viernes, marzo 20, 2009

Siempre es un placer infligir pérdidas

Ayer me encontré con alguien que quería conocer los detalles de uno de mis pasatiempos, pues le era difícil entender qué sacaba yo de eso. Eso, es una manera particular de dedicarme a la lucha antitabaco, pero a mi ritmo y a mi manera. Aunque no saco de ello una recompensa dineraria (todo lo contrario), sí puede decirse que derive un placer sádico por un lado y una satisfacción altruista por otro.

Mi actividad, en cierto modo, se asemeja a la de un “profesional liberal”, sólo que no cobro por ello pues mi objetivo no es ganar dinero, sino más bien ayudar a que otros lo pierdan. Dicho así, parecería que soy un hombre de mala fe o que soy tonto, porque es absurdo gastar el tiempo y el dinero en hacer que otros pierdan beneficios.

Pero digamos entonces que mi extraña actividad empresarial se asemeja más bien a la sugerida por el mito de Robin Hood; pues inflijo pérdidas en un rico y poderoso sector económico concreto para que una mayoría ajena restante se beneficie. Aunque el beneficio dinerario neto para esos terceros sea difícil de cuantificar, existe. Además, reconozco que para tan siquiera apreciar esos beneficios tan intangibles y abstractos de los que hablo (no tanto las pérdidas, para mi satisfacción) hay que recurrir a la perspectiva global e integradora que nos ofrece la aún difusa noción de economía social.

Le expliqué esta persona que, entre otras cosas, me dedico a colaborar con entidades, organizaciones y particulares que se dedican con entusiasmo a la lucha antitabaco y que siento satisfacción y orgullo por haber conseguido ocasionar pérdidas a la Industria Tabaquera porque, si mi obra ha contribuido de alguna manera por ejemplo a establecer la prohibición de fumar en un local hostelero y, como consecuencia de ello alguien ha fumado menos de lo que lo habría hecho sin esa prohibición, eso supone para mí una recompensa infinita. Es decir, ocasionar pérdidas al conseguir que se vendan menos cigarrillos gracias a mi intervención indirecta. Y si, en ese sentido, resulta que no he conseguido nada significativo aún, al menos habrá sido un honor contribuir al aporte de una retórica propia al futuro movimiento antitabaco en España; gracias a todo lo que he ido relatando sobre mis infructuosos intentos durante estos años de oprobio.

1 comentario:

camino. dijo...

a esta persona q encontraste "ayer" le pasó exactamente igual que a mí. se quedaría "pasmada" ante su ignorancia de todo este "movimiento" y de q existiese gente como tú. y sobretodo, de q precisamente tú "escondieses" bajo tu "capa superficial" ese "pasatiempo" tan poco usual..pero si con todo lo q haces al menos consigues mover aunq sólo sea un gramito de arena en el océano... poco a poco el mar desaparecerá...no totalmente, pero lograrás secar algunos mares, ríos, lagunas.