domingo, mayo 03, 2009

Reformas estructurales

Hace unos días entrevistan a Octavio Granado (Secretario de Estado de Seguridad Social) en CNN+ en relación al monotema que copa la actualidad de fondo: la crisis.

Pues bien, resulta que en su discurso viene a reconocer que la Sanidad Pública es un agujero sin fondo en lo relativo al gasto o, como él dice, la sanidad es siempre un sector deficitario, en el que siempre se gasta más de lo que recibe. Por todo ello, señala que tanto el sistema al completo de la Seguridad Social como el sanitario público en especial, necesitarán profundas reformas estructurales.

Escuchado así, parece normal que sea un sector deficitario, -de hecho lo es-. También lo parece por ejemplo el sistema penitenciario. Claro, la gente enferma y delinque mucho y el dinero empleado para lidiar con todo eso ni genera beneficios directos ni suele dar lugar a reinversiones.

Pero no se trata tanto de averiguar hasta qué punto es la Sanidad Pública tan costosa como de ahondar en el factor que determina ese coste extra: el gasto imputable a los costosos tratamientos de enfermedades derivadas del exageradísimo consumo de tabaco en España. Claro, ahí las pérdidas los gestores de nuestro estado no las notan porque son públicas pero sí parece que consideran más ventajosos los beneficios privados que reporta el consumo de labores del tabaco. ¿Para quién es rentable? Porque ¿quién va a creerse a estas alturas que en términos netos existen esos beneficios públicos?

Yo por mi parte, como administrado y potencial beneficiario de la sanidad pública, no estoy dispuesto a reconocer que me aprovecho de esos beneficios. Me alegro de que ese beneficio no sea público porque así no me veo inmerso en un dilema moral. Eso es cosa de los políticos que manejan el cotarro y van de perdonavidas. Ellos son los que necesitan ir al confesionario. No pretendáis hacernos creer que la conciencia de los que no fuman merece estar sucia aunque sólo sea por humildad o compasión, cínicos.

No hay comentarios: