martes, agosto 17, 2010

La obliteración

Acabo de saber que uno de mis actores más admirados, Michael Douglas, tiene cáncer de garganta. Me he enterado a través de una noticia en El País.

Sin embargo había algo en el tratamiento informativo de la noticia que no encajaba. Lo normal es que cuando a alguien se le detecta esto que típicamente suele acabar en traqueotomía la gente se pregunte, ¿y cómo es eso? ¿por qué le ha pasado eso?. Normalmente, cuando alguien estrella su coche en una recta contra el quitamiedos lateral tratamos de averiguar por qué ha sucedido. Nos parece lógico que se indague en las causas porque es algo que reviste interés o, por qué no decirlo, sentimos curiosidad morbosa muchas veces.

En la noticia del País no se hace referencia alguna a la causa, como si fuese un detalle de su más estricta intimidad, o como si fuese de mal gusto, o quizá contraproducente o vete a saber... pero uno se queda con la gana. Entonces recurre a otras fuentes, a la misma noticia dada por otro periódico pero olvidando que la prensa española no va a desvelar el misterio. Hay que recurrir a fuentes del otro lado del Atlántico o británicas -si se conoce el inglés-, para completar la información. En España puedes consultar las 20 tiradas más importantes que no encontrarás ni una pista sobre el asunto.

En todas las fuentes extranjeras que he consultado se alude a su adicción al pitillo como causa del tumor. Sin embargo, para el caso del accidente que acaba de sufrir Mel Gibson en su coche, sí me ha quedado claro qué le ha podido pasar. Me ha bastado con leer la primera noticia que he encontrado en la prensa española.

No es normal.

No hay comentarios: