domingo, septiembre 13, 2009

Actualidad informativa

Empezamos con los actos de vandalismo que tuvieron lugar en los botellones de las fiestas de Pozuelo de Alarcón.

Cómo siempre, muchos estarán ahí para decir lo mal que está intervenir en el libre albedrío y privar a nuestros menores de su libertad de congregación y de su libertad de expresión. Claro, y los demás, que nos fastidiemos. Menos mal que esta vez se ha actuado en consecuencia aplicando la mano de santo en forma de presencia policial. Así, estuvieron todos los vecinos mucho más contentos y tranquilos ayer por la noche. Con una sensación de tranquilidad, paz y seguridad que no viene mal de vez en cuando. A ver si con esto del incumplimiento de las leyes del tabaco alguien cae en la cuenta y se le ocurre una solución parecida al respecto. Todo radica en lo mismo tanto para el caso del botellón como para el caso del tabaco: en la sensación de impunidad por parte de los infractores.

También se habla estos días sobre cómo impedir que nuestros niños y adolescentes accedan a contenidos inadecuados a través de las redes informáticas. Parece que no se ponen muy de acuerdo sobre cómo restringir el acceso de los menores a las redes sociales y a qué edades.

Efectivamente, un ordenador conectado a Internet es una cosa muy seria. Puede ser una herramienta de estudio y aprendizaje excelente, un arma poderosa o una trampa mortal. Su buen y saludable uso dependerá de la responsabilidad del menor. Pero hay que tener en cuenta que a un menor no se le puede exigir mucha responsabilidad. La responsabilidad es mayormente nuestra, de los padres y de los profesores. No pasa nada si se limita severamente el uso de los ordenadores hasta la mayoría de edad. Para quien se queje de las dificultades técnicas, diré que al menos habrá que intentarlo.

En cuanto al objetivo del gobierno de proporcionar un portátil a cada alumno yo diría que no hay que exagerar, que tampoco estamos en el 2058 y que, efectivamente, eso dificultará la discriminación de usos de la que estamos hablando en los ordenadores de nuestros pupilos. Creo que los métodos espartanos de toda la vida son necesarios a edades tempranas porque contribuyen a un mejor acercamiento comunicativo con el profesor. La relación cara a cara entre el profesor que imparte y el alumno que atiende es fundamental a la hora de inculcar un mínimo de disciplina. Lo de tener el portátil sobre el pupitre debe esperar hasta la mayoría de edad o hasta los 16, francamente.

Barrack Obama quiere destapar la Caja de Pandora. Aboga por la creación de un sistema sanitario público que cubra a los americanos que no pueden costearse su seguro médico privado. Ya que 1 de cada 5 puede morirse en una acera pública si no dispone de cobertura privada en regla, y así lo ha propuesto al congreso. Por supuesto, se opone el Partido Republicano casi en bloque al igual que un tercio de los demócratas (cuestión impensable en nuestra dictadura de partidos). Pero no son el problema principal los congresistas que se oponen. Con una sucesión de alusiones al orgullo patriota recabará los apoyos suficientes dentro del Congreso. La más dura de las batallas se librara en los alrededores del Congreso. Allí los Lobbies ejercerán una presión brutal de la que no será fácil zafarse. Muchos pensarán que esa oposición a la instauración de una sanidad pública será encabezada por las farmacéuticas y las compañías de seguros médicos privados. No creo que sea tan sencillo: todas ellas serán tuteladas por la Industria Tabaquera. Pues es la mayor perjudicataria de la futura situación. A Ella no le conviene un sistema sanitario público porque así, definitivamente, los diferentes estados le repercutirán los gastos sanitarios que origina el consumo de tabaco a todos los niveles dentro de sus fronteras. No les será fácil a los beneficiarios del vicio reestructurar su mercado para compensar las pérdidas. Retrasarán todo lo que puedan la instauración de la sanidad pública. La presión, como siempre, será brutal. Prácticamente les va la vida en ello.

1 comentario:

Alvaro Moreno dijo...

Sobre el tema de internet, menores y redes sociales tengo mi propia opinión. No se trata de legislar sobre el asunto, sino de apelar a la responsabilidad de los padres.

Dejar a un menor solo, enganchado a la red, es como dejarle conducir un coche sin carné. Si el ordenador está en el salón, a la vista de todos, los menores consumirían menos pornografía y los padres tendrían mas control sobre con quien se relacionan en las distintas redes sociales. Pero claro, si el chaval está en su habitación, no molesta.

Así nos va.