sábado, julio 10, 2010

El PNF y el borrador II

Desde el PNF advertimos de que el tabaco está lastrando la recuperación económica

Nuestro partido no ve ningún avance prometedor en el borrador de la ley. Este se limita a ampliar la prohibición general de fumar en los bares, restaurantes pero ya está. Además, no se retracta de las concesiones ofrecidas a la Industria Tabaquera en lo relativo a la venta, que de todas maneras lleva 2 años consecutivos batiendo records de beneficios, seguramente en proporción al incremento del número de parados.

Consideramos que no se han abordado aspectos que son decisivos para considerar si la reforma vale la pena o no. Nos referimos a las competencias sancionadoras; quién y cómo va a imponer las multas, además de la dotación de medios asignada para tal fin. Esto es un punto vital cuya omisión no nos parece casual y exigimos su abordaje de manera inmediata puesto que, recordemos, el fracaso de la ley anterior ha venido determinado por la falta claridad en este punto del texto. Como resultado, a fecha de hoy, el Gobierno y todas las administraciones se niegan cobardemente a multar bajo el paraguas de una pretendida confusión legal.

Por eso, proponemos la encomienda de la acción coercitiva a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado así como a las policías locales y autonómicas. Es absurdo llevar a cabo complejísimos trámites para conjeturar sobre si se fuma o no en una estancia. Las multas han de imponerse ipso facto, igual que las de tráfico. También está fuera de lugar que no se haga uso de la tecnología, (medidores de nicotina en el ambiente, detectores de humo etc.) para la comprobación fáctica de la infracción tanto in situ como a posteriori. Insistimos, fumar donde está prohibido no es un asunto sanitario sino policial; así lo es en todos los países salvo aquí. Corrijamos ese despiste y no sobrecarguemos con burocracia inútil al Departamento de Sanidad.

Es un hecho que los países de la Unión Europea con más alta tasa de tabaquismo son, y por este orden: Grecia, España y Portugal. No sabemos si es casualidad o causalidad pero no es un dato agradable. Reconozcamos de una vez que sólo el gasto sanitario anual que ocasiona el tabaco asciende a casi 6000 millones de euros, mientras el gasto social es incalculable, ¿o es que nadie piensa en las consecuencias que puede tener el tabaquismo en la productividad de nuestros trabajadores?. Debido a sus consecuencias perdemos entorno a un 3% anual del PIB.

Creemos que la reducción de las tasas de tabaquismo debería constituir el eje central de cualquier plan de austeridad. De haberlo hecho antes quizá nos habríamos ahorrado la embarazosa tarea de reducirles el 5% de sus sueldos a los funcionarios y eliminar partidas presupuestarias destinadas al gasto social. Nos gustaría saber si el Señor Rodríguez Zapatero estima más conveniente que sea Europa la que nos obligue a tomar estas medidas por las malas, como parece que va a ser costumbre a partir de ahora.

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