martes, septiembre 11, 2007

La Guardia Civil, herida por Pere Navarro


Hoy he dado con esta curiosa noticia. Pere Navarro, quien está al frente de la DGT, le ha dado un tirón de orejas a la benemérita. Se le ha ocurrido una atrevida forma de echar balones fuera. Sugiere que la benemérita es una vaga y una incompetente, que no tiene el suficiente valor para multar todo lo que podría. Y que si las cifras de muertos, a final de año, superan a las del anterior, eso no será porque el carné socialista por puntos haya fallado. Por favor.

Lo dicho por Pere Navarro debe ser considerado un síntoma revelador de un problema generalizado común a casi todos los trabajadores del sector público. Es posible que los agentes de tráfico cobren poco; al menos esos son los argumentos que ellos mismos esgrimen como justificante, además del de la recurrente falta de efectivos. Entonces, quizá tengamos que aplicar en ese aspecto tácticas más “motivadoras”. Si el escaso número de agentes no justifica el aún más escaso número de multas, hay un serio problema de rendimiento. Pretender que todo un colectivo mejore su rendimiento por una cuestión de obediencia debida al socialismo, quizá sea demasiado estalinista para el gusto de muchos.

El hecho es que llevamos décadas en España quejándonos de lo poco rentables que son nuestros funcionarios en su conjunto. Y en numerosas ocasiones se ha considerado la posibilidad de cambiar el sistema retributivo de los funcionarios y otros trabajadores del sector público. Sin embargo, nunca se ha hecho nada. Siempre se ha considerado más cómodo y prudente complacerlos y no incomodarlos. Falta de valor y cuestiones electoralistas, como siempre, han tenido que ver.

No digo que sea buena idea que los agentes de tráfico se lleven comisión por cada multa que pongan, o deban cubrir un mínimo de denuncias interpuepuestas a final de mes para cobrar el plus de productividad. Pero sí se podría llevar a cabo una solución intermedia; quién sabe. Es cuestión de llevar la iniciativa y echarle imaginación. Los resultados serían beneficiosos siempre para el interés general, independientemente de consideraciones políticas.

Hablo de todo esto con la excusa de establecer una rebuscada analogía entre el carné por puntos y la ley antitabaco. Es como si me pareciese que las dos fracasadas leyes -ninguna cumple con éxito sus objetivos-, tuviesen un punto en común. Ni la ley antitabaco ha reducido significativamente el número de fumadores, ni el carné por puntos los accidentes. Pero en otro aspecto son muy diferentes.

La diferencia radica en que Pere Navarro pide que se multe más y Bernat Soria no. Es decir, sospecho que los inspectores de sanidad podrían espabilar un poco más. En definitiva, me parecería justo que si los agentes de tráfico se han llevado una regañina por no hacer una cosa, los inspectores de sanidad se llevasen una bronca por la misma razón, habida cuenta de lo escandaloso de las cifras netas de multas, así como de la ratio de inspectores en proporción a las inspecciones llevadas a cabo en locales que incumplen las leyes del tabaco.

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