martes, octubre 02, 2007

El Rey fumador y su “Fortuna”, embajadores de la Industria Tabaquera


Tras la polémica suscitada a raíz de la quema de un retrato, el Rey finalmente ha hablado. Ha tratado de convencernos de su valía, tan despreciada últimamente. Nos ha recordado que la monarquía (Él), es símbolo y garante de los valores democráticos y de la estabilidad del estado de derecho.

Efectivamente nos lo ha recordado, porque eso ya pasó a la historia. En verdad me parece un patético ejercicio de chantaje emocional por su parte, aunque bastante comprensible dadas las circunstancias. La Monarquía Española ha caído en el anacronismo, y si no lo ha hecho en el olvido es gracias a la prensa rosa; nada más.

Hay ciertas tradiciones que merecen la pena ser conservadas cuando son compatibles con el progreso. Cuando no, no.

Por fortuna, hoy en día las monarquías occidentales juegan un papel meramente protocolario en lo que a gobierno y gestión pública atañe. El problema es que en algunos casos los monarcas no llevan con dignidad esa labor. Era de esperar que sus funciones de protocolo implicasen cierta virtud, como ha de ser el caso cuando por una cuestión de repercusión mediática se tiene -se ostenta- una responsabilidad de alcance público.

Tradicionalmente, los beneficios de la venta de tabaco han sido un derecho Real. Aquí se puede ver algo de historia al respecto. Durante la dictadura y hasta los inicios de la democracia, el monopolio estatal continuó. Luego llegaron las privatizaciones, de tal manera que Telefónica y Tabacalera Española fueron cambiando su estatus poco a poco. Aún hoy la desvinculación no es, ni mucho menos, total para el caso de los restos de Tabacalera (Altadís). El divorcio entre Estado Español y la Industria Tabaquera es sólo aparente; la relación entre ella y el Rey es íntima.

Los derechos de pernada tabaqueros sobre los pulmones de la gente son, al igual que el título de Rey, poco menos que un derecho dinástico heredado merced a la tradición ajena.

Un no-fumador debe considerar inadecuado que quien ostenta el cargo de representación del país en actos protocolarios sea fumador. Tampoco se entiende que tanto el Presidente del Gobierno como el portavoz de la oposición sean fumadores, con lo que es imposible que nuestros derechos sean garantizados de manera objetiva, votemos a quien votemos.

No me quejo por el hecho de que sean fumadores, sino porque actúan como tales. En lugar de publicitar el vicio como si esto fuese Mónaco, el Rey se haría merecido acreedor de su título si enajenase su yate “Fortuna”, o por lo menos lo rebautizase con otro nombre más serio; sabido que el tabaco está mermando la salud biológica y social de sus súbditos, debería pedir disculpas en nombre del Estado y la Corona. Para compensar los errores del pasado, en su tradicional mensaje navideño no estaría de más que dedicase un espacio a la concienciación sobre el problema del tabaquismo en España deseándonos un 2008 sin tabaco. Así mataría dos pájaros de un tiro: por un lado se redimiría y por otro cumpliría con una labor social pasando a ser un elemento realmente útil para la sociedad, que no sólo un despilfarro presupuestario.

Mientras tanto me da igual que republicanos y catalanistas lo abucheen y lo cuestionen. Se lo merece por inútil y mercachifle y me alegro si eso de ponerse a la defensiva hablando de respeto, tolerancia y otras estupideces no le sirve de nada. En cuanto a nuestra particular pega, resulta evidente que detrás de su desvirtuada persona no se vislumbra una actitud favorable a nuestros intereses. Tal y como están las cosas, un no-fumador no puede declararse monárquico.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo ultimo que me faltaba por leer. Por que alguien fuma para ti no es persona eso es discriminacion, los fumadores valen igual que cualquier persona. no seas fascista que eres peor que Hitler.

KOSTOBLOGOF dijo...

Vaya, Edglaf, me sorprende, no tanto que tengas un comentario de "Anónimo", como que le des el visto bueno y lo muestres. A mí también me llega alguna vez alguna frasecilla cojonera a mi blog. Todos estos tabaquistas de la web no tienen más que hacer que gastar su tiempo en ir dejando comentarios. ¿Cómo los llamaron en el foro una vez? Sí, Trolls.

Iracundo dijo...

Bah! No tengo ningún tipo de filtro de esos activados, ni de previa aprobación ni nada porque me da pereza configurarlos y luego revisar los mensajes que me pudiesen llegar. Tampoco se suelen molestar mucho los tabaquistas en escribir cosas como esta. Sinceramente creo que este es el comentario menos elaborado que me han puesto hasta el momento.