domingo, diciembre 23, 2007

El poder de la adicción

A otro día fui a comprar frutas y verduras al mercado central de Almería. En cada una de sus varias entradas se advierte la señal internacional de prohibido fumar. Efectivamente, cuando entré, entre toda la muchedumbre no había nadie fumando. Todo el mundo iba a lo suyo, a comprar, y todos parecían ajenos en ese momento a la existencia del tabaco, como así lo atestiguaba el único olor distinguible: el de las frutas y las verduras.

Faltando poco para irme contento, mientras sacaba el dinero de la cartera para pagar, coincidiendo con el instante de la inspiración me llega el tufazo a humo radiactivo tan repentinamente que está apunto de hacerme toser. Espero a terminar de pagar y, mientras veo como parte del hollín cancerígeno de su cigarro se precipita sobre las habichuelas, le digo:

-Disculpe, aquí no se puede fumar.

Entonces, el rostro del señor tan despreocupado, tan tranquilo y relajado hasta ese momento, con cara de sueño incluída, cambia como la noche al día. Me mira fijamente a la cara, con los ojos abiertos como platos y con la boca abierta, como si hubiese visto un fantasma y sin articular palabra. De modo que rompí el hielo:

-No se sorprenda usted tanto, es normal que no se pueda fumar aquí. Es poco higiénico hacerlo delante del género.

Responde, ahora con cara de cordero degollado:

-Pues yo no he visto ningún cartel de que esté prohibido. Me extraña mucho, aquí el techo está muy alto y está ventilado por todos lados. De todas formas si hubiese sabido que está prohibido fumar, lo habría apagado al entrar. Ya lo apago.

El cartel estaba justo al lado de la balanza. Era más grande que su despiste y, si no lo vio él, tuvo forzosamente que verlo su mujer mientras le pesaban la compra y se preparaba para pagar. Pero sólo me molesté en darle una explicación: “Lo siento, es la ley”.

En vista de que su mujer también comenzó a observarme contrariada, sólo justo al final del episodio, la incomodada dependienta se atrevió a mostrar un atisbo de “intolerancia” al ponerse de mi parte, no sin antes dar un profundo suspiro y mirarme con cara de asco:

-Es verdad. Aquí está prohibido fumar.

Es lo de siempre. La creencia de que no dejar fumar es signo de intolerancia y de mala educación prevalece en demasiadas ocasiones. No es normal que la encargados prefieran hacer la vista gorda antes que impedirle a la gente que lo llene todo de humo y hollín. No es tanto culpa de los voltarios fumadores como de sus díscolos “defensores”.

jueves, diciembre 20, 2007

Lo del canon

El gobierno quiere aplicarles a los CDs, a las memorias USB y otros soportes informáticos el llamado “canon”. Esta medida haría que, por ejemplo, una memoria USB de 1Gg cuyo precio puede rondar los 11,90 €, pasase a costarnos cerca de 15 €.

La Sociedad de Autores se siente muy agraviada si alguien se baja de Internet o consigue en el top manta una cosa que estaba apunto de comprarse en El Corte Inglés. Los abaratamientos de los costes en la producción de chismes y soportes informáticos ponen muy fácil lo del pirateo. Por otra parte, el consumidor se ha quejado siempre de que el precio de la música, las películas y los libros originales es excesivo. De ahí que a la Ministra de Cultura, se le ocurriese hace unos años hacer un descuento en la fiscalidad aplicada a estos “productos de uso cultural”. El consumidor no lo notó, primero porque era poca, y segundo porque los comerciantes mantuvieron el mismo P.V.P. De esta manera incrementaron así sus márgenes de beneficios ellos y ya está.

Ahora viene otro intento que busca contentar a autores sin ofender a los consumidores con esto del canon. Pirateemos lo que pirateemos, la Sociedad de Autores andará sobre seguro y quedará salvaguardada de la ruina. Es lógico y no vamos a dejar que un cantautor preferido se vuelva afónico porque no le sea rentable continuar con su profesión.

Es normal que la gente haga copias “piratas” de aquello por lo que no puede o no quiere pagar un precio. Es normal y, en realidad, beneficioso para la difusión general del saber cultural e incluso para la promoción de los autores y sus obras. Es posible que existan propiedades intelectuales y derechos de autor pero el acceso a la cultura, hoy en día y gracias a la tecnología, es de dominio público por naturaleza como siempre lo fue; sólo que ahora resulta más evidente.

Está bien que el estado se nutra de la ayuda de los consumidores para crear una especie de fondos cuyo destino sea compensar a los autores perjudicados por la piratería. Pagamos multitud de tasas e impuestos todos los días sin poder decidir a donde van exactamente. ¿Qué más nos da llevar a cabo un esfuerzo solidario más?

Pero, si esto se hace siguiendo la senda europea, pues seamos consecuentes. Si vamos a equiparar el precio de las memorias USB y sus impuestos a estándares europeos, hagámoslo también con aquello cuyo precio inexplicablemente no se ha visto incrementado ni siquiera por la inflación. ¿Por qué no repercutimos todo ese canon en los productos del tabaco y así beneficiamos a consumidores y autores?. El dinero recaudado mediante todos y cada uno de los impuestos, termina siendo parte de un fondo común que puede ser destinado a cualquier cosa, según quieran los políticos. ¿Para cuando un nuevo “canon” aplicado al tabaco de 3€ por cajetilla? Todo es cuestión de buena voluntad.

jueves, diciembre 06, 2007

Ayuntamiento ruidoso que no paga

Hace ya casi año y medio que recayó esta sentencia. Sin precedentes en España, obligaba a un ayuntamiento a hacer que una barraca de feria cumpliese con la Ley del Ruído vigente -básicamente prohibiendo la actividad-.

La sentencia deja claro que el derecho al descanso y a la intimidad ha de prevalecer frente al pretendidamente inalienable derecho al ocio festivo del que hablaban los técnicos del ayuntamiento. El matiz que hace a esta sentencia especial es el carácter temporal de la actividad ruidosa prohibida. Hasta ese momento, la impunidad de los ayuntamientos era posible gracias a la excusa de que “sólo son equis días”. Además, el ayuntamiento hizo uso de los peregrinos argumentos a los que a veces han aludido los Presidentes de Federaciones de Municipios. A saber: que el que produce el ruído es la actividad privada de la que ellos no pueden hacerse responsables, que es positivo para los intereses generales del pueblo, que la mayoría de la gente se divierte y estamos en una democracia etc. Todo eso ya no cuela en los tribunales.

El otro punto de la sentencia, hace referencia a los costes y las indemnizaciones, que fueron determinadas meses después en la ejecución de sentencia. Quedó establecida una indemnización de 4.200 € para la vecina agraviada.

Pues bien, a fecha de hoy y, agotados todos los plazos legales para que el ayuntamiento mueva ficha, en la cuenta bancaria donde la propietaria espera el pago de la indemnización, no ha habido ingreso alguno al efecto. Por tanto, hemos dado luz verde a nuestra abogada para que solicite la llamada “ejecución forzosa de sentencia”. El Ayuntamiento del que hablo es el Níjar, donde socialistas y populares se han ido turnando en el poder a lo largo del larguísimo proceso, sin que ello marcase diferencia alguna en el acontecer de los hechos.

jueves, noviembre 29, 2007

El hombre que más odia en el mundo al no-fumador

José María Mohedano es uno de los máximos exponentes del recién instituido género tabaquero como parte de la literatura. Es el militante más entusiasta de la institución. Para él, los ignominiosos que no fumamos somos la maldita raza elegida que no merece existir. La mera insinuación de que el humo de tabaco le molesta a uno para él es un pecado inconfesable; la regulación del consumo, un sacrilegio; el juicio sobre su conveniencia para la sociedad, un tabú.

El culto al tabaco es su religión. Él está dispuesto a dar su vida por luchar al lado de las hordas pro-fumadoras. Su atormentada alma sólo descansará cuando descubra el escondrijo del último no-fumador. Sólo una vez que éste haya sido lapidado, para él la cruzada pro-tabaquera habrá alcanzado su fin. Aquí tenemos algunos apuntes sobre su intrincada personalidad.

El 20 de Julio José María Mohedano es obligado a dimitir de su cargo como Secretario General del Grupo Socialista en el Congreso. El País se hace eco de la opinión de sus compañeros:

“Destacados dirigentes del PSOE, tanto guerristas como renovadores, se mostraron ayer de acuerdo con la práctica renuncia de José María Mohedano al cargo de secretario general del Grupo Socialista en el Congreso tras salir a la luz sus relaciones con el constructor José Luis Gómez-Pinto Fontán. El presidente valenciano, Joan Lerma, opinó que la defensa de Mohedano "es dudosa desde un punto de vista socialista", mientras que Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente extremeño, pedía incluso que el abogado renuncie a su acta de diputado.”


http://www.asturiasopinion.com/article.php?id=1072


...actualmente es director del Despacho Mohedano & Morales Abogados Asociados. Ha intervenido como defensor de varios procedimientos penales, como el caso de los perjudicados por el Síndrome Tóxico. Es autor de numerosos libros y artículos aparecidos en publicaciones periódicas. Recientemente ha sido el protagonista de la sentencia del Tribunal Supremo en la que se ha absuelto a un diputado del delito de desobediencia grave, al negarse a realizar la prueba de alcoholemia en un control preventivo.

http://www.cea-online.es/forumcea/anteriores.asp

Es abogado y jurista. Ha sido diputado en la IV y la V Legislatura, y miembro de las Comisiones Constitucional y de Justicia del Congreso. Fue presidente de la Asociación de Derechos Humanos de España y representante español en la Comisión del Consejo de Europa para la prevención de la Tortura. Es socio fundador del Club de Fumadores por la Tolerancia. Ha publicado, entre otras obras, Las libertades públicas en España y La Constitución, cuenta atrás.

http://www.elcorteingles.es/libros/secciones/biografia/2.biografia.asp?ncodiaut=21967

Tenemos otros conversos…También, algunas figuras menores, aunque hayan llegado a ministros; o ese personaje al que ya nadie recuerda, José María Mohedano, que pasó de abogado laboralista, miembro del Partido Comunista de España, a defender empresarios. Tuvo premio: una asociación madrileña le otorgó el galardón de tonto contemporáneo.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=6000


El tabaco nos ha acompañado, a fumadores y no fumadores, en la creación, en la literatura, en la política, en el amor y también en la soledad. ¿Quién defiende al fumador? pretende que no hagamos humo de todo ello con una 'inquisitorial y autoritaria Ley Antitabaco' que, para José María Mohedano, 'ha sido aprobada por unos legisladores a los que la enfermedad de la tabaquina –miedo al humo– ha cegado sus ojos y quizá su mente'. Este libro es una aportación más para destacar el rasgo civilizador del tabaco, que durante más de cinco siglos ha tenido que vencer a las más tiránicas leyes civiles y eclesiásticas.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/recuerdo/Jose/Maria/Mohedano/elpepiopi/20020126elpepiopi_6/Tes/

domingo, noviembre 04, 2007

En honor a la verdad

“De esa forma pude mirar de nuevo a la cara de mi país.” (Edward L. Bernays)

El Dr. Edward Bernays, sobrino del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, es considerado el pionero de las Relaciones Públicas –o la Manipulación Mediática, según se mire-. Memoria viviente de la historia del siglo XX, murió no hace mucho a sus 104 años de edad. Por supuesto, no era fumador. Sólo fue engañado, al igual que el resto de la humanidad, por la naturaleza maldita del tabaco.

No fue ni su falta de ética profesional ni su mala praxis…fue el desconocimiento. No quiso trabajar para Francisco Franco así como tampoco para Somoza o Hitler. Pero no se dio cuenta a tiempo de que el tabaco no debería venderse. Fue entrevistado en 1990, antes de morir:

¿Es cierto que en el mundo las mujeres fuman por culpa de las Relaciones Públicas?

Si, no obstante cuando las persuadimos de que lo hiciesen no conocíamos que el fumar producía cáncer.

¿Cómo lo hicieron? ¿Costó mucho dinero?

Bueno, en un momento en el que el fumar estaba muy mal visto por la sociedad para las mujeres y nunca ninguna se hubiese atrevido a fumar en público se me ocurrió que en pro de los intereses de las mujeres y que estas pudiesen fumar igual que los hombres el enviar a varias asociaciones feministas de la época unas cartas que decían: "Mujer defiende tus derechos el día x concéntrate en la quinta avenida de New York y enciende tu antorcha por la libertad, fuma." Y así se hizo y obtuvo un éxito sin precedentes, al día siguiente se podían leer los titulares en todos los periódicos "La mujer fuma" y por otro lado los tabaqueros doblaron de un día para otro su clientela obteniendo las tabaqueras pingues ingresos pues llegaron a doblar sus ingresos en tan solo unas semanas.
Por otro lado la mujer americana era igual al hombre, fumaba y rompía un tópico machista.
El hecho en la época fue algo insólito es como si hoy en día pudiéramos pensar que para vender más flores las mujeres regalen a sus hombres flores nos parece una temeridad, pues en aquella época que una mujer fumase aún lo fue más.
La campaña fue una de las más económicas pues costó lo que vale mandar veinte cartas.

¿Se arrepiente de haber conseguido que las mujeres fumen?

Sí, porque no sólo ayudé a que fumase sino que con posterioridad en los años 1945 diseñé la estrategia publicitaria de promoción para que aún lo hicieran más.


¿Puso remedio?

Si, cuando me enteré por parte de la administración pública del peligro del tabaco, trabajé gratis para conseguir que se prohibiera la publicidad y se advirtiera del peligro del mismo.
De esa forma pude mirar de nuevo a la cara de mi país.”


Extracto: http://www.barquerorrpp.com/menu/bernays.html

domingo, octubre 28, 2007

El ataque de los neocones


Desde que se empezó a dar a conocer la Ley 28/05, ciertos intereses han estado llevando cabo una feroz campaña destinada a infundir en el público un odio compulsivo a ciertas regulaciones de ámbito estatal. No han dudado en atribuir las políticas prohibicionistas a las opresoras izquierdas progres, tildándolas de poco menos que estalinistas, si era el caso.

Cierta forma de liberalismo, apuesta por la defensa a ultranza de las libertades individuales para justificar su particular lectura del laisser fair, y aplicarlo a las actividades corporativas.

Se dice que los neocon o neo-conservadores responden a un perfil en particular, tal y como se muestra en este decálogo. Un repaso dado por quienes no apliquen la navaja de Okcham, puede hacer que nos sintamos tentados a describir una serie de carácterísticas y tópicos que los definan, sólo para quedarnos con lo superfluo y crear una identidad imaginaria y artificial de ellos.

Los think tank importados de Estados Unidos empiezan a incrementar su influencia en la clase política y en la sociedad española a pasos agigantados –léase el enlace para entenderlo- y el neocon parece ser un engendro de estos grupos. En España actúa en complementaria unión con el lobby tabaquero; tan enquistado y poderoso en este país.

Debemos ser conscientes del carácter accesorio de cualquier consideración política o ideológica –o decalógica- encaminada a definir al neocón, para ver que el fin de su existencia es la con-servación de un modelo económico adaptado a los intereses de las corporaciones que sienten su actividad amenazada por el intervencionismo estatal. Es normal que suceda por la conflictividad inherente a algunas actividades, sobre todo en términos medioambientales o de salud pública. Los mandamientos del neocon son la proclama de unas consignas ideadas y adaptadas al caso español, con el fin de crear simpatía entre los sectores populistas, que a su vez tienen capacidad para ejercer una fuerte influencia en la opinión pública encaminada a favorecer los intereses que defienden.

Perdemos el tiempo conjeturándonos en si en España el neocon es un tradicionalista, un constitucionalista, un atlantista probushiano, un tertuliano de la COPE, un teísta del Opus o un columnista del ABC. Sólo debemos preguntarnos a quien beneficia la existencia y obra de los neocones. Entonces daremos con el quid de la cuestión.

Para atrapar a nuevos adeptos o a conversos potenciales usan como señuelo el ejercicio absoluto de la libertad individual y empresarial, repitiendo hasta la saciedad, hasta el hastío, las mismas consignas y falacias de siempre que ya conocemos. El "absolutismo libertinario", aplicado a la libertad empresarial, permite la conservación en el tiempo de las actividades corporativas frente a intentos de regulación, mientras que la libertad individual permite que los consumidores con-serven sus tradicionales hábitos de consumo, los cuales son sensibles al influjo del progreso social o al avance de la ciencia.

La concepción de esa libertad no es real sino inducida, precisamente porque es interesada y, lógicamente, no se le ha revelado al individuo por altruismo. Así, resulta evidente que el objeto de esa incitación al libre albedrío responde siempre a intereses extraños. En otras palabras, es una libertad manipulada a conciencia por estos mediadores entre los que el neocon, a menudo sin saberlo, disfruta de un puesto de honor.

En consecuencia con esos propósitos, uno de sus rasgos más destacados, -aunque no el más característico a simple vista-, es su negacionismo aplicado al caso. Si la petrolera Exxon necesita que sus consignas anticalentamiento global penetren en la opinión pública; su maestra Philip Morris ha estado haciendo lo propio sembrando la duda y la confusión en el consumidor de productos del tabaco, para que éste no vea cuestionada su libertad de fumar por temor a las consecuencias que ello acarrea a su salud y a la de terceros.

En conclusión, la labor del neocon en el tema que nos incumbe, cumple su función en una doble vertiente. Por un lado, los postulados liberalistas sirven bien a la causa corporativa ensalzando su victimismo frente al opresor estado, cuyas regulaciones son presentadas como las responsables de la ineficiencia social y económica del país. De cara al consumidor, se presentan como los filántropos a quienes les indigna que esa maquinaria llamada estado rija, manipule o coarte las libertades individuales de manera supuestamente gratuita.

Pero es posible que podamos cuestionar si la industria automovilística, la actividad de las centrales térmicas o las radiaciones electromagnéticas de las antenas de telefonía móvil, afectan de manera directa al medio ambiente y a nuestra salud respectivamente. En realidad, debido al caos informativo, el consumidor aún no sabe a ciencia cierta si el calentamiento global atenaza el futuro de la humanidad o si una antena de telefonía móvil puede producirle un cáncer. No sabemos qué creernos porque cualquier estudio o informe nos parece parcial, dada la confusión mediática en el que estamos inmersos, consecuencia del tira y afloja entre tantos intereses enfrentados.

Sin embargo, a diferencia de los casos expuestos en el párrafo anterior, existen verdades incuestionables que, en esencia, no se prestan a la relativización como algunos quieren que demos por sentado. Es el caso de la inconveniencia del tabaco, cuya naturaleza es conocida de sobra, las causas de su éxito comercial son más que inaceptables en términos morales y, a diferencia de los medios de transporte, la electricidad y la telefonía móvil, éste no vale para nada.

martes, octubre 23, 2007

Los ex-exfumadores

Comparto, por supuesto, los objetivos de este bitacorista miembro del SEDET, como yo, antitabaco; pero no su optimismo. En concreto el manifestado en una entrevista radiofónica y en una entrada referida a la venta de tabaco a turistas, ambas en alusión a un supuesto descenso de ventas y consumo entre los españoles. No es tanto la veracidad de los datos aportados como su interpretación lo que discuto.

Asegura el CNPT que el 40% del tabaco que se vende lo compran extranjeros. No sé de donde habrán salido esas cifras. Esos desproporcionados datos suelen ser proporcionados, valga la redundancia, por tabaqueras y estados, difundidos para intentar tranquilizar a los grupos locales de control. Sin ser escéptico, puedo asegurar que entre la clientela de cualquier estanco, las compras llevadas a cabo por extranjeros –turistas-, nunca llega a tanto. O el CNPT se equivoca o a sus fuentes se les ha olvidado precisar algo en esa estadística. Si se consideran aparte los extranjeros –inmigrantes- que viven en España, las cifras tendrían más sentido pero entonces no cambiaría mucho la realidad para bien. También habría que aclarar en ese caso si las políticas del Ministerio de Sanidad tienen alcance universal, si van dirigidas también a los ciudadanos comunitarios, si excluyen a los extranjeros que trabajan y viven aquí, o según convenga considerar para una futura redefinición de lo que es España como nación. A ver si alguien matiza esos datos.

Yo vivo en una zona turística y he podido observar a los compradores en los Duty Free de los aeropuertos. En este tipo de estancos es posible que se acerquen algo más las cifras. Un souvenir en forma de cigarrillos es un gran negocio para el Duty Free del aeropuerto (como en tantos otros aeropuertos de gran parte del mundo). Pero de todas formas no es estadísticamente demasiado significativo a nivel nacional, como tampoco lo es el trapicheo transfronterizo; eso sin hablar del descontrolado contrabando en España, que es un caso aparte. Los extranjeros que nos visitan no fuman tanto como nosotros, o como lo hacían en los años 80. Eso de que en España el tabaco es barato no es algo nuevo, ¿acaso no ha sido el tabaco en España siempre más barato que en Europa desde los años 60 que se recuerde? ¿Ahora precisamente, en estos tiempos de “polémica”, es cuando se viene a caer en la cuenta de que los turistas compran tabaco en España? Qué casualidad, a lo mejor es que antes, el que los turistas se llevasen tabaco se consideraba expolio al estilo Odissey porque no se sabía que el tabaco era malo y producía cáncer.

Me parece que ese tipo de datos bien los podría abrazar el club más tolerante de toda España, para justificar ante hacienda la conveniencia de mantener la venta de tabaco en este tipo de establecimientos; máxime si se quiere hacer creer que son los objetivos del Ministerio de Sanidad –y no los del de hacienda- los que se están cumpliendo. Y todo por los catastróficos vaticinios de los agoreros de siempre: que en España no se puede obstaculizar la venta y consumo de tabaco a los turistas porque entonces cambian sus billetes y eligen destinos alternativos. Parece que eso de que el turista europeo viene a España por el sol y la playa, a visitar nuestro patrimonio cultural o a disfrutar de nuestra gastronomía va a ser una leyenda urbana. Ahora va a resultar que la gran mayoría en realidad viene a llenar sus maletas de tabaco, a fumar en un antro lo más cerrado posible, a beber como hooligans y a practicar turismo sexual.

Frente al optimismo de Ricardo, pienso que la Ley ha hecho muy, pero que muy, poco. Hasta la fecha, su eficacia ha sido anulada por la propaganda de la Industria Tabaquera –la cual ha tenido demasiado éxito- y la ineptitud del gobierno. Dice Ricardo que ha ayudado a muchos a dejar el tabaco. Eso sería recién entrada la ley. Pero las cosas no han ido a mejor con el paso del tiempo, precisamente. Esos datos no están actualizados. La realidad es que en estos últimos 6 meses han recaído la mitad o más de aquellos que decían haberlo dejado y que ahora se cuentan (al menos puedo verlo así en una muestra de unos 10 amigos míos de mi entorno). Por otra parte, el porcentaje de incorporación al hábito entre los jóvenes ha seguido incrementándose poco menos que exponencialmente. Además, la masa de fumadores tradicionales, lo único que ha hecho es adaptar su hábito a las nuevas restricciones en la oficina (en aquellas en las que se respeta la ley, claro), pero nada más.

Los índices de tabaquismo permanecen más o menos igual que antes de la ley puesto que en torno al 30% de la población fuma-. En conclusión, el llamado tabaquismo en España, sigue estando fuera de control. Sólo esto explica que se vendan cada vez más cigarros en el país y que Altadís siga cotizando al alza; que los asesores de bolsa aconsejen invertir en ella, porque es un valor seguro y con buenas perspectivas de futuro como si tal cosa. No creo que sea sólo gracias al turismo, sector que además se supone que está entrando en crisis.

¿Conclusión y dato realmente llamativo? Que España ostenta el dudoso honor de tener el record de “ex-exfumadores”; de ser el único país de occidente en el que las leyes del tabaco se pasan de moda porque no se aplican y la mismísima clase política que las promulgó las somete a linchamiento mediático, etc., etc. Por otra parte, decir que la cosa no está tan mal y que poco a poco las tasas de tabaquismo van bajando me parece hasta cínico. Además, es algo que no es de nuestro interés: el que el progreso social haga que de forma natural poco a poco la gente fume menos, es irrelevante para el caso que nos ocupa.

La cuestión es que la clase política no está ni mucho menos haciendo todo lo que podría -y debería- para luchar contra esta lacra. Más bien todo lo contrario, pues insiste en ir contracorriente, negándose a establecer un endurecimiento regulatorio que la mayoría de la sociedad demanda con sinceridad. Esa es la cuestión.

sábado, octubre 06, 2007

Unión Ciclista Internacional: "El problema viene de España"

El pasado 27 de Septiembre pasa más o menos desapercibida esta noticia, incluso por la prensa deportiva más especializada. Debe de ser la neocensura fantasma que se está poniendo de moda en este país y cuyo objetivo parece ser el auspicio del camellaje de alto standing, o quizás cosas del patriotismo deportivo. La noticia no tiene desperdicio y revela sin tapujos un problema perfectamente extrapolable al caso del tabaquismo. Los impedimentos que encuentran los actores antitabaco a la hora de abordar cualquier iniciativa son los mismos que refiere Pat MacQuaid, Presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), en la lucha antidopaje.

Llama la atención la escalofriante similitud de lo dicho al respecto por el ciclista Oscar Freire y los argumentos esgrimidos por actores pro-tabaco, propios de los fumadores y estanqueros más recalcitrantes. A saber: el típico proceso atribucional externo, la puesta en tela de juicio de las labores de los organismos de control, el tratar de restarle importancia al problema del dopaje y el desvío de la atención, en general, hacia otros temas. Así dice Oscar Freire:

"El negocio de la UCI es el tema de los controles y demás, seguramente reciben muchísimas ayudas para ello y tienen montado ese negocio. Al final, no se preocupan de lo que se tendrían que preocupar, que es que el ciclismo siguiera adelante por el buen camino...es una buena noticia que pueda correr después de todos los líos y todas las tonterías que están saliendo cada día, porque lo bueno para el ciclismo es que se hable de lo deportivo".

Rifirrafe entre Pat Macquaid y el Secretario de Estado para el Deporte español, Jaime Lissavetzky. Subrayo lo más elocuente en relación con el problema del tabaquismo:

McQuaid ha manifestado sentirse decepcionado porque el secretario de Estado para el Deporte español, Jaime Lissavetzky, se haya puesto del lado de la Federación Española y manifestó que su actitud es "indicativa" de la posición de España respecto al dopaje a pesar de haber aprobado recientemente la nueva ley antidopaje. "Está bien sacar nuevas leyes, pero necesitas actuar después de eso", ha dicho McQuaid. El presidente de la Federación Española, Fulgencio Sánchez ha declarado que McQuaid tiene derecho a expresar sus opiniones. "Si tiene la solución para resolver los problemas, me gustaría que me explicara cuál es y yo la aplicaría. Puede que algunos ciclistas sean culpables, pero hay que demostrarlo".

Es lo que ya todos sabemos pero también es lo que un deportista español educado en la cultura del dopaje no quiere oír. Debe de pensar que eso de que el dopaje es peligroso para su salud es mentira; o que es algo que todo el mundo mundial hace pero que lo calla porque es un hipócrita; o que cree que las reglas que valen en España, valen en la UCI. También es consecuente esa actitud con el instinto picaresco del español: el hacer trampa sirviéndose de ayuditas químicas. En vistas al futuro, para curarse en salud, esa Federación Española expide el siguiente estudio-disparate, con fecha de publicación idéntica, que trata de justificar la proclividad del ciclista –español supongo- a la adicción a las drogas tras su retirada como profesional, debido a lo traumático del cambio de estilo de vida. No se entiende mucho pero ahí está por si a alguien le viene a la cabeza alguna reflexión.

Dice McQuaid:

"Las autoridades no están persiguiendo estas practicas”
McQuaid también ha declarado que "la evidencia de los valores sanguíneos que tomamos de los corredores nos indica que en España se manipula la sangre. Y se hace más que en ningún otro país", ha añadido el presidente de la UCI. "Eso me demuestra que las autoridades no están persiguiendo estas maniobras con la dureza suficiente. El cambio cultural que está teniendo lugar en el resto de Europa no lo está teniendo en España"


Efectivamente, Señor McQuaid, ya veo que usted se ha dado cuenta. El problema viene de aquí; y aquí se obstina en seguir. Todo porque tenemos unos gobernantes que parece que se han quedado anclados en la época de la Movida de los 80. Acostumbrados a hacer lo que Europa prescribe en este tipo de cosas pero sólo de manera formal, porque creen que no les conviene. Porque sus retrógradas mentes piensan que es malo para sus intereses, para los de la nación y para los de la economía. Porque piensan que el dopaje y las drogas no son malas, que son cosas normales e inevitables que dependen de la responsabilidad de cada uno. No es que se quiera contravenir las normativas del resto de la Europa -formalmente no se hace-, por eso tenemos tantas leyes y decretos que pintan muy bien sobre la mesa. ¡Qué vergüenza Señor McQuaid!, creo que nos ha pillado…

*Nota del autor:

Mis comentarios no pretenden cuestionar la profesionalidad del colectivo ciclista español. Sólo pretendo hacer ver que las autoridades españolas no hacen lo que pueden para perseguir a infractores concretos. Ellas y sólo ellas son las responsables de que el ciclismo español pueda verse empañado por asuntos de este tipo, al no garantizar la puesta en práctica de las debidas inspecciones ni en número ni en fiabilidad. La mala praxis de unos pocos médicos y sus ciclistas repercuten negativamente en la reputación del conjunto del ciclismo español. Esas personas deben ser señaladas con el dedo. A la Real Federación Española de Ciclismo, hay que exigirle la responsabilidad que le corresponde en su justa medida, que es toda.

martes, octubre 02, 2007

El Rey fumador y su “Fortuna”, embajadores de la Industria Tabaquera


Tras la polémica suscitada a raíz de la quema de un retrato, el Rey finalmente ha hablado. Ha tratado de convencernos de su valía, tan despreciada últimamente. Nos ha recordado que la monarquía (Él), es símbolo y garante de los valores democráticos y de la estabilidad del estado de derecho.

Efectivamente nos lo ha recordado, porque eso ya pasó a la historia. En verdad me parece un patético ejercicio de chantaje emocional por su parte, aunque bastante comprensible dadas las circunstancias. La Monarquía Española ha caído en el anacronismo, y si no lo ha hecho en el olvido es gracias a la prensa rosa; nada más.

Hay ciertas tradiciones que merecen la pena ser conservadas cuando son compatibles con el progreso. Cuando no, no.

Por fortuna, hoy en día las monarquías occidentales juegan un papel meramente protocolario en lo que a gobierno y gestión pública atañe. El problema es que en algunos casos los monarcas no llevan con dignidad esa labor. Era de esperar que sus funciones de protocolo implicasen cierta virtud, como ha de ser el caso cuando por una cuestión de repercusión mediática se tiene -se ostenta- una responsabilidad de alcance público.

Tradicionalmente, los beneficios de la venta de tabaco han sido un derecho Real. Aquí se puede ver algo de historia al respecto. Durante la dictadura y hasta los inicios de la democracia, el monopolio estatal continuó. Luego llegaron las privatizaciones, de tal manera que Telefónica y Tabacalera Española fueron cambiando su estatus poco a poco. Aún hoy la desvinculación no es, ni mucho menos, total para el caso de los restos de Tabacalera (Altadís). El divorcio entre Estado Español y la Industria Tabaquera es sólo aparente; la relación entre ella y el Rey es íntima.

Los derechos de pernada tabaqueros sobre los pulmones de la gente son, al igual que el título de Rey, poco menos que un derecho dinástico heredado merced a la tradición ajena.

Un no-fumador debe considerar inadecuado que quien ostenta el cargo de representación del país en actos protocolarios sea fumador. Tampoco se entiende que tanto el Presidente del Gobierno como el portavoz de la oposición sean fumadores, con lo que es imposible que nuestros derechos sean garantizados de manera objetiva, votemos a quien votemos.

No me quejo por el hecho de que sean fumadores, sino porque actúan como tales. En lugar de publicitar el vicio como si esto fuese Mónaco, el Rey se haría merecido acreedor de su título si enajenase su yate “Fortuna”, o por lo menos lo rebautizase con otro nombre más serio; sabido que el tabaco está mermando la salud biológica y social de sus súbditos, debería pedir disculpas en nombre del Estado y la Corona. Para compensar los errores del pasado, en su tradicional mensaje navideño no estaría de más que dedicase un espacio a la concienciación sobre el problema del tabaquismo en España deseándonos un 2008 sin tabaco. Así mataría dos pájaros de un tiro: por un lado se redimiría y por otro cumpliría con una labor social pasando a ser un elemento realmente útil para la sociedad, que no sólo un despilfarro presupuestario.

Mientras tanto me da igual que republicanos y catalanistas lo abucheen y lo cuestionen. Se lo merece por inútil y mercachifle y me alegro si eso de ponerse a la defensiva hablando de respeto, tolerancia y otras estupideces no le sirve de nada. En cuanto a nuestra particular pega, resulta evidente que detrás de su desvirtuada persona no se vislumbra una actitud favorable a nuestros intereses. Tal y como están las cosas, un no-fumador no puede declararse monárquico.

lunes, septiembre 17, 2007

Noticia ingenua


Paso a comentar esta noticia que me gusta, no por su trascendencia o novedad, pues el tema que trata ni siquiera es una noticia a estas alturas, sino por el carácter ingenuo y superficial del tratamiento aplicado. Éste es un ejemplo elocuente en ese sentido. La noticia completa puede leerse aquí.
El título de la noticia es “Cinco guardias civiles del Puerto de Vigo detenidos por participar en una trama de contrabando de tabaco”. Cito lo más interesante:

(…) desde el pasado 31 de agosto trabaja en la investigación de una trama de contrabando de tabaco en el Puerto de Vigo en el que están involucrados cinco miembros de la Guarda Civil (…)

¿De qué trama hablamos en concreto? Pero si en España más del 20% del tabaco que se fuma es de contrabando. El contrabando de tabaco es algo generalizado y sucede porque no es un producto ilegal. Por esa misma razón, la sociedad tolera este contrabando igual que podría tolerar que un proveedor nos hiciese una factura sin I.V.A para que así nos salga más barata una adquisición. De todas maneras, a lo mejor tenemos que agradecer que al menos se busquen cabezas de turco.

(…)Delfín Fernández, valoró a Efe la operación realizada, ya que, según dijo, demuestra que tanto la Guardia Civil, en este caso, como la Policía Nacional, tienen control sobre su personal para evitar que sus miembros cometan delitos.

Eso puede que sea mentira. Entra en contradicción con lo dicho en el párrafo siguiente. Si se tuviese control, los mandos, o habrían estado implicados en la “trama” o se reconocería que llevan tiempo haciendo la vista gorda. Sin embargo, no se reconoce ninguna de las dos únicas posibilidades. Pero de todas formas, el problema principal es otro.

Por un lado tenemos el sistema retributivo de los guardias civiles y los baremos empleados en su promoción profesional, -no basados en la consecución de objetivos relativos a los cometidos para los que fueron adiestrados-, como ya di a entender en esta entrada; por otro, y sobre todo, la forzada legalidad contra natura del tabaco.

Muchos consideran el contrabando un negocio lucrativo por lo mismo supra dictum, (porque el tabaco no es ilegal), sólo que está fuertemente gravado. El Estado se hace participe y supuesto beneficiario del negocio en pro de un interés pretendidamente rentable en términos de recaudación pública, pero el tabaco no es rentable para el interés público, porque sus beneficiarios últimos son privados, cuantificables e identificables mientras que la perjudicataria es el resto de la sociedad. Se insiste en auspiciar una legalidad intentando acomodarla al sentido común en unas condiciones que son imposibles; debido a la propia naturaleza adictiva y dañina del producto.

«Nos cuesta asimilar que sus mandos más directos no estuviesen al tanto de lo que estaba sucediendo (…)

Evidentemente, o tienen control sobre lo que sus subordinados hacen, o no. De cualquier forma, sea una cosa o la otra, vamos mal. Algún mando tendría que pagar por cómplice, por incompetente o por ambas cosas. Lo que cuesta reconocer es que el mismo presidente del gobierno hace la vista gorda, pues todos sabemos que el problema del contrabando de tabaco en España hace tiempo que se fue de las manos quedando fuera de control. Es lógico que las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado hagan la vista gorda si creen que hay que proteger su oferta y su demanda porque sí en términos absolutos; se grave con impuestos o no. Y todo porque es legal y, como es legal, a partir de ahí todo vale.

Para terminar, recomiendo la lectura de este enlace aclarador del que extraigo el siguiente párrafo clave:

“¿Por Qué Existe el Contrabando?
Según sostiene la industria del tabaco, la razón por la cual existe el contrabando es por los altos impuestos que se aplican al tabaco y que la única solución viable es la reducción de dichos impuestos. La realidad es otra, los precios son unos de los muchos factores que influyen en el contrabando. Existen otros factores más importantes tales como: el propio papel que juega la industria del tabaco en la generación del contrabando; la ausencia de controles adecuados para los productos obtenidos del tabaco en el comercio internacional; y la existencia de redes de contrabando atrincheradas, así como la distribución sin licencia, las leyes anti-contrabando muy generales y vagas, la débil observancia coercitiva de las leyes y finalmente, la corrupción de los funcionarios.”

viernes, septiembre 14, 2007

Menos mal que alguien se ha dado cuenta

Tras los atentados del 11M, el entonces director de RTVE, Alfredo Urdaci, hizo el ridículo al exhibir una interesadísima gestión informativa de la noticia a tres días de las elecciones generales del 2004. Apenas llegó Zapatero, una de las primeras medidas que anunció para comenzar a atribuirse méritos fue la operación de maquillaje destinada a proclamar la independencia de la televisión pública. Así, como si tal cosa, por ciencia infusa, en ese momento llegaba a España la televisión objetiva e imparcial, una digna representante del cuarto poder independiente en España. Sí, ja.

Los periodistas españoles no desentonan. Están a la misma altura que los políticos. Generalizando, como siempre, son igual de demagogos, parciales, ignorantes, fanfarrones, serviles… lo mismo que en otros sitios pero exagerando. Tras residir en Londres, conocer la BBC y volver a España, se da uno cuenta de que esto es bastión de mercenarios, populistas y manipuladores. Los periodistas no son el cuarto poder, sino una extensión del primero y único: el mercadeo de nuestros políticos y su electoralismo irresponsable.

Especialmente bochornoso es el tratamiento que la prensa le otorga al tabaquismo. Resulta increíble, examinar el interés e imparcialidad mostrados por la prensa anglosajona y luego compararlo con el tratamiento informativo dado al tema en España. El contenido, la forma, el léxico empleado…todo falla para poner en evidencia la escasísima ética profesional de esta caterva; todo parece formar parte de un mismo plan preconcebido con un objetivo concreto; el resultado es similar al de una censura informativa encubierta.

Menos mal que este señor, Baltasar, se ha atrevido a “salir del armario”. Ha quebrantado tantos tabúes que puede que su alma vaya al infierno. Al menos, yo en su lugar temería por mi vida, dadas las circunstancias. Puede que no estemos en un país tan libre como el cree, en lo que a libertad de prensa y derecho a la información se refiere. Baltasar Magro, trata de disculpar a sus compañeros de prensa, achacando la sucia actitud de muchos de ellos a la falta de concienciación, que no a la mala conciencia.

He aquí el enlace.

martes, septiembre 11, 2007

La Guardia Civil, herida por Pere Navarro


Hoy he dado con esta curiosa noticia. Pere Navarro, quien está al frente de la DGT, le ha dado un tirón de orejas a la benemérita. Se le ha ocurrido una atrevida forma de echar balones fuera. Sugiere que la benemérita es una vaga y una incompetente, que no tiene el suficiente valor para multar todo lo que podría. Y que si las cifras de muertos, a final de año, superan a las del anterior, eso no será porque el carné socialista por puntos haya fallado. Por favor.

Lo dicho por Pere Navarro debe ser considerado un síntoma revelador de un problema generalizado común a casi todos los trabajadores del sector público. Es posible que los agentes de tráfico cobren poco; al menos esos son los argumentos que ellos mismos esgrimen como justificante, además del de la recurrente falta de efectivos. Entonces, quizá tengamos que aplicar en ese aspecto tácticas más “motivadoras”. Si el escaso número de agentes no justifica el aún más escaso número de multas, hay un serio problema de rendimiento. Pretender que todo un colectivo mejore su rendimiento por una cuestión de obediencia debida al socialismo, quizá sea demasiado estalinista para el gusto de muchos.

El hecho es que llevamos décadas en España quejándonos de lo poco rentables que son nuestros funcionarios en su conjunto. Y en numerosas ocasiones se ha considerado la posibilidad de cambiar el sistema retributivo de los funcionarios y otros trabajadores del sector público. Sin embargo, nunca se ha hecho nada. Siempre se ha considerado más cómodo y prudente complacerlos y no incomodarlos. Falta de valor y cuestiones electoralistas, como siempre, han tenido que ver.

No digo que sea buena idea que los agentes de tráfico se lleven comisión por cada multa que pongan, o deban cubrir un mínimo de denuncias interpuepuestas a final de mes para cobrar el plus de productividad. Pero sí se podría llevar a cabo una solución intermedia; quién sabe. Es cuestión de llevar la iniciativa y echarle imaginación. Los resultados serían beneficiosos siempre para el interés general, independientemente de consideraciones políticas.

Hablo de todo esto con la excusa de establecer una rebuscada analogía entre el carné por puntos y la ley antitabaco. Es como si me pareciese que las dos fracasadas leyes -ninguna cumple con éxito sus objetivos-, tuviesen un punto en común. Ni la ley antitabaco ha reducido significativamente el número de fumadores, ni el carné por puntos los accidentes. Pero en otro aspecto son muy diferentes.

La diferencia radica en que Pere Navarro pide que se multe más y Bernat Soria no. Es decir, sospecho que los inspectores de sanidad podrían espabilar un poco más. En definitiva, me parecería justo que si los agentes de tráfico se han llevado una regañina por no hacer una cosa, los inspectores de sanidad se llevasen una bronca por la misma razón, habida cuenta de lo escandaloso de las cifras netas de multas, así como de la ratio de inspectores en proporción a las inspecciones llevadas a cabo en locales que incumplen las leyes del tabaco.

viernes, septiembre 07, 2007

Tertuliano ignorante en “La Mirada Crítica”

La Mirada Crítica es un programa de debates de Tele5 que se emite por las mañanas. Suele ser interesante y es un buen referente para entender los entresijos del politiqueo de tres al cuarto que “padecemos” en España.

Ahora mismo resulta especialmente entretenido por aquello de la “precampaña”. Esta es la época en la que los noticiarios resultan más divertidos. Las posibilidades de reír a carcajadas repuntan por estas fechas gracias a nuestros simpáticos dirigentes, que pierden los nervios e improvisan con tanta torpeza que se les termina pillando en mentiras irrisorias.

Se unen muchos factores que provocan la risa en el espectador. Así por ejemplo, vemos como este inicio de la precampaña viene a coincidir con el preocupante asunto de la desaceleración económica, de la crisis hipotecaria, de la pérdida de confianza del consumidor, del aumento del paro etc. En resumidas cuentas, consecuencias lógicas del sistema y comunes a todas las economías de occidente. Sólo que, en España, los problemas los acentúa la mala gestión de nuestros mercachifles, por su falta de previsión, por su miedo a la contundencia en la aplicación de remedios, por sus recatos a la hora de decepcionar al primo o al amigo etc.

Realmente no hacen nada. Ni la política económica que llevaba a cabo el PP, ni la que lleva el PSOE difieren. Digo lo de “llevar” por no decir “poner en práctica”, ya que eso no se hace nunca aquí, o al menos no le corresponde a los ministerios competentes. En realidad no se toman medidas significativas en ningún sentido. Son políticas de continuidad y da igual quien esté en el poder pues el objetivo no es resolver problemas sino beneficiarse de ellos; para arreglarlos está la casualidad o el destino. De hecho, es probable que tampoco cambiasen las cosas si gobernase cualquier otro partido minoritario. Se saldría del paso y se capearían los problemas pero no se solucionarían. La inercia histórica y el libre albedrío parece que es lo que rige nuestro sistema; no las iniciativas de los políticos quienes parecen estar sujetos a las programaciones sociales como cualquier otro pelele. Es como si viviésemos en un estado liberal de facto, pero no el ideal soñado por los primeros teóricos del liberalismo, sino el del desorden, el del descontrol y la corrupción.

En referencia a los pesimistas datos económicos en los últimos meses, el pasado día 5 de Septiembre, cada aspirante dejó clara su lectura en los diversos medios.

El PP dice que sí, que se está cumpliendo la profecía que ya auguró tras el 11 M, que todo es indicativo de que se avecina una crisis tremenda por culpa de la gestión socialista. Aseguran que si hasta ahora no había habido indicios de que se produjese, eso ha sido porque el PSOE ha tardado más de tres años en desbaratar el modelo económico tan sólidamente construido por el PP.

El PSOE, por su parte, dice que de eso nada. Que todo esto es algo pasajero, coyuntural, que no es indicativo de crisis sino de un leve reajuste y que no tiene nada que ver con su gestión. Achaca la coyuntura, claro, a imprevistos de “fuerza mayor” con argumentos peregrinos. En la emisión del programa del día 5, yo destacaría las palabras del Secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado para justificar el aumento del paro durante estos últimos meses en la hostelería, en las que señala a la climatología como la culpable. Y eso después de que el Ministerio de Sanidad acuse al calor de muertes por deshidratación y lleve a cabo su concienzuda campaña para mitigar sus efectos (léase el final del artículo anterior).

En este punto, los tertulianos, pasan al análisis del problema hostelero. Entonces uno de los tertulianos, consciente de que no es el mal tiempo el que ahuyenta a los turistas, le empieza a echar la culpa al gobierno. Demuestra ser uno más de esos neoconistas a los que los argumentos de la Industria Tabaquera han convencido. Dando por sentado que la construcción y el turismo son los dos grandes pilares sobre los que se apoya y se apoyará, per secula seculorum, la economía española, dice a toda prisa las cosas que debe hacer el gobierno para favorecer el turismo y el sector de la hostelería.

Naturalmente, como mi memoria es selectiva, sólo recuerdo lo que dijo sobre lo que no debe hacer. Lo cual quedó artificialmente destacado por la saña e ironía con la que lo balbuceó en relación a las medidas que se pueden tomar para atraer al turista europeo y salvar así de la crisis al sector. Cito más o menos textualmente: “(…) Lo que no se puede hacer es que el gobierno se empeñe en decir “mire usted no fume aquí, no beba…”; porque aquí el turista a lo que viene es a divertirse (…).

Esa demagogia es lo que más contrariado me dejó. No por lo dicho y las maneras de decirlo; sino porque fue un periodista y no un político el que lo hizo. Yo, a pesar de haber intercambiado impresiones sobre este asunto con italianos, franceses e ingleses, no recuerdo que ninguno de ellos fumase compulsivamente o que me dijese que no iba a España de vacaciones porque no le dejaban fumar y beber. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? Parece como si la motivación principal del turista sea fumar y beber; como si España no tuviese nada más que ofrecer al turista europeo; como si el 100% de ese turismo, o fumase, o fuese perteneciese a la "nobleza" tolerante con el tabaco.

Muchos extranjeros se quejan de que en España no se respeta al fumador pasivo, pero ningún fumador europeo dice sentirse perseguido en España, ni asegura que prefiere ir a otro sitio caribeño porque le dejan fumar por doquier. El permitir fumar en más sitios no favorece a los intereses hosteleros; sino a los tabaqueros. Ya se ha visto en Irlanda y, es más, si la gente no puede gastar tanto tiempo y dinero en fumar, lo hará en auténticos servicios hosteleros. Es una cuestión de lógica.

miércoles, agosto 15, 2007

Qué peligroso que es el calor del verano


Llevo todo el verano tragándome el mismo mensaje por la tele una y otra vez. Forma parte de una graciosa campaña del Ministerio de Sanidad y Consumo que viene a decir algo así como “cerrado por vacaciones”. Analizando las intenciones de estas estúpidas advertencias uno descubre cosas irrisorias, surrealistas. Hablo de la campaña Cuida tu salud, protégete del calor.

Se dice que el año pasado una ola de calor acabó en Francia con la vida de unas 12.000 personas. El gobierno socialista francés que había por aquel entonces, fue señalado como responsable por su falta de previsión. Ya veo que el nuestro no quiere arriesgarse a sufrir una situación así de “bochornosa”. Por eso, al ciudadano, que es tonto, le recuerda que tiene que satisfacer sus necesidades básicas y dejarse llevar por su instinto de supervivencia para que ese enemigo tan malo –el calor- no haga de las suyas.

Creo que es posible que debamos agradecer al Ministerio su bonachona campaña. Me parece que la ancianidad ya se ha dado por enterada y seguro que el calor no va a mover a demasiada gente de las residencias a los cementerios. Menos mal, y todo gracias a una audaz campaña, gentileza del gobierno.

Resulta fácil llevar a cabo estas campañas porque de las muertes por lipotimia no se beneficia nadie, porque son incuestionablemente muertes por causa natural. En realidad, de una catástrofe natural, rara vez se puede culpar a alguien. Es absurdo pero, precisamente por eso, es seguro para un gobierno concienciar sobre el peligro.

Hay que estar ciego para no ver que el Ministerio de Sanidad y Consumo no se mete en camisas de once varas. Si hay que cuestionarse la posibilidad de que alguien pueda ingerir pasta de dientes de garrafón en cantidades industriales hasta la intoxicación, pues se hace. Se levanta un montículo de un grano de arena y se le da bombo a la rapidez y audacia del ministerio. Si existe la más remota posibilidad de que un niño menor de tres años se asfixie por la pieza móvil de un juguete de importación, pues ahí se interviene confiscando una buena remesa de juguetes ilegales de fabricación china; total, ni los niños van a cambiar el sentido de su voto, ni los chinos están en disposición de incomodar con sus protestas.

Ahora, otra cosa bien distinta es Don Pitillo. Las campañas para decir que no se fume mucho en verano, que el humo caliente en los pulmones en pleno verano y sin aire acondicionado es molesto, van de tapadillo y se exhiben con una timidez desmedida. No sé si los componentes del cigarro son sólo una decena de veces más tóxicos que los de la pasta de dientes adulterada, ni tampoco sé cuántas colillas puede masticar con seguridad un bebe en la playa antes de que le dé acidez de estómago. Tampoco sé si el número de muertos por tabaco cuadruplica o quintuplica al de los deshidratados. Todo eso no me hace falta saberlo.

Tampoco me interesa saber si el Ministerios de Sanidad y Consumo, compinchado con el de Hacienda, tenía como objetivo que el “consumo” de tabaco se recuperase y repuntase a estas alturas -cumplido el objetivo de las buenas intenciones con la más que deslucida ley 28/05-. Porque todo eso es de suponer. Son consecuencias lógicas de errores de base.

Porque si yo digo “En verano hace calor”, tengo una oración impersonal –construcción verbal de la naturaleza-, sin sujeto ni complemento agente. Pero si yo digo que “El tabaco molesta y mata”, la cosa es bien diferente pues ahí tengo a un culpable, a una víctima y a un beneficiario que lo explica todo.

lunes, julio 16, 2007

La cobardía del gobierno


Al principio, la anterior Ministra de Sanidad no era del gusto de mucha gente. No porque se atreviese a dar impulso a una ley con el cliché de polémica que además ni siquiera fue invención –digo invención y no mérito- de este gobierno; sino porque prometía hacerla cumplir. Poco después pudimos ver que era incapaz de llevar a cabo su cometido y sus detractores se preocuparon de marcarla de por vida con el estigma de la discriminación y la intolerancia, en un singular ejercicio de manipulación mediática. Todo ello perpetrado por tabaqueras y oposición con particular saña.

Nunca llueve a gusto de todos y en este caso no llovió a gusto de nadie. Para los amantes del club más tolerante de toda España y otros detractores, la ley era excesiva. Para los no-fumadores, deficiente. España no pudo disimular de ninguna manera el fracaso de la ley en el sector hostelero, la cara más visible ante el visitante foráneo. Ahora, Zapatero, como fumador al que de todas formas nunca le pareció bien todo esto de hacerle un feo al pitillo, ha terminado quitándose un problema de encima. Ha tenido que echar a una ministra que tuvo su momento de gloria durante las postrimerías del vigor de la Ley 28/05, hasta Enero o Febrero de 2006; pero no más allá.

Progresivamente, la popularidad de la Ministra Elena Salgado fue disminuyendo conforme se iba fraguando el fracaso de la aplicación de la Ley en el sector hostelero. Ahora, en su nuevo puesto en el M.A.P, podrá seguir ejerciendo su labor antitabaco sin tanta polémica y repercusión mediática, de puertas hacia adentro. Ya era como un herido en aguas infestadas de tiburones y había que sacarla de allí. En definitiva, no se ha expulsado a una ministra de su cartera sino al desafortunado símbolo de la política antitabaco.

Así pues, el gobierno ha encontrado un posible remedio a algunas de sus desdichas con este intento de purga. La cuestión es llevar a cabo una política más populista, aún si cabe, con este cambio de cara que, necesariamente, será siempre más amable que la de la repudiada ministra. Este nuevo titular no hará mención al peliagudo asunto del tabaco. Don Tabaco es tan intocable como antaño porque, en lo que a réditos electorales se refiere, es ingrato; es garantía de fracaso electoral frente a opositores populistas y otros actores tan tenaces y poderosos.

Bernat Soria sólo tiene una forma de complacer a los no-fumadores, al ciudadano y al consumidor: abogando por la regulación férrea del consumo, la venta y la publicidad del tabaco hasta que los intereses tabaqueros lo expulsen. Para dimitir ya es tarde porque ha aceptado el cargo. Ahora intentan trasladar el centro de atención a otras supuestas cuentas pendientes de la sanidad pública, como lo del rollo de las células madre, cuya aprobación está sujeta a un trámite reglado casi ausente de polémica y no va a generar conflictos de intereses, comparativamente hablando.

La lucha contra la lacra es el centro de cualquier política sanitaria. Los demás son temas sino superfluos, sí de interés minoritario, para despistar la atención, en consecuencia con estrategias electoralistas conservadoras.

Entretanto, con Bernat Soria como nuevo ministro, los actores pro-tabaqueros de este país entonan su gaudeamus igitur, mientras los no-fumadores lo hacemos con nuestro requiem por el fin de la lucha antitabaco. Nuestro suplicio va a durar al menos hasta el fin de la legislatura. La tregua promete continuar más allá en el tiempo, mucho nos tememos.

jueves, julio 12, 2007

La envidia del pirómano: el fumador despistado II

Muchos fumadores llevan muy mal el verano; se agobian durante sus vacaciones, se fuman un cigarro y, creyendo que el mundo es un cenicero, lo tiran por ahí. Algunos conductores adictos soportan estoicamente el hedor de las colillas y la ceniza acumuladas en el cenicero de su coche; otros no. No sé si son los mismos que aseguran por aquí en la red que, nuestros vehículos, contaminan las calles más que sus cigarros y que ellos no tienen coche. El caso es que he visto salir de las ventanillas de todo tipo de vehículos cigarros encendidos, ya sea por Despeñaperros, ascendiendo al Montseny, o por los campos manchegos. Quienes más perjudicados salen del inextinguible fuego del pitillo son nuestros bosques. Despiste, negligencia, accidente... tienen muchos nombres los incendios que tienen su origen en un cigarro mal apagado. Además, a los fumadores también les gusta disfrutar de su artificial vicio en la naturaleza, como en el antiguo anuncio de Marlboro Country.

Las disculpas concedidas a la mano del hombre que suele estar detrás de los incendios son muchas. Hablando con personal especializado he podido saber que, en demasiadas ocasiones, se achacan incendios a causas fortuitas o naturales, ajenas a la negligencia o la intención. Así, proliferan las conclusiones oficiales que nombran como motivo de incendio a las tormentas eléctricas, a las líneas de alta tensión, a las precipitaciones de meteoritos y basura espacial o a la combustión espontánea, siendo cínicos. Son cosas que ocurren sobre todo en los ayuntamientos de las zonas rurales de la España profunda.

Las causas reales son otras en la mayoría de esos casos. Resumiendo: la quema de rastrojos y otras actividades agrícolas indebidas, las barbacoas de los domingueros y, como no, sus siempre bienvenidos cigarros, tan inofensivos como siempre.

lunes, julio 09, 2007

La envidia del pirómano: el fumador despistado I


Los incendios cigarriles normalmente se reducen al ámbito doméstico. Un borracho que se queda durmiendo en su cama con el cigarro encendido, ceniceros demasiado cerca de unas cortinas, colillas sin apagar que se tiran sobre una vieja moqueta que ha perdido sus propiedades ignífugas etc. Es normal que pase en casa de uno. Los accidentes domésticos son frecuentes y, si juegas con fuego, al final de quemas.

También hay muchos fumadores que en muchas ocasiones son pulcros en su hogar pero creen que el basurero municipal comienza a un metro de la fachada de su casa. Entonces, apenas notan el calor del incandescente cigarro consumido hasta el filtro, como si de un acto reflejo se tratase, lo lanzan asqueados lejos de su presencia, sin molestarse en ir a darle un pisotón después. Algo así debió de sucederle al emblemático edificio Winsor de Madrid. Por actitudes de ese tipo, alguien que dirigía una cooperativa de exportación hortofrutícola tuvo que prohibir fumar en todo el recinto laboral en el 2004, so pena de despido. Concedió más de una oportunidad y quiso ser tolerante, pero no le dieron opción.

En 1.996, una remesa de 500 cajas de cartón para envasado cayó pasto de las llamas a causa de un extraño accidente en una estancia donde la instalación eléctrica de seguridad no pudo tener la culpa, como tampoco pudieron tenerla los detectores de humo, que se hallaban fuera de servicio. Cuando les preguntaron a los trabajadores de ese día la razón por la que le habían cortado la alimentación a los detectores, éstos confesaron: “para poder fumar”.

En 2003, un nuevo incendio se originó en una nave de carga en el turno de tarde, a la hora de la merienda, cuando menos empleados había. Esta vez los daños fueron cuantiosos. Quedo inutilizada toda la maquinaria, sometida a las altísimas temperaturas y se tardó semanas en conseguir que la nave volviese a estar en producción. Esta vez, nadie quiso confesar, pero el informe pericial de la aseguradora concluyó: un cigarro mal apagado fue el origen.

En 2004, se vuelve a repetir la historia en otra nave diferente. Ni los equipos extintores, ni los detectores de humo sirvieron. Las llamas se produjeron a la hora de la comida e igualmente los bomberos tuvieron que acudir a socorrer el cartón, el género y la maquinaria. Para colmo, el miedo o el sentido de culpa del fumador responsable, hizo que éste cometiese la torpeza de inutilizar material de peritaje de la aseguradora y destrozar la videocámara de una reportera de televisión. Sólo eso fue la gota que colmó el vaso. Entonces, la Junta Rectora, enfurecida como nunca lo había estado, dictaminó por unanimidad la drástica medida. Para que algo así fuese aceptado, mostró su indudable condescendencia, manteniendo al fumador responsable del último incendio en la plantilla. Desde aquel momento, ni él ni nadie ha fumado en esa empresa; ni en los almacenes, ni en las oficinas.

viernes, julio 06, 2007

Timofónica y el aprovechado estado español


En alguna ocasión, en mi bitácora, he hablado de los estados, las corporaciones, el ciudadano y el consumidor. En España, el equilibrio existente entre los intereses de unos y otros es el que los no-fumadores conocemos de sobra. Es decir, el abuso por un lado y la indefensión por el otro; igual que en otros países europeos, pero con más descaro.

La sana competencia puede desarrollarse en el libre mercado. Si no sucede así de manera espontánea, el estado ha de intervenir –como lo hace a través de un organismo regulador del mercado-, evitando el monopolio y el consecuente abuso a los consumidores. De otra forma, en términos de economía social, un exceso de abuso al consumidor derivaría en la ineficiencia social y económica del conjunto.

Este es el caso del estado español y su relación con las corporaciones como se ha visto en la noticia aparecida hace unos días sobre la multa de 151,8 millones que la CE le ha impuesto a Telefónica “por abuso de posición dominante en banda ancha”. En este caso, no es sólo que el estado español consintiese el abuso de un monopolio cuya existencia trató de maquillar formalmente hace unos años. Sencillamente era partícipe y beneficiario de ese abuso.

El Estado pudo perfectamente haberle hecho algo de caso a la Asociación de Internautas, a la OCU, a la FACUA, o a los expertos en economía social, evitando así que yo pagase a precio de oro esta pésima conexión para escribir estas líneas. Pero no; para el gobierno, el acceso a Internet de la sociedad no es algo serio o importante. Para los retrógrados que teclean usando sólo los dedos índices, la prioridad nunca fue la calidad del servicio ni el consumidor. Además, en una reunión para tratar acuerdos bilaterales –en el sentido literal de la palabra-, no es fácil hacerles un feo a interlocutores tan pudientes.

En definitiva, la CE ha tenido que intervenir porque el estado español no hizo bien sus deberes desde un principio. Porque en realidad, la multa recaída es también una reprimenda encubierta al estado español, que además estará haciendo que muchos inversores y jefecillos de altos cuadros de la administración se muerdan la lengua. Lo que pasa es que no hay ni valor desde Europa, ni vergüenza aquí en España para reconocerlo.

Pero es sin duda la Industria Tabaquera la mayor enemiga de los consumidores, tanto de los propios como de los ajenos. Por su parte, un Estado que no sirve al interés público no es del gusto de los ciudadanos. España necesita algo que equilibre la balanza en este aspecto, que ya sabemos por qué extremo anda descompensada. La OCU y la FACUA saben que sólo hay una manera de defender el interés del consumidor y del ciudadano frente al peor enemigo. En España, las organizaciones de consumidores y usuarios, tienen tímida voz y no sé si en una reunión entre peces gordos tuvieron voto alguna vez. Todo ello pese a que consumidores y ciudadanos somos mayoría, curiosamente.

Espero que no tengamos que pasar la vergüenza de que vuelva a ser Europa la que nos saque las castañas del fuego, ni que sea Bruselas la que libere a España del yugo de la Industria Tabaquera. Entre tanto maquillaje con leyes de regulación del tabaco y leyes de calidad del aire, los ingenuos mercachifles piensan que se van a salir con la suya y que no van a pagar un precio por ello. Menos mal que en Europa no son tontos y ya nos dirán algo, porque nuestros politicuchos tan mamarrachos se lo están ganando a pulso.

domingo, julio 01, 2007

Tus hijos no nos importan


Una de las marionetas del gobierno, la Ministra de Sanidad Elena Salgado, ha hecho mutis ante el tirón de orejas que se nos avecina de manera inminente por parte de instancias europeas, cuando diversos estudios nacionales y extranacionales alertan de algo obvio: en España hay demasiados drogadictos y muy jóvenes.

Es lo que ocurre muchas veces en las democracias donde sólo aspiran al poder mercachifles sin vocación. El egoísmo y la indiferencia del carácter español llega a lo ridículo pasando por lo patético y, para colmo, mucha gente se jacta de ello. Eso ya no me parece ni bien ni mal, sólo normal –quizás no podamos aspirar a mucho más-. Lo que no logro entender es la necesidad de exagerar yendo más allá. Si la España disfrazada de izquierdosa ya es el paraíso de liberalistoides que se benefician de la inconsciencia de libertinarios, ¿qué necesidad adicional existe de oponerse a las regulaciones que persiguen ayudar a los jóvenes, los pobres y otros desvalidos de la sociedad para que no caigan antes de tiempo en el vicio? Necesidades particulares muchas, me imagino; para las de carácter público la imaginación no da para tanto.

Hace unos días irrumpe por unos instantes la noticia que delata el resultado de una mala praxis política llevada a cabo de una manera sostenida en el tiempo a juego con una sociedad de un egoísmo y orgullo estúpidos, demasiado motivada a hacer la vista gorda: el consumo de drogas está a la orden del día. En la permisivista España hay un consumo de coca per capita cuatro veces superior a la media europea. Todos saben que no se hace lo posible por mitigar el azote de las drogas que atenaza el futuro de nuestra juventud. Pero muy poca gente quiere reconocer que los responsables, son los que dirigen el Estado. No otros, a los que no debemos exigir responsabilidades en asuntos sobre los que no tienen control.

Elena Salgado, como Ministra de Sanidad, no es ninguna estadista vocacional precisamente. Si lo fuese, ni habría intervenido en la promulgación de leyes tímidas y ambiguas ni sus declaraciones serían tan superficiales, frívolas, cobardes y fariseas. Sencillamente, habría dimitido ante la desfachatez de un presidente de gobierno que no está de acuerdo con la implantación de una regulación seria del tabaco y del alcohol beneficiosa para el interés público; primero porque fuma y no es objetivo, segundo porque la salvaguarda de su status y el de los suyos es la prioridad, no la calidad del relevo generacional de nuestra sociedad. El futuro de nuestros hijos le importa un comino. El de su prole está resuelto y, esfuerzos de interés público que pongan en riesgo el status del partido, los justos y para los justos; ni para uno más, ni para uno menos.

Los jovenzuelos y los niños son sacrificables. Sus mentes son dóciles y maleables. Son buen alimento para el apetito insaciable de las complacientes tabaqueras. Es incómodo privar a tabaqueras, alcoholeras, cocaleras y otras depredadoras de su alimento preferido y mejor inversión: los jóvenes.

Para ello parece que la sociedad ya está bien educada para la evasión egoísta y el pasotismo crónico, disfrazados de honroso individualismo y libertad. Después de la fracasada LOGSE llega la asignatura de la “Educación para la Ciudadanía”. Otra declaración de intenciones de carácter formal, de bajo coste y sin aplicación práctica porque no va acompañada de la mejora del entorno social que acoge a los jóvenes, que está plagado de cigarros, drogas y camellos.

La asignatura en cuestión, puede decir misa. El pregón es otro: el de la doble moral, el pensamiento débil y el engaño. Es un vicio muy feo el de las autoridades españolas ese de omitir obligaciones morales básicas. Así, en relación con el tabaco, huelga apuntar un aspecto de la Ley 28/05 que delata la calidad moral de Zapatero, en el que se ha dado primacía a intereses ajenos a la salud pública infantil.

La entrada de niños y bebes a bares de fumadores

Aquí el estado confía en la responsabilidad individual. Dicta que es cosa de los padres elegir espacios sin humo cuando van con sus hijos. Que ellos no tienen nada que ver porque ya han hecho todo lo que han podido por esos niños pero que los padres son tontos. El Estado se declara incompetente para interferir en esa cuestión. Se escuda en el rollo de la libertad y de la responsabilidad. No porque se hayan favorecido intereses empresariales como muchos malpensados creemos.

A ver si nos vamos enterando, señores políticos, lo de las drogas ilegales es un “problemilla” a medio-largo plazo que tiene España. La mejor forma de empezar a atajarlo es ir cerrando la puerta de entrada a todas ellas: el tabaco. Siempre se empieza fumando. Eso todos lo sabemos y muchos lo reconocemos.

miércoles, junio 20, 2007

Ni el fumador existe, ni el individuo quiere fumar

Los organizadores del certamen de belleza Miss Cantabria 2007 le retiraron en Febrero la corona de ganadora a Ángela Bustillo tras conocer que era madre. La joven ya había anunciado que llevaría la decisión a los juzgados al considerarla inconstitucional.

Ahora, a mediados de Junio, acontece lo que era de cajón. Seguramente, ante la amenaza de la demanda, los organizadores consultaron con sus servicios jurídicos las posibilidades de éxito que tendrían si insistiesen en ratificar su decisión ante los juzgados; decisión que se basaba en una norma caprichosa y machista. La repuesta de sus abogados debió ser de lógica: ninguna.

Para curarse en salud, han decidido restituir el derecho de la joven y cambiar, por tanto, con efecto retroactivo, esa norma tan particular. La Constitución establece que no puede haber discriminación por una “condición o circunstancia personal o social”. El hecho de ser madre sí se ajusta a la definición de lo entrecomillado; el de ser fumador no.

El término fumador no es denotativo porque no define a una persona por lo que es, sino por lo que a veces hace. El ser fumador no es ninguna cualidad de carácter permanente o inherente a ningún ser humano. No existe el fumador sino el acto concreto de fumar y su discutible voluntariedad en el espacio y en el tiempo. Si considerásemos que al fumador se le discrimina por el hecho de serlo cada vez que se le sanciona por infringir una norma, podríamos llegar a absurdos lógicos tales como pensar que Fernando Alonso es discriminado cada vez que se le multa por circular a 200 kilómetros por hora por el Paseo de la Castellana.

Por otra parte, meterse humo en los pulmones siempre es una mala idea. Nadie nace con un cigarro encendido en la boca. No se nace fumador, ni se hace; sino que lo hacen. Se fuma porque existen beneficiarios a los que les interesa que se fume, no porque el 30% de la población quiera fumar.

De otra forma, podemos asumir que el fumador no es libre en su decisión de fumar dados los condicionantes que lo llevan a ello. Muchos fumadores juran y perjuran que fuman porque quieren y les gusta. Pero eso es algo que ningún fumador puede demostrar fehacientemente, dada la naturaleza adictiva de la nicotina.

Muchas veces hacemos cosas que nos gustan. Llegamos a esa conclusión y sacamos placer haciendo una y otra vez esas cosas porque las hemos experimentado por los medios naturales para los que el proceso de racionalización está preparado –la percepción sensible-.

Pero este no es el caso de la llamada “diversión química”. La adicción y la consecuente alteración de la consciencia, que nos hace experimentar supuestas sensaciones de placer, si conocemos los peligros que ello puede acarrear, jamás puede ser el resultado de un decisión voluntaria. Cada vez que alguien decide introducirse humo en los pulmones una y otra vez, probablemente lo hace bajo repetidos estados de enajenación mental transitoria, según actúe el síndrome de abstinencia.

sábado, junio 16, 2007

El principio de la solución


Un camello de alta alcurnia ha anunciado que intentará introducir en el mercado una nueva gama de productos sin humo derivados del tabaco. Esto, ellos mismos dejan claro, no está destinado a ser un sustituto de sus drogas combustibles. Es parte de una estrategia que les permitirá mantener el volumen de ingresos que el trapicheo legal a gran escala les reporta; puesto que lo pueden ver seriamente reducido si los estados persiguen con cada vez más afán la quema de cilindros. Aquí podéis ver la noticia.

Como quiera que sea, este es el camino que han de seguir: el de la reconversión. Sigue siendo droga dura lo que venden pero será un negocio puente antes de que tengan que abandonar el tráfico de nicotina por completo. El negocio de la parafarmacia es el que deben abandonar porque pronto, las pocas farmacéuticas que estaban dispuestas a seguir ejerciendo su mala praxis, dejarán de ser aliadas incondicionales. Es normal porque ese tipo de acciones de las tabacaleras comporta una falta de honestidad intrínseca que la gente comienza a percibir. No es lógico que el zorro se ofrezca a cuidar las gallinas y ya estaban sobrevalorando la estupidez del público.

miércoles, junio 13, 2007

¿Por qué la gente sigue fumando donde está prohibido?

Muchos piensan que la regulación del consumo de tabaco en un lugar determinado es sólo potestad del propietario. Sin embargo eso es un imposible porque el propietario, sin usar la coerción, difícilmente podrá hacerlo. Lo que determina si se fuma o no en un local es la adicción a la nicotina del individuo, la cual siempre actúa en el mismo sentido. Ni el Estado ni el propietario pueden controlar la voluntad de un enfermo de tabaquismo sin el uso de la coacción.

Es así y no es de otra manera. Pero eso sucede a gran escala porque la venta de tabaco no es ilegal. Entonces, para futuros adictos al tabaco, es muy difícil evitar caer en una trampa cuya legalidad fortuita ha sido heredada, como si de un derecho dinástico se tratase, pero nada más. En estos tiempos, habiendo la humanidad reconocido el error histórico en el que incurrió al mantener su legalidad, la protección dispensada al comercio del tabaco por parte de los estados es sólo el resultado de la imposición de unos pocos, de sus criterios y de sus intereses.

Muchos no quieren fumar y nunca habrían empezado a hacerlo si el tabaco hubiese sido “normalizado” de acuerdo a su naturaleza; declarando su ilegalidad. El comercio de los productos del tabaco, como el de cualquier otra droga dura, debe desarrollarse en las mismas condiciones que lo hacen otras drogas como la cocaína o la heroína y su contrabando debería ser perseguido en consecuencia.

Ya asumida la legalidad del comercio del tabaco, la 28/05 se incumple con tanta exageración porque no se multa; no porque no se hagan guardias de vigía ni porque los usuarios la infrinjan. Eso de multar no se lleva en este inmaduro país. Es más, se ve mal, se desaconseja y se impide desde arriba. Por mucho que quiera un policía multar, ni sus superiores ni la sociedad se lo ponen fácil.

jueves, junio 07, 2007

Responsabilidad del Estado


Tras leer este artículo antiguo en el que hablaba de cómo la materialización de un plus de toxicidad podría facilitar el camino hacia una prohibición general en el ámbito hostelero, parece que amigos trabajadores de la hostelería se han dado cuenta de lo que la Industria Tabaquera planeó con mucha más astucia, si cabe, que el Estado: el divide y vencerás. Para colmo, la Ley 28/05, blandiendo el es-peor-el-remedio-que-la-enfermedad, ha conseguido enquistar el problema y blindarlo frente a cualquier solución posible, con la amenaza del elevado coste que supondría una prohibición general tanto para el Estado como para la hostelería y la restauración. Es evidente que con los trabajadores de la hostelería se puede terminar de gestar un problema bastante incómodo como empecemos a reconocer que el tabaquismo pasivo es una enfermedad profesional. Sobre todo por eso de que unos cobren plus de toxicidad y otros no una vez que el humo haya sido desterrado por completo de la hostelería y la restauración. Por fortuna, todo tiene arreglo, como respondí en el foro de nofumadores.org. Recomiendo leer el artículo al que nos referimos para entender la siguiente explicación:

El complemento específico de las Cenicientas deshollinadoras liberadas del humo desaparecería como concepto en la nómina pero el líquido a percibir en los meses sucesivos no debería bajar. Es decir, sería conveniente subsumir su cuantía económica al sueldo para evitar protestas y males mayores. Que un líquido a percibir baje no se ha visto nunca y no sería políticamente correcto. Por tanto, los que alguna vez fueron deshollinadores tendrían que seguir cobrando lo mismo hasta que se jubilen.

El problema estaría en como subirles el sueldo a los que nunca fueron deshollinadores de ceniceros hasta equipararlo al de los ex-deshollinadores. Así, a iguales condiciones, iguales ingresos.

Se me ocurre que los empresarios que nunca permitieron fumar serían los agraviados comparativamente. Eso sería algo que el Estado debería compensar con dinero de su bolsillo como responsable en primera instancia. Puesto que suya fue la culpa al haber dictado en el pasado una Ley mal hecha. Si el Estado, a su vez quiere repetir sobre las tabaqueras para que paguen como las beneficiarias del mal de todos, es cosa suya. El Estado debe arreglar los entuertos que ocasiona. La responsabilidad siempre fue del que promulgó una Ley injusta, lo supiese o no; lo previese o no. Lo que está claro es que a la legislatura que le tocase, le iba hacer muy poca gracia la prohibición general.

domingo, junio 03, 2007

Partido de los NO-FUMADORES V

DÍA 5 Y ÚLTIMO

PANEL 15

La idea básica de lo expuesto anteriormente es bastante elocuente para el caso de la hostelería y la restauración. Este ha sido desde hace muchos años el principal objetivo de la Tabacalera. Por tanto, es también quizás nuestro primer campo de batalla. En España, es particularmente escandaloso cómo el Estado se ha plegado en este sector a los intereses de la Industria Tabaquera. Aquí tenemos la base desde la que podemos empezar a dar a conocer nuestro movimiento. Creo que deberíamos empezar por ridiculizar la doble moral y la cobardía con la que el Ministerio de Sanidad opera en la hostelería. Por ejemplo, podemos recordar el lema de la campaña lanzada por el Ministerio de Sanidad, “Elige espacios sin humo. Por lo que más quieras” y hablar de cómo el Estado ofrece a los padres la remota posibilidad de no envenenar a sus hijos cuando van con ellos a un bar cualquiera. Que más que proteger la salud pública con esa campaña, lo que hace es recordar que en España las leyes del tabaco nunca son vinculantes y su utilidad depende de la buena voluntad de la gente. Como si el Estado nunca fuese responsable, sino sólo el votante, que nunca se esfuerza lo suficiente para librarse del humo con su borreguil inclinación por el susodicho; después de todo el esfuerzo que ha hecho el Estado por él.

Otra cuestión candente que puede darnos mucho juego es la situación de los trabajadores en la hostelería. A muchos se les ha negado el derecho a un ambiente libre de humo de tabaco “con todas las de la ley” de manera, para ellos, bastante arbitraria.


PANEL 16

He estado repasando los contenidos de la página de Stanton A. Glantz, profesor de medicina en la Universidad de California en San Francisco, http://www.tobaccoscam.ucsf.edu/ads/index.cfm. En este preciso enlace creo que podemos encontrar material publicitario, muy dedicado a la hostelería, para promocionar el partido. Naturalmente, además de traducir al castellano habría que adaptar contenidos de los anuncios para su uso práctico en España.

PANEL 17

Siempre he tenido la impresión de que el movimiento antitabaco en España se centra en exceso en el aspecto sanitario. Con ello parece que la sociedad inconscientemente –aunque quizás manipulada por la política tradicional y por la Industria del Tabaco- ha obviado el perjuicio general ocasionado por el tabaquismo en otros ámbitos.

Como bien se detalla en el programa, las implicaciones sociales y económicas son grandes desconocidas para la sociedad. El aspecto sanitario asusta a la población fumadora y, cada vez más, a la no-fumadora en lo que a efectos perceptibles e inmediatos se refiere. Por su parte, a los Gobiernos, cuando menos, les “incomoda” el asunto. Por eso creo que en la página debemos recordar que el perjuicio en términos de Salud Pública existe, pero también tenemos que demostrar, a modo de novedad, que la justificación por parte del Estado del auspicio del tabaco como mercancía legal y como negocio próspero es inexistente. De hecho, existen multitud de estudios e informes avalados por instituciones de reconocido prestigio que echan por tierra los argumentos sobre los que se ha basado el Mito Número 10: “El tabaco es bueno para la economía”. Esos estudios podrían ser una buena portada.

En un segundo nivel de concreción, debemos hacer hincapié en la relación existente entre la Industria del Tabaco y la Hostelería. Aquí es donde más fácilmente podemos dejar en evidencia los “errores” cometidos hasta ahora. Pero hemos de ser cautelosos a la hora de juzgar a la Hostelería, la cual, al igual que los propios fumadores ha de ser considerada como víctima –su gremio-. El uso instrumental que la Industria del Tabaco ha dado a la Hotelería y la Restauración aparece en estudios sobradamente contrastados.

Algo que conlleva cierto riesgo para nuestra credibilidad, pero que podría salir bien, sería el no restringirnos a criticar una Ley discriminatoria para ciertos trabajadores o unas políticas económicas y electoralistas poco menos que corruptas llevadas a cabo por la Administración a la hora de firmar acuerdos con productores de tabaco o intereses pseudo-hosteleros en España, así como para forzar la concesión de subvenciones provenientes de fondos europeos. Existen indicios en proceso de prueba que demostrarían que muchos presidentes de gremios de hostelería y restauración miran más el beneficio de la Industria antes que el del propio gremio al que representan por alguna razón de peso. También es conocido el favor concedido desde dentro de muchos cuadros intermedios de la Administración. Si no podemos ofrecer nombres concretos, o unas acusaciones así resultasen hoy por hoy, “políticamente incorrectas”, quizás podamos abrir el debate disimuladamente e incitar así a la opinión pública para que lo haga por nosotros.


PANEL 18

Llevamos algún tiempo siguiendo muy de cerca el pronunciamiento de la llamada “Derecha Liberal” en España sobre las regulaciones del tabaco, opiniones que han acabado asumiendo los discursos electorales de corte populista independientemente de su tendencia. En nombre de la libertad se ha logrado confundir al público de la peor manera que se podía esperar. Se observa como este liberalismo sui generis gana día a día adeptos, pero lo hace por un cauce inapropiado. Ciertas publicaciones periódicas tratan de divulgar una perversión del Liberalismo, como mera arma política para derrocar el socialismo imperante en España. En teoría, el tratamiento que un no fumador debe otorgarle en su discurso a estos grupos debería ser análogo al usado para contrarrestar la influencia de la Industria Tabacalera: hay que intentar aislarlo. El liberalismo económico, será un modelo totalmente válido para dar solución a todos los problemas de la sociedad incluyendo éste. Pero habrá que aclarar que en España el liberalismo que se opone a la regulación del tabaco no es merecedor de esa denominación sino de otra bien distinta. Habría que convencer a la gente de que “el verdadero liberalismo”, también busca la disminución de las tasas de tabaquismo porque valora la responsabilidad social, que también es partidario del control y la regulación del tabaco y que, estos otros que tanto se hacen oír, son sólo emisarios de la Industria Tabaquera. Quedando así metidos todos en un mismo bote, como cualquier portador de un discurso que tenga como objeto la oposición a las regulaciones del tabaco.

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sábado, junio 02, 2007

Partido de los NO-FUMADORES IV

DÍA 4

PANEL 12

Volviendo a la “toma en serio” por parte de los votantes, me parece que sigue siendo complicado por la falta de concienciación y lo difícil que resulta la divulgación de informes y estudios apropiados. Es una pena porque incluso gran parte de los votantes más escépticos y reacios, se afirmarían en el convencimiento de que el tabaquismo es un problema de primera magnitud, si tan sólo dispusieran de la información pertinente. Como habéis dicho antes, si supiesen lo que sabemos nosotros porque lo hubiesen leído como lo leímos nosotros, las cosas cambiarían bastante. El tabaquismo tiene en la ignorancia su mejor aliada. No lo olvidéis.

Es imprescindible cierta labor de divulgación de contenidos de aspecto técnico, no sólo el destape de los trapos sucios de nuestro enemigo. En un votante bien informado, el problema del tabaquismo rivaliza en importancia con cualquier otro achacable a la gestión política como pueda ser el paro, la lucha antiterrorista o el precio de la vivienda. Por supuesto, hay que convencer a la población de que el problema es, ante todo, político. Ciertos políticos han de ser en general los culpables en primera instancia y sin disculpas. Con valentía y buena voluntad política esta lacra no nos afectaría. Dicho de otra manera, el tabaquismo ha de ser el resultado de la flaqueza moral de personas concretas en el poder o, añadiéndole audacia a la acusación, el producto de la corrupción de políticos con nombres. A estas personas habrá que buscarlas, señalarlas con el dedo y apartarlas del puesto que ocupen. Expresándonos con diplomacia, una acusación así no alarmará a la opinión pública, que en muchos casos creerá que era un secreto a voces. Pues es normal que exista una minoría oportunista que merezca ser perseguida, dados los nocivos efectos para la sociedad, consecuencia de un cuestionable proceder en el desempeño de sus funciones públicas.

PANEL 13

Ahora que lo dices, además, es algo inevitable que suceda algo así. Sólo es cuestión de tiempo. Sucederá algo parecido a lo que ha sucedido durante estos años con el secreto a voces que era la existencia de la corrupción urbanística. Actualmente ya no es secreto y no es ficción. Culpables concretos están siendo procesados. Ahora bien, esto no es posible hoy por hoy hasta que la sociedad no cobre conciencia sobre el problema; hasta que la sociedad no se de cuenta de que los intereses económicos generales no justifican el sacrificio, ni tan siquiera la merma, del bienestar y de la salud pública. Entre otras cosas, porque los intereses tabaqueros ni siquiera eran generales o comunes sino muy particulares. Resumiendo, hasta que no se considere el auspicio por parte de cargos públicos de los intereses tabaqueros como delito o inaceptable socialmente, pasará mucho tiempo.

PANEL 14

Me gustaría hacer hincapié en la necesidad de emplear una estrategia de aislamiento a la hora de tratar a la Industria Tabacalera. Recuerdo un artículo del que fuera alcalde de Madrid, Joaquín Leguina, titulado “Gordos, fumadores y otros proscritos”. Tenemos que dejarle claro al público que nuestro objetivo es sólo uno: acabar con el tabaquismo. Y que no hay ninguna intención ulterior. Han de saber que nuestra “manía” al tabaco no es extrapolable a otras áreas; que después del tabaco, no la vamos a tomar con el sector vinícola; después de los fumadores –contra quienes además no va la cosa- no vamos a perseguir luego a los obesos o a los homosexuales. Nuestro único interés será la lucha antitabaco y no perseguimos a nadie ni nos la damos de misioneros o salvadores.

Volvemos a lo mismo. Tenemos que hacerle saber a la gente lo indiscutible: el tabaco es prescindible para nuestra sociedad. Por otro lado se tiene que llegar al convencimiento de que es algo perjudica a todo el mundo y no beneficia más que a unos pocos que, además, no se van a morir de hambre por muy deprisa que acabemos con el cigarro. Por tanto, todo el mundo ha de sentirse perjudicado por este mal común. Los que no se sientan perjudicados directamente, al menos deberán reconocer su ineficiencia económica y el daño que causa a sus congéneres y a nuestra sociedad en general. Cualquiera que sea propietario de un negocio no directamente relacionado con la Industria Tabaquera, cualquier empresario que emplee o no a fumadores, ha de sentir que la Industria Tabaquera de manera directa o indirecta le endosa a su negocio los gastos que el humo del cigarro ocasiona.


DÍA ANTERIOR, DÍA 1, DÍA 2