domingo, junio 25, 2006

Buscad las diferencias

Pero si se deja absoluta libertad a los empresarios, ¿no se perpetuará la discriminación salarial que afecta a las mujeres?

Por Albert Esplugas Boter

“Si las mujeres recibieran sueldos más bajos que los hombres y fueran igual de productivas, los empresarios ávidos de beneficios contratarían mujeres en lugar de hombres (obteniendo igual productividad a un coste menor), hasta que la demanda de mujeres elevara sus salarios y se igualaran a los de los hombres. Por tanto, el que persistan diferencias salariales entre hombres y mujeres en el mercado sugiere que las mujeres (consideradas en su conjunto, generalizando pues) no están siendo discriminadas sino retribuidas de acuerdo con su menor productividad en el trabajo (menos años de experiencia laboral por maternidad y cuidado de los niños, preferencia por horarios flexibles o tareas menos riesgosas con salarios más bajos, entre otras causas, podrían explicar esa disparidad). En el mercado libre los salarios tienden a equipararse a la productividad marginal. Por ello la liberalización es el mejor antídoto contra la discriminación laboral de las mujeres (y de cualquier otro colectivo), pues aquellas que reciban un salario inferior a su productividad por motivos sexistas probablemente serán contratadas por empresarios que tengan más afán de lucro que ansias discriminatorias.”

http://www.liberalismo.org/faq/67/

Pero si se deja absoluta libertad a los empresarios, ¿no se perpetuará la discriminación salarial que afecta a los fumadores?

Por Albert Esplugas Boter/Mirando-atrás-con-ira

“Si los fumadores recibieran sueldos más bajos que los no-fumadores y fueran igual de productivos, los empresarios ávidos de beneficios contratarían fumadores en lugar de no-fumadores (obteniendo igual productividad a un coste menor), hasta que la demanda de fumadores elevara sus salarios y se igualaran a los de los no-fumadores. Por tanto, el que persistan diferencias salariales entre no-fumadores y fumadores en el mercado sugiere que los fumadores (considerados en su conjunto, generalizando pues) no están siendo discriminados sino retribuidos de acuerdo con su menor productividad en el trabajo (menos años de experiencia laboral por asistencia a tratamientos de deshabituación y cuidado de la salud, preferencia por horarios flexibles o tareas menos cansinas físicamente o más sedentarias con salarios más bajos, entre otras causas, podrían explicar esa disparidad). En el mercado libre los salarios tienden a equipararse a la productividad marginal. Por ello la liberalización es el mejor antídoto contra la discriminación laboral de los fumadores (y de cualquier otro colectivo), pues aquellos que reciban un salario inferior a su productividad por ser fumadores probablemente serán contratados por empresarios que tengan más afán de lucro que ansias discriminatorias.”

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