viernes, noviembre 28, 2008

La OCU

Dice las noticias que ha sido premiada por su compromiso en la lucha antitabaco.

Hace algunos años, mientras se hablaba sobre la creación del Partido del Cigarro Partido, varios intercambiamos ideas de cómo debía gestarse un partido así, sobre cuales deberían ser sus fines, sobre cómo estos fines, aún diferenciados y, tan aparentemente específicos, podían ser universales -en cuanto a sus consecuencias en términos de orden social- llevando las cosas a extremos ideales porque estas conjeturas no podían salir del nivel teórico ni encontrar aplicación práctica. Por tanto, desde casi la fantasía, se habló bastante de nociones reinventadadas “pero sobre realidades existentes”.

En ese proceso dialéctico, aunque de manera muy rudimentaria, y a falta de un pulido en sus formas, se manejaron conceptos y re-definiciones tales como la de estado, corporación, demagogia, manipulación mediática, ciudadano, institución y consumidor, entre otros.

Si la sociedad había avanzado y ya todos los movimientos habidos en el siglo XX habían ya vencido, evolucionado o pasado de largo, ya se había alcanzado una estabilidad que no hacía presagiar una gran revolución –social-. Entonces, podíamos llegar a suponer que en el primer mundo vivimos la era de la “sociedad del bienestar” y, o todo ya está bien como está, o no puede cambiar más de manera significativa, o corresponde al azar o el destino ese tipo de cambios. En un panorama así, extrapolando la Pirámide de Manslow al caso, los integrantes de la sociedad han alcanzado el último escalón de la pirámide y como última meta queda la autorrealización. La plena autorrealización pasa por la “exhibición” moral y la resolución de problemas no-vitales -de manera altruista o no-. En tal caso, el tabaquismo en todas sus dimensiones, es un problema a resolver con alguna que otra implicación moral.

En conclusión, bajando a la tierra y apartándonos de explicaciones pesadísimas, en el último escalafón de una pirámide de Manslow adaptada a la psicología social, es lógico que el consumidor sea siempre una parte disconforme. Desde la constante exigencia, siempre aspiraremos a la mejora de nuestro entorno inmediato; primero el de nuestra intimidad, luego el de nuestro entorno laboral y, finalmente, el de los espacios en los que solemos socializar durante nuestro tiempo de ocio. En esos entornos el ciudadano ejerce el papel de consumidor de servicios que, pueden ser definidos como sociales, si el ocio se constituye como un servicio ofrecido al público (lo gestionen o no manos privadas y siempre que el propietario no renuncie al acceso público como según expliqué aquí). Por tanto, al menos aquí y ahora, lo que caracteriza la mala calidad del ocio es el humo de tabaco y sus inconveniencias principalmente. Como consumidores creo que es el objeto primordial de nuestra lucha: por la calidad del ocio; por la calidad del aire que se respira en esos entornos, donde disfrutamos de nuestro tiempo libre, donde socializamos, nos conocemos, nos comunicamos etc. Ese logro nos es vital.

martes, noviembre 18, 2008

Max Payne y el tabaco

En una de las primeras escenas de esta película, una chica despampanante trata de coquetear valiéndose de un extraño cigarro (no recuerda a ninguna marca en concreto); para ello, por unos momentos, adopta unas posturas y un lenguaje corporal que recuerda a esa particular estética de los años 20. Ese cigarro es el único que aparece en la escena. Es el único que sale en toda la película y jamás será encendido, sino que acabará partido y pisoteado en el suelo sin producir una sola voluta.

Entonces, entre un juego de sombras y claroscuros, avanza hasta colocarse en el mismo plano que el protagonista.

Seductora, pregunta en un intento de aproximación comunicativa.

-¿Tienes fuego?

Pero él rompe las expectativas comunicativas de la joven y de cierto tipo de espectador. Su pensamiento está alejado de ese ambiente festivo. Impasible, apático, contesta.

-No fumo

Inmediatamente después, otros personajes entran en la acción de la escena. Lo que se sucede a continuación es el preludio de la acción trepidante que se disfruta a lo largo de la película y, el cigarro, desaparece para no volver tras una exclamación de enfado de su portadora, que lo parte y lo tira al suelo para pisotearlo sin ni siquiera haberlo encendido, como ya he dicho.

Resulta interesante que nada más empezar la película uno sepa que el tabaco no tiene lugar en ese universo. Si hubiese sido un a película española es probable que, en ese local de ocio nocturno en el que tiene lugar la escena, la mitad de la gente estaría ya fumando. El protagonista no sólo habría sacado su mechero ante el requerimiento de la chica, sino que además se habría encendido otro para él. Dado el tipo de película, el número de volutas avistadas rivalizaría con el de Casablanca. Se habría fumado con cualquier excusa en cualquier escena.

Se puede hacer un análisis semiótico de algunos aspectos de la trama y extrapolar el caso al tabaco. Aquí la acción gira entorno a una droga y su uso con fines perversos (por parte del malo, como instrumento de dominación mediante la alteración de conductas). En un principio, el gobierno había contratado a una farmacéutica para que diseñase un fármaco capaz de ofrecerles a los soldados ventajas sobrenaturales en combate. Pero no pudo ser. El proyecto fracasó porque la droga terminó siendo un arma incontrolable debido a sus indeseadas repercusiones psíquicas en los casos estudiados, que incluían alucinaciones y adicción. Así, el gobierno ordenó detener el proyecto, pero el malo de la película continúo con la producción de ese suero; le había encontrado una aplicación para su beneficio.

Se nota que en las películas americanas, las clasificaciones por edades y las advertencias, “morales” como muchos dicen, están funcionando para el caso del tabaco. Uno de los criterios empleados para determinar el grado de aptitud para según qué público, es el número de escenas de tabaco. Gracias a esta regulación, pronto, en el cine americano, será una rareza ver a un personaje fumando.



Antes de esa película, con las luces aún encendidas, pasaron el trailer de una producción española llamada “Sólo quiero caminar”, aunque bien podría llamarse “Sólo quiero fumar”. En demasiados fotogramas, estaba presente ese trastorno respiratorio que obliga a los enfermos a inspirar y exhalar humo de cigarro, sólo que no se presentaba de esa manera, sino con clase y estilo. El humo se veía realzado, espeso, abundante. Se paseaba por el objetivo de la cámara sin ningún tipo de asco o pudor, como si fuese lo más normal del mundo. En España, estamos a años luz de un cine libre de tabaquismo.
De hecho, una secuencia únicamente muestra una exhalación, de tal manera que el humo la centra y destaca -como si intentase decirnos algo-. Vosotros mismos podéis averiguar cuál es:

domingo, noviembre 02, 2008

Agnes de Dios: Una monja muy fumadora

Es posible que Ron Brugal y la Fundación Altadis España patrocinen ciertos eventos culturales. Eso explicaría lo insólito de algunas escenas tabáquicas en muchas obras teatrales. A veces, el rostro constreñido de los productores y directores al comentar ante los medios la incorporación de elementos ajenos en sus propias paridas da cuenta de ello.

Esto es sólo una posibilidad teórica que puede tener reflejo o no en la realidad. En un escenario así, en el que la producción teatral da muy poco dinero sin el debido patrocinio, la Industria Tabaquera tomaría las riendas de la situación y compraría un canal comunicativo privilegiado para difundir sus mensajes. El impacto visual -sensorial en este caso- es esencial para conseguir dos objetivos primordiales de una inversión a plazo indefinido: la normalización del acto de fumar desde el rescate retrocultural y la invitación a desafiar prohibiciones en su interés; como si los “intentos de censura administrativa” aplicada al fumeteo fuesen una cuestión moral asociada a las trama argumental de la obra representada.

Actores de amarillentos dientes, nos proponen la última moda en estravaganzza teatral. Una monja muy fumadora y a mucha honra.

La obra es una adaptación estética de la obra de un tal John Pielmeier. Dicen que la han acomodado a los tiempos modernos. Ya existe una película de 1985 protagonizada por Jane Fonda. Por tanto, me parece que este forzado remake sólo destaca por la intención de sus escenas de tabaco. Para los que tenemos un mínimo de cultura, ese trasfondo que invita a una supuesta reflexión, es sólo apto para ingenuos con complejo de garrulos porque el tema propuesto para la reflexión y el debate está ya muy visto; es desfasado y cateto.

Aquí tenemos la presentación:

El dramaturgo americano John Pielmeier leyó en un periódico que el cadáver de un bebé había sido encontrado en la celda de una monja y, aunque el hecho en sí no llamó especialmente su atención, sí sintió interés por las posibilidades de reflexión que suscitaba. Comenzó a escribir Agnes de Dios espoleado por las preguntas de si existen los santos en el mundo de hoy y si son posibles los milagros en una sociedad marcada por el laicismo más rotundo. Las protagonistas de Agnes de Dios, la doctora Livingston, que procediendo de una educación católica ha abandonado la religión, y la madre Miriam, que ha llegado a la devoción como última agarradera que la libera del mundo, del demonio y la carne, encarnan, sólo aparentemente, las dos posibilidades de enfocar el drama: a partir del racionalismo o la fe. A una y a otra, el terrible suceso les remueve los débiles cimientos de sus creencias.
¿Quién fue el hombre que entró en el convento y sedujo a la hermana Agnes? ¿O fue ella la seductora? ¿Cómo es posible que ninguna de las monjas se diera cuenta de que la hermana Agnes estaba embarazada? ¿Es verosímil que ni la propia novicia conociera su estado? ¿Acaso la concepción del bebé fue por intervención divina? ¿Fue Dios, tal como afirma la hermana Agnes, quien estranguló a ese niño concebido por un ángel caído para llevarlo inmediatamente a su divina presencia? ¿Crimen o milagro?

El trailer no tiene desperdicio. Da pena en el fondo la atriz fumadora, que tiene que estar hasta la narices de fumar en cada representación, sin cobrar su plus de toxicidad. Muchos dirán que es necesario caracterizar a la monja así. Que es la mejor forma de recordar que, detrás del hábito, hay una mujer, un ser humano. Otros dirán que detrás del hábito lo que se esconde son los intereses de la Industria Tabaquera.

Los comentarios de los actores y el director tratan de justificar las peculiaridades de los cambios estéticos (porque no hay otros notorios a parte de lo del tabaco) con las coletillas liberaloides de siempre:

“…He optado por una visión muy libre, es decir, he pretendido que se acercara lo mas posible a los espectadores de hoy, a los espectadores españoles...”

“…nada es blanco ni es negro, sino que todas las relaciones entre los personajes están llenas de matices…”

“…será el propio público el que tome sus propias conclusiones…“


Pero lo mejor son los criterios empleada a la hora de remodelar la estética. Ellos dicen que se ha optado por el minimalismo y la sobriedad (con unos muebles de diseño muy bonitos, por cierto) en los que priman las líneas rectas y las formas lisas. Es cierto que no hay decoración añadida y los colores predominantes –un acierto- son el blanco y el negro. Ni siquiera veo otro color en el trailer. La verdad es que lo único que destaca visualmente, lo único que queda realzado con tanta sobriedad reapartida, es el cigarro encendido y las volutas de humo. El tabaco no pega en ese escenario ni con cola.

En conclusión, no recomiendo que vayáis a ver esta obra salvo que queráis que os atufen impíamente con humo de tabaco. Quizá tenga interés pedir palco o última fila y conservar la entrada para luego deducir la pertinente reclamación o denuncia.

martes, octubre 28, 2008

El Sentenciazo

Una sentencia de la Audiencia Nacional pretende ratificar lo evidente (que el tabaco produce cáncer). Lo cual es todo un detalle que se nos conceda jurisprudencia en ese aspecto; qué generosidad. Pero, sin entrar a estudiar en profundidad la casuística del acto de fumar, concluye que el Estado no tiene la culpa de que la gente fume y asuma libremente ese riesgo porque, ¿quién les manda meterse humo en los pulmones?, ¡mira que es tonta la gente!

He aquí el enlace de la noticia.

Podría no haber entrado al fondo de esa cuestión y haberla obviado de alguna manera, con algún subterfugio, pero no lo ha hecho. No sólo ha preferido la Justicia -o esos representantes de la Justicia, mejor dicho- no sopesar las razones del denunciante sino que, de un plumazo, han querido dar carpetazo a las posibles futuras demandas porque, hablando de superlativos, si en otro tiempo se habló de un “decretazo” por polémico, yo creo que lo que ha dicho la Audiencia Nacional merece el calificativo de “sentenciazo”.

Resulta que el tribunal fundamenta su decisión en el hecho de que fumar es un acto libérrimo, y que el Estado no impone el consumo de tabaco, el cual es exclusiva responsabilidad del fumador.

La palabra “libérrimo” es la que destaca por su carga afectiva. El juez podría haber dicho simplemente que es un acto “libre” o “voluntario”, sin recurrir a ese superlativo que suena hasta arcaico. Denota bastante exaltación en lo que se revela a continuación.

“Libérrimo”, junto con lo de “no impone” y “exclusiva responsabilidad” (tenemos alguna que otra redundancia semántica en la sentencia), delatan una fuerte influencia de un tipo de ideología determinada en la sentencia pronunciada. Sin duda, no podemos hablar de imparcialidad en el dictado de esta sentencia, cuya justificación se apoya en unos planteamientos ideológicos determinados, alejados de cualquier tipo de razonamiento estrictamente jurídico. Estos jueces parece que han leído más de la cuenta “Libertad Digital” o sencillamente fuman mucho.

Pero el reconocimiento de que tal acto es libérrimo, como ellos dicen, y que es de exclusiva responsabilidad del fumador, implica que ese mismo acto (el de meterse humo en los pulmones), no es de exclusiva responsabilidad del fumador pasivo. En tal caso, es el fumador pasivo que enferme, o sea molestado indeciblemente, el único legitimado para interponer una demanda de esta índole puesto que su decisión de fumar correspondió a los intereses de la Industria Tabaquera y al Estado y su coerción social para permitir –e imponer en algunos casos- el consumo de tabaco en ciertos lugares públicos. A estos lugares, corriendo un riesgo que ahora se reconoce, accedimos legítimamente en ejercicio de nuestra libertad deambulatoria ¿o tendríamos que haber renunciado a ella, Señorías?.

Por tanto, el Estado y la Industria Tabaquera, son los que deben indemnizar a los que no fuman por respirar hollín cancerígeno y radioactivo en contra de nuestra voluntad. Porque recordemos que donde empieza la libertad del que no fuma, termina la libertad liberrísima del fumador. Tarde o temprano, estos jueces, políticos y otros actores sociales, tendrán que dar explicaciones sobre lo que han dicho y hecho. Y es posible que en un futuro haga falta una ley de memoria histórica como la que propuso el Partido de los No-Fumadores.

lunes, octubre 27, 2008

El ministro más inútil de la historia de la democracia

Pensaba no volver a mencionar más a este ignominioso siervo aquí. Porque no se merece ni la más mínima atención este débil mediocre. Su persona es demasiado vulgar como para merecer que la gente se digne a prestarle atención.

Ya recordé una de sus payasadas como ejemplo:

http://mirandoatrasconira.blogspot.com/2008/08/bernat-soria-el-padrazo.html

Aquí ya se le hizo la carta de presentación:

http://mirandoatrasconira.blogspot.com/2007/07/la-cobarda-del-gobierno.html

Pero él tiene afán de protagonismo. Insiste en ganarse nuestro más profundo desprecio a base de bien.

He aquí la noticia que ha despertado mi ira:

http://buscador.lavanguardia.es/buscador/resultados/20081027/53566864512/Sanidad-descarta-endurecer-la-ley-del-Tabaco-por-l.xhtml

Pero no me voy a arriesgar a que se rompa el enlace con el paso del tiempo, pues esto es basura ahora y lo será aún más en 100 años (no va por la periodista Celeste López). Aunque Quod scripsi scripsi, lo dejo aquí:

“El Gobierno no endurecerá la ley del Tabaco, al menos, en esta legislatura. Así lo indicaron a este periódico fuentes del ministerio que dirige Bernat Soria, quienes justifican esta decisión en que en la actual situación de incertidumbre económica y de contracción del consumo "no parece adecuado presionar más a la población, sobre todo a los propietarios de los bares y restaurantes", señalan.

Desde Sanidad se insiste, sin embargo, que la reforma de la ley no es un compromiso adquirido por el ministro Soria, quien siempre se ha mostrado más a favor de potenciar las campañas que promuevan el abandono del tabaquismo que por endurecer la normativa que entró en vigor el 1 de enero del 2006. Pero, la presión recibida por parte del mundo sanitario, así como por responsables autonómicos como la consellera Marina Geli, que consideran que la norma quedó "corta" ya que, aunque se ha erradicado el tabaco del mundo laboral, el humo sigue presente en los ambientes de ocio, como en bares y restaurantes, le obligó a replantearse la conveniencia de afrontar en esta legislatura la citada reforma.

A esta situación se sumaba la constatación de que, dependiendo de la comunidad, la ley se cumplía con rigor, como es el caso de Catalunya y Galicia, mientras que en otras, como en el País Vasco o Madrid, la norma apenas si se ha implantado en los bares y restaurantes. La única opción para imponer la tan cacareada equidad territorial, a decir del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), es endurecer la norma estatal.

La reelección del Gobierno Zapatero el pasado mes de marzo y la continuidad de Soria al frente de un ministerio centrado en cuestiones de salud pública permitían al ministro abrir la posibilidad de ampliar el cerco al tabaco. Máxime cuando gran parte del trabajo de concienciación social de exigir ambientes libres de humo ya estaba realizado.

Pero cualquier modificación de la norma ha quedado tajantemente aparcada hasta que la sociedad española recupere la tranquilidad económica perdida en los últimos meses. "La reforma era clara: prohibir el consumo de tabaco en bares y restaurantes independientemente de los metros cuadrados que tenga el local", señalan fuentes del ministerio. Ante la actual situación de contracción del consumo, que se ha traducido de inmediato en la caída de los ingresos en ocio y restauración, el Gobierno "no puede" introducir un nuevo elemento que pueda frenar el consumo, indican.

Soria se centrará esta legislatura en intentar combatir el tabaquismo con campañas de concienciación y en velar para que la actual ley se cumple en todo el territorio. En este último punto, el ministro tiene mucho que hacer a tenor de los resultados de la ley. Según datos de la CNPT, seis de cada diez locales de hostelería incumplen esta norma que protege el derecho de todos a disfrutar de un ambiente no contaminado por el tabaco. Esto significa que el 40% de la población sigue expuesta al humo de los cigarrillos.”

Ahora, sin ser cansinos, divirtámonos con sus disparates…citemos pues (lástima que sea una transcripción de la periodista).

“El Gobierno no endurecerá la ley del Tabaco…”

¡Claro!, que no se asuste La Tabaquera y que no se apuren los fumadores, echándole jeta se podrá seguir fumando como hasta ahora; casi en todas partes. Debe de ser todo un alivio, después de lo dura que ya estaba. O sea, leyendo entre líneas, “desde el Estado iniciamos el intento de derogación de facto de la Ley 28/05, con uno poco de suerte, y si Europa no nos molesta, podréis volver a fumar hasta en la oficina”.

“…en la actual situación de incertidumbre económica y de contracción del consumo, "no parece adecuado presionar más a la población, sobre todo a los propietarios de los bares y restaurantes"…”

¡Anda!, ¿entonces no era un mito? El tabaco es bueno para la economía. El dinero que la gente no gasta en tabaco, se lo traga en un agujero negro, se me había olvidado. Lo que más gracia me hace es lo de “no me parece adecuando presionar más a la población”. Por un momento pensé que se refería al fumador pasivo. Pero es lo contrario: del fumador pasivo abusad lo que queráis, a barco hundido cañonazos.

En cuanto al resto, debe de haber una errata en el texto. Donde pone “sobre todo a los propietarios de los bares y restaurantes”, hemos de entender, “sobre todo a los propietarios de los estancos” (y otros beneficiarios e interesados por extensión).

“…siempre se ha mostrado más a favor de potenciar las campañas que promuevan el abandono del tabaquismo que por endurecer la normativa…”

Es decir, lo más caro e ineficaz. Lo que garantiza la estabilidad de los niveles de consumo que ya vuelven a implicar al 30% de la población.

“…el Gobierno "no puede" introducir un nuevo elemento que pueda frenar el consumo…”

Es tajante y no quiere dejar lugar a réplica y discusión. Eso es consecuente con la conspiración de los poderes públicos contra la salud y el bienestar de la sociedad. La contundencia asertiva es una estrategia avistada también en el texto del “sentenciazo” (mañana hablaré de él); seguridad en apariencia, debilidad en realidad.

¿"Frenar el Consumo" de qué, Señor Soria? ¿En general? Me parece que no, lo que quiere decir es que el gobierno no puede permitir que la gente compre menos tabaco. Por muy en crisis que estén los vendedores de coches, las inmobiliarias y los restaurantes, el gobierno no puede permitir que se produzca un trasvase del dinero que el contribuyente se gasta en tabaco a otros sectores necesitados. Sería lógico que el consumidor tuviese otras prioridades distintas a las de fumar pero Soria, en su ignorancia supina, no lo ve así. Es evidente que no se va a reformar la fiscalidad del tabaco porque el gobierno se ha acomodado a ese sistema de recaudación; recaudación garantizada por la adicción de la población. Qué suerte tiene la industria tabaquera que goza del amparo privilegiado de un estado al completo. Ya cabría preguntarse si, en caso de depresión absoluta, de debacle económica aguda, preferiría que la gente muriese de inanición antes que tomar medidas que contrariasen a los intereses de un solo sector: el de la Industria Tabaquera. Quizás seamos así más felices, fumando; aunque muertos de hambre pero fumando.

miércoles, octubre 15, 2008

Ya estamos con los premios. Ahora Fernando Savater

A Fernando Savater se le concede el Premio Planeta 2008 por su “buen quehacer” como novelero. Este escritor y filósofo pasa a engrosar la ya escandalosamente larga lista de liberaloides protabaquistas agraciados con el don del éxito mediático. Irá al cielo junto con, entre otros, Javier Marías y Xavier Sala Martin.

Para este miembro del Club más Tolerante de toda España, lo del tabaco y su regulación es un tema recurrente en sus escribidurías. Dedica bastantes esfuerzos, (hasta rozar el descaro), a difundir su particular filosofía; determinada por su vicio y la patológica necesidad de convencerse a sí mismo de lo que no puede ser.

Trata de ofrecer una solución evasista al sentido de la vida y haciendo uso del relativismo moral y gnoseológico, trata de inocular en sus lectores una visión quebrada de la realidad adaptada a su vicio, con tendencia a solicitar nuestra tolerancia con… lo que no puede ser.

He aquí,(substraigo las siguientes líneas), una típica muestra de su estéril rechazo al intento de búsqueda de cualquier verdad absoluta. Dice en una de sus clases de ética:

“Algunos aseguran que lo más noble es vivir para los demás y otros señalan que lo más útil es lograr que los demás vivan para uno. Según ciertas opiniones lo que cuenta es ganar dinero y nada más, mientras que otros arguyen que el dinero sin salud, tiempo libre, afecto sincero o serenidad de ánimo no vale nada. Médicos respetables indican que renunciar al tabaco y al alcohol es un medio seguro de alargar la vida, a lo que responden fumadores y borrachos que con tales privaciones a ellos desde luego la vida se les haría mucho más larga. Etc.”

Entre sus devaneos que no vienen a decir nada, se descubre su autismo y falta de compromiso social (típico de la filósofía, la psicólogía o cualquier otra materia tratada desde una perspectiva unidisciplinar, la verdad), se topa un no-fumador con llamadas de atención en forma de manifiestos pro-libertad-para-el-fumador, que es en lo único que para él parece no estar sujeto a duda o discusión. Es lo único a lo que no le aplica el “Sólo-sé-que-no-sé-nada” porque es su única verdad absoluta. Su adicción a los puros le hace verlo tan claro como el principio del racionalismo cartesiano. Tengo ganas de fumar, luego tengo que defender mi libertad de fumar donde me de la gana.

jueves, octubre 02, 2008

¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Vas a comer a un restaurante sin fijarte mucho en los carteles de “aquí sí” o “aquí no”. A lo mejor no caes en la cuenta porque tales carteles no están o porque el hambre apremia y ni te acuerdas de eso. Además, si vas temprano y eres de los primeros en tomar asiento, casualmente nadie te recuerda que estás en España a base de tufaradas humeantes. Pero mientras esperas el plato y pasan unos minutos de las dos de la tarde, los camareros empiezan a colocar los ceniceros en las mesas. Entonces es cuando toca suspirar, inspirar hondo y aguantar porque llega la hora del toque de queda: los garrulos desenfundan sus armas y abren fuego…

Han transcurrido cinco minutos y lo que debía ser una agradable hora de la comida y de la sobremesa se convierte en un calvario. Te das prisa en terminar tu plato y renuncias al postre con la esperanza de poder terminar e irte antes de que tu pelo quede impregnado de ese aroma tan exclusivo, o al menos para que esas pegajosas partículas no penetren demasiado hasta tu ropa interior y más allá. Al final, lo que podría haber sido una estancia con un ambiente agradable para todos, acaba convirtiéndose en un entorno con una atmósfera incómoda para la mayoría. Para ti, que no fumas y te sienta mal o te da asco el humo, el restaurante es un auténtico purgatorio. Y es entonces cuando te preguntas, “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”

lunes, septiembre 15, 2008

Vuelvo a usar Windows en lugar de Linux

Desde hacía algún tiempo, quizá para librarme del engorro de tener que actualizar el antivirus y el firewall constantemente, o quizá sólo por variar, tenía instalado en mi ordenador el S.O. del pingüino. Tengo que decir que en estos últimos años se había forjado un mito entorno a este software libre. Se llegó a asegurar que era igual de eficiente o más que Windows XP o Leopard pero gratis, que era más estable y encima gratis, que esa eficiencia permitía sacarle al hardware anticuado más rendimiento y, encima, era gratis.

Eso son pamplinas. Es posible que fuese todo eso hace unos años, cuando muchos tuvimos que resignarnos a convivir con el Windows 98, sus pantallazos azules y sus cuelgues. Pero con Windows XP dejé de ver esas cosas.

En un año he experimentado con varias distribuciones de Linux y con todas tuve problemas de todo tipo; incluso cuelgues y hardware sin controladores adecuados. Particularmente me dediqué al PClinuxOS y al Ubuntu, en sus dos últimas versiones: un desastre en términos prácticos. Es gratificante conseguir que te funcione pero mantenerlo funcionando es un quebradero de cabeza, cuando usas el ordenador para muchas cosas y no asumes la optimización del sistema operativo como un fin en sí sino como un medio.

Por supuesto, valoro y agradezco que haya gente que se dedique a programar software libre. Es inevitable y, además, no creo que exista una interferencia real negativa con los intereses de los que venden software propietario. Es más, pienso que es escuela y estímulo para el negocio que también parece inevitable hoy por hoy. Yo diría que incluso conviven en una armonía simbiótica ambos modelos.

Y, para aquellos idealistas a los que les da manía contribuir al engorde del bolsillo de Bill Gates, fumen o no, tendrán que reconocer que este señor ha dado con la clave de la filantropía: la lucha antitabaco. El tabaco es el mayor asesino de todos los tiempos y un hombre rico e inteligente se ha dado cuenta. Lo que no sé es qué pensarán ahora nuestros neoliberaloides españoles que, por un lado idolatran a Bill Gates y por otro al tabaco. Bill Gates y Michael Bloomberg donan ingentes cantidades de dinero para la lucha contra el tabaco a través de sus fundaciones benéficas:



Va siendo hora de que, como una reacción en cadena, todas las corporaciones, gobiernos, ideólogos, filántropos, etc. le den la espalda a los intereses de la Industria Tabaquera, que se han instituído como el verdadero imperio del mal de nuestro tiempo.

En España, tal y como está la cosa, me conformaría con que cambiásemos a otro sistema político alternativo al actual Régimen Tabacocentrista.

lunes, agosto 25, 2008

Como la que se bebe un vaso de agua

En una parada de bus, a las dos de la tarde, bajo un sol de justicia, espera una mujer embarazada de unos 6 o 7 meses esperando el autobús. Llego, la saludo con un “buenas tardes”, me siento y espero con ella.

Debió ser el miedo al silencio comunicativo o que sencillamente le puso nerviosa mi mera presencia. Fuera lo que fuese, desencadenó en su subconsciente esa imperiosa necesidad de sacarse el paquete y el mechero del bolso para...fumarse un pitillo.

Por supuesto, la dirección del viento, no ayudaba a que el humo del cigarro pasase desapercibido para mis narices, lo cual me provoca ese malestar, esa ira contenida que tanto nos caracteriza a algunos. Sin embargo, decido no decir nada y sólo me levanto de mi, ya no tan cómodo asiento, para sortear el humo. Encontré, en los consejos de los matasanos, la excusa para no intervenir (sí, intervenir o mediar, pues no sabría decir si ya era una o son dos, habida cuenta de su estado biológico),

El auténtico matasanos, es el médico español castizo que se las da de comprensivo y liberal, el que asume que el humo de tabaco es un agente externo del que él y su frivolidad han de desentenderse o que, en su ignorancia supina, piensa que es un agente natural difícilmente evitable como la exposición al sol y la radiación ultravioleta, el mal tiempo o la contaminación atmosférica; o que, cree de verdad que daña más al organismo de la mujer y el feto el estrés que conlleva intentar dejar de fumar que el fumar en sí (la falacia más estúpida jamás predicada por los medicuchos).

A los dos minutos llegaron dos personas más, pero ella se sentía más cómoda fumando que sin fumar, a la vista de todo el mundo, como si nadie en la vida le hubiese dicho algo al respecto, o como si fuese, en definitiva, lo más normal del mundo. Ella entraba dentro del 30% de mujeres fumadoras que no lo dejan durante el embarazo. Entonces uno se pregunta, ¿qué labores de concienciación se están llevando a cabo desde el gobierno? Me gustaría conocerlas.

Esta práctica, me parece particularmente obscena y, además, es posible que sus implicaciones jurídicas se estén obviando porque, cuando se le permite a una mujer embarazada fumar, ¿se está teniendo en cuenta el interés superior del nasciturus?. Es ingénuo pensar que ese sujeto, en grado de indefensión mayor (el mayor de los posibles), no está siendo envenenado calada tras calada. Con los datos que hoy tenemos, y la certeza de que la embarazada que fuma es consciente de que lesiona o pone en peligro la vida del nasciturus, hacerlo durante el embarazo es un delito, delito de imprudencia quizá, pero delito.

viernes, agosto 22, 2008

El anuncio de Nestea y el mensaje de Pau Gasol

Que los no-fumadores que viven en España tienen serias dificultades de integración en su sociedad es un hecho. Si una persona acostumbrada a fumar, no fuma en una cafetería, no sufre por ello inconveniencia alguna, pero los que detestamos el humo sí tenemos un problema; salvo que no nos atrevamos a decirlo.

Es algo absurdo pero es así. Parece de chiste, como el anuncio de Nestea que habla de las dificultades en la integración de la gente perfecta. Si sustituyésemos, allí donde se dice “gente perfecta”, por “gente que no fuma”, ¿dejaría de ser absurdo?.

Más directo en su aplicabilidad al caso es el mensaje publicitario para la marca Nike, pronunciado por el jugador de baloncesto Pau Gasol, cuyo eslogan final es:

SER ESPAÑOL YA NO ES UNA EXCUSA, ES UNA RESPONSABILIDAD

Lo vi precisamente después de hablar sobre tabaquismo con amigos extranjeros que han venido de vacaciones a Almería. Se sorprenden, no ya de que en la terminal T4 de Barajas se celebre el luto a fecha de hoy fumando en esos ridículos recintos acotados con cuerdas de cuadrilátero de boxeo, sino de la proporción de españoles que fuma en todas partes y mucho. Esto ya empieza a convertirse en una cuestión de patriotismo porque algunos ya estamos desarrollando tolerancia a la vergüenza.

Parece que ser español continua siendo una excusa para no luchar contra el tabaquismo y creo que ya estamos hartos de reflexionar.

martes, agosto 19, 2008

Con toda la naturalidad

El otro día, en los Informativos Tele5 de las 15:00, escucho de fondo una noticia relacionada con la crisis. Hablaba de un colectivo de comerciantes que ha tenido que abaratar sus tarifas para coservar clientela. La curiosidad hace que baje adesde los dormitorios al salón para enterarme al detalle.

Entonces me doy cuenta de qué se trata mientras me voy acercando estupefacto hacia el mando de la tele para subir el volumen. Hablan de la prostitución y de las cifras de siempre: en España hay una prostituta por cada 38 varones y subiendo.

Pero hay algo diferente en el tratamiento informativo otorgado esta vez. Es el tono. Al parecer, muchos medios informativos han querido dárselas de chachis pirulis, de comprensivos y de tolerantes con la mente abierta. Han pasado por alto, como el que no quiere la cosa, el hecho de que la prostitución no es legal, o al menos no está regulada en España. Valiéndose de sus dotes de actores, como si fuese algo sólo achacable al desenfado veraniego, los presentadores de este noticiario han querido forzar una determinada percepción en el oyente, como si de una temeraria apuesta se tratase. Seguramente les ha resultado satisfactorio el reto de mostrar el susodicho negocio como lo más natural del mundo, como quien vende tomates o tornillos (salvo por el televidente que ahora escribe y alguno más).

Me parece una frivolidad el tratamiento informativo dado a la noticia. La prostitución, por mucho que traten los telediarios de mostrarnos su cara amable, es algo sucio, triste y trágico. Al menos podrían también hablar de los círculos de pobreza, enfermedad, drogadicción y criminalidad asociados a esa actividad. Si insisten en "comentar" este tipo de cuestiones en horario infantil, que hablen de lo malo también, no sólo de sus ingénuas fantasías liberaloides en lugar de servir de vehículo publicitario para el negocio y ya está.

lunes, agosto 11, 2008

Las vergüenzas del ciclismo español

Maribel Moreno es otra víctima de la subcultura deportiva española cimentada en la tolerancia al dopaje. No es la única y Path Macquaid podría volver a dar cuenta de ello ahora sí y después también. Hace meses advertí sobre el problema de las malas actitudes en España dentro del mundo del ciclismo. Antes de satanizar cobardemente la figura de la joven ciclista preferiré desviar la culpa a otras partes o, mejor dicho, me basta con señalar una cabeza de turco o dos:

Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte español

Por no reconocer su incompetencia, prefiere tildar de irresponsable a la joven ciclista. De otra forma, tendría que reconocer que Pat Macquaid, Presidente de la UCI, tiene razón:en España se practica la vista gorda (y no tenemos ganas de indagar en las razones de por qué se hace, serían detalles demasiado vulgares)

Fulgencio Sánchez, Presidente de la Real Federación de Ciclismo Española

Sobre lo de “Real” y derechos reales se podría hablar un rato, curiosamente. Es otro que viene a defender el libre albedrío y la aplicación de la responsabilidad individual de modo que, si a uno lo pillan en un control antidopping, mala suerte y que espabile para la próxima porque, como él dice, si alguien es culpable, hay que demostrarlo. Claro, pero el problema está en que él no presta ayuda para que se demuestre.

En fin, esta entrada de bitácora sigue sin estar obsoleta. Lamento que los enlaces a las noticias originales y los informes estén rotos.

¿qué culpa tienen los ciclistas de estar tan mal acostumbrados?

viernes, agosto 01, 2008

Bernat Soria el padrazo

Ayer pudimos saber sobre los resultados de una encuesta sociológica. Trata sobre la valoración de nuestros ministros por parte de la opinión pública, cansada de oír palabras feas como crisis y recesión. Como era de esperar, han suspendido casi todos, y con nota muy bajita, con el antiguo “Muy Deficiente” que nos ponían en los boletines de la EGB de primeros de los 80. Por supuesto, Bernat Soria, no está entre los 3 o 4 que han aprobado -y menos mal-.

El otro día para mí volvió a hacerse merecedor de un suspenso absoluto. Ya sabemos que ha sido instituido por Zapatero con un objetivo claro: aparcar la lucha antitabaco y cualquier tema susceptible de polémica. De hecho, me apostaría el cuello a que tiene tiene instrucciones claras y concretas de no meterse con el tabaco, so pena de cese inmediato. Por eso, con las manos atadas, a la cartera de Sanidad y Consumo le toca dedicarse a desplegar el marketing que tanto emboba a los tontos. Es hora de virar con disimulo hacia los aspectos más triviales de los derechos de los consumidores.

Por eso, hace unos días lo mostraron en diversos informativos con su bata blanca de médico, con su cara de bonachón, advirtiendo sobre los terribles peligros de los juguetes para niños pequeños fabricados con piezas que se pueden soltar o de PVC supertóxico, ¿puede que más tóxico que el tabaco incluso?. Así por ejemplo, pretende que empecemos a teorizar sobre lo peligroso que puede ser que se suelten dos imanes de las puntas de dardos de las dianas magnéticas y que un bebé se los trague. Pues parece que, si un niño glotón se traga dos imanes en el preciso intervalo de tiempo, estos se pasean en diferentes tramos del sinuoso intestino, si estos imanes son más potentes de la cuenta y se atraen tratando de tomar el atajo en línea recta...¡hay!; pellizquito en la tripa, aplastamiento o perforación detectable por una posible rectoragia y a operar. Menuda idiotez; esto parece sacado de un episodio de los Simpson.

miércoles, junio 11, 2008

¿Será porque Zapatero fuma?

Ley de Dependencia, carné por puntos y delitos contra la seguridad del trafico, ayudas a la adquisición de una vivienda, Ley de Igualdad y de Violencia de Género... muchas son las medidas tildadas de polémicas que el gobierno socialista se ha atrevido a tomar ante una feroz oposición del PP pero, ¿qué pasa con nuestra ya anticuada Ley Antitabaco? Parece que ha pasado de ocupar un segundo plano a caer en el completo olvido por parte de nuestros políticos.

Es tratado como un secreto a voces el hecho de que la mayoría de la sociedad española demanda nuevos espacios libres de humo de tabaco (sobre todo en el sector del ocio y restauración) mientras a duras penas se respeta la ley en los espacios sin humo.

Pese a que hay suficientes indicios de que una nueva y reforzada ley antitabaco sería un éxito para cualquier gobierno y tendría la buena acogida asegurada, Zapatero declaró durante la pasada campaña electoral que no se iba a cambiar nada. Por supuesto, es una de las poquísimas cosas que la oposición no le ha reprochado. El Partido Popular recrimina al gobierno por haber promulgado una ley que, de todas maneras, el gobierno mismo no quiere hacer cumplir. El PP sabe que el PSOE no quiere hacer cumplir esa ley y el PSOE sabe que el PP lo sabe.

También caemos en la cuenta de que los altos cargos de nuestra nación están ocupados por fumadores reconocidos, sin complejos y sin ganas de dejarlo. Zapatero, Rajoy y el Rey fuman, ¿tendrá eso algo que ver con el escaso respeto a los espacios sin humos en nuestro país?

miércoles, junio 04, 2008

Los fumadores pasivos no estamos lo bastante indignados

No para lo que nos correspondería estar si tenemos en cuenta el abuso crónico al que venimos siendo sometidos en España. La Industria Tabaquera sabe hacer uso del complejo de dictadura del español en su beneficio. Ha convencido al público y a la clase política de que intentar persuadir a los fumadores provocará en ellos un efecto rebote; de que ello hará que la gente fume más, tolere más o se ponga en peligro el orden social. La asertividad, la mera claridad en el mensaje de rechazo al humo de tabaco, es considerada una temeridad propia de dictadores.

Ese chantaje emocional ya no funciona con nosotros; como tampoco funcionan sus baldíos intentos de desviar la atención de los vendedores y políticos a los consumidores como origen del problema. Por fortuna, la tolerancia social al tabaco es más vulnerable de lo que parece a la razón y al enfado de unos pocos.

El que los no-fumadores comiencen a quejarse y a increpar a los que fuman cuando nos molestan es síntoma del comienzo del cambio hacia una sociedad más concienciada y empática, que entenderá que si alguien se queja es por algo. En tal caso, el humo de tabaco en locales cerrados supone un problema incuestionable, como también lo es el hecho de que nadie tiene que por qué padecer las inconveniencias de un humo que no produce.

El tratamiento mediático del humo en los bares, restaurantes y discotecas no es un juego ni es una broma. Eso se ha acabado. Nos molesta mucho y nos atrevemos a decirlo. De aquí a poco, será irrelevante que una ley avale o no el metafísico derecho a fumar en un local cerrado de acceso público. No permitiremos que esa persona vuelva a sentirse cómoda fumando su cigarro delante de nosotros. Deberá salir al exterior del local donde no nos moleste. Puesto que nadie en su sano juicio discute la peligrosidad y el grado de molestia del humo de tabaco, no tenemos que por qué permitirle a nadie fumar mientras saboreamos nuestro plato en un restaurante. No debemos poner como excusa a nuestro silencio la inconsciencia del que fuma o éste nunca será consciente de que incordia. No debemos escudarnos en un supuesto sentimiento de lástima o compasión porque una persona adicta no asume la reciprocidad respecto a tales sentimientos, de modo que no es justo para nosotros.

Suponemos que, el que fuma, no deriva un placer sádico añadido molestando y perjudicando la salud de las personas que comparten estancia con él pero, aunque no exista animus vulnerandi en la inmensa mayoría de los casos, ¿qué prueba tenemos de ello mientras soportamos una calada tras otra el hedor del tabaco quemado? o, ¿qué nos importa a nosotros, si nos va afectar de la misma forma ese humo?

Hay que armarse de valor y sinceridad, dejar atrás nuestro pasado cobarde e hipócrita y decir: “Disculpe, me molesta el humo, ¿le importaría no fumar aquí dentro?...”

martes, mayo 27, 2008

Dia Mundial sin Tabaco


El día 31 de Mayo se celebra este día para recordarnos lo malo que es el tabaco. Los fumadores pasivos, no necesitamos más recordatorios. En España tenemos que soportar los ambientes humeantes cada dos por tres de manera innecesaria; eso no se nos olvida. Por eso, el Partido de los No-fumadores (PNF), tratará de que, a partir de ahora, se use este día con fines algo más prácticos: reivindicativos.

La manifestación será en la Puerta del Sol de Madrid a las 12:00. Es obvio lo que se pedirá.

www.pnf.es

La inmadurez del fumador español

En España, a menudo se piensa que aquí la percepción social sobre el hábito de fumar es similar a la de otros países del norte de Europa, Italia o EEUU. Pero la verdad es que otros países ya han superado una etapa en la que el nuestro insiste en mantenerse. El tabaquismo en España azota con especial virulencia a la población activa.

Un dato grosso modo: En EEUU fuma menos de un 20% de la población activa; en España lo hace casi un 50. Si las comparaciones son odiosas, quizás sea mejor no evaluar si esa diferencia supone una desventaja para nuestros nuestros ciclos productivos en términos de rendimiento.

A menudo, tratan de explicarnos que el Estado quizá ha empleado en exceso las medidas coercitivas en detrimento de las campañas de concienciación y otras medidas más populacheras, cuando la verdad es que no se ha hecho ni lo uno ni lo otro. Por ejemplo, en televisión, la mayoría de los mensajes antitabaco nos ha llegado gracias a la organización HELP, no al “Ministerio de Sanidad y Consumo, gobierno de España.”. Nuestro gobierno no hace, ni mucho menos, todo lo que puede. Más bien permite que la sutil propaganda de las tabaqueras penetre en la mente de nuestros jóvenes.

Destaco por ejemplo dos series de televisión por su descaro a la hora de forzar la normalización del consumo en público. Casualmente, las dos se emiten en Tele5:

-Sin Tetas no hay Paraíso.
-La que se avecina.

Con respecto a las comparaciones entre jóvenes americanos y jóvenes españoles, sólo un último dato: La mayoría de los fumadores americanos de entre 21 y 25 años de edad, son conscientes de que el hábito no les otorga prestigio social, quieren dejarlo y lo manifiestan abiertamente entre sus círculos de amistades; por el contrario, muchos de sus equivalentes españoles se avergüenzan de que sus amigos sepan que no fuman. ¿No les da vergüenza a nuestros políticos de que esto siga así y de que fumar “mole”?

domingo, mayo 11, 2008

El orgullo del no-fumador y la vergüenza del tabaquista

Tiene algo de romántico el entregarse a la lucha antitabaco. Sinceramente pienso que el se dedica a esto es el filántropo por excelencia. Hay mucha gente que lleva a cabo labores encomiables como el aporte de fondos destinados a paliar el hambre de los niños del tercer mundo, o la implicación activa en la defensa de los derechos de los animales. Muy bien; son preocupaciones universales. El ritual de apoyo a esas causas y a las buenas intenciones forman ya parte poco menos que de nuestra tradición cultural.

Pero falta el reconocimiento de otro frente cuyo actor pasa desapercibido pese a ser desencadenante o agravante de todas esas causas llamadas humanitarias. Porque, ¿qué les parecería dedicarse a luchar contra el asesino identificado más grande de todos los tiempos?. Hay otros aspectos que deberían honrar la imagen del que se dedica a protestar contra el tabaco.

Una de las cosas que llama la atención es el abucheo que gran parte de la sociedad española dirige a quienes quieren acabar con el tabaquismo. Eso es por la especialidad de la causa, dentro de las humanitarias. Existe un error de percepción generalizado porque existen beneficiarios concretados. ¿quiere decir eso que, a diferencia de lo que ocurre con las consecuencias de las guerras, el hambre o los desastres naturales, la actividad de las tabaqueras queda legitimada? Bueno, es obvio que existe un conflicto de intereses pero esa no es la cuestión. Incluso en una guerra, por injusta que nos parezca, casi siempre cada bando tiene su razón, sin que por ello el resto de la humanidad deba mirar para otro lado. No hacer nada, casi nunca es la solución a nada.

Hace una década asistimos a las matanzas de Ruanda. Dos etnias enfrentadas protagonizaron una sangrienta guerra civil. Nos llegaron imágenes de una carnicería con terribles consecuencias para la integridad física de cientos de miles de seres humanos. Fuimos testigos de muerte y destrucción en forma de decapitaciones, violaciones, mutilaciones de todo tipo y otras inefables formas de tortura y escarnio. Uno de los contenidos gráficos de ese conflicto más impactante, era una secuencia de video que mostraba como un hombre era inmovilizado con unas cubiertas de neumático. Así, anillado por las gomas, la multitud agresora pudo rociarlo con gasolina para prenderle fuego, sin posibilidad de que escapara. Entonces, mucha gente sintió que no podía mirar para otro lado y que, aquellos otros que decían "no es asunto nuestro y no debemos intervenir", podían hablar en su nombre, pero sólo en su nombre.

Es uno de los rasgos que más distinguen al ser humano del reino animal: su preocupación por la vida y el sufrimiento ajenos. Ello trasciende el puro instinto individual, hasta instituirse en conciencia colectiva. Eso significa que ya no es necesario que nosotros mismos tengamos que deambular arrastrando unas bombonas de oxigeno, o que tengamos que soportar de cualquier manera el cuidado y asistencia de un familiar cercano al que han tenido que amputar las piernas, o que nuestra pareja este triste y deprimida porque su padre o madre ha muerto prematuramente... –todo esto gentileza del tabaquismo- para que la empatía aflore en nuestro ser. Realmente sentimos malestar porque somos conscientes del sentimiento y dolor producido en otros seres, además de manera innecesaria.

Por otra parte, el llamamiento activo de ciertos prebostes para que volvamos la mirada hacia atrás y así olvidemos lo que en un principio nos conmovió, representa una de los más sucios y envilecedores actos que alguien puede llevar a cabo, alguien como un inversor en acciones de Altadís que se las da de liberal. No sólo se saben ellos faltos de principios y sensibilidad si no que, aún asegurando que nadie tiene derecho a imponer una moral determinada, ellos sí que tratan -y consiguen- imponer con sus engaños la suya a sus víctimas: la del débil. Y todo en pro de unos intereses triviales, porque les resulta muy placentero precisamente invertir en eso en lugar de en otra cosa.

martes, abril 29, 2008

La última payasada del ministro Bernat Soria

El otro día los gabachos detectaron una partida de aceite de girasol ucraniano adulterado. Inmediatamente alertan a las autoridades sanitarias españolas del hecho.

Enseguida Bernat Soria y sus secuaces se ponen a discurrir. Piensan en la forma más rentable de difundir el mensaje entre la ciudadanía. Al igual que ocurrió hace algún tiempo con unos juguetes que, por tener una pieza suelta y ser chinos, fueron considerados peligrosos y retirados del mercado. Ahora le toca a aceite de girasol ucraniano.

La excusa ha sido que contiene trazas de hidrocarburos. Algo muy feo, pues parece que estaba mezclado con aceite de coche del barato, nada de Repsol Todogrado. Pero hablando de hidrocarburos, ¿sabe la gente qué son los hidrocarburos? Pues son petroleo y derivados a los que se refiere Sanidad, básicamente. Pringue viscosa, para entendernos. Si nos damos cuenta, están presentes en muchas de las cosas que comemos de una manera o de otra. De hecho no suelen ser especialmente tóxicos.

Uno de los hidrocarburos más negros, viscosos, asquerosos y peligrosos es el alquitrán que, casualmente se encuentra en los cigarros; y no en trazas, sino que representa una porción importante del contenido.

Volviendo a Bernat Soria, esta mañana en la radio pude escuchar su payasada. Viene a decir que consumir aceite de girasol, después de todo, no mata ni enferma. Pero aunque lo hiciese ahí estaba el MSC con todo bajo control. Se autocongratula por lo veloz que ha sido al dar el aviso y retirar el producto y dictamina que se puede consumir aceite de girasol con seguridad, como el bombero que siempre llega a tiempo. Que además, lo de los hidrocarburos no representaba una amenaza para la salud pública sino que era más bien una estafa simplemente -aceite de garrafón-.

Entonces los oportunistas comerciantes le hacen caer en la cuenta de que con esto ha perjudicado el interés de los cultivadores de girasol españoles, Para evitar una crisis en la demanda de aceite de girasol el veloz Bernat Soria, se ofrece para salvar el sector. Dice que ya es tan seguro consumir aceite que está dispuesto a beberlo a la vista de todo el mundo a cañete, sin empacharse, pero con generosidad.

Probablemente, si quieres intoxicarte con hidrocarburos tendrás dos opciones: fumarte un par de cigarros o beberte 10 garrafas de aceite de girasol ucraniano. Entonces yo me pregunto: tanto silencio con el tabaco ocupando nuestra atención con chorradas, ¿no es un poco forzado?. Para él seguro que no. Si se declarase una alerta sanitaria referida a tabaco adulterado, seguro que se fumaba después un paquete de cigarrillos para demostrar que el tabaco es seguro consumirlo, no fuese a ser que perjudicase a algún “empresario”.

miércoles, abril 16, 2008

Ministerio de la Igualdad

La discriminación salarial, la violencia sobre la mujer y otras realidades de las que tanto se habla estos días, han dado a los socialistas ideas para vender mejor la imagen del partido. Me parece bien lo del Ministerio de la Igualdad pero, esa igualdad, que se aplique también a todos los colectivos de la sociedad “por igual”. Muy bien, perfecto, ¿qué tal si empezamos por ofrecerles a los camareros o a los usuarios de locales de ocio un trato igualitario? ¡Ya está bien de discriminar con el rollo de los metros!. Igualdad para todos los camareros que también tienen derecho a proteger su salud e igualdad de criterios para que los empresarios hosteleros puedan ejercer la libre competencia sin interferencias. Es más sencillo que lo del machismo y no hacen falta discriminaciones positivas ni otras forzadas medidas de choque para conseguir resultados.

Y otra cosa sobre las carteras ministeriales: dado que están tan dados ahora a crear ministerios según las demandas sociales, algunos de ellos un poco forzados como el Ministerio de la Vivienda, ¿Por qué no crear un Ministerio del Tabaquismo? Venga hombre, ahora la vivienda va a bajar queramos o no mientras el consumo de tabaco empieza a aumentar en estos primeros meses de 2008 inexplicablemente...