viernes, septiembre 07, 2007

Tertuliano ignorante en “La Mirada Crítica”

La Mirada Crítica es un programa de debates de Tele5 que se emite por las mañanas. Suele ser interesante y es un buen referente para entender los entresijos del politiqueo de tres al cuarto que “padecemos” en España.

Ahora mismo resulta especialmente entretenido por aquello de la “precampaña”. Esta es la época en la que los noticiarios resultan más divertidos. Las posibilidades de reír a carcajadas repuntan por estas fechas gracias a nuestros simpáticos dirigentes, que pierden los nervios e improvisan con tanta torpeza que se les termina pillando en mentiras irrisorias.

Se unen muchos factores que provocan la risa en el espectador. Así por ejemplo, vemos como este inicio de la precampaña viene a coincidir con el preocupante asunto de la desaceleración económica, de la crisis hipotecaria, de la pérdida de confianza del consumidor, del aumento del paro etc. En resumidas cuentas, consecuencias lógicas del sistema y comunes a todas las economías de occidente. Sólo que, en España, los problemas los acentúa la mala gestión de nuestros mercachifles, por su falta de previsión, por su miedo a la contundencia en la aplicación de remedios, por sus recatos a la hora de decepcionar al primo o al amigo etc.

Realmente no hacen nada. Ni la política económica que llevaba a cabo el PP, ni la que lleva el PSOE difieren. Digo lo de “llevar” por no decir “poner en práctica”, ya que eso no se hace nunca aquí, o al menos no le corresponde a los ministerios competentes. En realidad no se toman medidas significativas en ningún sentido. Son políticas de continuidad y da igual quien esté en el poder pues el objetivo no es resolver problemas sino beneficiarse de ellos; para arreglarlos está la casualidad o el destino. De hecho, es probable que tampoco cambiasen las cosas si gobernase cualquier otro partido minoritario. Se saldría del paso y se capearían los problemas pero no se solucionarían. La inercia histórica y el libre albedrío parece que es lo que rige nuestro sistema; no las iniciativas de los políticos quienes parecen estar sujetos a las programaciones sociales como cualquier otro pelele. Es como si viviésemos en un estado liberal de facto, pero no el ideal soñado por los primeros teóricos del liberalismo, sino el del desorden, el del descontrol y la corrupción.

En referencia a los pesimistas datos económicos en los últimos meses, el pasado día 5 de Septiembre, cada aspirante dejó clara su lectura en los diversos medios.

El PP dice que sí, que se está cumpliendo la profecía que ya auguró tras el 11 M, que todo es indicativo de que se avecina una crisis tremenda por culpa de la gestión socialista. Aseguran que si hasta ahora no había habido indicios de que se produjese, eso ha sido porque el PSOE ha tardado más de tres años en desbaratar el modelo económico tan sólidamente construido por el PP.

El PSOE, por su parte, dice que de eso nada. Que todo esto es algo pasajero, coyuntural, que no es indicativo de crisis sino de un leve reajuste y que no tiene nada que ver con su gestión. Achaca la coyuntura, claro, a imprevistos de “fuerza mayor” con argumentos peregrinos. En la emisión del programa del día 5, yo destacaría las palabras del Secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado para justificar el aumento del paro durante estos últimos meses en la hostelería, en las que señala a la climatología como la culpable. Y eso después de que el Ministerio de Sanidad acuse al calor de muertes por deshidratación y lleve a cabo su concienzuda campaña para mitigar sus efectos (léase el final del artículo anterior).

En este punto, los tertulianos, pasan al análisis del problema hostelero. Entonces uno de los tertulianos, consciente de que no es el mal tiempo el que ahuyenta a los turistas, le empieza a echar la culpa al gobierno. Demuestra ser uno más de esos neoconistas a los que los argumentos de la Industria Tabaquera han convencido. Dando por sentado que la construcción y el turismo son los dos grandes pilares sobre los que se apoya y se apoyará, per secula seculorum, la economía española, dice a toda prisa las cosas que debe hacer el gobierno para favorecer el turismo y el sector de la hostelería.

Naturalmente, como mi memoria es selectiva, sólo recuerdo lo que dijo sobre lo que no debe hacer. Lo cual quedó artificialmente destacado por la saña e ironía con la que lo balbuceó en relación a las medidas que se pueden tomar para atraer al turista europeo y salvar así de la crisis al sector. Cito más o menos textualmente: “(…) Lo que no se puede hacer es que el gobierno se empeñe en decir “mire usted no fume aquí, no beba…”; porque aquí el turista a lo que viene es a divertirse (…).

Esa demagogia es lo que más contrariado me dejó. No por lo dicho y las maneras de decirlo; sino porque fue un periodista y no un político el que lo hizo. Yo, a pesar de haber intercambiado impresiones sobre este asunto con italianos, franceses e ingleses, no recuerdo que ninguno de ellos fumase compulsivamente o que me dijese que no iba a España de vacaciones porque no le dejaban fumar y beber. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? Parece como si la motivación principal del turista sea fumar y beber; como si España no tuviese nada más que ofrecer al turista europeo; como si el 100% de ese turismo, o fumase, o fuese perteneciese a la "nobleza" tolerante con el tabaco.

Muchos extranjeros se quejan de que en España no se respeta al fumador pasivo, pero ningún fumador europeo dice sentirse perseguido en España, ni asegura que prefiere ir a otro sitio caribeño porque le dejan fumar por doquier. El permitir fumar en más sitios no favorece a los intereses hosteleros; sino a los tabaqueros. Ya se ha visto en Irlanda y, es más, si la gente no puede gastar tanto tiempo y dinero en fumar, lo hará en auténticos servicios hosteleros. Es una cuestión de lógica.

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