martes, septiembre 28, 2010

Ya es necesaria un política de choque

Si un tan sonado porcentaje del dinero recaudado en impuestos por la venta de labores del tabaco va destinado a la prevención, qué menos que una pequeña partida de ese dinero vaya destinada a sufragar campañas de concienciación.

Se supone que el dinero destinado al efecto podría venir además desde otra vía: lo recaudado por las multas impuestas en aplicación de la Ley 28/05. Pero curiosamente, y a pesar de las terribles necesidades recaudatorias, parece evidente que por este medio no se ha conseguido reunir un duro. Si se hubiesen llevado a efecto los cobros derivados de todas y cada una de las infracciones de las leyes del tabaco avistadas en este país, a lo mejor el Estado disfrutaría de un asombroso superávit.

Pero de todas maneras, no me creo yo que la ausencia de campañas antitabaco en televisión se deba el rollo de que “no hay dinero”. Eso es mentira porque la confección de esas piezas audiovisuales y el pago de derechos de difusión para ese fin no costarían tanto; lo que ocurre es que, deliberadamente, deben de haberse dado órdenes de retirar unas campañas antitabaco que ya estaban diseñadas, materializadas y cuyos periodos de emisión en TV ya estaban acordados. Si pensamos que la difusión de esas campañas por TV fue interrumpida de manera abrupta, no mucho después de que entrase en vigor la ley, no existe otra causa que explique el agravio comparativo al comprobar la amplia difusión que se les concede a las intensas campañas de concienciación de la DGA.

¿Y de las multas? mejor no hablar. Para el caso de las infracciones de tráfico sí que se esmera sin pudor Estado “persiguiendo” a conductores que van borrachos o sin carné. Muestra de ello, por poner un ejemplo, son los alrededor de 3200 expedientes de penas de trabajo en beneficio de la comunidad que, a fecha de hoy y sólo en la provincia de Almería, permanecen abiertos. Ni que decir tiene que estas penas llevan aparejadas multas de cuantías desorbitadas.

Como resultado del fervor con el que la DGA ha llevado a cabo esta política de reducción de las “tasas de siniestralidad en accidentes de tráfico”, el Ministerio se autofelicita cada dos por tres declarando que la cosa funciona, demostrando con cifras que hay menos accidentes y menos muertos en las carreteras que el año anterior.

Sobre el control del tabaquismo es ridículo recordar que no se puede decir lo mismo. Primero porque no se han reducido las tasas de incidencia en ningún frente -no precisamente-, y segundo porque a Zapatero no le da la real gana activar los mecanismos para que ello suceda. De lo único que puede presumir Gobierno al respecto es de los datos ofrecidos por el Comisionado para el Mercado de Tabacos, que certifican la “buena salud” del negocio tabaquero. Ante el incesante incremento de las ventas de unidades de cigarrillos año tras año, lo único que le queda al Gobierno es convencernos de que la mitad de ese tabaco lo compran turistas que vienen de paso específicamente a eso y que, la otra mitad restante, sí la compran españoles pero que no se lo fuman, que lo fuman muy poco porque lo usan para decorar las vitrinas de su salón.

Y todo esto pone de manifiesto que nuestros políticos se han puesto una venda en los ojos ante la tragedia. Estos no quieren reconocer un hecho incuestionable fácilmente perceptible a ojos de cualquier observador externo: la epidemia de tabaquismo en España está fuera de control. Dolorosamente, entre mujeres jóvenes y de mediana edad, así como en adolescentes en general, tenemos unos porcentajes de incidencia que podrían superar el 50%. Es una sección al completo de la sociedad que en un futuro sufrirá secuelas por ello.

En este escenario, no cabe la parsimonia y la tranquilidad a la hora de volver a confeccionar una “ley tolerante”. La política que hay que aplicar es de choque. Entendemos que ello ha de implicar campañas de concienciación agresivas y la imposición efectiva de multas; la misma filosofía de actuación que la empleada para el caso de los accidentes de tráfico. Por cierto, el único tipo de accidentes de tráfico que no puede haber disminuido mucho es aquel que se produce por efecto de la distracción cuando se fuma al volante...

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