domingo, noviembre 13, 2011

La adicción de Rajoy

Un periodista tiene la inoportuna idea de preguntarle a Rajoy si cambiará la Ley, y claro, la lía parda. Eso es un asunto muy delicado ya que la nueva conciencia aún está en fase de consolidación. El candidato por el Partido Popular, como buen fumador de puros que es, barre para su casa y piensa, ¿qué es lo que a mi me gustaría? y se responde así mismo: "si a mi me gusta el humo de los puros, el humo de los puros le gusta al resto de la humanidad".

Y así fue como contestó. Pensó que era verdad lo que decían la FEHR y el Club más Tolerante de toda España, que la reforma 42/2010 no la había demandado la sociedad. Poco después todos pudimos comprobar que las cosas habían cambiado y la reforma terminó siendo un éxito ante su incredulidad (a decir verdad quizá una de las poquísimas cosas que no ha hecho mal el PSOE). Pero Rajoy, como buen conservadurista, no ha cambiado; sigue siendo un adicto a los vicios de los que antes adolecía.

Y no es sólo que sea un adicto a la nicotina, con lo cual, desde mi punto de vista ya queda totalmente inutilizado para ejercer cualquier tipo de cargo público; sino que además es un ignorante con respecto a este tema y no sé si sus asesores conseguirán sacarlo de su error intelectual. La experiencia me demuestra que la insensatez de un adicto a la nicotina no conoce límites.

Aunque es poco probable, cabe alguna posibilidad de que una cabezonería por parte de este señor de pocas miras pueda dar al traste con los avances en lucha antitabaco habidos en las últimas tres décadas en España, porque este señor quiere seguir fumando en los bares incordiando con el asqueroso humo de su puro y sentirse acompañado durante sus gamberradas. Como la experiencia me demuestra que los intereses personales son muy puñeteros para estas cosas, pues yo no me fio, y como no me fio, no quiero que recaiga sobre mi conciencia el error de haber votado a un carca ignorante que parece salido de la decadencia decimonónica, como si de un castellano viejo si tratase.

En fin, que como la economía va ir igual de mal con este señor que con el anterior, al menos en cuanto a las intenciones en temas de moralidad, principios y progreso social van a seguir siendo más de mi gusto las del PSOE o las de cualquier partido de izquierdas. Pero todo eso me da un poco igual porque yo, si no hubiese dicho nada Rajoy respecto al tema, sencillamente no me habría molestado en ir a votar y punto. Pero siendo así, voy a votar a lo que más le pueda molestar (ya veré) y, además estoy tratando de convencer a mis compañeros de causa, familiares y otros de mi círculo de amistades para no lo voten. Mi aportación será escasa; es posible que no evite la mayoría absoluta de Rajoy pero al menos le quitaré unas pocas decenas de votos y, aunque sean una veintena, con esos, que ya no cuente.

No hay comentarios: