jueves, agosto 19, 2010

Nick Clegg and I

Es sus primeras palabras como primer ministro británico David Cameron dijo: "Nick Clegg and I are political leaders who want to put aside party differences and work hard for the common good and national interest."

Sí, tras unas reñidas elecciones David Cameron y Nick Clegg tuvieron que formar un insólito gobierno de coalición pero, algo que en España sería impensable, allí daba igual. En el Reino Unido se asumió con total naturalidad. Pero no sólo eso, sino que además iban en serio. Aquí, unos pocos que no nos autocomplacemos con facilidad, solamente pudimos sentir envidia. Y así se sucede la vida política en el Reino Unido, con la batuta de la eficiencia ideal en la gestión del interés de los votantes, en un sistema donde los partidos políticos tienen su razón de ser en base al auténtico fin de las democracias; en un sistema donde los partidos son sólo un medio, y no un fin. En esa isla la forma de gobierno no es una partitocracia frustrada como aquí; no es una partitocracia.

En un escenario así, es fácil que un gobierno se decida a coger el toro por los cuernos cuando hace falta. Como parte de su receta del nuevo plan de austeridad y recaudación adaptado a la crisis, David Cameron y Nick Clegg proponen una estrategia valiente -temeraria en España-.

Quieren premiar con un 5% de las multas impuestas a quienes denuncien a sus vecinos por engañar al fisco. Así tendría que ser aquí en España, para que la gente no mirase tanto para otro lado y dejase de llamar chivato y de criticar al que supuestamente se mete donde no le llaman, es decir, con quien causa perjuicio a los intereses de la comunidad con sus infracciones. Complacencias y frivolidades nos sobran. Por tanto, una estrategia así sería la más oportuna para combatir las infracciones de las leyes del tabaco, por ejemplo, en España. Es sólo cuestión de querer hacerlo. Por cierto, si por cada una de las multas impuestas a raíz de mis denuncias me entregasen un 5% de su cuantía me habría hecho rico. Pero esto es una hipótesis sobre hipótesis porque, si esas mismas administraciones hubiesen cobrado todas las multas impuestas también estarían adineradas a estas alturas. Si además hubiesen multado -y cobrado las multas- la mitad de estas conductas infractoras que se producen todos los años en el país, sencillamente tendrían un inmenso superavit sin necesidad de incentivar a nadie con un 5% de las cuantías recaudadas. Pero es que no hacen ni una cosa, ni la otra, ni la otra. Sólo practican la inacción.

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