martes, octubre 19, 2010

Cosas que no me gustan de la reforma

En espera de ver lo que termina de decir el Senado, parece que la Ley ya se ha acabado de perfilar. Pero hay cosas que no se comprenden desde el sentido práctico y la eficacia. No se han terminado de tapar unos agujeros que pueden volver a destruir la Ley. El primero es el básico y principal: ¿qué pinta la Inspección de Sanidad en todo esto?. Hay que implicar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; hay que multar porque si no, esto pasa de ser una ley a ser una recomendación.

Luego están los club de fumadores. Está muy bien que los definan pero, ¿y si fuesen muy demandados? No habría forma legal de evitar un escenario que, aunque teórico, es posible. Por eso yo ya dí una solución para evitar su proliferación.. Hablo de establecer numerus clausus, en base a baremos poblacionales.

Luego está el desarrollo normativo por las CCAA. Si no se concretan medios y plazos volvemos a lo que dije arriba: a una recomendación. Cada comunidad autónoma marcará su propio ritmo y se tomara su tiempo; más vacatio legis de facto y a incumplir mientras tanto.

Sobre la ampliación de los puntos de venta mejor no hablar. Sólo recordaré que seguimos llevando a cabo políticas contradictorias en este ámbito. No se puede comprar más tabaco y fumar menos simultáneamente. O le hacemos un feo al Ministerio de Sanidad o al de Hacienda. Hay que elegir.

También está el tema de la concienciación. Ya podía el Gobierno emitir campañas antes del 2 de Enero para que la gente se vaya haciendo a la idea. Hay que atacar también el prestigio social del tabaco. La población está ya preparada para eso y más (si el Ministerio de Hacienda lo permite). Ya están tardando y no vendría mal para contrarrestar el fallido tratamiento informativo de la noticia. Estoy harto de escuchar en la televisión un tono poco serio, en clave de humor, a la hora de decir "dónde no va usted a poder fumar".

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