martes, octubre 10, 2006

Del tolerantismo y del fumador pasivo

Últimamente, aparecen grupos de hablantes que parecen definir términos de la manera más ajustada a sus intereses. Muchas veces, a base de un uso continuado y machacón en contextos inapropiados, consiguen otorgar a sus usos tan particulares la categoría de norma lingüística. En ese caso, no veo razón por la que el fumador pasivo no pueda tener sus definiciones propias, máxime cuando algunos términos han sido usados hasta el momento de forma inconveniente para él.

Sin duda, existe un concepto cuya definición no debe ser impuesta por alguien que no sea un fumador pasivo. Se trata del pseudovalor conocido como “tolerancia”. Según el diccionario es el “respeto a las ideas, creencias, o prácticas de los demás cuando son diferentes a las propias.” Esto no me parece ni bien ni mal. Probablemente se usó porque sonaba bien, no porque significara tanto. Como quiera que sea, había adquirido ese significado de manera forzada a lo largo del siglo pasado.

Viene del latín “tollerare”, que no significa otra cosa que aguantar. De ahí hasta que haya terminado significando ese respeto transitivo, mucho mal uso se les ha tenido que “aguantar o tolerar” a políticos y demagogos entretanto; pero ahí se ha quedado.

Y como cosa del destino, la Tabacalera ahora le ha buscado una connotación más acorde con su etimología. A nadie le supone una molestia o sacrificio el respetar prácticas ajenas, pero siempre que ese respeto sea correspondido. Porque el fumar como práctica es respetable, pero la de que te atufen con el humo no. La segunda es una práctica intolerable por impositiva salvo aguante estoico por parte del tolerante.

Entonces allá va mi definición del término tolerancia: “Conformismo ante una situación de injusticia o adversidad.”. ¿A qué es demagógica? Pues es lo que hay y como es una idea o creencia habrá que tolerarla. A partir de ahora, a todo aquel con quien hable del tema voy a recomendarle que ni siquiera pronuncie el término tolerancia en ningún contexto; voy a convencerle de que la tolerancia ni es un valor, ni es una virtud; voy a decirle que ser tolerante equivale a ser sumiso, cobarde, conformista y alienable.

Por el contrario, allí donde encuentre la palabra tolerancia la intentaré sustituir por respeto. No hace falta parafrasear nada para decir lo que se pretendía con el término anterior. El respeto mutuo es el sintagma que estábamos buscando, el verdadero valor que hay que preconizar. El concepto de respeto mutuo implica dos partes activas. En muchos casos, el respeto evita el conflicto que da paso a la supuesta tolerancia. La tolerancia sólo se lleva a cabo de manera subsidiaria cuando el respeto falta -o es faltado- pero no soluciona conflictos, sólo los esconde. Pues bajo la tolerancia, estos subyacen y amenazan con estallar. El que respeta evita el sufrimiento ajeno que causa con sus actos mediante la renuncia. Por tanto, plantea, valora, y actúa por este orden. No en orden inverso.

2 comentarios:

KOSTOBLOGOF dijo...

He leído que decías en el foro de nofumadores, en el pasado mes de mayo, lo siguiente:
"A ver si más gente se anima, a criticar con blogs de estos a escribidores y aprendices al servicio del las Tabacaleras y sus secuaces. A mi me dan ganas de hacerlo después de haber leído al Juan Ramon Rallo."
Y veo que comenzaste tu blog en el mismo mes de mayo. Si mi blog sirvió para animarte a montar el tuyo y empezar a poner escritos, me alegro mucho. Ese era uno de mis propósitos: animar a la gente a escribir.

Iracundo dijo...

Sí influyó. De hecho me registré en el www.blogger.com a través del enlace en tu blog para crear este :-D