martes, marzo 20, 2012

El Señor Adelson con su Eurovegas viene a robarnos y a reirse de nosotros

Hoy voy a hablar sobre el macrocomplejo de casinos popularmente conocido como Eurovegas, seguramente proyectado para el feudo de Esperanza Aguirre. Si el estado español asume sus pretensiones alterando nuestro ordenamiento jurídico por su capricho personal, estaremos ante una humillación histórica sin precedentes.

Hay que ser mezquino o ingénuo para creerse las promesas del Señor Adelson. No es de seres racionales pensar que este ricachón nos ofrece una ganga con el rollo de los 164000 empleos. A ver si alguien se cree que en su infinita bondad nos ha escogido a nosotros para instalar su putrefacto negocio en base a una cuestión de caridad. En realidad lo ha hecho porque cree que esto es el Norte de África, que nuestro sistema legal y nuestro estado de derecho son más débiles que los del resto de países de Europa y porque –y por desgracia tiene razón por lo que voy viendo- nuestros políticos son corruptibles a más no poder: se venden barato. Por eso ha venido a sacarle provecho a la debilidad moral de nuestros dirigentes, en situación tan desesperada frente a la crisis.

El Señor Adelson es como el mítico Rey Jerges tal y como se caracterizaba en la película “300”, que agasaja con mentiras y embelecos, y que soborna a traidores para pertrechar su dominio absoluto e incondicional. Así de cruel es la tutela que ofrece a los madrileños o catalanes; ya veremos quienes son más proclives al servilismo.

Si de esta manera prospera este paraíso para ludópatas, ello implicaría de facto necesariamente la pérdida de soberanía en el área donde se instale.

No exagero cuando hablo de pérdida de soberanía porque, para empezar, un cambio legislativo a gran escala es lo que exige este magnate del juego. Entre otras cosas, se adaptarían a su gusto en ese lugar la Ley de Inmigración, la Ley del Menor, leyes fiscales de primer orden y, como no, la Ley del Tabaco. En resumidas cuentas, exige explotar nuestra economía sin pagar nada a cambio por el momento; viene a hurtar la poca liquidez que nos queda.

Pero no queda ahí la cosa. Este tipo de negocios está ya en declive según la tendencia descrita en estudios estadísticos, pero si fracasa, el estado habrá firmado como avalista. Es decir, se supone que él pone el dinero en esta inversión de alto riesgo pero “La Banca siempre gana”. Pretende montar un paraíso fiscal en su provecho y encima que los españoles lo auspiciemos sacrificando nuestro dinero y nuestra dignidad. Además debemos recordar que la opinión pública ni demanda ni ve con buenos ojos la sumisión al Señor Adelson y, sin embargo, a Doña Esperanza Aguirre, se le ha metido en la cabeza hacer lo que haga falta para complacer a Su Señor sin importarle qué piensan los madrileños ni las voces discrepantes dentro de su propio partido. Eso sin hablar del rechazo en bloque y sin fisuras de toda la oposición al proyecto.

Pero vamos a hacer hincapié en el tema del tabaco, que es la exigencia número 1 para el Señor Adelson como buen fumador de puros que es.

En su extravagancia, quiere que en su principado no se aplique la prohibición de fumar en Eurovegas. Como ya sabemos lo que pasa con estas cosas, eso determinará que en la práctica, además, haya máquinas expendedoras por doquier y el tabaco de contrabando prolifere como la mala hierba.

Y no sería tan peligrosa la situación para nuestra causa si fuese posible acotar la liberalización del consumo y la venta de tabaco de forma que esta práctica se limitase exclusivamente a esa área, pero ya sabemos que eso es imposible. O se permite fumar en todo el territorio nacional o se prohíbe fumar en todo el territorio nacional.

Tal y como sugiere Xavier Sala i Martín, una intervención estatal favoreciendo a un negocio en particular en perjuicio del resto, crearía una atmósfera de competencia desleal jurídicamente inaceptable que, además, acabaría suponiendo un menoscabo en las arcas públicas debido a las demandas y ulteriores indemnizaciones a las que las administraciones tendrían que hacer frente si no permite fumar en el resto de bares y restaurantes de España. Por supuesto, a Adelson no le costarían un duro los pormenores de este conflicto porque, recordamos, el Estado sería su avalista.

Permitir el incumplimiento de la Ley del Tabaco es la aspiración principal de la compañía de Adelson, con seguridad fuertemente respaldada, y quizá financiada, por los intereses de la Industria Tabaquera.

Si desafortunadamente a nuestras administraciones se les ocurre atender a la exigencia de Adelson pero siguen multando a los bares y restaurantes colindantes que permitan fumar en su interior, estos se verán abocados al cierre por la huída de la clientela a locales de Eurovegas donde pueden fumar. Si, por otra parte, se hace la vista gorda con estos negocios, se producirá la reacción en cadena: se extenderá rápidamente el incumplimiento generalizado desde Eurovegas al resto de España.

En cuanto a los réditos en términos de creación de empleo, eso no puede producirse con el plan propuesto porque es a costa de los locales de ocio, restauración y salas de juego pequeñas que han de cerrar. Además no encaja en un escenario de crisis donde lo que hace falta es la producción de riqueza, y no la concentración de la poca que hay en una sola mano. El negocio del Señor Adelson no crea riqueza, dinero o empleo más allá de la inversión inicial que supone el montaje de las infraestructuras. Después, el dinero es concentrado en los ludópatas para ser desviado hasta los bolsillos del magnate. Es decir, a medio plazo, es una auténtica estafa. Todo esto sin contar con una realidad que por fortuna podría menguar el volumen de la estafa, y es que el juego en casinos, como he dicho antes, es un sector en decadente declive debido en parte al progreso social y a que ahora es el tiempo de las apuestas por Internet.

En conclusión, Eurovegas es un negocio inviable en sí. Y si es rentable para alguien, el marco socio-jurídico español no permite que pueda prosperar sin consecuencias desastrosas para la Administración o para terceros. Dado lo extraño de la situación, no me extrañaría que estuviésemos ante un gigantesco complot de la Industria Tabaquera que con una operación Caballo de Troya quiere procurar la vuelta del humo a los bares y restaurantes españoles, pues pocas otras explicaciones lógicas podemos hallar. Recemos para que nuestros gobernantes demuestren un mínimo de entereza.