lunes, agosto 25, 2008

Como la que se bebe un vaso de agua

En una parada de bus, a las dos de la tarde, bajo un sol de justicia, espera una mujer embarazada de unos 6 o 7 meses esperando el autobús. Llego, la saludo con un “buenas tardes”, me siento y espero con ella.

Debió ser el miedo al silencio comunicativo o que sencillamente le puso nerviosa mi mera presencia. Fuera lo que fuese, desencadenó en su subconsciente esa imperiosa necesidad de sacarse el paquete y el mechero del bolso para...fumarse un pitillo.

Por supuesto, la dirección del viento, no ayudaba a que el humo del cigarro pasase desapercibido para mis narices, lo cual me provoca ese malestar, esa ira contenida que tanto nos caracteriza a algunos. Sin embargo, decido no decir nada y sólo me levanto de mi, ya no tan cómodo asiento, para sortear el humo. Encontré, en los consejos de los matasanos, la excusa para no intervenir (sí, intervenir o mediar, pues no sabría decir si ya era una o son dos, habida cuenta de su estado biológico),

El auténtico matasanos, es el médico español castizo que se las da de comprensivo y liberal, el que asume que el humo de tabaco es un agente externo del que él y su frivolidad han de desentenderse o que, en su ignorancia supina, piensa que es un agente natural difícilmente evitable como la exposición al sol y la radiación ultravioleta, el mal tiempo o la contaminación atmosférica; o que, cree de verdad que daña más al organismo de la mujer y el feto el estrés que conlleva intentar dejar de fumar que el fumar en sí (la falacia más estúpida jamás predicada por los medicuchos).

A los dos minutos llegaron dos personas más, pero ella se sentía más cómoda fumando que sin fumar, a la vista de todo el mundo, como si nadie en la vida le hubiese dicho algo al respecto, o como si fuese, en definitiva, lo más normal del mundo. Ella entraba dentro del 30% de mujeres fumadoras que no lo dejan durante el embarazo. Entonces uno se pregunta, ¿qué labores de concienciación se están llevando a cabo desde el gobierno? Me gustaría conocerlas.

Esta práctica, me parece particularmente obscena y, además, es posible que sus implicaciones jurídicas se estén obviando porque, cuando se le permite a una mujer embarazada fumar, ¿se está teniendo en cuenta el interés superior del nasciturus?. Es ingénuo pensar que ese sujeto, en grado de indefensión mayor (el mayor de los posibles), no está siendo envenenado calada tras calada. Con los datos que hoy tenemos, y la certeza de que la embarazada que fuma es consciente de que lesiona o pone en peligro la vida del nasciturus, hacerlo durante el embarazo es un delito, delito de imprudencia quizá, pero delito.

viernes, agosto 22, 2008

El anuncio de Nestea y el mensaje de Pau Gasol

Que los no-fumadores que viven en España tienen serias dificultades de integración en su sociedad es un hecho. Si una persona acostumbrada a fumar, no fuma en una cafetería, no sufre por ello inconveniencia alguna, pero los que detestamos el humo sí tenemos un problema; salvo que no nos atrevamos a decirlo.

Es algo absurdo pero es así. Parece de chiste, como el anuncio de Nestea que habla de las dificultades en la integración de la gente perfecta. Si sustituyésemos, allí donde se dice “gente perfecta”, por “gente que no fuma”, ¿dejaría de ser absurdo?.

Más directo en su aplicabilidad al caso es el mensaje publicitario para la marca Nike, pronunciado por el jugador de baloncesto Pau Gasol, cuyo eslogan final es:

SER ESPAÑOL YA NO ES UNA EXCUSA, ES UNA RESPONSABILIDAD

Lo vi precisamente después de hablar sobre tabaquismo con amigos extranjeros que han venido de vacaciones a Almería. Se sorprenden, no ya de que en la terminal T4 de Barajas se celebre el luto a fecha de hoy fumando en esos ridículos recintos acotados con cuerdas de cuadrilátero de boxeo, sino de la proporción de españoles que fuma en todas partes y mucho. Esto ya empieza a convertirse en una cuestión de patriotismo porque algunos ya estamos desarrollando tolerancia a la vergüenza.

Parece que ser español continua siendo una excusa para no luchar contra el tabaquismo y creo que ya estamos hartos de reflexionar.

martes, agosto 19, 2008

Con toda la naturalidad

El otro día, en los Informativos Tele5 de las 15:00, escucho de fondo una noticia relacionada con la crisis. Hablaba de un colectivo de comerciantes que ha tenido que abaratar sus tarifas para coservar clientela. La curiosidad hace que baje adesde los dormitorios al salón para enterarme al detalle.

Entonces me doy cuenta de qué se trata mientras me voy acercando estupefacto hacia el mando de la tele para subir el volumen. Hablan de la prostitución y de las cifras de siempre: en España hay una prostituta por cada 38 varones y subiendo.

Pero hay algo diferente en el tratamiento informativo otorgado esta vez. Es el tono. Al parecer, muchos medios informativos han querido dárselas de chachis pirulis, de comprensivos y de tolerantes con la mente abierta. Han pasado por alto, como el que no quiere la cosa, el hecho de que la prostitución no es legal, o al menos no está regulada en España. Valiéndose de sus dotes de actores, como si fuese algo sólo achacable al desenfado veraniego, los presentadores de este noticiario han querido forzar una determinada percepción en el oyente, como si de una temeraria apuesta se tratase. Seguramente les ha resultado satisfactorio el reto de mostrar el susodicho negocio como lo más natural del mundo, como quien vende tomates o tornillos (salvo por el televidente que ahora escribe y alguno más).

Me parece una frivolidad el tratamiento informativo dado a la noticia. La prostitución, por mucho que traten los telediarios de mostrarnos su cara amable, es algo sucio, triste y trágico. Al menos podrían también hablar de los círculos de pobreza, enfermedad, drogadicción y criminalidad asociados a esa actividad. Si insisten en "comentar" este tipo de cuestiones en horario infantil, que hablen de lo malo también, no sólo de sus ingénuas fantasías liberaloides en lugar de servir de vehículo publicitario para el negocio y ya está.

lunes, agosto 11, 2008

Las vergüenzas del ciclismo español

Maribel Moreno es otra víctima de la subcultura deportiva española cimentada en la tolerancia al dopaje. No es la única y Path Macquaid podría volver a dar cuenta de ello ahora sí y después también. Hace meses advertí sobre el problema de las malas actitudes en España dentro del mundo del ciclismo. Antes de satanizar cobardemente la figura de la joven ciclista preferiré desviar la culpa a otras partes o, mejor dicho, me basta con señalar una cabeza de turco o dos:

Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte español

Por no reconocer su incompetencia, prefiere tildar de irresponsable a la joven ciclista. De otra forma, tendría que reconocer que Pat Macquaid, Presidente de la UCI, tiene razón:en España se practica la vista gorda (y no tenemos ganas de indagar en las razones de por qué se hace, serían detalles demasiado vulgares)

Fulgencio Sánchez, Presidente de la Real Federación de Ciclismo Española

Sobre lo de “Real” y derechos reales se podría hablar un rato, curiosamente. Es otro que viene a defender el libre albedrío y la aplicación de la responsabilidad individual de modo que, si a uno lo pillan en un control antidopping, mala suerte y que espabile para la próxima porque, como él dice, si alguien es culpable, hay que demostrarlo. Claro, pero el problema está en que él no presta ayuda para que se demuestre.

En fin, esta entrada de bitácora sigue sin estar obsoleta. Lamento que los enlaces a las noticias originales y los informes estén rotos.

¿qué culpa tienen los ciclistas de estar tan mal acostumbrados?

viernes, agosto 01, 2008

Bernat Soria el padrazo

Ayer pudimos saber sobre los resultados de una encuesta sociológica. Trata sobre la valoración de nuestros ministros por parte de la opinión pública, cansada de oír palabras feas como crisis y recesión. Como era de esperar, han suspendido casi todos, y con nota muy bajita, con el antiguo “Muy Deficiente” que nos ponían en los boletines de la EGB de primeros de los 80. Por supuesto, Bernat Soria, no está entre los 3 o 4 que han aprobado -y menos mal-.

El otro día para mí volvió a hacerse merecedor de un suspenso absoluto. Ya sabemos que ha sido instituido por Zapatero con un objetivo claro: aparcar la lucha antitabaco y cualquier tema susceptible de polémica. De hecho, me apostaría el cuello a que tiene tiene instrucciones claras y concretas de no meterse con el tabaco, so pena de cese inmediato. Por eso, con las manos atadas, a la cartera de Sanidad y Consumo le toca dedicarse a desplegar el marketing que tanto emboba a los tontos. Es hora de virar con disimulo hacia los aspectos más triviales de los derechos de los consumidores.

Por eso, hace unos días lo mostraron en diversos informativos con su bata blanca de médico, con su cara de bonachón, advirtiendo sobre los terribles peligros de los juguetes para niños pequeños fabricados con piezas que se pueden soltar o de PVC supertóxico, ¿puede que más tóxico que el tabaco incluso?. Así por ejemplo, pretende que empecemos a teorizar sobre lo peligroso que puede ser que se suelten dos imanes de las puntas de dardos de las dianas magnéticas y que un bebé se los trague. Pues parece que, si un niño glotón se traga dos imanes en el preciso intervalo de tiempo, estos se pasean en diferentes tramos del sinuoso intestino, si estos imanes son más potentes de la cuenta y se atraen tratando de tomar el atajo en línea recta...¡hay!; pellizquito en la tripa, aplastamiento o perforación detectable por una posible rectoragia y a operar. Menuda idiotez; esto parece sacado de un episodio de los Simpson.

miércoles, junio 11, 2008

¿Será porque Zapatero fuma?

Ley de Dependencia, carné por puntos y delitos contra la seguridad del trafico, ayudas a la adquisición de una vivienda, Ley de Igualdad y de Violencia de Género... muchas son las medidas tildadas de polémicas que el gobierno socialista se ha atrevido a tomar ante una feroz oposición del PP pero, ¿qué pasa con nuestra ya anticuada Ley Antitabaco? Parece que ha pasado de ocupar un segundo plano a caer en el completo olvido por parte de nuestros políticos.

Es tratado como un secreto a voces el hecho de que la mayoría de la sociedad española demanda nuevos espacios libres de humo de tabaco (sobre todo en el sector del ocio y restauración) mientras a duras penas se respeta la ley en los espacios sin humo.

Pese a que hay suficientes indicios de que una nueva y reforzada ley antitabaco sería un éxito para cualquier gobierno y tendría la buena acogida asegurada, Zapatero declaró durante la pasada campaña electoral que no se iba a cambiar nada. Por supuesto, es una de las poquísimas cosas que la oposición no le ha reprochado. El Partido Popular recrimina al gobierno por haber promulgado una ley que, de todas maneras, el gobierno mismo no quiere hacer cumplir. El PP sabe que el PSOE no quiere hacer cumplir esa ley y el PSOE sabe que el PP lo sabe.

También caemos en la cuenta de que los altos cargos de nuestra nación están ocupados por fumadores reconocidos, sin complejos y sin ganas de dejarlo. Zapatero, Rajoy y el Rey fuman, ¿tendrá eso algo que ver con el escaso respeto a los espacios sin humos en nuestro país?

miércoles, junio 04, 2008

Los fumadores pasivos no estamos lo bastante indignados

No para lo que nos correspondería estar si tenemos en cuenta el abuso crónico al que venimos siendo sometidos en España. La Industria Tabaquera sabe hacer uso del complejo de dictadura del español en su beneficio. Ha convencido al público y a la clase política de que intentar persuadir a los fumadores provocará en ellos un efecto rebote; de que ello hará que la gente fume más, tolere más o se ponga en peligro el orden social. La asertividad, la mera claridad en el mensaje de rechazo al humo de tabaco, es considerada una temeridad propia de dictadores.

Ese chantaje emocional ya no funciona con nosotros; como tampoco funcionan sus baldíos intentos de desviar la atención de los vendedores y políticos a los consumidores como origen del problema. Por fortuna, la tolerancia social al tabaco es más vulnerable de lo que parece a la razón y al enfado de unos pocos.

El que los no-fumadores comiencen a quejarse y a increpar a los que fuman cuando nos molestan es síntoma del comienzo del cambio hacia una sociedad más concienciada y empática, que entenderá que si alguien se queja es por algo. En tal caso, el humo de tabaco en locales cerrados supone un problema incuestionable, como también lo es el hecho de que nadie tiene que por qué padecer las inconveniencias de un humo que no produce.

El tratamiento mediático del humo en los bares, restaurantes y discotecas no es un juego ni es una broma. Eso se ha acabado. Nos molesta mucho y nos atrevemos a decirlo. De aquí a poco, será irrelevante que una ley avale o no el metafísico derecho a fumar en un local cerrado de acceso público. No permitiremos que esa persona vuelva a sentirse cómoda fumando su cigarro delante de nosotros. Deberá salir al exterior del local donde no nos moleste. Puesto que nadie en su sano juicio discute la peligrosidad y el grado de molestia del humo de tabaco, no tenemos que por qué permitirle a nadie fumar mientras saboreamos nuestro plato en un restaurante. No debemos poner como excusa a nuestro silencio la inconsciencia del que fuma o éste nunca será consciente de que incordia. No debemos escudarnos en un supuesto sentimiento de lástima o compasión porque una persona adicta no asume la reciprocidad respecto a tales sentimientos, de modo que no es justo para nosotros.

Suponemos que, el que fuma, no deriva un placer sádico añadido molestando y perjudicando la salud de las personas que comparten estancia con él pero, aunque no exista animus vulnerandi en la inmensa mayoría de los casos, ¿qué prueba tenemos de ello mientras soportamos una calada tras otra el hedor del tabaco quemado? o, ¿qué nos importa a nosotros, si nos va afectar de la misma forma ese humo?

Hay que armarse de valor y sinceridad, dejar atrás nuestro pasado cobarde e hipócrita y decir: “Disculpe, me molesta el humo, ¿le importaría no fumar aquí dentro?...”

martes, mayo 27, 2008

Dia Mundial sin Tabaco


El día 31 de Mayo se celebra este día para recordarnos lo malo que es el tabaco. Los fumadores pasivos, no necesitamos más recordatorios. En España tenemos que soportar los ambientes humeantes cada dos por tres de manera innecesaria; eso no se nos olvida. Por eso, el Partido de los No-fumadores (PNF), tratará de que, a partir de ahora, se use este día con fines algo más prácticos: reivindicativos.

La manifestación será en la Puerta del Sol de Madrid a las 12:00. Es obvio lo que se pedirá.

www.pnf.es

La inmadurez del fumador español

En España, a menudo se piensa que aquí la percepción social sobre el hábito de fumar es similar a la de otros países del norte de Europa, Italia o EEUU. Pero la verdad es que otros países ya han superado una etapa en la que el nuestro insiste en mantenerse. El tabaquismo en España azota con especial virulencia a la población activa.

Un dato grosso modo: En EEUU fuma menos de un 20% de la población activa; en España lo hace casi un 50. Si las comparaciones son odiosas, quizás sea mejor no evaluar si esa diferencia supone una desventaja para nuestros nuestros ciclos productivos en términos de rendimiento.

A menudo, tratan de explicarnos que el Estado quizá ha empleado en exceso las medidas coercitivas en detrimento de las campañas de concienciación y otras medidas más populacheras, cuando la verdad es que no se ha hecho ni lo uno ni lo otro. Por ejemplo, en televisión, la mayoría de los mensajes antitabaco nos ha llegado gracias a la organización HELP, no al “Ministerio de Sanidad y Consumo, gobierno de España.”. Nuestro gobierno no hace, ni mucho menos, todo lo que puede. Más bien permite que la sutil propaganda de las tabaqueras penetre en la mente de nuestros jóvenes.

Destaco por ejemplo dos series de televisión por su descaro a la hora de forzar la normalización del consumo en público. Casualmente, las dos se emiten en Tele5:

-Sin Tetas no hay Paraíso.
-La que se avecina.

Con respecto a las comparaciones entre jóvenes americanos y jóvenes españoles, sólo un último dato: La mayoría de los fumadores americanos de entre 21 y 25 años de edad, son conscientes de que el hábito no les otorga prestigio social, quieren dejarlo y lo manifiestan abiertamente entre sus círculos de amistades; por el contrario, muchos de sus equivalentes españoles se avergüenzan de que sus amigos sepan que no fuman. ¿No les da vergüenza a nuestros políticos de que esto siga así y de que fumar “mole”?

domingo, mayo 11, 2008

El orgullo del no-fumador y la vergüenza del tabaquista

Tiene algo de romántico el entregarse a la lucha antitabaco. Sinceramente pienso que el se dedica a esto es el filántropo por excelencia. Hay mucha gente que lleva a cabo labores encomiables como el aporte de fondos destinados a paliar el hambre de los niños del tercer mundo, o la implicación activa en la defensa de los derechos de los animales. Muy bien; son preocupaciones universales. El ritual de apoyo a esas causas y a las buenas intenciones forman ya parte poco menos que de nuestra tradición cultural.

Pero falta el reconocimiento de otro frente cuyo actor pasa desapercibido pese a ser desencadenante o agravante de todas esas causas llamadas humanitarias. Porque, ¿qué les parecería dedicarse a luchar contra el asesino identificado más grande de todos los tiempos?. Hay otros aspectos que deberían honrar la imagen del que se dedica a protestar contra el tabaco.

Una de las cosas que llama la atención es el abucheo que gran parte de la sociedad española dirige a quienes quieren acabar con el tabaquismo. Eso es por la especialidad de la causa, dentro de las humanitarias. Existe un error de percepción generalizado porque existen beneficiarios concretados. ¿quiere decir eso que, a diferencia de lo que ocurre con las consecuencias de las guerras, el hambre o los desastres naturales, la actividad de las tabaqueras queda legitimada? Bueno, es obvio que existe un conflicto de intereses pero esa no es la cuestión. Incluso en una guerra, por injusta que nos parezca, casi siempre cada bando tiene su razón, sin que por ello el resto de la humanidad deba mirar para otro lado. No hacer nada, casi nunca es la solución a nada.

Hace una década asistimos a las matanzas de Ruanda. Dos etnias enfrentadas protagonizaron una sangrienta guerra civil. Nos llegaron imágenes de una carnicería con terribles consecuencias para la integridad física de cientos de miles de seres humanos. Fuimos testigos de muerte y destrucción en forma de decapitaciones, violaciones, mutilaciones de todo tipo y otras inefables formas de tortura y escarnio. Uno de los contenidos gráficos de ese conflicto más impactante, era una secuencia de video que mostraba como un hombre era inmovilizado con unas cubiertas de neumático. Así, anillado por las gomas, la multitud agresora pudo rociarlo con gasolina para prenderle fuego, sin posibilidad de que escapara. Entonces, mucha gente sintió que no podía mirar para otro lado y que, aquellos otros que decían "no es asunto nuestro y no debemos intervenir", podían hablar en su nombre, pero sólo en su nombre.

Es uno de los rasgos que más distinguen al ser humano del reino animal: su preocupación por la vida y el sufrimiento ajenos. Ello trasciende el puro instinto individual, hasta instituirse en conciencia colectiva. Eso significa que ya no es necesario que nosotros mismos tengamos que deambular arrastrando unas bombonas de oxigeno, o que tengamos que soportar de cualquier manera el cuidado y asistencia de un familiar cercano al que han tenido que amputar las piernas, o que nuestra pareja este triste y deprimida porque su padre o madre ha muerto prematuramente... –todo esto gentileza del tabaquismo- para que la empatía aflore en nuestro ser. Realmente sentimos malestar porque somos conscientes del sentimiento y dolor producido en otros seres, además de manera innecesaria.

Por otra parte, el llamamiento activo de ciertos prebostes para que volvamos la mirada hacia atrás y así olvidemos lo que en un principio nos conmovió, representa una de los más sucios y envilecedores actos que alguien puede llevar a cabo, alguien como un inversor en acciones de Altadís que se las da de liberal. No sólo se saben ellos faltos de principios y sensibilidad si no que, aún asegurando que nadie tiene derecho a imponer una moral determinada, ellos sí que tratan -y consiguen- imponer con sus engaños la suya a sus víctimas: la del débil. Y todo en pro de unos intereses triviales, porque les resulta muy placentero precisamente invertir en eso en lugar de en otra cosa.

martes, abril 29, 2008

La última payasada del ministro Bernat Soria

El otro día los gabachos detectaron una partida de aceite de girasol ucraniano adulterado. Inmediatamente alertan a las autoridades sanitarias españolas del hecho.

Enseguida Bernat Soria y sus secuaces se ponen a discurrir. Piensan en la forma más rentable de difundir el mensaje entre la ciudadanía. Al igual que ocurrió hace algún tiempo con unos juguetes que, por tener una pieza suelta y ser chinos, fueron considerados peligrosos y retirados del mercado. Ahora le toca a aceite de girasol ucraniano.

La excusa ha sido que contiene trazas de hidrocarburos. Algo muy feo, pues parece que estaba mezclado con aceite de coche del barato, nada de Repsol Todogrado. Pero hablando de hidrocarburos, ¿sabe la gente qué son los hidrocarburos? Pues son petroleo y derivados a los que se refiere Sanidad, básicamente. Pringue viscosa, para entendernos. Si nos damos cuenta, están presentes en muchas de las cosas que comemos de una manera o de otra. De hecho no suelen ser especialmente tóxicos.

Uno de los hidrocarburos más negros, viscosos, asquerosos y peligrosos es el alquitrán que, casualmente se encuentra en los cigarros; y no en trazas, sino que representa una porción importante del contenido.

Volviendo a Bernat Soria, esta mañana en la radio pude escuchar su payasada. Viene a decir que consumir aceite de girasol, después de todo, no mata ni enferma. Pero aunque lo hiciese ahí estaba el MSC con todo bajo control. Se autocongratula por lo veloz que ha sido al dar el aviso y retirar el producto y dictamina que se puede consumir aceite de girasol con seguridad, como el bombero que siempre llega a tiempo. Que además, lo de los hidrocarburos no representaba una amenaza para la salud pública sino que era más bien una estafa simplemente -aceite de garrafón-.

Entonces los oportunistas comerciantes le hacen caer en la cuenta de que con esto ha perjudicado el interés de los cultivadores de girasol españoles, Para evitar una crisis en la demanda de aceite de girasol el veloz Bernat Soria, se ofrece para salvar el sector. Dice que ya es tan seguro consumir aceite que está dispuesto a beberlo a la vista de todo el mundo a cañete, sin empacharse, pero con generosidad.

Probablemente, si quieres intoxicarte con hidrocarburos tendrás dos opciones: fumarte un par de cigarros o beberte 10 garrafas de aceite de girasol ucraniano. Entonces yo me pregunto: tanto silencio con el tabaco ocupando nuestra atención con chorradas, ¿no es un poco forzado?. Para él seguro que no. Si se declarase una alerta sanitaria referida a tabaco adulterado, seguro que se fumaba después un paquete de cigarrillos para demostrar que el tabaco es seguro consumirlo, no fuese a ser que perjudicase a algún “empresario”.

miércoles, abril 16, 2008

Ministerio de la Igualdad

La discriminación salarial, la violencia sobre la mujer y otras realidades de las que tanto se habla estos días, han dado a los socialistas ideas para vender mejor la imagen del partido. Me parece bien lo del Ministerio de la Igualdad pero, esa igualdad, que se aplique también a todos los colectivos de la sociedad “por igual”. Muy bien, perfecto, ¿qué tal si empezamos por ofrecerles a los camareros o a los usuarios de locales de ocio un trato igualitario? ¡Ya está bien de discriminar con el rollo de los metros!. Igualdad para todos los camareros que también tienen derecho a proteger su salud e igualdad de criterios para que los empresarios hosteleros puedan ejercer la libre competencia sin interferencias. Es más sencillo que lo del machismo y no hacen falta discriminaciones positivas ni otras forzadas medidas de choque para conseguir resultados.

Y otra cosa sobre las carteras ministeriales: dado que están tan dados ahora a crear ministerios según las demandas sociales, algunos de ellos un poco forzados como el Ministerio de la Vivienda, ¿Por qué no crear un Ministerio del Tabaquismo? Venga hombre, ahora la vivienda va a bajar queramos o no mientras el consumo de tabaco empieza a aumentar en estos primeros meses de 2008 inexplicablemente...

domingo, marzo 16, 2008

El olor del humo

Tradicionalmente la manipulación mediática de las tabaqueras ha despotricado de la misma manera. Ha tratado de lavar el cerebro del que no fuma para que no vea el humo, no husmee el humo, no oiga que molesta y no lea que enferma. En ningún anuncio moderno de Marlboro Country se ve humo. Por fortuna, tampoco se huele.

Eliminando el reconocimiento de que el humo intoxica y molesta al que no lo produce, todo lo demás pasa a ser una cuestión de intolerancia. Insinúan los justificadores del deber de soportar, que compartir estancia con alguien fumando es para el que no fuma solamente un espectáculo visual. Un espectáculo que a los intolerantes les molesta y a los tolerantes no.

Pero señores, tengamos un poco de cabeza y dejémonos de absurdos lógicos. No es lo mismo que por mi campo visual se cruce un gordo, una mujer con barba, un feo, o un tatuado que tener cerca a cualquiera de ellos fumando –los vea o no-. Si yo no quiero observar a una persona cuyo aspecto físico me desagrada, puedo mirar a otro lado o no prestarle atención. Si yo no quiero respirar el humo que produce porque me desagrada tengo que dejar de respirar o colocarme una máscara antigás. Si yo inspiro un hollín radiactivo y pegajoso mis pulmones tienen que asimilarlo o expectorarlo; si yo accidentalmente veo a esas personas de las que hemos hablado, mis ojos no enrojecen y lagrimean. Sin embargo, el humo de tabaco desencadena en mi organismo alteraciones fisiológicas independientemente de cual sea mi actitud. Eso es algo ajeno a mi voluntad.

domingo, marzo 02, 2008

30%

Un nuevo apunte salido en las noticias desvela que el español consume 4 veces más drogas de diseño y hachís que el resto de los europeos. Pero eso ya no alerta a nadie y como ya aburro hablando de lo mismo, pasaremos a otro tabú relacionado: los que se van de picos pardos.

El otro día salieron a la luz los datos de un informe estadístico sobre la actividad de las prostitutas y los putañeros en este país. Bienvenidos una vez más al país de los records.

Resumamos:

-Más de medio millón de prostitutas.
-30% de putañeros entre los varones en edad adulta.

Repetimos:

-600.000 mujeres ejercen la prostitución.
-Por estadística, alguno de vuestros amigos, maridos o hermanos...

A muchos, de esos que no son “delicaos”, les parecerá normal. Esos, mientras sostienen una lata de cerveza en una mano y un cigarro en la otra, dirán que los hombres tienen derecho a contratar los servicios de las señoritas que se prostituyen libremente.

Todo eso es mentira. Lo único que existe es un deleznable abuso de posición por parte de quien paga por un servicio así. Nadie se prostituye con agrado precisamente y nadie debería contribuir a la oferta de esos servicios demandando sexo. Sólo la necesidad explica la “voluntariedad” de quien se vende por dinero. La libertad no existe porque el repertorio de opciones está severamente acotado para quienes se ven obligadas a ejercer el oficio.

También me parece absurdo que se distinga entre las que obtienen un cierto nivel económico o “standing” dedicándose a ello y las que lo hacen por pura supervivencia. Si bien podrá haber un grueso de trabajadoras que no sean víctimas de chantajes, presiones, violencia, extorsiones y otros delitos propios de la trata de blancas, la falta de escrúpulos o debilidad moral que caracteriza a sus clientes subyace en cualquier caso y los matices son poco menos que anecdóticos.

Estamos siempre con lo mismo. Los proxenetas no tienen ningún derecho a desarrollar sus actividades porque no se están responsabilizando de los costes sanitarios sociales y económicos que el resto de la sociedad paga por su culpa. Dejando a un lado, como siempre, consideraciones morales y de dignidad, tanto el cliente como el proxeneta contribuyen al mantenimiento de círculos viciosos de ignorancia, pobreza y miseria, fracaso social, drogadicción y enfermedad.

Al igual que está ocurriendo con las drogas duras, el grado de aceptación social asumido erróneamente como un signo de progreso, está alcanzando cotas que van de lo irrisorio a lo escandaloso. La frívola asunción de normalidad, a menudo condicionada por postulados liberalistas y su autista concepción de la responsabilidad individual, hace creer a la clase política española que aquí no pasa nada y esto ocurre de igual manera en cualquier país de Europa. Si es normal que los españoles consuman 4 veces más cocaina que los europeos, también debe de ser normal que el porcentaje de putañeros sea 6 veces superior al del Reino Unido.

Dirán los políticos populacheros: “Como son tantos los proxenetas, las prostitutas y los clientes ¿para qué nos vamos a meter en camisas de 11 varas regulando o prohibiendo? Prohibido prohibir, qué viva el libre albedrío y al que no le guste que se aguante.”

Señores parlamentarios, la clase política no puede caer en la inoperancia por culpa de tabúes asumidos tradicionalmente por una sociedad, si a ustedes les da vergüenza o miedo regular algo, tienen que mentalizarse, armarse de valor, ir al sicólogo si hace falta, y proceder. ¿Qué no da tiempo y hay cosas más importantes que legislar? Bueno; entonces habrá que trabajar en turno de tarde también en el hemiciclo.

Pero ya está bien de hacer la vista gorda con los “problemas sociales” por excelencia. Y basta de tabúes políticos. Si hay que concienciar a un putañero, se conciencia. Si hay que prohibirle y perseguirlo, se le persigue. En los países de nuestro entorno la prostitución está regulada o prohibida. En España no se hace ni lo uno ni lo otro.

domingo, febrero 17, 2008

Control, erradicación y prevención

No creo que sea propio de un no-fumador el interesarse por el uso que se pueda hacer del tabaco en la intimidad. El cultivo de la planta de tabaco en la jardinera de la terraza de un piso, el secado de su hoja en el tendedero de la ropa, la trituración con un almirez, etc. y la experimentación del individuo en su privacidad del acto de fumar en sí, -la práctica de lo conocido como autoconsumo- no es tabaquismo.

El problema está en la comercialización del tabaco. La venta al público, su promoción y, por tanto, la creación de toda una industria entorno a ello es lo que nunca debió existir. Ahora, los intereses creados y el ingente número de beneficiarios directos hacen muy difícil que el problema pueda ser atajado sin lucha, sacrificios y tiempo.

Actualmente, en lo que concierne al tratamiento general del problema del tabaquismo, se habla de control. Tanto la connotación asumida por el uso del término “tabaquismo” como el fin denotado por la palabra “control”, nos indican que sólo se pretende abordar el aspecto específico de un problema que es más complejo y amplio. Amplitud que trasciende lo estrictamente sanitario.

Si por un lado consideramos que el tabaquismo es un mal económico y social, además de sanitario público, llegamos fácilmente a la conclusión de que una lacra tan arraigada sólo puede ser abordada de manera eficaz con medidas aplicadas a los diferentes frentes mencionados de manera simultánea, y esa iniciativa debe ser auspiciada desde la voluntad política.

Si por otro lado hablamos de “control” referido al tabaquismo, incurrimos en una incoherencia. Esa palabra pone de manifiesto que no se pretende solucionar un problema sino mantener sus consecuencias en la salud pública a raya ¿alguien se imagina que en 1942 se destinasen políticas orientadas al “control del nazismo”?

Entonces, siendo coherentes, si deseamos atajar de una vez por todas de manera sincera el problema del tabaquismo, debemos dejar claro que las medidas para luchar contra el mismo deberán estar orientadas a la erradicación. Hablar de “control” sobre algo que está siempre fuera de control supone, como siempre, una declaración de intenciones, una operación de maquillaje, una disculpa formal.

Por eso, desde el auténtico movimiento antitabaco, nunca se hablará de control; más bien se hablará de erradicación. La erradicación se materializará en la reconversión total de las empresas tabaqueras sellada mediante la consecutiva ilegalización del comercio del tabaco. Una vez que esto quede claro, y no deje lugar a dudas, tras la erradicación quizá podamos hablar de la prevención.

viernes, febrero 15, 2008

Homicidio imprudente en masa

La comercialización del tabaco, el fomento de su consumo y el auspicio de los intereses de la industria tabaquera, conlleva una responsabilidad criminal para quien actúe llevando a cabo cualquiera de esas tareas o que, de forma directa e intencionada, favorezca el consumo de tabaco. Porque es posible que vender o cultivar tabaco en sí no mate. Pero sí lo hace el inexorable destino de toda esa hojarasca seca de tabaco envenenada: la combustión y la inhalación de su producto.

Por eso, hacer como hace, apología de su consumo, una organización pantalla de la industria tabaquera llamada el “Club de Fumadores por la Tolerancia”, constituye una actividad criminal. Esos señores saben perfectamente que quienes comparten su vicio, corren el riesgo de morir y que es moralmente inaceptable que ensalcen en público el acto de fumar bajo la bandera de la libertad individual. Aún así, ellos proceden con su cometido sin tan siquiera ruborizarse pese a que todo el mundo sabe por qué lo hacen.

Pero más condenable es, aún si cabe, la buena predisposición de la prensa mercenaria y de nuestros parlamentarios a escucharles cada vez que quieren pronunciarse en público. No nos engañemos, a día de hoy es absurdo que ciertos medios de comunicación insistan en presentar a estos señores tan tolerantes como tertulianos válidos –e incluso interlocutores válidos-, cada vez que el gobierno propone nuevas regulaciones sobre control de la venta y consumo de tabaco.

Francamente, a mi jamás se me ocurriría asistir a un debate en cualquier medio de comunicación si alguno de estos señores está presente. No es cómodo ni apropiado pretender que personas involucradas en la muerte de 60.000 personas al año merezcan ser escuchadas, salvo si es en el banquillo de los acusados de la sala de un tribunal.

Figuran como miembros integrantes del Club de Fumadores por la Tolerancia José María Mohedano y Javier Marías, entre otros.

lunes, febrero 11, 2008

Nuestra lucha contra el ruido llega a su fin



He aquí una notificación del Ayuntamiento más ruidoso de toda España.

Destaco el orgulloso intento de atribuirse la potestad discrecional de ejecutar el auto y ofrecernos la resolución judicial como la gracia de una entidad que cumple porque sus miembros lo han decidido democráticamente –porque tienen buena voluntad-. Habría tenido sentido este acuerdo si a lo largo de todo el proceso hubiésemos ido recibiendo notificaciones sobre lo que se iba debatiendo al respecto, sobre cada una de nuestras solicitudes, reclamaciones y denuncias o, si llegado este momento, aún cupiese recurso por parte del Ayuntamiento; pero no es ni ha sido el caso.

No se debate ni se vota en democracia sobre la procedencia de cumplir y hacer cumplir las leyes y las sentencias judiciales. Sólo se procede y ya está.

La amenaza de los que no queremos fumar

En cualquier caso, todo esto está siendo una interesante experiencia para conocer el comportamiento de las administraciones españolas. Es un microcosmos en el que podemos estudiar a pequeña escala los entresijos burocráticos con los que nos toparemos los que no queremos fumar de gorra y que, en un futuro próximo, nos enfrentaremos al Estado para conseguir aquello que nos pertenece por justicia. Ya hemos aprendido la lección y estamos hartos de escuchar promesas incumplidas y de leer leyes en papel mojado. Pero hemos tomado nota y pronto se librará la madre de todas las batallas en los tribunales. Las pruebas están siendo reunidas y los nombres anotados. Tanto el Estado como las administraciones autonómicas tarde o temprano sucumbirán ante nuestras impetuosa determinación. Una vez que las demandas comiencen muchas cosas van a empezar a cambiar en este país en lo que respecta al tabaco, su consumo y su venta. La razón y tres años van a ser suficientes para que los responsables rectifiquen, nos paguen y pidan perdón. La administración ha tenido tiempo de sobra de hacer las cosas bien por las buenas y no ha querido. Ahora es tiempo de que se hagan como debieron hacerse desde un principio: por las malas.

viernes, febrero 08, 2008

Está claro lo esencial

Los políticos socialistas se han hartado de decir que es muy difícil regular el consumo de tabaco en lugares públicos, aunque sean cerrados. ¿Es complicada la aplicación de la regulación? Es posible. Tienen derecho a hablar de lo difícil que les resulta no fumar en lugares de acceso público con techo las personas que están acostumbradas a fumar en ellos; no un ministro de Sanidad. Si el ministro de Sanidad no es capaz de conseguir algo que la sociedad considera fácil, ello sólo puede deberse a su incompetencia o a que sus superiores no le prestan el auxilio debido, deliberadamente.

Saber y hacer saber dónde no se puede fumar es muy sencillo. Si alguien quiere inhalar su dosis, antes de echarse la mano al bolsillo, mirará al cielo como encomendándose a Dios -tiene 40 razones en forma de carcinógenos para hacerlo-. Si cualquier obstáculo le impide ver el cielo, ha de abstenerse en ese momento. Aplazará la quema de cigarros para otra ocasión y en otro lugar, o saldrá al exterior.

La imperiosa necesidad de fumar en un lugar y momento concretos es solamente achacable al síndrome de abstinencia. Si un individuo no es capaz de respetar una norma tan sencilla, tiene un problema de autocontrol que lo convierte en un inadaptado social, al mostrarse incapaz de respetar a desconocidos. Si eso le sucede, debe buscar ayuda médica de manera urgente. Si no lo hace, entonces a esa persona adicta al tabaco fumado, se le puede acusar de falta de responsabilidad.

lunes, enero 28, 2008

El humo radiactivo


El año pasado asistimos al fallecimiento del ex-espía ruso Alexander Litvinenko. Las autoridades británicas revelaron que su lenta agonía tuvo que ver con la exposición al polonio 210, que es un elemento altamente radiactivo.

Se dispararon las alarmas y la opinión pública británica se escandalizó ante lo que suponía una clara amenaza para la salud pública y la seguridad nacional. Poco después las aguas parecieron calmarse porque aquello fue algo excepcional y porque el Polonio 210 no era tan letal: había estado entre nosotros desde hacía tiempo, pero no se sabía. Antes de la muerte del espía sólo lo sabíamos esas personae non gratae que nos dedicamos a molestar a las tabaqueras.

La combustión de ciertos fosfatos provenientes de abonos y pesticidas, que se hayan presentes en la planta de tabaco, libera el polonio 210, el cual emite radiactividad al ser sometido a la temperatura del cigarro encendido que lo acoge, al igual que ocurre con el plomo 210. Tras cada inhalación de humo de tabaco, el fumador recibe radiactividad en pequeñas dosis; pequeñas pero detectables y muy por encima de lo aconsejado. Para igualar la dosis de radiactividad recibida durante una radiografía de torax, es suficiente con fumar un paquete de cigarrillos a lo largo de una noche en un antro cargado de humo tabacoso.

Por otra parte, en ambientes cargados es lógico pensar que el fumador pasivo también inhala partículas radiactivas provenientes del humo que comparte con el fumador.

La radiactividad presente en el espacio de un local nocturno en el que se fuma profusamente es medible. Porque es España uno de los países de Europa que más índices de radiactividad acusa en sus edificios de acceso público. Todo porque España no huele a ajo, como creía Victoria Beckham; más bien huele a humo de tabaco.

martes, enero 15, 2008

El engaño de las tabaqueras al feminismo


Garganta Profunda fue estrenada a primeros de los 70. Curiosamente, esta película de éxito tiene al tabaco como protagonista en su escena más memorable. En cierto momento, en un gesto que provoca la risa del espectador por lo artificial del hecho, Helen le pregunta a su amante que le practicaba el sexo oral: “Mind if I smoke, while you're eating?”.

Aquello era un gesto contestatario que representaba la culminación de todo un camino. La comercialización de la píldora, supuso para la mujer de los años 60 un paso de gigante hasta alcanzar la liberación sexual. Una conquista más del feminismo era la demostración de que podían fumar igual que los hombres -sólo que con más glamour y estilo-. Así pues, Helen celebraba sus nuevas conquistas en nombre del feminismo fumándose un pitillo.

Durante los Locos Años 20, la industria pudo observar como algo anecdótico el que algunas cabareteras y actrices comenzaran a fumar. En los años 30, las rutilantes estrellas hollywoodienses comenzaron a ser el vehículo perfecto para difundir el vicio. Ya había actrices declaradas fumadoras.

En los años 50, Sir Richard Doll, buscando el por qué de ese inusitado aumento de los cánceres de pulmón entre sus compañeros de profesión, concluyó en su investigación, que sólo el tabaco podía ser la causa. De todas maneras, la epidemia siguió su proceso de expansión y, habiendo llegado la proporción de varones blancos adictos al cigarrillo a límites teóricos, era hora de que la industria tabaquera enfocase sus estrategias de marketing a la seducción del colectivo femenino.

No fue difícil consolidar la moda del tabaco entre las mujeres estadounidenses. En realidad, era inevitable que sucediese de manera espontánea ante la nueva realidad social. Si las mujeres estaban haciéndose acreedoras de los mismos derechos que los hombres, fumar era un derecho y a la vez símbolo de todos ellos. Lo era porque se podía hacer en cualquier momento y lugar. Era el medio visual perfecto para exhibir la recién adquirida emancipación y sus implicaciones: éxito social e independencia económica.

Esto sucedía en los E.E.U.U hasta los años 80. Comenzada la década de los 90, ser visto fumando no era motivo de orgullo ni para mujeres ni para hombres. El glamour y el estilo que la sigilosa publicidad tabaquera les había prometido a las mujeres jamás había existido. El tabaco nunca premió a nadie con nada, ni fue un síntoma o consecuencia de éxito social; sólo produjo adicción y enfermedades en quien lo había consumido.

La industria tabaquera es un actor social que con salvajismo y crueldad ha conseguido siempre desplazar su mercado hacia las partes menos concienciadas, cebándose con los colectivos más débiles; diezmando la salud biológica, económica y social de los colectivos más desfavorecidos. Todo ello gracias a su populachera intoxicación mediática, ante la mirada displicente de los estados.

A fecha de hoy, en España, el prototipo de mujer de mediana edad fumadora es otro bien distinto de aquel al que la industria tabaquera le gustaría promocionar. Puede ser el de una infeliz ama de casa en un barrio pobre de Madrid, el de una joven llena de complejos y con tendencia a la obesidad, o el de una prostituta cocainómana.

El cebo y el cepo

En todos los países y comunidades procede siempre de la misma manera. Primero esquilma sus caladeros a base de engaños entre los hombres de clase acomodada. Cuando las tasas de consumo permanecen estables o se van reduciendo entre las élites masculinas, las estrategias de persuasión se dirigen a la población femenina y, finalmente, a los jóvenes. El guiño de la publicidad hace uso de los deseos de éxito social e independencia de las mujeres jóvenes.

Pero muchas variables escapan al control incluso de las tabaqueras. Así, una vez tendida la trampa, la adicción parece discriminar clases y colectivos para cebarse en los más débiles de entre los débiles. Aquella mujer ideal, joven y brillante, segura y realizada que sólo sostenía un cigarro encendido; erigida en icono de la industria tabaquera, se desvanece día a día, calada tras calada, hasta terminar siendo lo que nunca quiso ser. El cigarro termina convirtiéndose en el símbolo de su fracaso y en compañero de desdichas. Como el vestigio de lo que pudo ser y no fue. Como la bandera blanca de la rendición. Sueños rotos y evasión.

En atención a Herminia

Enlaces:

http://www.inwat.org/


http://www.tabaquismo.freehosting.net/mujerytabaco/mujeresytabaco.htm