sábado, junio 05, 2010

Multas ya

En CNN+ acaban de dar a conocer ciertas realidades de corte estadístico. Hablaban de la tasa de fumadores según los oficios. Según dicen, el porcentaje de adictos más alto lo lleva el tajo, el trabajo en la construcción. En segundo lugar sigue, cómo no, los trabajadores de la hostelería. Un gremio destacado en este estudio lo constituyen los médicos (un sorprendente 40% de adictos).

Esto viene a corroborar algunas cosas. Lo primero, en relación a los albañiles, es que se confirma que la epidemia de tabaquismo en España se halla actualmente fuera de control. Lo segundo, a propósito de los camareros y trabajadores del ocio nocturno, viene a decirnos que el tabaquismo pasivo parece que acaba llamando al tabaquismo activo, es decir, el humo de tabaco ambiental, quizá por algún milagro en su formulación química, provoca adicción y los fumadores pasivos corremos el riesgo de caer presas del cigarrillo sin que nadie se responsabilice de las consecuencias. En cuanto a los 4 de cada 10 médicos que fuman esto viene a demostrar con números irrefutables que la solución a la enfermedad no es un asunto sanitario, sino policial; que la única manera de conseguir que la gente lo deje no es ni enseñando ni sensibilizando sino multando.

Esto, no lo digo yo. Esto es una lectura hecha a partir de los últimos estudios sobre neuro-marketing, que nos ponen sobre la mesa datos tan llamativos como que las imágenes de cánceres de pulmón en las cajetillas no valen para nada. Sino que es un estímulo más que le recordará al fumador el placer de las caladas que le daba al cigarro mientras leía las leyendas fúnebres y se recreaba en las imágenes de pulmones y bocas destrozadas. Otra cosa sería, según las teorías básicas sobre el condicionamiento, que cada vez que alguien fuma donde no debe, eso le supusiese un problema, un displacer. Si cada vez que fuese a echar mano del cigarrillo, ese acto le recordase las nauseas que sufrió la última vez que fue multado, ya empezaríamos a ir por buen camino. Con esa estrategia cuya efectividad nos la aseguraría el mismísimo Paulov, empezaríamos a entendernos porque estaremos aplicando la lógica y dejándonos de estupideces.

1 comentario:

Toni dijo...

Si es que está claro. Lo mismo que levantamos el pié del acelerador cuando nos acordamos del radar y de los 600€ de multa.