Porque, aunque uno no sepa de economía, aplicando la lógica, ¿qué sentido tiene que un ciudadano que ya está endeudado pida otro crédito para endeudarse más?. Y si todo el mundo está ya endeudado y no quiere endeudarse más aún, probablemente ni siquiera se demande mucho más crédito. ¡Ah sí!, ahora me acuerdo, todo eso para estimular el consumo, para comprar cosas que no necesitas con crédito que, concedido de esa manera tan forzada, puede llegar a convertirse en ficticio o en más hipotecas basura, o sea, lo que más o menos nos llevo a esto que tratamos de arreglar. Menuda solución a un círculo vicioso: una entelequia.

El Señor Rodríguez cree que con esa medida se recuperará la confianza del consumidor pero claro, no cuenta con que el consumidor a lo mejor no está ya dispuesto a hacer el tonto una segunda vez, de manera que lo que falta no es confianza en la economía sino fe.

A mí también me dan rabia los usureros pero tengo que reconocer que la Banca no tiene la culpa. El Señor Rodríguez le dice a la Banca que no recoja beneficios, que conceda crédito y deje sus aspiraciones económicas en forma de beneficios para más adelante porque así le conviene a él o a sus amigos. Todo ello en un momento en el que sobra crédito y falta liquidez. Les falta esa liquidez a las empresas, a las familias y a la Banca. Por tanto es tiempo de ahorrar trabajando. No hay más vuelta de hoja. Lo demás ya llegará por su curso natural.

En lo que hay que indagar es en las causas que llevaron a la especial agudeza de la crisis en España. Que haga un, como él dice, “ejercicio de autocrítica” y reconozca que el desastre inmobiliario, la precariedad laboral (cosas que llevan inexorablemente a la pesadilla del súper-paro), no se debieron ni a la mala ni a la buena regulación, sino a la pasividad de la Administración. ¿Dónde estaba la lógica previsora?

No sé si sería la cobardía política (bueno, sí lo sé), la imposibilidad técnica o la influencia del modelo neocon pero el liberalismo chapucero de facto ha sido campo abonado para la codicia desmesurada, la psicosis colectiva y la estafa. Porque, no nos engañemos, el auge económico de estos últimos años fue una ilusión y se basó, a través de la actividad inmobiliaria y el negocio bancario, en algo que casi recuerda al timo de la pirámide, ¿o quién iba a pensar que el precio de un piso podía seguir subiendo hasta el infinito en transmisiones sucesivas y que siempre apareciese gente que estuviese dispuesta a pagarlo?

Claro, no se puede culpar a nadie, salvo al gobierno y su mirada displicente. El único que podía regular y llamar a la cordura obligando; para proteger a los codiciosos de sí mismos.

Por eso, si el país del resto de Europa que más paro espera puede ser Polonia o Grecia con un 10% de desempleados en los próximo meses, lo que resta hasta el 16,5% que se espera para España sólo puede ser achacable a la mala praxis política: por ser un cobarde y no querer tomar ninguna medida económica importante, por querer dejarlo todo como está y que evolucione a su libre albedrío. Así pues, la culpa es de los últimos gobiernos y son ellos los que deberían pagar con su bolsillo la crisis, puesto que su cobardía jamás les permitiría llevar a cabo una medida sancionadora, expropiatoria o coercitiva de ningún tipo. Sólo saben pedir, suplicar y apelar a la fe ajena con el rollo macabeo de la “confianza”.

Esa cobardía política que nos ha llevado a la debacle se ha reflejado de la peor de las maneras posibles en el tratamiento de la política de lucha contra el tabaquismo: no han sido capaces ni de poner una sola multa por infracciones de las leyes del tabaco conforme al régimen sancionador previsto en la ley 28/05.

Renunciando al dinero proveniente del cobro de esas multas, como si las administraciones pensasen que haciéndolo se multaban a ellas mismas, se ha perdido una oportunidad para incentivar la rebaja del altísimo nivel de consumo de tabaco entre nuestros compatriotas, quizás sólo rivalizado por la cifra de parados y, además, de acostumbrarse a recaudar de otras maneras.

Porque, vayamos al grano, ¿a nadie le extraña o le indigna que la crisis afecte al sector del automóvil, al de la construcción, al textil, al turismo pero que, sin embargo, la Industria Tabaquera mantenga el tipo de manera tan asombrosa? Ni los productores de tabaco dicen “esta boca es mía” para pedirle ayudas al gobierno porque da igual; ella siempre gana y se beneficia de la desgracia de los demás.

Estoy casi seguro de que la Industria Tabaquera en España mueve casi tanto dinero como los tres o cuatro bancos principales juntos. ¿Por qué no le pide el Señor Rodríguez a su socia la todopoderosa Industria Tabaquera que nos de créditos? ¿Es que esa Industria no le debe más de un favor a su protector? ¿Tampoco les debe, ni siquiera moralmente, nada a los españoles que han sido tan fieles y “confiados” consumidores?

domingo, febrero 01, 2009

La Idiocracia

Ayer vi una película con este título que, al no haber oído hablar nunca nada de ella, me sorprendió gratamente.

Entre las candidaturas a realidades que se retratan en esta Apocalipsis de la inteligencia futura está el Gobierno. Sinceramente creo que es asombrosa la semejanza existente entre los políticos y ministros que aparecen en la Casa Blanca de dentro de 500 años y nuestro Zapatero y sus secuaces, por su ineptitud.

No se me pasa por alto la posibilidad de llevar a cabo un análisis semiótico de la película que podría señalar la relación entre la Industria Tabaquera y un fracasado ministerio de sanidad como un claro ejemplo del lamentable destino que le aguarda a la dignidad humana, como también resulta curioso ver que el médico y el ministro de sanidad que aparecen se caractericen como fumadores.

En la trama, huelga destacar cómo la corporación de bebidas para deportistas Gatorade acaba comprando el Ministerio de Sanidad y el de Relaciones Públicas y Comunicaciones. Así, enquistada en esa sociedad tecnócrata, relega al líquido elemento y su disponibilidad a un segundo plano, de manera que la gente ya no bebe agua sino Gatorade, e incluso las cosechas se riegan con la bebida. Entonces el protagonista, (que es más listo que los demás porque ha llegado accidentalmente a ese mundo desde el presente), intenta convencer al gobierno y al pueblo americano de que hay que regar con agua en lugar de con Gatorade para que germinen las cosechas y así acabar con la crisis de recursos y las tormentas de arena; pero no puede hacerlo sirviéndose de la lógica y la oratoria ante una audiencia poco predispuesta. Bastante al final, cuando por fin consigue que sea sustituido el Gatorade por agua en los campos de cosechas, la mitad de la población va al paro porque trabajaba para la corporación, de tal manera que todos piden su cabeza. Todo muy familiar.

Con cosas así, no me extraña que luego, leyendo artículos sobre catástrofes apocalípticas y extinciones globales haya dado con esta impresionante lectura:

Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria

Se trata de una corriente de pensamiento y un movimiento que promueve la extinción humana mediante la renuncia a la procreación (muy en relación con el hilo de la película "Idiocracia" para quien la vea). El motivo principal que impulsa este pensamiento es la creencia de que la única manera de que la vida en la Tierra recupere su equilibrio y su gloria pasada reside en la desaparición de nuestra especie. Me parece un pensamiento tremendamente idealista y de una generosidad y un sacrificio tales que puede llegar a ser difícil de entender. Quizás parezca derrotista por la poca confianza que deposita en el hombre para solucionar su situación y su relación con la naturaleza pero la verdad es que no hay más que mirar las gráficas sobre el crecimiento de la población mundial para darse cuenta de que lo que se decía en Matrix tenia bastante de cierto: la humanidad es un virus que solo sabe multiplicarse y comérselo todo. Dentro de pocos siglos seremos tantos y con tantas necesidades de explotar los recursos que la situación se irá agravando sin solución de continuidad. Claro, que lo mismo hay suerte y alguno de los fenómenos de extinción global que cada cierto tiempo afectan a la tierra es lo bastante contundente como para solucionar el problema. Según esta web, ya ha habido varias extinciones en el pasado, así que, como decía James Bond en Casino Royal: somos un "problema efímero", al menos en relación con el tiempo que lleva la vida en la tierra, y el que le queda.