miércoles, febrero 08, 2012

Fin de la historia

Una contienda cuyo resultado ya vaticiné hace años causa estupor en muchos estos días, que sienten herido su orgullo patriota. Hablo del Caso Contador y por extensión de los casos de dopaje en el deporte español.

He aquí algunos antecedentes sobre un tema que a mí me ha interesado siempre, aquí y aquí.

Como era de esperar, he recibido con satisfacción la noticia. Sé que es triste para muchos pero es lo mejor para España, y para el bien de la salud pública. No es tanto una cuestión moral en lo que a la limpieza del deporte se refiere o por defender la salud personal de quienes se prestan a esas prácticas lo importante; es sobre todo porque no se debe permitir bajo ningún concepto que se desarrolle una Industria del Dopaje como se estaba sucediendo en España -existen beneficiarios ya que los deportistas o sus médicos pagan por hacer esas cosas-.

A mi juicio, la sentencia del TAS ha de verse como un tirón de orejas dirigido a los organismos del Estado Español que regulan el dopaje en el deporte y, una vez más por extensión, a la tolerancia de nuestra sociedad al dopping. Pero sobre todo a esa permisividad estúpida, esa actitud evasista, esa cobardía, esa defensa intelectual de la conveniencia de mirar para otro lado; esa tozudez a la hora de jurar y perjurar que aquí no huele a humo.

No me alegro pero estoy satisfecho. A ver si espabilan por ahí arriba un poco -no lo creo, estando quien está-, y acaban con el dopaje de estado.

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